Las bases de la medicina china “Fisiopatología y diagnóstico”
Referencia: 9788494737824
Se trata de un compendio de la fisiopatología y diagnóstico en patología china, de la que la autora es doctora y profesora reconocida por la Universidad de Pekín.
La doctora Nuria Lorite Ayán
se interesó desde muy joven por las plantas medicinales, los sistemas y las técnicas ancestrales de curación, los temas de energías sutiles, la física, la química y la bioquímica. Ella comenta que le apasionaba estudiar filosofía y ciencias. Le gustó desde niña «el cuidado del cuerpo y evitar el sufrimiento innecesario en cualquier modalidad». Su primera carrera fue Farmacia, especializándose posteriormente en Homeoterapias y Medicina Natural (PhD). Es licenciada en Medicina Tradicional China,profesora reconocida por la Universidad de Beijing (China), está doctorada cum laude en Farmacia con la tesis «Los alimentos en la medicina tradicional china» en el área de Bromatología y Nutrición. Considerada una de las más importantes personalidades internacionales en medicina china y medicina integrada, realiza su labor docente desde su escuela, Biloba, y en diversas universidades. Conferenciante internacional, autora y divulgadora, continúa estudiando, investigando y compartiendo su saber. Ha sido incluida en la publicación Historia de la Medicina Natural, en 2008, por su aportación y su trabajo. Vocación y una voluntad férrea se aúnan en ella convirtiéndola en una figura relevante en el mundo de la investigación y de la medicina natural. La primera parte de «Las bases de la medicina china» trata de la Fisiología. Este texto es la segunda parte de esta obra.
ÍNDICE
PRÓLOGO SR. LUO JUN 11
PRÓLOGO DR. JOSÉ LUIS VÁZQUEZ 13
AGRADECIMIENTOS 15
INTRODUCCIÓN 19
LA ETIOLOGÍA EN MEDICINA TRADICIONAL CHINA 27
Interrelación con los distintos factores etiológicos 34
Factores climáticos 38
El viento 46
El frío 49
El calor estival. El Fuego 53
La humedad 57
La sequedad 61
El Fuego 63
Factores infecciosos 67
Factores psíquicos y las emociones 70
Ira-Madera 73
Alegría-Fuego 75
Preocupación-Tierra 77
Tristeza-Metal 78
Miedo-Agua 79
Hábitos y costumbres 80
La dieta como etiología en MTC 80
Hábitos de actividad y de descanso como etiología 86
Traumatismos 90
Productos patológicos del organismo:
Flema y Estasis Sanguínea 91
Errores terapéuticos 99
LA APARICIÓN Y EL DESARROLLO DE LA ENFERMEDAD 101
Alteraciónes de exceso o de insuficiencia 108
Los cuatro síndromes básicos que afectan a yin y a yang 114
Evolución de las insuficiencias de yin o de yang
Casos especiales 121
Alteraciones de los cinco elementos 126
ALTERACIONES INTERNAS PRINCIPALES EN MTC 135
Viento interno 136
Frío interno 140
Humedad interna 141
Sequedad interna 142
Fuego o calor interno 142
FISIOPATOLOGÍA DEL QI 147
Insuficiencia de Qi 148
Estancamiento de Qi 148
Rebelión del Qi 149
Obstrucción de Qi y escape de Qi 151
FISIOPATOLOGÍA DE LA SANGRE 155
Insuficiencia de sangre 156
Estasis sanguínea 157
Afectación de la sangre por calor: Calor en la sangre 159
Hemorragias o pérdidas sanguíneas 160
FISIOPATOLOGÍA DE LOS LÍQUIDOS ORGÁNICOS 163
Insuficiencia de líquidos 163
Alteraciones de la transformación y de la circulación de los líquidos 163
FISIOPATOLOGÍA CONJUNTA DEL QI, DE LA SANGRE Y DE LOS LÍQUIDOS ORGÁNICOS 171
FISIOPATOLOGÍA DE LA RED DE MERIDIANOS 173
FISIOPATOLOGÍA DE LAS CINCO VÍSCERAS U ÓRGANOS YIN 179
Fisiopatología del Hígado 179
Fisiopatología del Corazón 189
Fisiopatología del Bazo 193
Fisiopatología del Pulmón 199
Fisiopatología del Riñón 203
FISIOPATOLOGÍA DE LAS ENTRAÑAS 213
Fisiopatología del Estómago 213
Fisiopatología del Intestino Delgado 218
Fisiopatología del Intestino Grueso 220
Fisiopatología de la Vesícula Biliar 223
Fisiopatología de la Vejiga 226
FISIOPATOLOGÍA DE LOS ÓRGANOS ANEXOS 229
EL LENGUAJE DE LAS MANIFESTACIONES EN MTC 233
LAS CLAVES DEL LENGUAJE DE LAS MANIFESTACIONES 239
Diagnóstico por el oído 239
Diagnóstico por el olfato 246
Diagnóstico por el tacto y la palpación. La toma del pulso 247
Diagnóstico por la vista y la observación 266
Observación de la piel y de la cara 266
Observación de los ojos 277
Observación de las orejas 282
Observación de la nariz 284
Observación de los labios, dientes, encías y garganta 286
Observación de las extremidades 289
Observación del dedo índice en los niños 290
Observación del territorio de los meridianos 292
Observación de cambios en la piel 293
Observación de la lengua 296
SISTEMAS DE DIFERENCIACIÓN DE SÍNDROMES 307
Diferenciación de síndromes según los ocho cuadros básicos 312
Síndromes superficial e interno 315
Síndromes de frío y de calor 322
Síndromes de insuficiencia y de exceso 324
Síndromes yin y yang 330
Diferenciación de síndromes según los Cinco Elementos 334
Síndromes relacionados con alteraciones del ciclo de generación 336
Síndromes relacionados con el ciclo de control y la dinámica de explotación 342
Síndromes relacionados con el ciclo de control y la dinámica de oposición 346
Diferenciación de síndromes según el Qi, la Sangre y los líquidos orgánicos 348
Síndromes del Qi 350
Síndromes de la Sangre 355
Síndromes de los líquidos orgánicos 361
Diferenciación de síndromes según la etiología 368
Factores climáticos e infecciosos 369
Factores psicológicos 380
Alimentación y actividad 388
Diferenciación de síndromes según
los Órganos internos 390
Diferenciación de síndromes de Hígado y Vesícula Biliar 392
Diferenciación de síndromes de Corazón e Intestino Delgado 413
Diferenciación de los síndromes de Bazo y Estómago 425
Diferenciación de síndromes de Pulmón e Intestino Grueso 444
Diferenciación de síndromes de Riñón y Vejiga 452
Síndromes mixtos de los Órganos 461
Diferenciación de síndromes según los seis niveles 472
Síndrome de tai yang 476
Síndrome de shao yang 479
Síndrome de yang ming 480
Síndrome de shao yin 482
Síndrome de jue yin 484
Diferenciación de síndromes según los cuatro niveles: Wei, Qi, Ying, Sangre 485
Diferenciación de síndromes según
los doce meridianos 492
Diferenciación de síndromes según San Jiao 495
INTRODUCCIÓN
La enfermedad es el intento del conjunto cuerpo-menteemoción-espíritu por recobrar su equilibrio perdido, haciendo para ello uso de unas «llamadas de alerta» que son los síntomas y signos, que son las manifestaciones de la lucha por mantener la vida. En un punto determinado de la situación de desequilibrio, si es excesivo y se ve superado sin posibilidad real o eficaz de recuperarse, se produce un cambio y se «vuelve a yin», que es como se denomina al final de la vida.
En estado de salud nos sentimos bien. Para hablar de enfermedad hay que hablar de salud. En el libro de fisiología hemos hablado de salud, hemos tratado de todos los sistemas que funcionan coordinadamente para que nos sintamos bien, para que todo funcione bien, del mismo modo que en un país o en una ciudad todos los sistemas e instituciones, todas las personas tienen que realizar su tarea, su cometido, de la mejor forma posible, porque la globalidad depende de la individualidad. En ocasiones algunos individuos ya no pueden realizar su trabajo, o lo hacen mal, o provocan daños, entonces el conjunto intenta recuperar los daños
para recuperar la normalidad cuanto antes. Esto significa que algunas personas o grupos tienen que hacer temporalmente el trabajo que les correspondía a otros, pero este esfuerzo no es gratuito, tiene un coste, hay un agotamiento de esas personas, tras el esfuerzo extra prolongado.
En una ciudad puede que el suministro de alimentos sufra demoras o daños o cualquier alteración que haga que a las familias y a los individuos no les llegue la cantidad suficiente: esas personas verán mermada su energía, su vitalidad y se podrán sufrir daños bioquímicos, estructurales, mentales, emocionales, etc., incluso irreparables.
Si el suministro de agua, de electricidad, de gas, de combustible, en general, no es adecuado, se sufren también consecuencias. Todos nos hemos visto alguna vez en mayor o menor medida en una circunstancia de estas, y no se trata tan sólo de que nos tengamos que duchar con agua fría y luego tengamos un terrible dolor de cabeza por habernos quedado con el pelo mojado... En muchos lugares aún no hay agua caliente y la fuerza del agua que sale por un pequeño caño y te cae en la cabeza parece imposible para ducharte, o hay que lavarse por partes, a poquitos, aprovechando el agua que hay. Pero otra cosa bien distinta es no tener ni siquiera agua limpia para beber, para lavarnos, para lavar nuestra ropa, o peor, que el agua esté contaminada... con las seguras infecciones e infestaciones.
El aire que respiramos, la contaminación que nos rodea son factores a considerar. En muchas grandes ciudades los niveles de contaminación superan con creces las tasas consideradas adecuadas, están muy por encima de lo que el organismo es capaz de soportar. Ya no es raro ver personas con mascarillas por nuestras calles, y no sólo en invierno (pensando en las calefacciones que se utilizan y contaminan), sino en todo el año: automóviles, industria... El desarrollo es contaminante mientras no cambien los pueblos, los gobiernos y las personas de modo individual.
Las noticias. Personalmente considero que las noticias son una fuente importante de estrés. Tanto es así que suelo recomendar no ver las noticias, no leer periódicos y quedarse al margen del mundo en determinadas circunstancias. Lo que ocurra importantísimo nos va a llegar igual. Y es que las noticias son malas en general si añadimos el carácter catastrofista o el deseo de hacernos sentir que todo está peor, mostrarnos imágenes terribles, no contar nada bueno... Es difícil contrarrestar el terror y el horror en que vivimos. Quizá alguno esté pensando que es mejor esconder la cabeza. No. Hay momentos en que uno no está preparado para soportar el bombardeo mediático de dolor de los pueblos y de las personas, de ira globalizada, de mediocridad generalizada, de incompetencia de algunas instituciones, de egoísmo con nombre y apellidos, y entonces es mejor buscar un lugar seguro, un «santuario» donde vivir un poco en paz, donde hacer que nuestro entorno sea saludable, lo más feliz y pacífico posible y ser gérmenes de alegría, de amor y de salud. Más importante me parece, mientras estamos afrontando determinadas afecciones que implican nuestro sistema de defensa. ¿Cómo vamos a estar mínimamente bien si todo lo que nos llega es horror, por no decir basura? En fin, cada uno puede tomar sus decisiones, pero rodearnos de belleza, de todo lo que nos parezca bonito y nos haga sentir bien, rodearnos de cosas buenas, actos buenos, personas buenas, todo esto... está en nosotros, en nuestras manos. Algunas personas creen que hay que tener un cierto nivel económico para rodearse de un entorno amable y acogedor, y no es así. Hay lugares muy, muy humildes y francamente acogedores, donde uno se siente de maravilla.
La salud, ¿qué es la salud? Salud, divino tesoro... Andaba yo preparando una conferencia divulgativa sobre el sistema inmune y el cuidado de la salud cuando se me ocurrió buscar definiciones de salud. Bueno, pues lo hice y me sorprendí, pues hasta congresos específicos habían sido organizados para concretar qué es
la salud. Se tiene la tentación de pasarlo por alto, pero es que no es fácil. Todos podemos tener una sensación de estar saludables, pero ser y estar saludable no es lo mismo. Ser saludable es más bien una actitud, una disposición ante la vida y los problemas que conlleva estar vivo; tanto, que personas con poca calidad de vida, poca salud por enfermedades graves son percibidas y se sienten, muy felices comparativamente con la gravedad de la enfermedad. Y, por el contrario, personas aparentemente saludables se sienten mal y ante cualquier inclemencia de la vida, por leve que sea, se sienten y se perciben fatal. Esto implica que la salud no es sólo física, la salud es mental y es emocional, es espiritual. La salud es un conjunto de circunstancias. Vayamos, pues, a la oficialidad y veamos qué nos dice la Organización Mundial de la Salud (OMS). La OMS en su año de constitución en 1946 definió la salud como «el estado de completo bienestar, físico, mental y social, y no sólo la ausencia de enfermedades». Esta definición conlleva grandes implicaciones, y es que la salud es bienestar de los aspectos físicos (lo cual tenemos casi todos asumido), pero también de nuestro estado mental. Y lo más importante, la salud es bienestar social. Es decir, si ya nuestra convivencia no es buena, si la sociedad no es saludable, difícilmente los individuos serán saludables. No es este el lugar para ahondar en estos aspectos, pero es algo que me importa y preocupa especialmente. Y, por último, la salud no es la ausencia de enfermedades. Es decir, aunque todo parezca estar bien, tiene que estar y ser saludable todo el conjunto. Esto implica que la prevención es realmente parte de la salud, del bienestar.
Me gusta especialmente modificar la definición y añadir el aspecto emocional, pues las emociones son las mensajeras o intermediarias entre los aspectos físicos y mentales, las que nos permiten «tomar una medición» sobre cómo van la mente, el cuerpo y la relación con los aspectos externos a nosotros. La definición entonces quedaría así: «La salud es el estado de completo bienestar físico, mental, emocional v social v no sólo la ausencia de enfermedades.»
Me van a permitir que presente mi definición de salud que pretende ayudar a meditar sobre el concepto de salud y bienestar:
La salud es la capacidad de vivir con alegría, conscientes, de forma autónoma y solidaria, y de cumplir los sueños.
Vivir de forma autónoma significa que podemos realizar todas nuestras funciones orgánicas y relacionarnos con otros sin impedimento; vivir de forma solidaria implica una relación en comunión con el resto de seres humanos; vivir conscientes significa vivir despiertos, saber qué pasa, qué vivimos, con responsabilidad. Y finalmente la capacidad de cumplir nuestros sueños y que nada ni nadie, ni nosotros mismos, sea un obstáculo para dar lo mejor de nosotros mismos para sacar aquello para lo que estamos hechos. Vivir así minimiza los estados de dolor, ira, tristeza, frustración, miedo, preocupación excesiva que afectan tanto a los órganos como a la mente.
Según la medicina china la salud se define muy sencillamente como el equilibrio dinámico que existe entre yin y yang como se estudia en el texto de fisiología. Esto implica que no somos, no estamos ni vivimos en un equilibrio estático: la vida no es un equilibrio estático. Lo estático es tan sólo una apariencia, un engaño del tiempo. El cambio es lo único que existe siempre. Parece un juego de palabras, pero el cambio es lo único perenne en la vida y en el universo. La vida y el universo están en continuo movimiento. Que parezca que no se mueve no significa que no sea así. Una montaña que hemos visto desde pequeños nos parece siempre igual, pero esto sólo es porque su cambio es extremadamente lento comparado con nuestro ciclo vital. Cuando el cambio o el movimiento es extremadamente lento en comparación con nuestro ritmo nos parece que no hay cambio, que no hay movimiento.
«Nada existe para siempre». Esta frase se deduce continuamente de textos antiguos y nos provoca una cierta inseguridad, ya que por naturaleza buscamos justo una cierta seguridad: saber que tenemos un lugar al que volver, que quizá alguien nos espera, que nuestra caja de los tesoros de cuando éramos pequeños estará allí. Necesitamos algunas referencias invariables. Pero nuestras referencias fijas también se mueven con respecto a otras referencias. Esto me recuerda a los sistemas referenciales que estudiábamos en física. Todo está posicionado en un espacio-tiempo con respecto a algo. El sistema de referencia que utilicemos condiciona la descripción de la localización de un lugar o de un momento exacto. Para ubicar o localizar espacios y tiempos necesitamos crear patrones referenciales. Pongamos el ejemplo de la Estrella Polar: nos indica el lugar más cerca del Polo Norte, pero no siempre fue así. A lo largo de los ciclos otras estrellas se ubicaron y pueden ubicarse en ese lugar preciso que denominamos «más cercano al Polo Norte». Así estrellas como Thuban y Vega fueron la «estrella polar» y con el devenir del tiempo, miles de años, volverán a serlo, aunque ninguno de los que leamos este libro lleguemos a verlo. A no ser que este texto perdure en un futuro con otros lectores. ¡Quién sabe!
En el organismo también encontramos cambios continuos. El organismo también dispone de sus propios sistemas referenciales, lo más complicado es que intentamos comprender el cuerpo sometiéndolo a un sistema referencial determinado igual para todas las personas, cuando lo que ocurre es que el sistema referencial básico se puede modificar según la persona. Pero no nos agobiemos, existen leyes y patrones referenciales, aunque a veces tenemos que comprender que la ley es que no existe tal ley. Ya lo hemos nombrado antes: lo único invariable es el cambio. Pero los humanos necesitamos ordenar, cuadrar, ordenar, fijar, medir... Si somos capaces de además sentir, aceptar otras dimensiones, asumir diferentes patrones referenciales, entonces surge la magia de la comprensión multidimensional. Parece que algo se abriera en nuestra mente y sabemos, sentimos, vivimos con patrones refe renciales que son referencias para otros, de la misma manera que la Tierra gira alrededor del Sol, y el Sol se mueve arrastrando al Sistema Solar dentro de la galaxia. Volvamos a la Tierra...
Cuando por alguna razón en el cuerpo se produce un cambio, digamos que surge algo inesperado, el organismo dispone de sistemas para recuperar el equilibrio. Todos estos sistemas son los que están trabajando continuamente haciendo que parezca que hay calma cuando en realidad dentro hay un movimiento continuado. Esto nos recuerda al famoso refrán que dice «que se queme la casa y no se vea el humo». Como consecuencia de ese cambio podemos sentirnos un poco descolocados puntualmente, pero si todo va bien cualquier desequilibrio es reequilibrado y nosotros casi ni nos enteramos... Por ejemplo, respirar, respiramos, ¿verdad? Pues respiramos virus, bacterias y partículas potencialmente dañinas, pero nuestro cuerpo se encarga de que nosotros podamos seguir con nuestra vida y «el sistema» hace todo el trabajo sucio. Nuestro cuerpo, la entidad cuerpo-mente que somos, es un maravilloso universo de posibilidades, de desequilibrios y a su vez de recursos para equilibrarnos de nuevo. Y con esto volvemos al comienzo de esta introducción, donde decíamos que la enfermedad es el intento del cuerpo, del ser al completo, para recuperar el equilibrio perdido, pidiendo ayuda, dando señales de que algo no iba bien a través de distintas manifestaciones de tipo físico, mental, emocional, e incluso espiritual o de conciencia (llámalo X).
A los médicos sabios, prudentes y discretos los pondré sobre mi cabeza y los honraré como a personas divinas.
MIGUEL DE CERVANTES SAAVEDRA en El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha.
Ficha técnica
- Autor/es:
- doctora Nuria Lorite Ayán
- Editorial
- Letra Clara
- Formato
- 15 x 21 cm
- Páginas
- 500
- Encuadernación
- Rústica (tapa blanda)