Adiós al cansancio comiendo mejor
Referencia: 9788479539856
La nueva alimentación anti-fatiga
• Son muchas las personas que sufren de fatiga, ya sea de un bajo tono físico, psíquico o emocional.
• Un libro imprescindible en la cocina: deliciosas recetas y alimentos para superar el cansancio y desintoxicar el organismo.
El cansancio es sin duda uno de los síntomas más comunes de la sociedad occidental. Matutino o vespertino, insomnio, fatiga física o intelectual… Sea cual sea la forma que adopte, el origen del cansancio radica a menudo en los errores nutricionales: las toxinas se acumulan, la acidez aumenta… y aparecen los síntomas. La buena noticia es que bastan unas cuantas correcciones alimentarias muy fáciles de llevar a cabo para prevenir o revertir el problema.
Marie Borrel, conocida periodista y autora especializada en alimentación, ha creado el libro que muchos lectores estaban esperando: una didáctica guía de los alimentos más adecuados para superar la fatiga y cómo incorporarlos a la dieta de manera sencilla. El libro incluye más de treinta recetas paso a paso, desde unos tallarines con corazones de alcachofa hasta una deliciosa crema de guisantes y leche de coco, pasando por ensaladas, tortillas, platos de pollo o pescado… Una obra eminentemente práctica y muy accesible, que nos asegurará un aporte equilibrado de nutrientes para estar rebosantes de energía.
Marie Borrel
es una periodista y escritora francesa, especializada en temas de salud y nutrición. Jefa de la sección de salud de la revista Psychologies durante más diez años y redactora jefe de Médecine Douce durante cuatro, ha publicado decenas de libros sobre bienestar, varios de ellos traducidos al español, y ha creado diversas colecciones.
INDICE
Introducción 9
En el país del cansancio
- Producción constante de energÍa 11
- ¿Cansancio físico, nervioso o intelectual? 13
- Fatiga de la mañana, fatiga de la noche... 15
- ¡Cuidado con el círculo vicioso! 16
- Cada uno tiene su umbral de resistencia 17
- La vida cambiando el ritmo 19
- Una fábrica de energía en el núcleo de cada célula 20
- Los estragos de la acumulación de toxinas 22
- ¡Demasiada acidez, más fatiga! 24
- Para evitar las carencias 26
- El azúcar: un carburante exigente 28
- Siempre es mejor prevenir 28
- Los Buenos nutrientes antifatiga
- Los glúcidos: proveedores de energía bruta 31
- Las proteínas: pequeños ladrillos indispensables 33
- Los ácidos grasos: ocultos en el fondo de las materias grasas 35
- La vitamina C: un concentrado de energía 37
- Las otras vitaminas antifatiga 38
- El magnesio: tu aliado mineral número 1 40
- Los otros minerales y oligoelementos antifatiga 41
Los grandes amemos antifatiga
- La almendra 45
- La alcachofa 47
- Los champiñones 48
- La coliflor 50
- El limón 52
- Los dátiles 54
- La endibia 56
- El hinojo 57
- Las habas frescas 58
- El gruyer 60
- El kiwi 62
- La cebolla 64
- Las lentejas 65
- El pan completo 66
- La naranja 68
- El boniato o patata dulce 69
- La papaya 70
- Los guisantes 72
- La patata 73
- La espelta 74
- La pera 76
- El filete de ternera o bistec de peceto 77
- La manzana 78
- El pollo 80
- La trucha común 82
- El vinagre 84
Comer antifatiga día a día
- Preservar las vitaminas y los minerales 87
- Perfumar tus platos 92
- Encontrar el buen ritmo 96
- Organizar tus comidas 96
- Y, por supuesto... 98
¡A los fogones!
- Ensalada de cebollas rojas con gruyer 101
- Ensalada de endibias y remolacha 102
- Ensalada tibia de coliflor al curri 103
- Ensalada de hinojo a la mediterránea 104
- Ensalada de lentejas con cebollas frescas 106
- Ensalada de boniatos con arenques ahumados 107
- Ensalada de aguacates y peras 108
- Champiñones rellenos de verduras 110
- Paquetitos de cebolla fresca 111
- Crema de guisantes con leche de coco 112
- Crema de endibias con manzanas verdes 114
- Trucha común en papillote 115
- Filetes de trucha con almendras 116
- Pollo con col 118
- Pechugas de pollo a la oriental 119
- Solomillo de cerdo acidulado 120
- Pechugas de pollo rellenas de pimientos 122
- Lomos de conejo con habas 123
- Filete de ternera enrrollado con frutos secos 124
- Pollo con lentejas 126
- Tortilla de champiñones 127
- Cuscús con habas y guisantes 128
- Tallarines con corazones de alcachofa 130
- Coliflor con peras y anís 131
- Puré de boniatos con azafrán 132
- Hinojos al vapor con páprika 134
- Endibias guisadas con dátiles 135
- Gratinado de patatas exprés 136
- Puré verde con hierbas 138
- Manzanas rellenas de almendras 139
- Ensalada de kiwis con frambuesas 140
- Ensalada de manzana y papaya al jengibre 142
- Crujientes de peras 143
- Compota con especias 144
- Tabla de índices glucémicos 148
- Tabla de proteínas 150
- Tabla de ácidos grasos 151
- 'Tabla del índice PRAL de los alimentos 152
- Calendario de productos de temporada 154
- Tabla de los al¡mentos más ricos en vitamina C 158
- Tabla de los alimentos más ricos en magnesio 158
INTRODUCCIÓN
«¡Qué cansancio!», «ojalá lleguen pronto las vacaciones», «los niños me agotan» o incluso «no podré aguantar hasta las próximas vacaciones»... La fatiga es, sin duda, uno de los síntomas más extendidos en los países occidentales. Tarde o temprano, todos experimentamos un bajón de energía fisica, psíquica o nerviosa. Y hasta los tres al mismo tiempo.
La fatiga es un enemigo solapado. Cuando se vuelve perceptible (nos cuesta levantarnos por la mañana, nos arrastramos todo el día. nos exaspera la menor contrariedad y el sueño no resulta reparador...) es que el cansancio se ha instalado en los engranajes íntimos de nuestro organismo. En lo que a la fatiga se refiere, siempre reaccionamos demasiado tarde. Se manifieste como se manifieste, el cansancio es consecuencia de un «fallo» de nuestro funcionamiento celular.
En ocasiones el origen del cansancio reside en errores nutricionales. Comemos mal, las carencias se manifiestan y se agudizan los déficits... Y, cuando aparecen los primeros sÍntomas las carencias ya son importantes. En otros casos hay que buscar el origen del proceso en otros factores. Sin embargo, el cansancio termina siempre por hundir sus tentáculos a tanta profundidad que interviene en mecanismos bioquímicos sumamente sutiles. En cualquier caso, el estado nutricional siempre está implicado, porque el desgaste fisico, nervioso o psíquico tarde o temprano da lugar a un aumento de las necesidades nutricionales. Las situaciones de estrés intenso o prolongado, por ejemplo, hacen que el sistema nervioso y el cerebro tengan que consumir cantidades cada vez mayores de magnesio. Si nuestra alimentación no es consecuente con ello, se creará un déficit que hará que disminuya nuestra capacidad de resistencia a la presión nerviosa y los síntomas se agudizarán.
La fatiga, en todas sus formas, y la alimentación cotidiana están estrechamente vinculadas. Para terminar con ella es indispensable corregir la alimentación. Más aún: es posible adelantarse a los acontecimientos y evitar que aparezcan los problemas mejorando nuestro equilibrio nutricional y optimizando los aportes de los nutrientes indispensables. Reconoce que te resulta tentador. Y es muy fácil llevarlo a cabo.
Pero antes de adentramos en el mundo de los alimentos y sus componentes, te propongo dar un paseo por las diferentes formas de cansancio. ¡Tienen muchas cosas que contarnos!