Cómo y por qué Dios quiere que seas rico, por Apollinaire Dschoutezo. Ed. Esplendor

Cómo y por qué Dios quiere que seas rico

Referencia: 9788494044564
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Cómo y por qué Dios quiere que seas rico es un libro que debes leer si estás listo para

  • Modificar tus creencias acerca del dinero
  • Descubrir los grandes principios financieros de la Biblia
  • Dejar que grandes cosas espirituales sucedan en tu vida
  • Descubrir el único y verdadero Banco que existe
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Un principio misterioso nos provee de amor, inspiración, sueños, intuiciones, visiones… Parece increíble que podamos dudar de la existencia del mundo invisible que nos completa y nos rodea.
Un libro que nos ayuda a entender grandes principios espirituales, que existe, pero sólo se manifiesta a aquellos que pueden entender como es el proceso: hay que creer para poder ver, y no al revés, es cuestión de fe.
Lo Sublime nos ayuda a despertar una posibilidad en nuestro interior que suele estar aplastada por la realidad que creamos con nuestros pensamientos de temor e inseguridad.
Leer abre una puerta insospechada por donde la parte sutil de la existencia puede entrar en tu vida sin ser rechazada por la razón.

Apollinaire Dschoutezo

es autor de más de 25 libros en el campo de la Medicina Alternativa. Como creyente, cree que la Providencia divina está disponible para toda aquella persona que quiere moverse en el plano divino. Cree que el éxito no es cuestión de competición, sino de co-crea­tividad. El mundo está repleto de las infini­tas riquezas de Dios, pero no siempre nos damos cuenta de ello.
Este libro es una toma de conciencia de la misma. Tú decides las riquezas que circulan por la vida, a través de tus creencias y actos.

- Cómo y por qué nacer espiritualmente de nuevo

- El poder de la oración afirmativa y el dinero
- Claves bíblicas de la oración que Dios escucha
- Claves espirituales en el Salmo 23
- Los 7 códigos para entender la Biblia

  •     Nº de páginas: 508 págs.
  •     Encuadernación: Tapa blanda

 

3 Juan 2: Amado, yo deseo que tú seas prosperado en todas las cosas, y que tengas salud, así como prospera tu alma.

Ser rico parece ser una misión imposible para millones de personas en el planeta. Siempre que se habla de ser rico, la mayoría de personas piensa en el dinero, y sin embargo, la vida está llena de riquezas infinitas de Dios. El proceso de hacerse rico se inicia desde dentro hacia fuera. En un mundo donde el dinero se ha convertido en el centro de todo, incluso los creyentes olvidan que Dios es la Fuente de las riquezas, y está interesado no solo por nuestro estado espiritual, sino también corporal y financiero.

Este libro trae a la luz grandes principios y claves espirituales del dinero.

«Ser rico no es propiedad de un individuo,
Dr. Apollinaire Dsch e tezo

Descubre las leyes espirituales del dinero y otras riquezas de la vida

¿Por qué el no te hace rico y es la riqueza la que atrae el dinero?

¿Por qué la pobreza es un asunto espiritual,
antes que económico?

Este libro te ayudará a...

  • Creer en el Dios de la abundancia.
  • Derribar el mito según el cual la riqueza es sólo para unos cuantos.
  • Descubrir que Dios se interesa por tu estado financiero.
  • Entender que la libertad financiera forma parte de la redención y la salvación de Cristo.
  • Entender por qué debes educar financieramente a tus hijos.
  • Saber por qué el dinero no te hace rico.
  • Tomar conciencia de la conexión que existe entre tus estados mentales, tus creencias, y el dinero que circula por tu vida.

INDICE

INTRODUCCIÓN       21
CAPÍTULO 1: Unos 50 impedimentos a la realización de la riqueza       25
CAPÍTULO 2: Preguntas respecto al dinero, la riqueza      y la pobreza     33
CAPÍTULO 3: Ser rico versus tener riqueza       41
CAPÍTULO 4: ¿Qué es ser rico y qué es ser pobre?       43
CAPÍTULO 5: Dios, el Riquísimo       47
CAPÍTULO 6: No todos los conocimientos son iguales       51
CAPÍTULO 7: La ley del ser       65
CAPÍTULO 8: La ley del hacer - La acción       67
CAPÍTULO 9: La manifestación del tener       69
CAPÍTULO 10: Los motivos y la motivación de querer
el dinero deben ser puros       73
CAPÍTULO 11: Trabajar para otras personas       77
CAPÍTULO 12: ¿Cuál es tu plan para hacerte rico?       97
CAPÍTULO 13: La manera efectiva de luchar contra la pobreza       107
CAPÍTULO 14: El dinero te puede hacer pobre       111
CAPÍTULO 15: El dinero no llena el vacío interior       113
CAPÍTULO 16: Actuar correctamente es igual a recibir . . .       115
CAPÍTULO 17: La riqueza es una ley       119
CAPÍTULO 18: ¿La pobreza, una elección?       123
CAPÍTULO 19: La responsabilidad individual       127
CAPÍTULO 20: Dios, la Fuente y Autor de las riquezas . .       131
CAPÍTULO 21: El hombre, un ser creado       137
CAPÍTULO 22: La riqueza más grande: el nuevo nacimiento .       141
CAPÍTULO 23: Relación entre lo espiritual y lo financiero . .       145
CAPÍTULO 24: El amar verdaderamente te hace rico       149
CAPÍTULO 25: Los 3 tipos de pobreza y de riquezas       153
CAPÍTULO 26: Nada es tuyo en este mundo      167
CAPÍTULO 27: El poder del pensamiento       173
CAPÍTULO 28: Importancia de las palabras y su significado .       185
CAPÍTULO 29: El dinero no da la riqueza espiritual      189
CAPÍTULO 30: El sentido de las riquezas materiales       201
CAPÍTULO 31: Los alimentos, una riqueza de Dios       203
CAPÍTULO 32: No todas las riquezas son iguales       205
CAPÍTULO 33: No critiques este libro       213
CAPÍTULO 34: Los límites del dinero       215
CAPÍTULO 35: Las riquezas son multiformes       217
[ CAPÍTULO 36: Aprender sobre el significado de la riqueza . . 219
CAPÍTULO 37: Verdades sobre Dios       223
CAPÍTULO 38: Otras verdades que debes saber       227
CAPÍTULO 39: El gratis no existe       231
CAPÍTULO 4o: El trabajo como factor de riqueza o pobreza . . 233
CAPÍTULO 41: El conocimiento como riqueza       241
CAPÍTULO 42: La riqueza, más que el dinero       245
CAPÍTULO 43: Tú decides la abundancia en tu vida      
CAPÍTULO 44: Saber valorar las oportunidades      
CAPÍTULO 45: La ley de la creencia      249
CAPÍTULO 46: El dinero no lo es todo       263
CAPÍTULO 47: Tu religión no te hace rico       265
CAPÍTULO 48: Tu derecho a ser rico       273
CAPÍTULO 49: Jesucristo no era pobre      277
CAPÍTULO 50: La pobreza, una enfermedad mental       279
CAPÍTULO 51: El trabajo no garantiza la riqueza       281
CAPÍTULO 52: El dinero, una gran ayuda      283
CAPÍTULO 53: El poder de la elección correcta       285
CAPÍTULO 54: El dinero no te hace rico       289
CAPÍTULO 55: La riqueza está en todas partes       291
CAPÍTULO 56: Tu ideología no te hace rico       295
CAPÍTULO 57: Las riquezas multiformes de Dios       299
CAPÍTULO 58: Un nuevo impulso interior       301
CAPÍTULO 59: La riqueza como una elección       303
CAPÍTULO 6o: El dinero, tu mente e imaginación       315
CAPÍTULO 61: Los condicionamientos del dinero       319
CAPÍTULO 62: La riqueza, de dentro hacia fuera       323
CAPÍTULO 63: La riqueza, el equivalente mental       329
CAPÍTULO 64: La ley de la semilla y de la siembra      337
CAPÍTULO 65: La relatividad del valor de la riqueza       347
CAPÍTULO 66: Los límites del dinero       349
CAPÍTULO 67: El dinero y la educación       351
CAPÍTULO 68: El miedo a no tener dinero nos empobrece .       353
CAPÍTULO 69: La educación financiera       355
CAPÍTULO 70: El dinero y la educación escolar       359
CAPÍTULO 71: Dejando de auto-condenarse como pobre .       361
CAPÍTULO 72: La abundancia, el plan de Dios       363
CAPÍTULO 73: El uso de la elección, la capacidad de elegir .       369
CAPÍTULO 74: ¿Hacerse rico es un proceso automático? . .       379
CAPÍTULO 75: ¿Por qué los malos prosperan?       381
CAPÍTULO 76: Las leyes del éxito       389
CAPÍTULO 77: Algunas leyes de la vida       391
CAPÍTULO 78: Otras leyes del éxito       407
CAPÍTULO 79: Las creencias negativas       411
CAPÍTULO 8o: El dinero es bueno       415
CAPÍTULO 81: Diferencias entre acúmulo y ahorros       419
CAPÍTULO 82: El dinero no es Dios       421
CAPÍTULO 83: Dios, el Dueño y Autor de todas las riquezas       423
CAPÍTULO 84: La riqueza como elemento de la plenitud divina       427
CAPÍTULO 85: ¿Por qué los cristianos deberían prosperar?       429
CAPÍTULO 86: El miedo a ser rico       435
CAPÍTULO 87: El mundo de posibilidades       437
CAPÍTULO 88: La voluntad de Dios de hacerte rico       441
CAPÍTULO 89: Dejar fluir las riquezas       443
CAPÍTULO go: Dejar de justificar la pobreza       447
CAPÍTULO 91: Cambiar el lenguaje       451
CAPÍTULO 92: Abriéndose a las riquezas de Dios       453
CAPÍTULO 93: Las limitaciones de la pobreza       459
CAPÍTULO 94: La ciencia de hacerse rico       463
CAPÍTULO 95: Las raíces de la pobreza       465
CAPÍTULO 96: Las riquezas y la venta       467
CAPÍTULO 97: Multi-canales de la riqueza       469
CAPÍTULO 98: La riqueza y los pensamientos       471
CAPÍTULO 99: La profesión no garantiza el éxito       473
CAPÍTULO 100: La perseverancia como requisito       475
CAPÍTULO 101: Tener unas metas claras       477
CAPÍTULO 102: La limitación de la palabra imposible . . . . 481
CAPÍTULO 103: Desarrollar la mente millonaria       483
CAPÍTULO 104: La concentración y las riquezas       489
CAPÍTULO 105: Dios y el Éxito       491
CAPÍTULO 106: El valor del trabajo y del dinero       495
CAPÍTULO 107: Por qué la venta enriquece       497
CAPÍTULO 108: Las diferencias entre ricos y pobres       499
CAPÍTULO 109: Conclusión       507

EMPEZAMOS CON UNAS PREGUNTAS:

¿Qué significa el dinero para tí?
¿Qué sentimientos albergas respecto al dinero?
¿Qué lugar ocupa el dinero en tu vida?
¿Te sientes una persona rica o pobre?
¿Qué relación tienes con el dinero?
¿Cómo ves a los ricos?

¿Sabías que Dios se preocupa
por tu situación financiera?

¿Sabías que el dinero que circula en este mundo solo tiene un único Dueño?

¿Sabías que tener gran cantidad de dinero
no te hace automáticamente rico?

¿Qué definición tienes tú de la riqueza?

Dios quiere que todos los seres humanos seamos ricos, per­sonas ricas en todos los ámbitos de la vida, lo que incluye el campo financiero. Hay una gran diferencia entre ser rico, hacerse rico y tener riquezas. Dios quiere que seamos ricos, pero la cuestión reside en ¿qué estamos haciendo para ser ricos, para hacer riquezas y para tener riquezas, es decir para manifes­tar las riquezas multiformes de Dios? La respuesta es que pocas veces tenemos un enfoque justo y equilibrado de lo que es la riqueza, lo que explica en gran parte por qué hay millones de pobres y de empobrecidos (que no es lo mismo) en el mundo. La pobreza en todas sus variantes es la tónica crónica de millo­nes de personas, con muy pocas esperanzas de que cambien las cosas a bien para ellas. Ahora bien, la ley de Dios dice que nada es imposible para aquel que cree. Así que, si queremos ser ricos, debemos revisar y modular nuestras creencias. Mucha gente cree erróneamente que el rico es únicamente aquel que tiene mucho dinero. Tu verdadero dinero son tus creencias, son las que te permiten hacer dinero en tu vida, es decir moverte en el círculo del dinero (FD). El círculo del flujo del dinero son las diferentes vías por las que el dinero puede llegar a tu bolsillo.
Hay 2 tipos de bancos: el banco humano y el banco divino. El Banco divino tiene un suministro ilimitado, Dios siendo la Fuente del mismo. Espiritualmente, Dios es la Fuente Única de todas las formas de riquezas que hay en el universo, siendo el Creador de las mismas. Todas las riquezas pertenecen a Dios, tanto las visibles como las invisibles. Tu capacidad de hacer riquezas viene también de Él, incluso la consciencia que tengas de las riquezas o el disfrute que puedas experimentar de las mismas, y por supuesto también el privilegio que tengas de
ayudar a los demás, es decir al prójimo, con tus bienes. En un mundo en el que se ha manipulado el sentido de la riqueza, es
importante volver a definir qué significa la riqueza para ti. El que ve el dinero como la única riqueza de la vida se está per­diendo otras riquezas de la misma.
Te habrás dado cuenta de que los ricos y los pobres tienen el mismo cuerpo, la misma biología, la misma anatomía, pueden formar parte de una misma familia, vivir bajo un mismo techo, sin embargo, no tienen la misma mentalidad. La mentalidad es lo que hace a uno rico y a otro pobre. Los ricos y los pobres ven el mundo con gafas diferentes. Por lo general, donde los pobres ven problemas y se rinden, los ricos ven oportunidades y se comprometen. Donde los pobres desisten, los ricos persisten. Donde los pobres se rinden, los ricos siguen adelante. Donde los pobres sienten el desánimo, los ricos mantienen su aliento.
En el fondo de sí, los ricos y los pobres no tienen las mismas creencias. Tus creencias son el factor más decisivo en tu vida. Sin creencias, no puedes caminar con el Dios verdadero. Sin creen­cias, no puedes hacer que grandes y buenas cosas sucedan en tu vida. Muchas personas ignoran la ley de la creencia y creen que su vida es solo el resultado de sus esfuerzos. Tus esfuerzos no te sirven de gran cosa si están orientados en la dirección incorrecta, y es por esta razón que el trabajo duro en una tarea equivocada sólo te empobrece con el paso del tiempo.
Las riquezas en tu vida van a ser el resultado conjugado de varios factores:

  • Tu mentalidad y tus estados emocionales.
  • Tus esfuerzos en la dirección correcta.
  • Tu perseverancia.
  • Tus creencias acerca del dinero.
  • Tus creencias acerca de Dios.
  • Tu creencia acerca de la obra redentora de Cristo.
  • Tu capacidad de ahorro. El diagrama del flujo de dinero en el cual te encuentras.
  • Tu inteligencia financiera (IF). La inteligencia financiera está compuesta de varios factores y elementos.
  • Tu educación financiera (EF), que desgraciadamente no se transmite en la formación académica.

Contrariamente a lo que la gente cree, sus conocimientos educativos, aunque son muy importantes, no son determinantes para hacerse rico. La evidencia nos indica que muchos conside­rados ricos financieros nunca pisaron una universidad. Muchos ricos no saben leer ni escribir y, sin embargo, emplean a gente que saben leer y escribir. La riqueza financiera no es el resul­tado inmediato de tener tal o tal diploma. El diploma simboliza la formación académica, pero no la educación financiera. Mucha gente que se cree rica en realidad no lo es, ya que su vida está hipotecada de miles de maneras. Muchos llamados pobres tam­poco lo son ya que poseen muchas riquezas que ignoran. La riqueza no es solamente lo que tienes, sino lo que haces y más importante lo que eres. Con lo que uno es, no me refiero a que alguien te diga: "soy ingeniero", "soy médico". Estas cosas las has aprendido, pero no son lo que eres en realidad. Debes defi­nir quién eres, antes de creer erróneamente que "eres médico", "eres ingeniero", etc. La gente confunde lo que hace con lo que es en realidad. Pocas personas se han parado a pensar lo que son, solo juegan a ser un personaje en la sociedad, o asumen el personaje que se les ha dado. La verdadera riqueza está en el ser. El ser es la riqueza misma. Los que matan por el dienro no han entendido que el dinero no les hace ricos. Tener dinero no modifica el ser, este elemento que hace que uno sea. Asesinos y santos pueden tener abundantes riquezas materiales. Santos y pecadores pueden tener mucho dinero, pero hay una diferencia insalvable en su naturaleza, en el ser.
La riqueza no es la calificación que alguien externo a tu vida haga respecto a ti, a la cantidad de dinero que fluye en tu vida, o a tus riquezas interiores, sino que la riqueza es tu punto
de comodidad en el cual vives en este mundo. Solo tú puedes definir si eres rico o pobre, siempre con el conocimiento de la Palabra de Dios. Muchas cosas que la gente considera como riqueza no valen absolutamente nada, sin embargo, invierten toda su vida en ello. Dicho de otra manera, la riqueza no es lo que llamamos riqueza, sino lo que Dios llama riqueza.
Nadie tiene el poder de definir si eres pobre o rico, es algo que debes encontrar dentro de ti. "Países ricos" y "países pobres" es una mentira, un insulto a la inteligencia de Dios y a la inteligencia humana. Tu misión en este mundo no es crear riquezas, sino hacer que las riquezas de Dios fluyan en tí, y por supuesto hacer también que las demás personas disfruten de ellas. Tú y yo no creamos nada, sólo hay un Creador, Jehová, Dios. Si queremos experimentar las riquezas de Dios, definiti­vamente tenemos que cambiar muchos de nuestros patrones vibratorios. Se entiende por patrón vibratorio toda creencia, todo pensamiento, todo sentimiento, todo conocimiento, toda imagen mental, toda afirmación (discurso verbalizado).
Tanto el ser rico, como el hacerse rico, como tener riqueza, son el resultado de la aplicación de ciertas leyes, que en la mayoría de los casos, se desconocen, ya que no se enseña en la formación académica.

 

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