Porque importa lo que pasa dentro y fuera del plato. Por Fernando j. Soler

Porque importa lo que pasa dentro y fuera del plato

Referencia: autFeSo01
7,90 €
7,51 € 5% de descuento

OFERTA HASTA FIN DE EXISTENCIAS 7,50€


ASOMBROSAS INTERRELACIONES
ENTRE LA NUTRICION Y LA SALUD

Cantidad
Últimas unidades en stock

Como hacer reversible el cáncer, la diabetes, las enfermedades coronarias, la obesidad, etcétera.

Sonará un poco extraño pero en realidad la enfermedad en gran medida es producto de una decisión personal.
Si por término medio la enfermedad se hace presente sólo un 5% en el ciclo de vida de un animal, cabría preguntarse por que el ser humano supera con creces este índice.
Si un animal -incluyendo a los carnívoros- afronta un padecimiento ingiriendo hierba y dejando a su organismo reposar ¿por qué la humanidad se medicaliza dejando de lado el papel que debe ejercer su sistema inmunológico?. ¿Cómo es posible que la inversión sanitaria existente en la actualidad no contribuya a detener las enfermedades de nuestros tiempos que alcanzan proporciones pandémicas?. ¿Por qué existen enfermedades típicas en los países desarrollados en contraposición a los no desarrollados?. La respuesta es sencilla: Si las medicinas curaran dejarían de ser un negocio.
En este texto el autor sienta las bases de que la medicalización no es una opción frente la auténtica necesidad de afrontar un cambio de estilo de vida. Mediante la lectura de este volumen quedará bien explicito el auténtico problema de fondo de la salud: la sopa tóxica en la que vivimos, la incapacidad de nuestro sistema inmunológico para afrontar esta situación, la forma en la que comemos, pensamos y nos movemos. Con toda certeza somos los seres más afectados por la toxicidad de este planeta. Y esa misma toxicidad acumulada a lo largo de los años hace detonar padecimientos absolutamente previsibles y, caso de que se produzcan, también reversibles. 
Este libro arroja luz sobre el conocimiento que tiene la humanidad que posibilita hacer reversibles enfermedades consideradas por la medicina alópata incurables.
En la segunda parte de este libro se describen prácticas concretas con la que podrá abordar situaciones que hoy en día nos vemos en la obligación de delegar a los médicos cuando la auténtica realidad es que no podemos evadir la responsabilidad con nosotros mismos. 

Fernando j. Soler

  •  LICENCIADO EN CIENCIAS DE LA INFORMACION (ESPAÑA)
  • DIPLOMADO POR HIPPOCRATES HEALTH INSTITUTE (EE.UU.)
  • DIPLOMADO POR EL INSTITUTO DE SALUD NATURAL ANN WIGMORE (PUERTO RICO)
  • DIPLOMADO EN BIOMEDICINA SISTEMICA INTEGRATIVA (MEXICO)

Contenido

Capítulo 1
Sobre el mensajero pág. 11
Capítulo 2
Una experiencia, una señal... un saber pág. 15
Capítulo 3
Introducción pág. 21
Parte Primera: La pesadilla química
Capítulo 4
La historia nos condujo a la toxicidad pág. 27
Capítulo 5
Para qué estamos diseñados pág. 33
Capítulo 6
La sopa de información pág. 37
Capítulo 7
La carne nació de los vegetales pág. 43
Capítulo 8
La delgada línea entre la salud o enfermedad pág. 49
Parte Segunda: El despertar a la salud
Capítulo 9
Existen suficientes razones para someternos a una desintoxicación pág. 57
Capítulo 10
El poder concentrado del sol pág. 63
Capítulo 11
La combinación de alimentos pág. 69
Capítulo 12
Por qué un paso más hacia los alimentos vivos pág. 77
Capítulo 13
Somos lo que comemos pág. 81
Capítulo 14
El sol contenido en bandejas pág. 91
Parte Tercera: La auténtica chispa de la vida
Capítulo 15
Energía eléctrica en la comida pág. 105
Capítulo 16
Beneficios de los brotes pág. 109
Capítulo 17
Fitoquímicos y Probióticos pág. 113
Capítulo 18
¿Y qué decir sobre las vitaminas? pág. 115
Capítulo 19
Proteínas: los pilares de la vida y la muerte pág. 119
Capítulo 20
Necesitamos los minerales, pero no podemos comer piedras pág. 123
Capítulo 21
Hierbas o fármacos pág. 139
Capítulo 22
Epílogo pág. 143
Capítulo 23
Testimonios pág. 145
Capítulo 24
Guía de nutrición según grupo sanguíneo pág. 153
Agradecimientos pág. 165

Introducción.

Durante los años que ejercí el periodismo, me desplacé en una ocasión hasta la región de Extremadura, en España, con el objeto de entrevistar a un doctor que tenía una forma un tanto peculiar de ejercer su labor social. Él lo denominaba "ejercer la medicina de forma integral". Y no le faltaba razón si quería ser efectivo en los tratamientos que dirigía a sus pacientes.
El hombre en cuestión recibía un salario de manos del estado a través de la Seguridad Social. Me recibió en una modesta casa que había rentado en medio de un bullicioso pueblo en la provincia de Badajoz. Con él, convivían además tres médicos que lo auxiliaban sin recibir absolutamente ninguna remuneración. El titular de la plaza era uno, pero ejercían los cuatro.
Cuando llegaban los pacientes a la consulta médica, él no se limitaba al hecho tan habitual de diagnosticar y prescribir unos fármacos dirigidos a paliar los síntomas del enfermo; lo que hacía es plantear una lista casi interminable de preguntas con el fin de establecer la causa esencial de la enfermedad.
En una ocasión llegó a la consulta una señora solicitando medicación para combatir la artritis que padecía; el doctor, en lugar de concederle los fármacos comenzó a formularle una serie de preguntas que parecían no tener relación alguna con la enfermedad de la paciente. Una respuesta le llevaba a una nueva pregunta y ésta, a su vez, a una nueva cuestión, hasta que por fin determinaba dónde podía encontrar las causas de los padecimientos y las dolencias.
En ese caso concreto envío a uno de sus colaboradores (recuerden que sin salario alguno) a visitar a la señora en su propio domicilio para verificar una serie de características, que según él, podían constituir el origen del problema.
Y en efecto, la casa -situada en la ribera de un río- presentaba señales evidentes de humedad hasta el punto de que las paredes rezumaban
un líquido viscoso. Los hongos se extendían incontrolables por toda la superficie de la habitación invadiéndolo todo.
Con todos los datos en la mano, el equipo de doctores llegó a la conclusión de que de nada serviría recetar un medicamento si al mismo tiempo no se solucionaba la causa directa que provocó la enfermedad a su paciente. Así que los mismos médicos hicieron gestiones ante los organismos pertinentes con el objeto de poner fin a la razón causante de la desdicha de esta mujer.
Cuando la solicitud llegó a las manos del alcalde del pueblo, éste lo desestimó como improcedente, sintiendo extrañeza e indignación, al enterarse de que unos médicos estaban actuando fuera de su especialidad.
Ni qué decir tiene que, a través de una serie de influencias, el titular médico del hospital -que hacía las funciones de director- puso fuera de circulación a este eficiente doctor y su equipo de colaboradores para así poder perpetuar el sistema sanitario que se le estaba yendo de las manos.
Y éste fue el final de aquél intento de práctica de una medicina integral por parte de unos médicos idealistas, que tuvieron el valor de adentrarse en las intrincadas esferas del poder en pos de la fidelidad en su ejercicio. ¿Ve la curiosa interrelación entre la construcción y la salud?
Por aquel entonces, un doctor titular de una especialidad en la Seguridad Social, atendía en promedio a un paciente por minuto durante su jornada laboral. ¡Un paciente cada minuto! ¿Qué consistencia tiene un sistema sanitario ejercido de esta forma? ¿Qué eficacia y fiabilidad?
Las principales reivindicaciones de médicos y pacientes se centran en el crecimiento de los presupuestos de sanidad para posibilitar la descongestión en la afluencia de pacientes, mediante la construcción de nuevos hospitales y mayor número de médicos.
El sistema sanitario se ve comprometido ante unos objetivos que finalmente le harán colapsar. Y todo ello se debe a que trabajan sobre
una premisa que no es la salud, sino la sintomatología de las enfermedades. Y además, porque la sanidad es un gran negocio. Si los medicamentos curaran, dejaría de serlo.
¿Sabía usted que entre la "industria" sanitaria, la farmacéutica y la alimentaria se factura más dinero que con la exportación de armas?
En mi opinión no es el Estado quien debería asumir la responsabilidad sobre la salud, es usted quien tiene que tomar consciencia de que es un compromiso personal consigo mismo. Y esto sólo puede suceder despertando, sacando la cabeza de la capa de "niebla tóxica" en la que estamos envueltos como consumidores alienados por los convencionalismos, la desinformación y la publicidad que impulsan las grandes multinacionales farmacéuticas, alimentarias y que nosotros consentimos mediante nuestra inhibición. ¿Cómo no esperar que el precio a pagar sea la enfermedad?
¿Desea realmente un mundo así? ¿Desea un mundo así para las personas más queridas por usted? Si la respuesta es afirmativa, cierre en este mismo instante este libro porque no le aportará nada, y siga ingiriendo comida recreativa contaminada con una larga lista de productos tóxicos. Y hasta que el cuerpo aguante.
Si por el contrario está decidido a tomar las riendas de su vida, de su salud y de su bienestar, le brindo este regalo en forma de conocimiento producto de mi experiencia y que también me llegó a mí como un presente en el incesante fluir de la vida.
Finalmente, la enfermedad es una elección personal en un 90% de los casos.
Lo que propongo en estas líneas no es creación mía, es un conocimiento heredado de nuestros ancestros. Yo sólo actúo como un mensajero. Así que no juzguen al mensajero, porque lo realmente importante es el mensaje, un mensaje que personalmente sé que funciona elevando su fuerza vital hasta extremos que nunca antes había podido imaginar.

"Que tu alimento sea tu medicina"

Hipócrates, siglo V (a.C.)

 

Autor
autFeSo01
Nuevo
Related Products ( 16 other products in the same category )

Nuevo registro de cuenta

¿Ya tienes una cuenta?
Inicia sesión o Restablece la contraseña