Dieta cruda, por Leslie Kenton / Susannah Kenton. Ediciones Integral

Dieta cruda

Referencia: 9788491180791
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La dieta que despierta el poder autocurativo del organismo

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Esta guía definitiva sobre la alimentación cruda te descubrirá todos los beneficios que ofrece una de las tendencias más actuales en gastronomía: sus propiedades adelgazantes y de antienvejecimiento, cómo favorece el equilibrio entre cuerpo y mente, su relación con una menor incidencia de ciertas enfermedades o sus beneficios para el cuidado de la piel o la prevención de la celulitis. Un libro que dará respuesta a todas tus preguntas sobre el crudivorismo: · Beneficios para la salud. · Más de un centenar de recetas fáciles, variadas e imaginativas para mantener una dieta saludable, equilibrada y sabrosa basada en los alimentos crudos. · Consejos prácticos para realizar el cambio al estilo de vida crudívoro.

 Leslie Kenton

 es autora de numerosos bestsellers y ha sido considerada por la prensa internacional como la “gurú de la salud y el estar en forma”. Nacida en California e hija del músico de jazz Stan Kenton, estudió en la Universidad de Stanford y después se trasladó
al Reino Unido. Sus escritos han aparecido en publicaciones tan prestigiosas como Vogue, Sunday Times, Cosmopolitan y el Daily Mail. Es autora de numerosas obras, entre ellas Cómo desintoxicar tu cuerpo en 10 días y La curación por los zumos.

CONTENIDO

Agradecimientos     9
Introducción

COCINAR PUEDE SER PERJUDICIAL PARA LA SALUD     17

  • ¿Mesosalud o supersalud?     19
  • Pioneros de la cocina crudívora     27
  • Cuidado: cocinar puede ser perjudicial para la salud     36
  • La comida cruda y las enfermedades     43
  • Los sorprendentes agentes de las plantas     56
  • La energía secreta de las plantas     68

LA EXPERIENCIA CRUDÍVORA     85

  • Energía, resistencia y atletismo     87
  • Rejuvenecimiento y longevidad     94
  • El poder adelgazante de la cocina crudívora     103
  • Introducción a los brotes y los zumos     r     111
  • Solo para mujeres     119
  • El cambio de mentalidad     129

EL MODO DE VIDA CRUDÍVORO     139

  • El cambio a una dieta crudívora     141
  • Comer fuera de casa     155
  • Una cocina crudívora bien equipada     162
  • ¡Fresco, fresco, fresco!     168
  • Grupos de frutas y verduras     169
  • Llenar la despensa     176
  • Brotes, yogures y quesos hechos en casa     191

RECETAS CRUDÍVORAS     207

  • ¡Buen provecho!     209
  • Entrantes y miniensaladas     211
  • Sopas     222
  • Las ensaladas como plato principal     227
  • Aliños y dips     250
  • Croquetas, buñuelos y budines     263
  • Postres y coberturas para postres     269
  • Panes y galletas     288
  • Dulces y golosinas     291
  • Bebidas     296
  • Alimentos cocinados: el otro 25 %     310
  • Indice de recetas     313

INTRODUCCIÓN

Cuando la gente nos preguntaba por el libro que estábamos escri­biendo juntas, les decíamos que trataba sobre comida cruda. Mu­chos nos miraban con incredulidad. Se suponía que estábamos un poco locas o que éramos increíblemente estrafalarias. Algunos se preguntaban por qué «perdíamos el tiempo investigando el efecto que tenía sobre la salud comer unas cuantas zanahorias cuando ha­bía tantos temas interesantes sobre los que escribir».
Los entendíamos. Nuestra fascinación por la comida cruda po­dría parecer muy excéntrica para quien nada supiera del gran número de investigaciones realizadas en Europa sobre los efectos saluda­bles de los alimentos sin cocinar, o para quien nunca hubiera experi­mentado los efectos vigorizantes de una dieta crudívora. Nuestras indagaciones a través de cientos de libros y estudios sobre la bioquí­mica y los usos clínicos de la comida sin cocinar debían de parecer bastante raras a los ojos de quien ignorara la gran cantidad de prue­bas existentes que demuestran que una dieta con un elevado porcen­taje de productos crudos —un 75 % de los alimentos ingeridos se toman crudos— no solo puede invertir el proceso de degeneración que acompaña a las largas enfermedades, sino que retrasa el ritmo de envejecimiento, aporta una energía en apariencia ilimitada, e inclu­so, mejora el estado de ánimo. Nos preguntábamos si esta forma de comer también podía combatir las enfermedades graves y los pro­blemas que afectan a la mayoría de personas de más de cuarenta años (e incluso más jóvenes) del mundo industrializado. Sabíamos que una dieta con un alto contenido en productos crudos cultivados en terrenos sanos y consumidos frescos es, sin duda, el mejor complemento para los nutrientes esenciales —tanto para los conocidos como para los desconocidos— que se puede encontrar en la natura‑
leza. En este punto están de acuerdo hasta los nutricionistas más conservadores. Nos preguntábamos si la excelente sinergia natural de los nutrientes de los alimentos crudos podía ser la causa de su gran capacidad para mejorar la salud. Este fue el punto del que par­tió nuestra búsqueda de información.
El objetivo era simple: reunir todos los datos posibles sobre los efectos de la comida cruda. Nuestro proyecto de investigación ad‑
quirió un gran interés. Porque, cuando ya creíamos haber descubier­to las cuestiones principales relacionadas con las acciones terapéuti­cas de la comida cruda, nos sorprendió descubrir una información que hacía que el panorama adquiriera un aspecto mucho más com­plejo. Antes de pasar la última página de nuestras investigaciones averiguamos que las propiedades saludables de los alimentos sin co­cinar dependían de algo más que de su contenido en vitaminas y minerales. Algunos de los datos descubiertos durante nuestra inves­tigación sobre cómo estos alimentos nos afectan empezaron a cam­biar nuestro modo de comprender la salud y la vida. Hablaremos de ello más adelante.
Este libro no es una obra de investigación desinteresada. La volun­tad de escribirlo y el sentido que tenía para las dos procedían de dos cosas: en primer lugar nosotras, como mucha gente, al experimentar con diferentes tipos de dieta a lo largo de los años hemos observado que una dieta compuesta de un 75 % de alimentos crudos nos da un mejor aspecto y nos hace sentir mejor, nos aporta un gran nivel de energía y resistencia para afrontar la vida diaria y nos protege de las enfermedades menores como gripes y resfriados (ninguna de las dos hemos tenido nunca una enfermedad grave). En segundo lugar, los efectos vigorizantes de la dieta con un alto porcentaje de productos crudos han sido tan potentes que (al haber crecido en el siglo xx, época de búsqueda de explicaciones científicas para todos los fenó­menos) queríamos saber cuál era la razón. ¿Qué tenían de especial los alimentos crudos? ¿Qué era lo que les daba el poder para curar, inclu­so, enfermedades de larga duración? ¿Qué tenía una dieta de alimen­ tos crudos y zumos —el régimen habitual de los mejores centros de salud del mundo— que hacía que las personas que seguían esa dieta durante dos semanas parecieran diez años más jóvenes?
En primer lugar, pensamos que los efectos de una dieta con un elevado porcentaje de alimentos crudos eran enteramente persona­les —algún tipo de tendencia genética que ambas habíamos hereda­do de una larga cadena de ancestros que nos había hecho sensibles a lo que habíamos dado en llamar «el efecto de la comida cruda». En­tonces miramos a nuestro alrededor. Hablamos con numerosos mé­dicos de ambos lados del Atlántico expertos en el tratamiento de enfermedades con alimentos crudos. Empezamos a escarbar en bi­bliotecas y a buscar volúmenes antiguos —y no tan antiguos— que hablaban de experiencias similares a la nuestra, algunas de ellas mu­cho más espectaculares. Gran parte de lo que leímos sobre curaciones con estas sustancias simples sobrepasó con creces lo que habíamos experimentado nosotras, puesto que ninguna de las dos había estado nunca gravemente enferma. Descubrimos que en Alemania, Suecia y Suiza se habían constatado los efectos terapéuticos de la dieta con alto contenido en verduras y frutas frescas durante generaciones. Observamos que este tipo de dieta se había aplicado en la curación de enfermedades agresivas de larga duración como la artritis o el cáncer, las úlceras gástricas, la diabetes y las cardiopatías. Des­empolvamos informes sobre atletas que, al cambiar su dieta habitual rica en proteínas animales cocinadas por una dieta crudívora, no solo no habían disminuido su rendimiento, sino que, incluso, mejoraron sus resultados.
Empezamos a hacer más preguntas. Queríamos saber cómo po­dían obrar estos milagros los alimentos crudos. La respuesta no era fácil, puesto que los informes clínicos y la investigación bioquímica sobre la acción de los alimentos crudos en un organismo abarcan casi un siglo. Son complejos, a veces contradictorios, y están redac­tados en diversos idiomas.
Por último, queríamos encontrar líneas de actuación para cual­quiera que, como nosotras, estuviera interesado en descubrir cómo utilizar una dieta crudívora para explorar los «límites de la salud humana» y, posteriormente, organizar estas normas de forma práctica y útil. Por «límites de la salud» entendíamos un estado en el que uno se puede levantar por las mañanas sintiéndose fresco y bien consigo mismo y con su vida —de ese modo tienes muchas posibilidades
de aprovechar el potencial fisico y mental en el trabajo—, un estado de conciencia en el que la capacidad de disfrutar llega a parecerse a la de un niño feliz que se encanta con las experiencias del día a día y que se anima con cada nuevo desafío. Creemos que la verdadera sa­lud no es solo la ausencia de enfermedad. Es un estado mental y corporal dinámico que hace posible la participación espontánea de uno mismo en todos los aspectos de la vida.
Las personas que tienen una salud perfecta no temen envejecer ni caer presas de cualquier enfermedad degenerativa. Al contrario, de‑
muestran cierta clase de impaciencia y nerviosismo porque saben que, con el paso de los años, pueden avanzar hacia un estado de sa­lud y satisfacción aún más positivo. Tienen la sensación de que «lo mejor está por llegar». No comparten la idea de que envejecer significa padecer enfermedades como consecuencia del proceso natural de la vida. Tienen otra visión. Sus paradigmas de envejecimiento están más cerca de los de Johan Bjorksten, investigador del envejeci­miento, mundialmente famoso, que habla de dar «al mayor número de personas posible la mayor cantidad de años de vida posibles con buena salud».
No somos científicas; simplemente informamos de lo que hemos descubierto. No queremos convencer de que podemos curar con una dieta crudívora. Nuestra intención es presentar las investigacio­nes y opiniones de los científicos —muchos de ellos ganadores del premio Nobel— a partir de estudios sobre la acción de los alimentos crudos en la salud, y compartir con los lectores parte de nuestra ex­periencia con una dieta con un alto porcentaje de productos crudos. Esperamos que los datos reunidos sean de interés. Esta información, no obstante, no pretende ser prescriptiva. No hay ningún libro que pueda sustituir a la opinión del médico. Aconsejamos a cualquier lector que se encuentre enfermo que acuda a un médico especializa­do en nutrición.
El libro se divide en cuatro partes. La primera trata de la investi­gación y experimentos científicos realizados con dietas a base de ali­mentos crudos. Se puede leer completa para hacerse una idea general o ir hojeando los capítulos y detenerse en los fragmentos de especial interés. La segunda parte recoge nuestras experiencias con una dieta de alto contenido en alimentos crudos y subraya el modo en que una dieta crudívora puede contribuir a retrasar el proceso de envejeci­miento, a aliviar el estrés y a combatir los problemas de salud pro­pios de las mujeres. Asimismo, se indica cómo se puede usar para con­seguir un elevado nivel de energía mental y fisica. En las dos últimas partes ofrecemos una guía práctica para los que solo quieren encon­trar la respuesta a las preguntas: ¿Cómo puedo empezar a explorar el potencial de una dieta crudívora? Y ¿qué se come exactamente cuan­do quieres consumir sobre todo alimentos crudos? Esperamos que el libro se pueda adaptar a las necesidades e intereses personales de cada lector.
Creemos que todas las personas poseen muchos más recursos para conseguir la felicidad, la salud y la creatividad de los que usan por lo general. La dieta crudívora nos ha llevado a un estado de salud con un alto nivel de energía, que nos hace felices y nos permite mirar el futuro con optimismo. Querríamos compartir parte de nuestras investigaciones, nuestra experiencia y entusiasmo con los lectores.

Integral
9788491180791

Ficha técnica

Autor/es:
Leslie Kenton / Susannah Kenton.
Editorial
integral
Formato
14,0 x 21,3 cm
Páginas
320
Encuadernación
Rústica (tapa blanda)
Nuevo
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