Destapa Tu Olla Estres

Las soluciones están en tu cerebro

Si alguna vez has acumulado tanto estrés y tanta ansiedad que te has sentido a punto de estallar, ya sabes por qué Victoria Cadarso -autora en esta misma editorial del exitoso Las emociones: ¿engordan o adelgazan?- compara ese estado con el de una olla a presión.
Este libro analiza todos los ingredientes, recetas y sabores del estrés para hacernos adquirir conciencia de lo que es, qué significa, cómo nos afecta, cómo se manifiesta y adónde nos conduce. A través de diversos ejercicios de fácil aplicación, nos enseña a conectar con las emociones positivas que nos llevan a amarnos a nosotros mismos y a relacionarnos mejor con los demás.
Desde la psicología tradicional a los últimos avances de la neurociencia, desde la medicina energética a las terapias alternativas, en estas páginas encontraremos todas las respuestas para lograr el equilibrio y saber convivir mejor con el estrés que nos presenta el día a día.

Victoria Cadarso es licenciada en Psicología por la Universidad Complutense de Madrid y psicoterapeuta de Terapia Centrada en el Cliente, Gestalt y Psicodinámica por la Universidad de Comillas. Certificada en Psicoterapia Integrativa por el Institute for Integrative Psychotherapy de Nueva York, además se ha formado en diferentes terapias de psicología energética como EDxTM, TFT y EFT con los precursores de estas técnicas en Estados Unidos. Asimismo, es trainer de PNL formada por Richard Bandler en Inglaterra y certificada en eneagrama por Don Richard Riso y Russ Hudson del Enneagram Institute de Nueva York. También está certificada en EMDR por el EMDR Institute de Estados Unidos y en la Integración del Ciclo Vital y Terapia del Apego.
Se considera una estudiante en formación continua, siempre aprendiendo nuevas terapias y herramientas. Aplica sus conocimientos tanto en la terapia como en los cursos que ofrece en el centro Victoria Cadarso Team (VCteam) que dirige en Madrid, así como en el Instituto de Terapias Integrales y Enseñanzas Energéticas (ITIEE) con el que colabora muy estrechamente. Su meta es ayudar a cualquier persona ofreciéndole la información y el entrenamiento necesarios para que aproveche su inmenso potencial y recupere su equilibrio en un breve periodo de tiempo.
Actualmente realiza psicoterapias individuales, de pareja y de familia e imparte cursos de formación en psicología energética (es presidenta de la Asociación de Psicología Energética de España), en eneagrama y otros talleres de autoconocimiento y desarrollo personal. Al mismo tiempo, participa como ponente en diferentes congresos, da conferencias por todo el territorio nacional y colabora en diferentes medios de comunicación.

Prefacio

Cuando acabé la carrera de Psicología en 1978 vi anunciado un máster sobre el estrés y, leyendo el contenido, pensé:
«Qué aburrimiento, qué materia tan densa y poco interesante». Pues bien, nunca se puede decir «de esta agua no beberé», porque casi treinta años más tarde estoy escribiendo sobre el estrés. Y he tomado esta decisión porque soy consciente de que todos padecemos distintos grados de estrés a lo largo del día, de la semana, del mes, del año, y de nuestra vida.
Estrés es tensión, y la tensión nos activa. El estrés también nos crea incomodidad y nos hace movernos para buscar la comodidad. Todo en nuestra vida está en continuo movimiento: cada célula, cada átomo, cada electrón y/o protón, y este movimiento tiende a un nuevo orden, pero para que se produzca el movimiento tiene que haber tensión y cambio.
A lo largo de un solo día cambiamos de actividad muchísimas, posiblemente incontables veces, y cada cambio requiere una nueva adaptación de nuestro organismo (cuerpo-mente). Cuando nuestro organismo realiza un cambio en alguno de sus sistemas, los otros también se ven afectados y todo se tiene que reorganizar. Pero además, cuando nosotros cambiamos, afectamos a nuestro entorno y éste también se tiene que reorganizar.
Yo era una «ejecutiva agresiva» que tenía la sensación de que mi energía era ilimitada para poder hacer muchas cosas y además muchas cosas a la vez, lo que se llama «multitarea». Pero me faltaba tiempo para hacer todo lo que quería. No sabía lo que era descansar y mis vacaciones consistían en cambiar de actividad. Era el momento en que le dedicaba tiempo a la casa, a hacer bricolaje, limpiaba las lámparas o arreglaba las cosas que necesitaban un repaso. Y así año tras año.
Nunca enfermaba, y si lo hacía no me daba cuenta. No falté ni un solo día al trabajo, ni siquiera el día que murió mi padre, de un infarto. Trabajaba muchas horas diarias, más de las que son aconsejables por prescripción médica, pero, por suerte, descansaba por la noche y, al día siguiente, entre el tabaco y el café, volvía a la actividad frenética.
Un buen día, la empresa central de la que yo dirigía la sucursal en España decidió comprar una empresa española y, en esa fusión, tuve que despedir a personas muy valiosas, no por decisión propia, sino impuesta, y eso fue muy duro para mí. Pasé de dirigir una empresa a hacerme cargo de un departamento dentro de la empresa fusionada, y esto me condujo a una crisis. Crisis que en su momento no viví con mucho bienestar, más bien me convulsionó a todos los niveles, me hizo cuestionar mis creencias, valores y comportamientos, y me desbordó emocionalmente. Estaba irritable, enfadada, triste, me sentía impotente, me parecía injusto. En resumen: no era agradable estar a mi lado, desprendía malestar. Y lo peor era que, aunque yo no estaba de acuerdo con lo que se me pedía, no podía elegir.
Recuerdo que un día al salir de una fiesta de empresa tuve un ataque de ansiedad, y no sabía muy bien qué era eso. También recuerdo irme a dormir y sentir cómo vibraba mi cuerpo de forma descontrolada. Yo era una fumadora empedernida —llegué a fumar hasta tres cajetillas diarias— y no hacía ningún tipo de ejercicio físico. En aquella época casi siempre estaba de mal humor, y recuerdo que parecía mayor. De esto hace más o menos siete años y ahora parezco más joven que entonces, porque el estrés también envejece.
Pero todo en la vida tiene un lado positivo, y yo aprendí que no merece la pena vivir así. Por eso puedo decir, con conocimiento de causa, que si aprendemos de las circunstancias y a reinterpretar los acontecimientos, a liberar las emociones para poder actuar desde la reflexión, con la cabeza fría y el corazón caliente, podemos ser más objetivos y ecuánimes. Gracias a todo ese aprendizaje hoy entiendo a las personas que viven en el estrés y creen que no pueden salir de esa situación, y les puedo infundir la confianza de que es posible hacerlo, porque yo también lo conseguí. Y lo logré aplicando todo lo que explico en estas páginas.
Este libro es el resultado de entender, aceptar y asimilar mi propia experiencia después de estudiar, investigar y poner en práctica todas y cada una de las técnicas que menciono. Hoy puedo decir que el estrés no me desborda; lo padezco en determinados momentos, como todo el mundo, pero ahora lo sé manejar. Ahora soy yo quien maneja el estrés, no él a mí.
Este libro también recoge los cientos y cientos de casos que trato en consulta, que para mí son diferentes manifestaciones de estrés o falta de equilibrio, porque yo defino el estrés como una situación de desequilibrio, donde existe una dificultad
para volver al equilibrio. Para mí estrés es cualquier problema, cualquier crisis; estrés son los traumas, y estrés significa asimismo una oportunidad para cambiar. El estrés está en la base del cambio, en la base del conflicto; el estrés pide acción para restablecer el equilibrio.
Estamos en continuo movimiento, en continuo cambio, somos energía, y la energía cambia de forma, se transforma, pero no se pierde, únicamente se moviliza y se traslada. Nuestro organismo cuerpo-mente vibra con las emociones, nuestros pensamientos también vibran y se trasladan, y no sólo eso, también crean, y todo lo que entra en contacto con nosotros vibra y resuena con nosotros creando comunicación. La energía es vibración, las ondas de luz son vibraciones, los colores tienen distintas frecuencias, la música son vibraciones armónicas, nuestras células vibran, nuestros órganos vibran, nuestro cuerpo vibra como una orquesta afinada, hasta que se desafina y muestra el desequilibrio o falta de armonía.
Pero ¿de qué depende que vibre en armonía? La ponencia que Olga Sebastián García, del Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales, presentó en la Jornada Técnica de Actualización de «Los riesgos psicosociales y su prevención: mobbing, estrés y otros problemas», celebrada en 2002, recogió los siguientes datos: «El estrés ha sido identificado como uno de los riesgos emergentes más importantes en el panorama laboral actual, y en consecuencia, como uno de los principales desafíos para la seguridad y la salud a que se enfrentan las organizaciones. Diferentes encuestas sobre condiciones de trabajo ponen de manifiesto que se trata de un fenómeno ampliamente extendido: en la Comunidad Europea, el estrés relacionado con el trabajo afecta a casi uno de cada tres trabajadores, y entre la población trabajadora española, los datos recogidos tanto en la III como en la IV Encuesta sobre Condiciones de Trabajo realizadas por el Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el Trabajo apuntan en esta misma dirección.
»Los costes humanos que esto supone son significativos. Se calcula que el 16 por ciento de las enfermedades cardiovasculares de los hombres y el 22 por ciento de las mujeres se deben al estrés relacionado con el trabajo. Entre las demás enfermedades y estados de salud asociados al estrés se incluyen trastornos musculoesqueléticos y problemas de salud mental.
»Los costes económicos son igualmente importantes. Por ejemplo, del 50 al 60 por ciento del absentismo ha sido relacionado con el estrés laboral. Si se incluyen los costes sanitarios asociados, se calcula que el coste anual para la UE estaría en torno a los 20.000 millones de euros. Si a esto añadimos la pérdida de productividad, la mayor fluctuación de personal y la menor capacidad de innovación, por mencionar sólo tres de los efectos secundarios del estrés laboral, la cifra real probablemente sea bastante superior.
»Pero ¿qué es el estrés? Desde una perspectiva integradora, el estrés laboral puede definirse como un conjunto de reacciones emocionales, cognitivas, fisiológicas y del comportamiento ante ciertos aspectos nocivos del contenido, la organización o el entorno de trabajo. Es un estado que se caracteriza por altos niveles de excitación y angustia, con la frecuente sensación de no poder hacer frente a la situación».
El estrés es la falta de armonía, falta de armonía interna o falta de armonía con el entorno. En suma, la falta de armonía
del sistema al que pertenecemos. Si somos consecuentes y tenemos coherencia y equilibrio, contaremos con la capacidad suficiente para que cuando vengan factores, tanto internos como externos, que nos hagan perder momentáneamente el equilibrio, tengamos la «resiliencia» necesaria para volver a recuperarlo de nuevo.
El objetivo de este libro es hacernos adquirir conciencia de lo que es el estrés, qué significa, cómo nos afecta y dónde nos conduce. No pretendo asustar sino concienciar; quiero informar para que aprendamos a coger las riendas de nuestra vida y que no sea el estrés el que nos arrastre.
He dividido el libro en tres partes. En la primera se describe qué es el estrés, cómo nos afecta, cómo se manifiesta y cómo podemos identificarlo. En la segunda parte se explica de una manera sencilla que el estrés nos afecta a todos los niveles —mental, emocional y físico—, pero siempre hay una esperanza, y es conectar con nuestro corazón. Conectar con las emociones positivas que nos llevan a amarnos a nosotros mismos y relacionarnos mejor con los demás. Aquí se apuntan diversos ejercicios que espero que os sean tan útiles como a mí para encontrar soluciones. Y, por último, pero no menos importante, la tercera parte es un modo diferente de abordar el estrés, digamos que complementario y/o alternativo, que tiene en cuenta otros enfoques que nos ayudan a que hagamos medicina preventiva y participemos de nuestra salud y bienestar a todos los niveles.
Espero que este libro, que he escrito desde el corazón, transmita la alegría que me proporciona sentir el amor por cada uno de mis amigos y clientes, que contribuyen día a día a que yo siga aprendiendo y por ello pueda seguir comunicándome. Todos ellos me permiten enamorarme, ensimismarme, entusiasmarme cuando veo su afán por superarse, por aprender a mejorar, por lograr equilibrio y armonía y saber convivir mejor con el estrés que nos presenta la vida cotidiana.

• Índice

Agradecimientos      13
Prefacio     17
PRIMERA PARTE
Capítulo I. Destapa (el cocido de) tu olla estrés     27
El estrés como estímulo: los estresores o «ingredientes»     28
El estrés como respuesta: los comportamientos observables
o «el cocido»     30
La tolerancia al estrés: la «resiliencia» al estrés
o «cómo sabe el cocido»     31
El fuego adecuado consigue el cocido más sabroso     32
Capítulo II. La receta (del cocido) de tu olla estrés     35
¿Cómo se produce la respuesta de estrés?     35
Cuestionario de estrés     44
Capítulo III. Las tres fases del estrés     49
Síndrome general de adaptación     50
Fase 1: alarma o shock repentino     51
Fase 2: resistencia o adaptación     54
Fase 3: agotamiento o posibilidad de desbordamiento     58
Capítulo IV. Cómo descubrimos que tenemos estrés:
los síntomas     61
Síntomas emocionales     63
Estado de alerta, sensación de peligro y fobia     64
Miedo, ansiedad y ataque de pánico     73
Síntomas mentales     83
Combatir el pensamiento negativo     84
Estrés y aprendizaje     86
Síntomas corporales     88
Estrés y sistema nervioso     90
Estrés y sistema cardiovascular     90
Estrés y sistema digestivo     91
Estrés y sistema inmune     94
Estrés y sistema respiratorio     95
Estrés y sueño     96
Estrés y glucosa     96
Estrés y vitaminas     97
Estrés y sexualidad     97
Estrés y tensión muscular     98
Otros desórdenes     99
Capítulo V. Estrés, estrés traumático y estrés postraumático     101
¿Qué es el trauma?     103
Efectos del estrés postraumático     104
Capítulo VI. Factores comportamentales del estrés      113
Nuestra personalidad     116
Nuestras experiencias pasadas     121
Nuestra sensación de competencia o autoestima     123
Los «estreses» de la sociedad actual     129 SEGUNDA PARTE
Capítulo VII. El cerebro tiene la solución: tres en uno     135
El cerebro reptiliano o cerebro instintivo     138
El ejercicio físico      151
La alimentación     161
El cerebro límbico o cerebro emocional     176
Qué son las emociones     180
Para qué sirven las emociones     181
Emoción, sentimiento y estado de ánimo     185
Función de las emociones     187
Las emociones se manifiestan en el cuerpo     189
La inteligencia emocional     189
Aprender de nuestras emociones     193
Emociones y sentimientos predominantes en el estrés     195
Emociones sociales     202
La energía vibratoria de las diferentes emociones     207
Psicología energética, la manera más fácil de regular
tus emociones     209
Emociones simples     226
El neocórtex o cerebro cognitivo     232
Cuáles son nuestras creencias     234
Cómo cambiar nuestras creencias     236
Creamos lo que creemos     240
La asertividad     242
Cuáles son tus valores     244
Establecer metas u objetivos     248
Cómo gestionar tu tiempo adecuadamente     250
La meditación     254