portada El Secreto de la Serpiente Emplumada, por Armando Torres, 9786079512316

El Secreto de la Serpiente Emplumada

Referencia: 9786079512316
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Esta obra trata de lo que me sucedió por haberme involucrado con un grupo de practicantes del curanderismo y la brujería. No es mi intención describir sucesos cotidianos, lo que comparto aquí, es una selección de hechos y momentos extraordinarios, donde aprendí o experimenté algo especial

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Esta obra trata de lo que me sucedió por haberme involucrado con un grupo de practicantes del curanderismo y la brujería. No es mi intención describir sucesos cotidianos, lo que comparto aquí, es una selección de hechos y momentos extraordinarios, donde aprendí o experimenté algo especial. Así que, propiamente hablando, puedo decir que soy el producto de ambas enseñanzas: la del grupo de los curanderos, por un lado, y la de Carlos Castaneda, por el otro; de tal forma que me es inevitable, en ocasiones, mezclar ambas terminologías. Confieso sin embargo, que en esta obra, hice un esfuerzo especial en beneficio de los lectores, a fin de hacerla más coherente con el vocabulario del nagualismo utilizado en los libros de Carlos. Debido a mi manda, he podido corroborar en gran medida muchos de los desafíos dejados por Carlos. Y aún cuando todavía me encuentro, en la fase de recolección de mis experiencias pasadas, he perdido la forma humana y he logrado completar mi cuerpo energético. Esto me ha abierto las puertas a un mundo extraordinario. Nosotros tenemos muchas capacidades ocultas, que solo están a la espera de ser exploradas, pero para eso, primeramente necesitamos hacernos conscientes, de que esas posibilidades realmente existen, un medio para alcanzar ese objetivo, es a través de exponernos a los cuentos de poder, porque estos ayudan a crear un precedente dentro de nuestra visión del mundo, una vez que conocemos la viabilidad de algo, que antes ni siquiera nos atrevíamos a pensarlo, entonces esa posibilidad, se torna real, también para nosotros... En el camino del conocimiento he experimentado cosas tan fuera de los común, que intentar exponerlas en forma de alegato desde una tribuna, sería exponerme al ridículo, o quizás ser tajado de loco y mentiroso, por aquellos que nada saben de estos asuntos, justo como le ocurrió, en repetidas ocasiones a Carlos Castaneda. Aquí es donde el viejo proverbio que dice ''cuelas una hormiga pero dejas pasar un elefante'', es aplicable a la gente que se quedan atrapadas en los detalles de los cuentos, en la descripción de los eventos, y pierden lo más importante que es el mensaje.

Prólogo
Viviendo un mito
Por Juan Yoliliztli

"El Diablo hizo los ex-sacramentos con cosas que no se pueden reconocer, malas de comer. Acaso con algunas formas que se agitan alrededor, bestias fieras, pájaros difíciles de identificar, que no son corrientes. Muy peligrosa es su palabra, doble, oscura."
Fraile Andrés de Olmos
Tratado de las Idolatrías de la Nueva España, año 1536.

Aún cuando, durante la conquista de México, los españoles pudieron presenciar actos asombrosos de transformación entre los indígenas, como dan testimonio los historiadores de la época en sus crónicas, (aparte de que aún quedan evidencias de tales hechos, grabados en esculturas y pinturas murales en diversas iglesias del país) ellos no supieron aprovechar la gran oportunidad que se les presentaba para estudiar una cultura distinta o explorar las nuevas posibilidades perceptivas que atestiguaban. En lugar de esto, tacharon los actos que veían como "obras del demonio", razón por la cual los persiguieron, los mataron y los dieron por exterminados, olvidando luego el asunto, ya que sus ojos estaban fijos en el metal amarillo que los indígenas despreciaban porque tenían a la mano algo que
consideraban de mucho más valor: el conocimiento de un vasto mundo mágico.
Los investigadores modernos, científicos brillantes, luchan por desentrañar los misterios del universo; para eso, construyen sofisticadas naves espaciales cada vez más complejas. Lo hacen, aún sabiendo que, hagan cuanto hagan, jamás podrán vencer físicamente las enormes distancias de miles de millones de años luz, verdaderas barreras que nos separan de otros cuerpos celestes. Y lo más triste es que, si acaso algún día lograsen vencerlas, seguramente harían con las otras razas que llegasen a encontrar, lo mismo que los conquistadores les hicieron a nuestros hermanos indígenas. (¡Que no se olvide! Todos los europeos y sus descendientes tenemos una deuda para con ese pueblo.)
Sin embargo, hubo un otro tipo de investigadores que tomaron una vía distinta para descifrar los misterios del Universo y que afirman haber logrado resolver de una manera práctica la cuestión del tiempo y espacio, sus herederos son los brujos modernos, quienes, en vez de tratar de manejar las cosas desde la física, como lo hace nuestra ciencia actual, enfocaron sus esfuerzos en la comprensión y el manejo de la energía, disciplina aún desconocida en nuestras universidades.
Con la aplicación de ese conocimiento, los brujos viajan libremente por todo el Universo en tiempo cero, sin importar la distancia a recorrer, ni con el costo, que no se mide en litros de combustible, sino en intensidad de atención. Aseguran que el secreto radica en la manipulación de la conciencia, allí donde todo se reduce a energía. Partiendo de esa premisa, ellos se lanzan a la exploración de lo desconocido.
¿Qué hubiera pasado si los europeos de hace quinientos años, en lugar de concentrarse en la conquista y la destrucción, hubiesen aprovechado la oportunidad que se les presentaba? Probablemente, nunca lo sabremos; pero puede que hoy, cinco siglos después, el ser humano como raza ya fuera un viajero frecuente del Cosmos.
El hombre de razón camina hacia su extinción. La egomanía resultante de la importancia personal y la autocompasión llevan al 'homo sapiens' u 'horno razonabilis' hacia su final. En su lugar, aparecerá una nueva raza: el 'horno perceptibilis'; ésos serán seres mágicos que viajarán libremente por el oscuro mar de la conciencia. Veo el surgimiento de un mundo nuevo, donde la "magia" y la tecnología coexistirán en perfecta armonía.
En este libro, Armando nos ofrece una magnifica descripción de su aprendizaje junto a los curanderos de México que lo adoptaron como ayudante. Nos muestra de forma clara que la realidad que percibimos depende completamente de dónde fijarnos nuestra atención. Así que, el mito de los brujos, aún cuando parezca patrañas al hombre occidental, es en verdad una descripción distinta del mundo. Desde esta óptica, si lo que el investigador busca son resultados, las prácticas que siga para lograrlo no tienen mucha importancia, lo que importa es que funcionen.
El mito de los brujos, por lo tanto, no es una mentira, corno insinúa el nombre, sino que, una representación alterna de la realidad. Sus descripciones son
sostenidas por la voluntad de esos hombres poderosos y se encuentran vigentes aún hoy día. Ellos la aplican en su vida diaria de forma práctica y, de hecho, dicen ellos que funcionan tan bien como nuestras propias descripciones basadas en la razón.
El hombre moderno, al describir su mundo, lo hace de manera tan metódica y detallista que no le queda ni siquiera una mínima fisura por donde escapar. De ahí la sensación de estar embotellado, de no tener paz, no tener salida, hechos que generan tanta depresión. El resultado es el terrible estado destructivo en que se encuentra la humanidad. "Lo que el hombre moderno necesita, es volver a soñar sueños de poder y magia."
He oído muchas especulaciones respecto a que si Carlos logró o no su meta.
- ¿Usted cree que Carlos Castaneda haya alcanzado la libertad? — Me preguntan con frecuencia.
!Claro que sí! Él, al igual que Calixto Muni, salió victorioso de su batalla. Carlos ha logrado dar un salto mortal con el pensamiento y es libre. "No se deben poner trabas al pensamiento, ése es el gran truco de los brujos."
En esta obra, Armando ofrece las herramientas para liberarnos de las cadenas de la racionalidad, abre las cortinas del otro mundo y nos brinda una nueva descripción, al develar el mito de los brujos curanderos. Nos muestra una realidad que no es nuestra descripción cotidiana, pero que sigue muy vigente en algunas comunidades rurales de México.
De modo que en este punto es justo advertir al lector sobre la necesidad de suspender el juicio y aproximarse a este asunto con un criterio amplio, una mente abierta y una actitud de verdadera investigación. Armando nos invita a entrar en un mundo mágico, donde nuestras más extravagantes fantasías pueden volverse realidad. Nos demuestra que las experiencias de los brujos están al alcance de cualquiera, es tan sólo querer abrirse a ellas.
A mí, en lo particular, esta obra me deja un raro sabor de boca, al darme cuenta que, de hecho, no estamos conscientes de nuestras verdaderas posibilidades como seres humanos. Al igual que todos, yo no esperaba un nuevo libro por parte de Armando, tomando en consideración sus repetidas negativas al respeto; así que esta obra, fue para mí, motivo de una gran sorpresa y deleite; espero que ustedes, la disfruten tanto cuanto yo.
J.Y.

Introducción

Mi nombre es Armando Torres, éste es el testimonio de las experiencias por las cuales he pasado tras haberme involucrado con un grupo de brujos curanderos de la Sierra Madre Oriental de México. El responsable de que haya adoptado este camino, fue el célebre antropólogo Carlos Castaneda, autor de una docena de bestsellers, donde relata su propia odisea de aprendizaje en el arte de la brujería.
Carlos nos cuenta en sus libros como, a causa de sus estudios de campo, entró en contacto con un poderoso chamán Yaqui del norte de México llamado don Juan Matus. Durante trece años se dedicó a investigar el mundo mágico al cual le introdujo don Juan con la ayuda de sus compañeros.
En el primer contacto que tuvo Carlos con su maestro, aquello que al principio parecía ser un encuentro común con un brujo yerbero, que como muchos otros utilizaba plantas alucinógenas para inducir un estado alterado de conciencia en su aprendiz, resultó ser algo muy distinto.
Carlos desarrolló una doble relación con don Juan y sus compañeros; por una parte, en la conciencia cotidiana, los trató como si fueran sus informantes indígenas, por la otra, en estados alterados de conciencia, recibió de ellos importante información como aprendiz de brujo.
A partir de su quinto libro, justo después de la partida del nagual Juan Matus y su equipo, la historia da
un vuelco inesperado, cuando Carlos empieza a recordar todo lo vivido en la conciencia acrecentada.
En ese estado insólito de conciencia, descubrió que su maestro no era meramente un brujo ordinario, involucrado en los quehaceres de los brujos, sino que pertenecía a una tradición de practicantes, cuyo origen se remontaba a la antigüedad. Supo que don Juan era, además, el nagual, es decir, el líder de un grupo de brujos que perseguían la libertad total como meta abstracta.
La capacidad de orientar el aprendiz en un estado de conciencia acrecentada es uno de los elementos básicos en la formación de nuevos guerreros en las partidas de brujos.
Logran ese estado cambiando la posición del punto de encaje del discípulo a nuevas áreas de su luminosidad. El resultado de esos cambios es muy parecido a lo que ocurre cuando se utilizan plantas de poder, pero la manipulación deliberada permite un mayor control, de forma que se puede prolongar ese estado inducido de percepción, por mucho más tiempo.
La conciencia acrecentada ha sido descrita de muchas maneras; quizás, la que mejor la explica, es aquella donde consideramos la posibilidad de la existencia del punto de encaje. De acuerdo con los brujos videntes, el punto de encaje es el centro de la percepción; lo perciben como si fuera un magneto luminoso que está situado en la periferia del campo de energía que circunda el cuerpo físico, a la altura de los omóplatos y más o menos a un brazo de distancia.
Los brujos han aprendido a mover ese punto de luz. A través de la experimentación, vieron que es posible manipular la fijeza de ese punto de diversas maneras. También aprendieron que era viable hacerlo en terceros. Saben que sin importar adonde se desplace el punto de encaje, siempre será un área nueva. Vieron que ésa característica podía ser usada como el elemento clave en la enseñanza de los aprendices, porque tiene la propiedad de conceder a quien la experimenta, concentración ilimitada en lo que se hace.
Por lo tanto, los maestros utilizan esta maniobra para enseñar, ya que lo que se aprende en ese estado alterado de conciencia queda latente en el receptor. Sin embargo, por su propia naturaleza, la instrucción recibida se transforma en un bloque perceptual de gran intensidad, lo cual constituye un grave problema para la recolección de los eventos vividos.
La instrucción recibida en esos lapsos de conciencia alterada es entonces olvidada, se queda almacenada en un área de nuestro ser total que no es el cerebro. Es como si el aprendiz hubiera sido puesto en un profundo estado de hipnosis en el momento de recibir la enseñanza, sólo para recordar todo lo ocurrido posteriormente, a través de alguna situación especial o palabra clave, como si fuera una orden post hipnótica.
Tratar de recordar la conciencia acrecentada es como tratar de recordar un sueño; cuanto más se esfuerza uno, más efímero se vuelve éste. Para recordar ese tipo de experiencia es necesario almacenar suficiente energía. De nada sirve usar la mente lineal para recobrar esas memorias, sólo con energía es posible mover el punto de encaje, para así realinearlo en la posición, en que se encontraba en el momento, en que se dio la experiencia, que se quiere recordar.
En ese estado especial de conciencia, Carlos aprendió de primera mano los misterios de la brujería. Se hizo consciente de que todo es energía y que es posible utilizar y controlar ésa energía. Los brujos poseen ese conocimiento desde hace miles de años, los pasan de generación en generación, a individuos elegidos por esa misma fuerza impersonal e inexplicable que moldea el universo.
Para el hombre común y corriente, lo que hacen los brujos es incomprensible. Sus actos desafían la razón y eso, a través de la historia, les ha generado fama de poseer poderes especiales y controlar fuerzas sobrenaturales, que la gente por lo general asocia con la intervención de espíritus maléficos.
Conforme evolucionaba en su instrucción, el joven estudiante de antropología, aún sin estar plenamente consciente de lo que hacía, se adentró en un extraño sistema de conocimiento. Descubrió que la brujería, lejos de ser un conjunto de prácticas absurdas, de maleficios y encantamientos, era en verdad una filosofía de vida muy antigua, ejercida por practicantes extremadamente disciplinados.
Al unir su destino al grupo del nagual, Carlos se enteró que don Juan y sus compañeros eran en verdad, el último remanente de un linaje de conocimiento ancestral que había florecido durante miles de años en lo que actualmente es México y parte de Centroamérica, una cultura única de personas apasionadas por develar el secreto de la existencia. Esos hombres eran conocidos como toltecas.
Tolteca es el nombre que se le da a cualquiera que sea practicante de las artes que conducen al conocimiento.
Sus quehaceres tienen que ver con investigaciones en el campo del estar consciente de ser, con el control de sí mismos y la manipulación de seres inorgánicos o fuerzas aliadas, como les llaman ellos.
Hasta hoy en día existen, diseminados por todo el país, los descendientes de aquellos antiguos linajes, que siguen el camino y las prácticas de sus antepasados. Uno de esos grupos son los brujos curanderos, tradición a la cual pertenezco y de la cual se trata este trabajo.
Debido a mi manda, he podido corroborar en gran medida muchos de los desafíos dejados por Carlos. Y aún cuando todavía me encuentro en la fase de recolección de mis experiencias pasadas, he perdido la forma humana y he logrado completar mi cuerpo de sueño. Esto me ha abierto las puertas de un mundo extraordinario.
***
En la primera etapa de su aprendizaje, Carlos siguió fielmente la tradición y se mantuvo totalmente inaccesible al mundo exterior; no recibía a nadie, ni siquiera concedía entrevistas para publicitar sus propios libros. Pero, con el tiempo, poco a poco, se fue abriendo. Primero aceptó realizar reuniones privadas y más adelante consintió en impartir conferencias públicas.
Tuve la fortuna de asistir a diversas de esas charlas. Además en varias ocasiones pude platicar directamente con él, de tal manera que aproveché para aclarar mis dudas.
Recuerdo que en el inicio de mi aprendizaje, creía tener todo bajo control, incluso ya había decidido mi
necesario para organizar el material que él me había transmitido.
En el proceso de publicación, surgió el desafío de no sólo escribir la regla, sino también sintetizar en unas cuantas páginas todo lo vivido con Carlos. Ese trabajo, que me hundió en un profundo estado de recapitulación y ensueño, me hizo revivir las memorias más recónditas, resultó finalmente el libro Encuentros con el Nagual.
Castaneda acostumbraba utilizar la escritura periodística como estilo literario, dándole así un sabor de reportaje a sus libros. En esta obra, he preferido la forma narrativa y de cuentos para dar a conocer mi historia. La ventaja en el uso de este formato, es que me permite un mayor espacio en el manejo de las palabras e ideas. Debo aclarar sin embargo, que no por usar ese tipo de escritura, lo que describo es irreal.
En el camino del conocimiento, he experimentado cosas tan fuera de lo común, que intentar exponerlas en forma de alegato desde una tribuna, sería exponerme al ridículo o quizás ser tajado de loco y mentiroso por aquellos que nada saben de estos asuntos, justo como le ocurrió en repetidas ocasiones a Carlos Castaneda.
Los brujos por lo general son muy reticentes al hablar sobre su conocimiento, porque saben que a veces, éste es aparentemente contradictorio. Además, que explicarlo no siempre es una tarea sencilla, principalmente porque las personas no tienen la energía necesaria para comprender y porque desconocen las posibilidades alcanzadas por los brujos, de modo que no pueden creer en lo que éstos dicen. Es por ello que en ocasiones, los brujos recurren a la artimaña de las fábulas y metáforas para exponer su conocimiento.
Tal vez sea debido a eso, que algunos se resintieron tanto, cuando descubrieron que Carlos daba información contradictoria, sobre sí mismo y su historia personal. Aquí es donde el viejo proverbio que dice "cuelas una hormiga pero dejas pasar a un elefante" es aplicable a la gente que se queda atrapada en los detalles de los cuentos, en la descripción de los eventos, y pierden lo más importante que es el mensaje.
En un principio, yo tampoco comprendía muy bien a que se referían los abuelos cuando expresaban su conocimiento. A veces, ellos incluso utilizaban términos, que ni siquiera tenían una traducción exacta en nuestro idioma. Por lo tanto, mi primer impulso fue rechazar todas aquellas "jerigonzas" místico-religiosas, que yo consideraba eran creencias de gente ignorante.
Lo que me impidió juzgarlos de forma tan ruda, fue la capacidad que tuve de convertir los conceptos que los abuelos intentaban enseñarme, a la terminología empleada por Castaneda. Solo gracias a lo que aprendí con Carlos, fue que pude entender lo que trataban de explicarme los curanderos.
Así que, propiamente hablando, puedo decir que soy el producto de ambas enseñanzas, la del grupo de los curanderos, por un lado y la de Carlos Castaneda por el otro, de tal forma que me es inevitable, en ocasiones, mezclar ambas terminologías. Confieso sin embargo, que en esta obra, hice un esfuerzo especial en beneficio de los lectores, a fin de hacerla más coherente con el vocabulario del nagualismo utilizado en los libros de Carlos.

Índice

Prólogo
Viviendo un mito 11
Introducción 17
Parte I
Despertando al intento 29
Atizando la importancia personal 35
La única ayuda externa que podemos recibir 38
Atizando al intento 40
Eficiencia y Eficacia 42
Unidades selladas de energía 45
La rueda del tiempo 53
Las líneas paralelas 59
La cúpula de los naguales 64
La opción de los brujos 71
La última maniobra 73
El plan del nagual 75
Parte II
El mundo del brujo curandero 79
Don Gabinito 85
Uno es lo que come 96
El ritual de iniciación 101
Volviéndome un ayudante de curandero 115
Los votos del curandero 119
Una visión distinta del mundo 128
El tejido de la vida 137
El Tonalámatl 141
Doña Lucrecia 148
Cuentos de cocina 156
La humildad del rey 159
Historias de pacientes 163
Los ataques del señor Salas 166
El pegoste energético 169
El jugador de pelotas 171
La leyenda del guerrero enamorado 176
El cuento del rey poeta 180
Parte III
Las lecciones de los curanderos 185
El acecho de don Melchor 189
Cumplir con lo mínimo 192
El poder de la palabra 200
Ohtli Necuapalli 209
El arte de actuar 224
Más allá del ensueño 237
De la bitácora de ensueño 247
Parte IV
El secreto de la serpiente emplumada 251
El vuelo del Quetzal 259
El linaje de los Ticis 268
La regla para las partidas circulares 272
Parte V
Transmutaciones 291
Epílogo
El último adiós 297

 

Alba
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