Plutón, la trayectoria evolutiva del alma humana (Jeff Green) Ed Luis Carcamo ISBN 9788476270486

Plutón, la trayectoria evolutiva del alma humana

Referencia: 9788476270486
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Este libro es para el astrólogo profesional al que su cliente le pregunta: «¿Por qué estoy aquí y cuáles son las lecciones que debo aprender?», es para el estudiante de astrología y para todos nosotros que efectuamos esta pregunta y tratamos de responderla usando la astrología como marco de referencia.

Prólogo de Alan Oken

 

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Jeff Green es un astrólogo profesional, dedicado por completo a esta práctica desde hace más de diez años, en Seattle, Washington. Antes de llegar a ser un consejero astrológico estuvo dictando un gran número de conferencias en los Estados Unidos y Canadá, y ha escrito muchos artículos en las revistas especializadas en este tema.
Jeff Green nos dice que «nació» por segunda vez en esta vida cuando participaba en la guerra del Vietnam. La extrema violencia y crueldad insana de esta experiencia culminaron para él en un contacto «telepático« con un monje budista que conoció al final de su permanencia en ese país, lo cual le llevaría luego a frecuentar un templo budista en USA. La disciplina espiritual y las prácticas que allí tuvo oportunidad de conocer, le hicieron tomar conciencia sobre su destino y el camino a seguir en esta vida. Desde entonces ha procurado cooperar al máximo para cumplir con estas metas.

COMENTARIO SOBRE LA OBRA

El libro de Jeff Green constituye una profunda interpretación de la influencia de Plutón a través de las Casas y de sus aspectos planetarios. Esta obra refleja la experiencia de muchos años de práctica astrológica y evolución personal en el sendero espiritual. Sin dejar a un lado la interpretación tradicional acerca de la influencia plutoniana y sus efectos conflictivos, el autor nos muestra la posibilidad de usar esta influencia para la evolución de nuestro Alma. El análisis que hace sobre los aspectos entre Plutón y otros planetas es ciertamente fundamental y visionario. La acción de Plutón en su tránsito por las doce Casas se nos explica a fondo, ilustrada con múltiples ejemplos de personajes conocidos, que han puesto esta energía al servicio de su sociedad. En resumen, un texto esencial ahora que Plutón ha regresado a su domicilio en el Signo de Escorpio.
DONNA CUNNINGHAM

  • ·         Nº de páginas: 450 págs.
  • ·         Encuadernación: Tapa blanda

 

CONTENIDO

Prefacio por Noel Tyl      13
Prólogo por Alan Oken      19
Introducción      25
Capítulo I: Plutón: El viaje evolutivo del alma      35
La Casa y el Signo donde se halla Plutón en una carta natal, y la
Casa y Signo opuestos      38
Plutón y el eje de los nódulos      46
Aspectos de Plutón al eje de los nódulos      53
La conjunción de Plutón al nódulo sur      54
La conjunción de Plutón al nódulo norte      58
La cuadratura de Plutón a los nódulos      60
Planetas en aspecto a los nódulos      62
Plutón en aspecto a otros planetas      63
Plutón y las cuatro situaciones evolutivas naturales      65
Las tres reacciones al impulso evolutivo      67
Las cuatro formas en que Plutón afecta nuestra evolución       68
Plutón retrógrado      71
Conclusiones del capítulo I      72
Capítulo II: Plutón a través de las casas      83
Plutón en la Casa I o en Aries      85
Plutón en la Casa II o en Tauro      101
Plutón en la Casa III o en Géminis      117
Plutón en la Casa IV o en Cáncer      131
Plutón en la Casa V o en Leo      149
Plutón en la Casa VI o en Virgo      165
Plutón en la Casa VII o en Libra      185
Plutón en la Casa VIII o en Escorpio      201
Plutón en la Casa IX o en Sagitario      225
Plutón en la Casa X o en Capricornio      245
Plutón en la Casa XI o en Acuario      263
Plutón en la Casa XII o en Piscis      281
Ejemplos      309
Adriennee Hirt      311
Adolph Hitler      320
Capítulo III: Aspectos de Plutón con otros planetas      329
Aspectos crecientes      335
Aspectos decrecientes      338
Plutón en aspecto al Sol      343
Plutón en aspecto con la Luna      347
Aspectos de Plutón con Mercurio      353
Aspectos de Plutón con Venus      357
Aspectos de Plutón con Marte      362
Aspectos de Plutón con Júpiter      372
Aspectos de Plutón con Saturno      377
Aspectos de Plutón con Urano      381
Aspectos de Plutón con Neptuno      385
Capítulo IV: Tránsitos, progresiones y revoluciones solares de Plutón 389
Orbes de los tránsitos      389
Progresiones      396
Revoluciones solares      398
El tránsito de los nódulos      399
Plutón a través de las casas      400
Plutón en tránsito por la Casa I      400
Plutón en tránsito por la Casa II      405
Plutón en tránsito por la Casa III      408
Plutón en tránsito por la Casa IV      411
Plutón en tránsito por la Casa V      414
Plutón en tránsito por la Casa VI      418
Plutón en tránsito por la Casa VII      421
Plutón en tránsito por la Casa VIII      425
Plutón en tránsito por la Casa IX      429
Plutón en tránsito por la Casa X      432
Plutón en tránsito por la Casa XI      436
Plutón en tránsito por la Casa XII      440
Conclusión     444

PREFACIO

Por NOEL TYL

«¿Dónde está Billy?» —Es una buena pregunta para un niño que empieza a conocerse. Pero, precisamente, ¿dónde ESTÁ Billy? ¿Es él aquello que ocupa una cantidad específica de espacio y/o una porción específica de tiempo? ¿O está él «simplemente aquí», para ser identificado con algún tipo de gesto impersonal?
Los tests psicológicos de conceptos precoces de identidad sugieren que la mayor parte de Billys (y Sanes, por supuesto) contestarán a esta pregunta existencial señalando a sus estómagos, hacia el centro de su cuerpo.
Al leer estos parágrafos, pregúntate a ti mismo dónde estás TÚ. Dilo en voz alta. ¿Cuáles son tus sensaciones? Es un momento difícil que no puede ser resuelto sencillamente.
Cuán a menudo en la vida respondemos a las circunstancias con la frase/idea: «¿Cuál, YO?» Dítelo a ti mismo, ahora en voz alta y fuerte.
Otra extraña sensación. Habrás hecho un gesto para acompañar a las dos palabras, o te habrás sentido inclinado a hacerlo (un giro de muñeca, quizá).
¿Dónde has señalado o señalas? ¿Dónde está «YO»? Se ha desplazado hacia arriba, hacia la región de tu corazón, un poco más arriba que el estómago de Billy. Se trata, simplemente, de una descentralización corporal en la anatomía del adulto, reforzada por la certeza psicológica de la indispensabilidad del corazón y reforzada, asimismo, por emociones propias del lenguaje y el arte que se refieren al corazón como a lo esencial de uno mismo, etc.
Lo anterior es evidente. ¡Nadie señala su codo o su pierna!
Si tuvieras que hacerle esta pregunta al campeón mundial de peso pesado, probablemente te respondería cerrando y blandiendo su puño derecho: «Precisamente aquí, hombre». Una persona muy intelectual puede incluso ni articular respuesta sino, simplemente, señalar a su cerebro o entornar los ojos una vez, con tolerancia hacia la pregunta.
En ambos casos, algo faltaría: la dimensión humana.
Por tanto, es justo preguntarse: «¿Qué es aquello que está donde yo estoy, lo que yo soy?», las cuestiones que aparecerán inmediatamente serán, por supuesto, «¿por qué estoy aquí?», «¿por cuánto tiempo?», «¿quién es responsable de ello?», «¿podría esto satisfacerme o no?», etc.
Nada de esto es nuevo, pero todo ello es eterno. La religión se creó para responder algunas preguntas que la gente no podía responderse por sí misma, para enlazar algunas cosas buscando firmeza y seguridad. Suponemos que, a través del pensamiento religioso (usted pensará que no precisamente del Cristianismo) surgió el concepto de alma y la consiguiente búsqueda de ésta. Incluso los diccionarios etimológicos más sofisticados no pueden darle a la palabra «alma» un origen definido. Es algo oscuro, del mismo modo que el origen de la vida. El núcleo de las enseñanzas formales asemeja el alma con la esencia del ser, el conocimiento existencial total del ser.
Aunque el alma no es una glándula, un músculo, una complicada espiral de hormonas y cromosomas, ni tampoco un crecimiento problemático, en cada era, los llamados practicantes espiritualistas han tratado de darle una forma específica. Es interesante, que posiblemente aceptarían la prueba del gesto de Billy o el tuyo como domicilio físico válido para el alma. «¡Es la glándula thymus, por supuesto!»
Y aun Alan Leo, por ejemplo, este dotado, original y sutil astrólogo de la Inglaterra de comienzos de siglo, cuyo trabajo influenció muchísimo el verdadero inicio de la astrología en América, nos lleva a otra dimensión. Él afirmó que el alma tiene una relación con Neptuno (o quizá debería decir que hizo una afirmación hablando sobre Neptuno que involucraba al alma de una forma muy penetrante). Dijo: «Neptuno permite que el alma se separe del cuerpo.» ¿A dónde va
ella? ¿Por que? ¿Dónde estaba? ¿Estamos aquí queriendo decir que se trata de un «viaje»?
Lo que Leo quería decir concretamente era que Neptuno subraya la diferencia entre realidades tangibles e intangibles de nuestra vida. Para A. Leo, el alma era intangible. Era una esencia. De hecho, cuando penetras profundamente en esta concepción te das cuenta de que este vínculo entre Neptuno y el alma estaba explicando, sencillarnente, la oscura dimensión final usando el código astrológico más reciente en su época.
Por ejemplo, parte del pesado bagaje que se atribuye a Saturno desde la antigüedad hasta nuestros días se debe a que éste era el último avance en cuanto a lo que los astrólogos podían ver y medir. Cualquier cosa «más allá» iba a Saturno, todos los sufrimientos residuales, temores ocultos y las amenazas provenientes del entorno (de ahí todo el estudio de diferentes «niveles», octavas, regencias, etc.).
El descubrimiento de Urano liberó las cosas, y lo individual ganó alguna respetabilidad. Pero, del mismo modo, la culpa de lo sobrante de los simolismos de aquellos días fue atribuido al individualismo de una sociedad desorganizada.
Entonces se descubrió a Neptuno.
¿Dónde está Jeff Green? Es la pregunta que me hice a mi mismo al ver emerger a este astrólogo en el mundo de la astrología. Leí algunos de sus artículos y entrevistas en varias revistas, asistí a algunas de sus conferencias, pregunté sobre él. Y más tarde hablé de su último manuscrito con él.
Jeff Green estaba señalando a Plutón, al Plutón de cada uno, al punto central de cada uno e indicando que era ahí donde los astrólogos podían empezar a aprender el misterio del alma, a apreciar el significado de su viaje evolutivo.
Al ir estudiando el manuscrito con Jeff, sentí un gran alivio: no estaba escrito en un tono espiritualista. Todo lo contrario, me encontré con un astrólogo extremadamente sensitivo, espiritualmente ecléctico, psicológicamente sofisticado, trabajando con el mundo intangible de una manera tangible.
Cuando se hablaba del alma en el pasado parecía que se dejaba a un lado lo individual (la lucha de A. Leo entre Neptuno y Urano), por ejemplo, no hay forma de seguir los designios del alma a menos que se les supedite a los del mundo. Jeff, sensitivamente, separa la
estructura de los «deseos» en el alma, en una «conciencia inmutable»: un deseo es separarse del origen primordial (individualizarse) y el otro el regresar a la Fuente (ser parte del Todo).
Así, Jeff toma toda esta visión y la concreta a través de la posición de Plutón en las casas del horóscopo. Cada una de estas posi-
ciones es profunda y ampliamente estudiada en muchas dimensiones y, cada una de ellas, viene a ser un dedo que señala hacia el concepto de Alma: «Aquí estoy yo.»
Una prueba real: mientras estaba yo revisando el manuscrito, recibí una llamada telefónica particularmente dramática pidiéndome una consulta astrológica. «George» llamaba desde larga distancia y su dilema era extraordinario.
George parecía muy inteligente, lúcido, exquisitamente despierto, informado y de una amplitud mental sorprendente. Parte del asun-
to que quería consultarme consistía en que él sabía con toda certeza, a través de visiones verificadas, sueños y clariaudiencias que, en una vida anterior, había sido uno de los apóstoles de Jesús.
No era un tema para reírse. Ni siquiera una sonrisa podía aparecer al oír el relato de esta circunstancia, tan circunspecto era George
en la discusión de su caso. Incluso, tal persuasión es, a menudo, parte de una auto-imagen compleja, pero juzgar no es la función de un astrólogo. Ninguno de nosotros hubiera ganado nada si yo le hubiera dado la misma clase de dudosa o impertinente respuesta que recibía cuando se decidía a contarle a un amigo sus problemas.
Su identidad anterior le ocasionaba problemas en la actividad de su vida actual a causa de un sentimiento de culpa y vergüenza: no
podía con su vida de la manera en que la estaba viviendo porque cada cosa le parecía terriblemente distinta a los moldes establecidos debido a esta identidad que había tenido en una vida anterior.
Había otros muchos detalles pero este Prefacio no es lugar para su estudio. Al aceptar la responsabilidad de tratar de ayudar a George para que él se ayudara a sí mismo, busqué un punto de partida. Necesitaba saber más acerca del curso de la evolución en la perspectiva de su vida.
El manuscrito de Jeff, en aquel momento, se encontraba al lado de mi teléfono. Releí cierto capítulo y el estudio de la posición de Plutón en la carta de George dio base para las ideas que, más adelante, serían muy útiles para ayudarle.
El libro de Jeff ponía a George ante sí mismo. Lo mismo ocurre para cada uno de nosotros cuando comprendemos el acelerado viaje de Plutón a través del espacio y su significado en el tiempo.
Felicitaciones, Jeff, y gracias.
NOEL JAN TYL
MCLEAN, VIRGINIA Septiembre 1985

PRÓLOGO
Por ALAN OKEN

Al leer y releer las páginas del sutil trabajo de Jeff Green, su primer libro, Plutón: el viaje evolutivo del Alma, no pude dejar de sentir que se podría dar otro título a este edificante trabajo astrológico. Este título es: «Astrólogo, vuelve a casa.» Vuelve a casa por la sola razón de practicar nuestra antigua ciencia y nuestro arte de increíble belleza. Vuelve a casa para dedicarte al servicio de nuestros semejantes. Vuelve a casa, hacia la sencillez de la Vida que es constante en el Plan para la evolución de la Humanidad.
La Astrología es un aspecto de la tradición metafísica conocida como Sabiduría Antigua. Cuando se practica correctamente, conduce al astrólogo a una comprensión directa de la demostración de la «Geometría de Dios». Revela entonces que existe un fundamento probable y lógico de la conciencia humana. A través de sus habilidades, técnicas y —lo más importante— su intuición desarrollada comprende que existe un orden dentro del aparente desorden en el mundo. Y, más aún, que este orden es mensurable y predecible. A través de la dedicación a estos estudios, el astrólogo llegará a tener el potencial para llegar a estar armonizado subjetivamente con la comprensión de que esto es una conciencia viviente. Que, incluso el Universo está VIVO y que esta vida tiene una voluntad, un propósito y una inteligencia, todo lo cual está expresado en nuestro sistema solar a través de la cualidad primaria del Amor. Este Amor es la verdadera esencia de todo ser y la última «causa evolutiva de la encarnación».
Con la notable excepción del importante trabajo Astrología Eso-
térica, del Maestro Tibetano D. K. (plasmado por su discípulo balice Bailey) y las obras de Alan Leo, W. P. Rigg, Mae R. Ludlum., la apreciada Isabel Hickey y algunos otros, existen pocas obras dedicadas a las facetas más esotéricas y espirituales de la astrología. Dane Rudhyar ha aportado una de las contribuciones más significativas a la astrología, no sólo en este siglo sino en toda la historia recopilada de nuestra ciencia. Ella ha delineado un marco filosófico de referencia para traer a la luz el concepto de arquetipo del hombre y la mujer de la Era de Acuario.
Esto se añade a sus trabajos y descubrimientos en cuanto a la confección de la carta natal. Pero incluso el vasto trabajo de Rudhyar (y los importantes libros de Marc Edmund Jones) no ha satisfecho las necesidades e intereses del astrólogo orientado metafísicamente, del buscado cuyo Amor a Dios y a la humanidad. arde más intensamente que la mayor de las ideas y el más refinado de los intelectos.
El presente trabajo de Jeff Green (así como sus enseñanzas y conferencias) llega al corazón del buscador metafísico y del astrólogo humanista orientado espiritualmente. El trabajo de Jeff Green es parte de un amplio movimiento en todo el mundo, entre los astrólogos, para hacer emerger a la astrología de un pasado restrictivo, superficial y enigmático, de búsqueda de poder personal. Plutón: el viaje evolutivo del Alma, ayuda en este esfuerzo colectivo, viendo a Plutón como el agente planetario de la transformación, de un modo que, aunque esotérico es su orientación, es accesible, no obstante, a todos los estudiantes serios de astrología.
El libro de Jeef Green tiene una forma muy acertada de combinar principios metafísicos y leyes, ayudas para la confección de la carta natal, y un enfoque claro acerca de las influencias de Plutón. Esta información es así presentada al lector en un lenguaje ameno que, a la vez, refleja la propia preparación metafísica de Jeff. El estilo de este libro, como el de su autor, es coloquial, amigable, profundamente enraizado en la enseñanza tradicional de la Sabiduría Antigua. Jeff es también un hippy que ha madurado y el profundo cometido humanista de los 60 está reflejado sinceramente en su enseñanza y en el presente volumen. A este respecto y en la ardua tarea de trabajar para la reorientación de la vida personal hacia la vida del Alma (y, de este modo, para el bienestar de toda la Humanidad) soy hermano de Jeef. Es una alegría acompañarle a él y a tantos otros
hermanos y hermanas que comparten esta orientación en el sendero del Servicio a través de la astrología y la metafísica.
A medida que la Humanidad progrese más y más hacia la Era de Acuario, la necesidad de integrar la Aspiración personal a través de un enfoque colectivo de participación planetaria aumentará progresivamente. De esta forma surgirá un nuevo orden de expresión humana. Si hay el suficiente Amor en la base de este proceso, tal surgimiento no tendrá que producirse sobre las cenizas de la destrucción de nuestro mundo actual. Sin embargo, la destrucción es una parte necesaria de la resurrección, la muerte un vehículo necesario para la consiguiente reencarnación que constituye, en buena medida, la estructura interna de nuestra vida planetaria y humana. Los patrones conductuales y mentales no regeneradores, las toxinas físicas y no físicas y otros errores de separación que son, en su mayoría, parte del karma, tendrán que ser liberados para que el proceso de purificación y renacimiento tenga lugar. Cuando Plutón, el agente planetario de muerte (y renacimiento) pase a través de su propio signo de Escorpio, veremos una intensificación de esta urgencia por destruir lo negativo para que un futuro mejor pueda manifestarse. Como sabemos, este tránsito durará doce años, de 1983 a 1995. Saturno, el Señor del Karma, también transita Escorpión hasta el final del 85, de modo que la ingeniosa obra de Jeff Green no podía llegar más oportunamente.
Nos encontramos en la cúspide de dos eras. Escorpión es la «cúspide» de dos marcos de referencia de expresión humana: la personal y la colectiva. Es por medio del signo de Escorpión y las actividades de la Casa VIII de la carta natal que una tremenda prueba de transformación tiene lugar para cada uno de nosotros. Es aquí donde el individuo muere en cuanto a la urgencia de conseguir sus deseos personales (que empezaron en Aries y la Casa 1) y se ve impulsado hacia la liberación de su ego personal. Es aquí, de hecho, donde el ego personal «muere» para dar paso a las impresiones provenientes del enfoque colectivo del Alma. En Libra, la prueba anterior, el ego ha aprendido el significado y el proceso de unificación. Escorpión avanza un nuevo escalón permitiendo al individuo, ahora «consciente», sumergirse en las aguas de la vida colectiva experimentada por primera vez. El individuo puede entonces volver a surgir con capacidad para una comprensión interna de la unión mística de: «sí mismo —otros-
Todo». Este proceso no culminará (y tampoco tiene capacidad para contribuir al mundo material) hasta que el Ser individualizado sea primero sumergido en el Fuego de la Verdad Universal (Sagitario). Es sólo entonces cuando un Ser evolucionado podrá manifestarse a través de la fuerza iniciática de Capricornio.
De modo que es muy importante subrayar que Escorpión y la Casa VIII no son sino el proceso de transformación que lleva a un estado más elevado. Mientras el Agente de Transformación (Plutón) esté transitando esta «cúspide de la conciencia humana» en Escorpión, el cuerpo entero de la Humanidad estará atravesando la prueba de muerte y el renacimiento y, cada vez, con mayor intensidad, hasta el fin del milenio.
Es muy interesante anotar que la crisis de la existencia humana en el plano material (que siempre lleva a preguntas de significado moral más profundo) tiene lugar a través de la octava inferior de Plutón y del otro regente de Escorpión, Marte. Marte es tradicionalmente conocido como el «dios de la guerra». Es penoso observar que la humanidad no está preparada y orientada más metafísicamente. Si así fuera sería capaz de impedir las guerras antes de que se materializa-rail y, asimismo, crear una transformación en los planos más sutiles de conciencia antes de sus terribles manifestaciones materiales. Es usualmente por medio de la amenaza tribal, racial, nacional y, ahora, en nuestra era nuclear, de una aniquilación planetaria, que la catálisis para la evolución o «destrucción» de la Humanidad tiene lugar. Es también un hecho histórico que, demasiado a menudo, la justificación de la guerra se basa en la necesidad, adquisición de territorios y otras circunstancias económicas. Y ¿dónde se encuentran estas circunstancias en el horóscopo? En y a través de las polaridades Escorpión, Marte/Plutón y la Casa VIII; Tauro, Venus y la Casa II. Hay un orden cósmico subyacente y demostrable a través de los esquemas astrológicos. El caos del inundo proviene de la falta de comprensión de la existencia de tal orden y de la reticencia de la humanidad a obedecer y perseguir este orden, amorosamente, hasta llegar a la tierra prometida (llamada «Tierra»).
Somos tan inconscientes como niños hambrientos. Podemos y debemos cambiar este estado de ser no-regenerativo. El trabajo consciente con las energías del planeta Plutón, no importa cuán amena-
zante sea para nuestros egos, es ciertamente un camino para manifestar tal crecimiento esencial.
Una y otra vez precipitamos a nuestras naciones al suicidio de la guerra como el único fenómeno suficientemente potente para despertarnos algo parecido a la sensibilidad. Pero incluso todas estas numerosas guerras exteriores dejan poca huella en la evolución positiva de la conciencia colectiva. No, son realmente y deben ser las guerras interiores de transformación personal, lo que nos llevará a este lugar de paz. En este lugar interior y sagrado es donde el ego individual se transforma por su encuentro con el Alma. Y es el Alma el lugar donde habite el Maestro en cada uno de nosotros.
Esta paz es la que «está más allá de toda comprensión», pues tal paz no emerge de la mente ni tampoco de aquellos líderes espirituales y jefes de Estado dirigidos exclusivamente por la mente. Como dice Jeff Green en este libro: «... ve-despacio y concédete a ti mismo meditar y sentir las ideas». El «sentir ideas» surge de la sensibilidad aprendida a través de la identificación del ego con el Alma. Sólo a través de este proceso de unificación esencial podrá la Humanidad salvarse de su propia destrucción total. Este proceso de unificación es llamado «El Sendero del Discipulado» en las enseñanzas de la Sabiduría Antigua.
Mi más profundo ruego, mi sincera esperanza y la meta del trabajo que comparto con Jeff Green (y con tantos otros hermanos y hermanas en este Camino) es declarar una guerra total a nuestros egos inferiores (utilizando el dardo del amor incondicional). Que las bombas atómicas del amor plutoniano hagan estallar la estructura molecular de los pequeños egos para que la verdadera luz del Yo Superior pueda manifestarse a través de nosotros y esparza su semilla en la presente y venidera Humanidad.
ALAN OKEN
Santa Fe, Nuevo México Enero, 1985
INTRODUCCIÓN
Este libro es para el astrólogo profesional al que su cliente le pregunta: «¿Por qué estoy aquí y cuáles son las lecciones que debo aprender?», es para el estudiante de astrología y para todos nosotros que efectuamos esta pregunta y tratamos de responderla usando la astrología como marco de referencia.
Si estamos de acuerdo en que la astrología es un lenguaje simbólico o sistema que describe la totalidad de la vida, entonces comprenderemos que esta descripción está basada en observaciones y correlaciones empíricas —correlaciones con el esquema planetario en el momento de la observación—. Hay tres fenómenos observables: evolución, ciclos y crecimiento. Todos se basan en el proceso. Este proceso implica un pasado, presente y futuro. Toda la Creación, tanto desde el punto de vista colectivo como individual, está regida por la ley natural de la evolución. Existe un pasado observable, el presente y el futuro son vistos a partir del pasado.
Hay dos clases de evolución observables: cataclísmica y continua. La evolución cataclísmica sucede cuando una multitud de fuerza culmina en el mismo tiempo para producir una metamorfosis total de lo que fue. El resultado aparecerá como un cambio súbito, pero éste no es el caso. El resultado se basa en muchas fuerzas evolutivas que convergen juntas cuando encuentran alguna otra fuerza contraria. Esta fuerza representa simultáneamente el presente y el pasado. Las fuerzas evolutivas que crean el cataclismo representan el futuro como una consecuencia del pasado. Cuando la energía evolutiva que trae el cambio llega a ser más poderosa que la fuerza contraria, el resultado es un cambio cataclísmico. El poder relativo de ambas fuerzas determina la intensidad o magnitud del cataclismo.

INTRODUCCIÓN

Este libro es para el astrólogo profesional al que su cliente le pregunta: «¿Por qué estoy aquí y cuáles son las lecciones que debo aprender?», es para el estudiante de astrología y para todos nosotros que efectuamos esta pregunta y tratamos de responderla usando la astrología como marco de referencia.
Si estamos de acuerdo en que la astrología es un lenguaje simbólico o sistema que describe la totalidad de la vida, entonces comprenderemos que esta descripción está basada en observaciones y correlaciones empíricas —correlaciones con el esquema planetario en el momento de la observación—. Hay tres fenómenos observables: evolución, ciclos y crecimiento. Todos se basan en el proceso. Este proceso implica un pasado, presente y futuro. Toda la Creación, tanto desde el punto de vista colectivo como individual, está regida por la ley natural de la evolución. Existe un pasado observable, el presente y el futuro son vistos a partir del pasado.
Hay dos clases de evolución observables: cataclísmica y continua. La evolución cataclísmica sucede cuando una multitud de fuerza culmina en el mismo tiempo para producir una metamorfosis total de lo que fue. El resultado aparecerá como un cambio súbito, pero éste no es el caso. El resultado se basa en muchas fuerzas evolutivas que convergen juntas cuando encuentran alguna otra fuerza contraria. Esta fuerza representa simultáneamente el presente y el pasado. Las fuerzas evolutivas que crean el cataclismo representan el futuro como una consecuencia del pasado. Cuando la energía evolutiva que trae el cambio llega a ser más poderosa que la fuerza contraria, el resultado es un cambio cataclísmico. El poder relativo de ambas fuerzas determina la intensidad o magnitud del cataclismo.
Un sencillo ejemplo de este proceso observable en la Naturaleza es un terremoto. En la sociedad humana, el episodio del Watergate que llevó a la dimisión del presidente Nixon es también un ejemplo del mismo proceso.
Por contraste, la evolución a través de una continua uniformidad trae ciclos progresivos o pacíficos de crecimiento que ocurren en grandes períodos de tiempo. Este tipo de evolución es mucho más suave y no es cataclísmica. implica poca o ninguna resistencia a los ciclos naturales evolutivos de la vida, individual o colectivamente, desde el punto de vista de la ciencia natural o humana.
Plutón es el símbolo planetario que corresponde al proceso evolutivo desde un punto de vista colectivo e individual. Es el primer motor, la primera causa, el punto de partida al cual todos los otros factores planetarios se unen.
Cuando el cliente pregunta: «¿Por qué estoy aquí y cuáles son mis lecciones?», la misma pregunta implica el fenómeno de la evolución en la vida de la persona. Las ideas, métodos y técnicas presentadas en este libro ofrecen sugerencias de cómo podemos ayudar a un cliente que formula esta clase de preguntas. Este acercamiento es simplemente un filtro más a colocar en nuestras lentes astrológicas para ayudarnos a responder a estas preguntas sobre la evolución colectiva
e    individual.
Este acercamiento ayudará a identificar el contexto evolutivo anterior de cualquier individuo, por qué él o ella han tenido este pasado, o de qué forma este pasado ha llevado al individuo a las condiciones actuales de su vida. Al comprender el intento evolutivo del Alma, seremos capaces de identificar las lecciones evolutivas que han correspondido en esta vida para cada individuo. El intento evolutivo
o    las lecciones evolutivas de la vida ordinaria permiten al individuo crecer y evolucionar en el proceso de su propio devenir, comprendiendo el contexto evolutivo pasado, comprenderemos las razones
o    el «por qué» de las lecciones particulares sugeridas en cualquier carta natal. Comprendiendo el pasado evolutivo colectivo (humanidad) seremos capaces de comprender el presente colectivo y las opciones que la humanidad afronta de cara al futuro. Más aún, comprenderemos cómo el pasado ha creado, modelado o condicionado las opciones específicas que afrontamos en cada momento presente y por qué tomamos estas decisiones particulares.
Esta clase de comprensión individual o colectiva es extremadamnte importante ahora que Plutón está en Escorpio y Neptuno en Capricornio. Este ciclo particular sólo ocurre cada quinientos años aproximadamente. Siempre se da precisamente antes o después del cambio de siglo.
Si observamos la historia para examinar los temas evolutivos y kármicos que han acaecido cuando este ciclo ha tenido lugar, encontramos que las cuestiones y soluciones esenciales han girado alrededor de la unidad o polarización. Si meditamos en estos dos ternas arquetípicos y los proyectos al mundo de hoy en relación con las soluciones actuales, las consecuencias de las elecciones individuales y colectivas que reflejan dichos ternas parecerán ser más críticos que nunca antes en la historia humana. La solución número uno en nuestro mundo actual debe ser una aproximación y respuesta colectiva a la tecnología nuclear y las armas militares que la misma ha producido. Plutón está vinculado con el centro, el núcleo, la penetración y la fusión de cualquier cosa, que constituye la base de las bombas nucleares. También se relaciona con el fenómeno de la defensa, lo defensivo, por idénticas razones. Plutón también tiene que ver con la forma como utilizamos nuestros propios recursos y los de los demás.
Con Plutón ahora en Escorpión, estas asociaciones naturales y lo que representan está siendo claramente potenciado e intensificado.
El punto de polaridad de Escorpión es Tauro. Tauro representa en su arquetipo más profundo y esencial (desde un punto de vista colectivo e individual) el instinto de auto-conservación y de supervivencia. ¿Cómo entonces las elecciones hechas con Plutón en Escorpión influirán en la supervivencia de la especie humana?
La historia indica que el nacionalismo, autoritarismo, conserva-. durismo, como engaños conscientes, adoptados por aquellos que tienen el poder para seguir manteniéndolo, los acontecimientos religiosos de uno u otro tipo (Jesús estuvo en el planeta y fue crucificado con Neptuno en Capricornio), las desilusiones y/o revelaciones individuales y colectivas y la disolución de las estructuras preexistentes y caducas han acontecido cuando Neptuno transitaba por Capricornio. Este efecto disolvente genera un sentimiento de incertidumbre en el Alma colectiva, el cual lleva a la necesidad de creer en la ilusión de que todo va bien. Esta necesidad colectiva se traduce en una atrae-
ción hacia aquellos que afirman lo que la gente desea oír aunque no se base en la realidad. Por lo general, las víctimas propiciatorias de cualquier tipo se dedican a vociferar contra los males del presente. Son perseguidos, atacados o, de alguna forma, aislados de la «corriente» conformista que quiere confirmar que todo está bien. Este fenómeno ocurre internamente en un país y externamente en el caso de un país, o un bloque de países, aislado a su vez por otros. Estos hechos históricos se aclaran de forma sorprendente a través del intento arquetípico de Neptuno en Capricornio: transcender los límites de la identidad nacional o del propio interés personal y unirse individual y colectivamente con el Espíritu, la Fuerza o la Fuente. Esta Cuente ha creado todas las cosas, de manera que puede darse una cooperación mutua, a todos los niveles de realidad para resolver los problemas y cuestiones actuales para que la supervivencia del individuo y la especie humana sea posible.
Los eventos que se encuentran relatados a través de la historia cuando estos ciclos de quinientos años han tenido lugar no son agradables, ni particularmente inspiradores respecto a lo que debe ser hecho en nuestro mundo de hoy. Generalmente se ha efectuado una polarización de gentes y naciones en lugar de la unión necesaria, Facciones de la población han dejado huellas que nos hablan de sus puntos de vista personales, sus propios intereses y sus sistemas de valores, asociaciones y creencias. Estos grupos han exigido o han intentado imponer sus puntos de vista a cualquier otro fragmento que no estuviera de acuerdo. Comúnmente la religión o algún imperativo moral muy rígido se han utilizado para justificar o defender estas acciones. En efecto, un grupo piensa que él está en lo cierto y que todos los demás están equivocados. Las naciones han experimentado intensa polarización y conflicto con otras naciones por las mismas razones, bajo el engañoso nombre de intereses nacionales. Usualmente los líderes de los diferentes gobiernos se han apoyado en el tema del nacionalismo durante estos ciclos.
La necesidad arquetípica de regenerar por medio de la unidad trascendente ha surgido rara vez. En su lugar, la degeneración a través de la polarización y las luchas de poder han caracterizado épocas durante las cuales Plutón ha estado en Escorpión y Neptuno en Capricornio.
Es muy interesante que Plutón esté siempre dentro de la órbita
de Neptuno durante este ciclo. El ciclo de doscientos cuarenta y ocho años que mide el retorno de Plutón a Escorpio está vinculado a la culminación del ciclo evolutivo que comenzó en su último movimiento de retorno y al principio de un nuevo trazo evolutivo reflejado en  su pasaje habitual a través de Escorpión. Lo que está culminando se basa en todas las acciones prioritarias, negativas y positivas, que han sucedido en todo el planeta durante este ciclo de doscientos cuarenta y ocho años. En otras palabras, los resultados de todas aquellas acciones prioritarias han llegado a su fin. Esta culminación implica que un nuevo ciclo evolutivo está empezando para que la supervivencia del planeta y de la especie humana pueda producirse. Plutón y Escorpión juntos intensifican y concentran cualquier tipo de dinámicas con las que estén relacionados. De modo que el tránsito de Plutón por Escorpión da mayor intensidad al tiempo en que éste ocurre. Esta intensidad es innecesaria ya que refuerza la comprensión de los procedimientos individuales y colectivos que deben ser confrontados, eliminados o revisados, de cara al crecimiento individual y colectivo, para que la evolución y la supervivencia pueda darse.
La tensión producida durante la transición entre los ciclos viejos y nuevos de evolución puede ser bastante fuerte. Una parte de la población tratará de mantener el viejo orden de estructura de la realidad, otra parte querrá avanzar y encontrar soluciones a los problemas que deben ser afrontados y resueltos de una manera para que pueda llevarse a cabo una necesaria y posible evolución y, otra parte tendrá una actitud más o menos ambivalente hacia las cuestiones, soluciones y pareceres de estos dos segmentos polarizados. Así pues, una tercera parte de la población está alineada con las directrices del pasado, una tercera con las necesidades del futuro y la tercera restante es ambivalente. Este estado de cosas, individual y colectivo, sólo promueve y refuerza la polarización, en lugar de la unidad necesaria que permitirá una transición suave con respecto a las necesidades evolutivas de los tiempos.
Hoy los eventos y problemas son numerosos. Éstos incluyen la guerra nuclear, el error del nacionalismo y los intereses nacionales que éste implica, la estructura interdependiente internacional, banco/economía, uso y distribución de los recursos nacionales de todos los gobiernos, alimentos y su producción, cuánto y dónde depositan
los gobiernos su dinero, salidas comerciales, importaciones y exportaciones, grupos de población marginados por la pérdida de su trabajo a causa de los avances tecnológicos (la última revolución industrial comenzó con Neptuno y Urano en Capricornio y adquirió mayor intensidad cuando ambos planetas entraron en Capricornio y luego, al entrar Plutón en Aries), el uso y aplicación de la ingeniería genética y, por encima de todo, la manera de promover una conciencia global en todos los ciudadanos del mundo.
Este último punto denota un gran interés para nuestra consideración, puesto que en realidad, la mayoría de la gente ha llegado en distintos niveles a esta conciencia, gracias a los medios de comunicación. Las personas corrientes de todo el mundo desean verdaderamente la paz y la extensión del bienestar de forma general. Ahora bien, los que mantienen el poder en las grandes potencias mundiales han creado políticas que apuntan precisamente en dirección contraria, mientras tratan de engañar con su propaganda a la gente bajo su gobierno. Esta aparente dicotomía viene a ser exactamente lo que deberíamos aprender de las lecciones de la historia, ya que es precisamente lo que ha generado mayores problemas en el pasado, cuando Plutón ha transitado el signo de Escorpión y Neptuno el de Capricornio.
Si hemos de aprender de la historia para no repetir los errores pasados, la gente de todos los sitios debería hacer oír sus voces y deseos. Siempre que sea necesario y posible, los pueblos deberían transcender toda política gubernamental que genera la polarización mediante la acción directa. Un ejemplo contemporáneo, en donde la gente ha superado a la política de un gobierno, con el objeto de promover una unidad trascendental lo vemos en la tragedia actual de Etiopía. El hambre que actualmente azota dicho país estalló durante el tránsito de Plutón a través de la Casa VIIII de Etiopía, en oposición a su 11 carta natal, con Venus en Tauro. Como suele ocurrir, la mayoría de los gobiernos del mundo no reaccionaron con rapidez suficiente, aunque varios conocían esta probabilidad mucho antes de que surgiera. Incluso después de ello, cuando las noticias se habían esparcido ya por doquier, gobiernos como el de USA negaron su ayuda por ser Etiopía un país con un régimen de gobierno marxista. Una vez que se hicieron públicas las enormes dimensiones de la tragedia, reaccionaron algunos gobiernos, USA incluido, aunque no de una forma que fuera adecuada para resolver el problema. No obstante, el esfuerzo voluntario de muchos artistas y músicos norteamericanos, ingleses y sudamericanos, unido a las donaciones privadas, ha ayudado a paliar el asunto y a despertar una conciencia social mundial que va más allá de las políticas gubernamentales. Incluso el título del álbum de discos que sacaron varios músicos en USA, sugiere como tema esta idea evolutiva: «Nosotros somos el mundo.» Si se escucha atentamente el contenido de sus canciones, encontraremos también esta idea: «Somos el mundo, somos los niños, somos la gran familia de Dios. Todos debemos tender una mano, ya que lo que ahora elegimos va a salvar nuestras propias vidas, somos los únicos que podemos crear un día mejor: precisamente tú y yo,» El mensaje ha tenido respuesta por parte de millones de personas en muchos países. Esperemos que este ejemplo dado por los ciudadanos corrientes del mundo, continúe impactando a la gente de forma positiva, para avanzar en los requerimientos evolutivos de nuestro tiempo.
Las opciones individuales y colectivas que hagamos en el curso de los próximos quince años, serán quizá las más críticas que haya tenido que hacer la humanidad, ya que determinarán el destino de la historia humana. El armamento destructivo que el Hombre posee actualmente determina que así sea. Si queremos impedir la existencia de uno de los más horribles escenarios que pueden darse, tú, yo y la mayoría de los habitantes del planeta tendremos que pedir a nuestros gobiernos que se tornen hacia un espíritu de unidad, reconciliación y cooperación entre todos, en lugar de buscar una política de confrontación y polarización a nivel nacional e internacional. Nosotros somos el mundo, somos parte de la gran familia de Dios. Bajo esta actitud, las vías que se elijan llevarán a una evolución positiva, sana y productiva para este planeta.
Es importante recordar que las necesidades evolutivas de nuestra época tendrán que verse satisfechas de una u otra forma, bien sea mediante acontecimientos kármicos y cataclismos evolutivos, o bien a través de otros hechos más lentos, pero graduales, los que reflejarán las opciones correctas que podemos tomar todos y cada uno de nosotros, como individuos y como colectividad. Confrontando y entendiendo las soluciones, estas opciones adecuadas evitarían la inminencia de un cambio cataclísmico. Este mismo espíritu fue el que tuvo
Nostradamus cuando nos transmitió sus visiones del futuro. Él presintió, como lo presiente ahora el autor de este libro, que los cataclismos previstos por muchos para el futuro inmediato no están predestinados de una forma fatal, inexorable. Nostradamus nació justo al culminar el último tránsito de Plutón y Neptuno por los signos de Escorpión y Capricornio, respectivamente. De hecho, en su tema natal observaremos que Neptuno está todavía en Capricornio y Plutón en los primeros grados de Sagitario, en la Casa IX. Si la mayoría de la Humanidad, en espeical en aquellos países que ostentan el poder, continúa su carrera hacia el nacionalismo y la polarización, los cataclismos previstos tendrán entonces un alto grado de probabilidad, y los cambios necesarios se producirán.
Hacia el fin del presente siglo, Neptuno y Urano entrarán en Acuario y Plutón lo hará a su vez en Sagitario (signo de fuego). Si revisamos brevemente la historia, en otro momento análogo, nos vamos a encontrar con una reestructuración cultural y social (entre otros acontecimientos, por ejemplo, la revolución industrial de los años 1820-3©). Esta tendencia a la reestructuración ha sido y será impulsada durante este ciclo, y las decisiones que se adopten mientras Plutón esté en Escorpión y Neptuno en Capricornio (junto con Urano al final de esta década), van a determinar la forma cómo será experimentada dicha reestructuración social y cultural por todos nosotros.
En este libro hacemos énfasis en la individual dado que el acontecer colectivo empieza, al fin y al cabo; en el individuo. Si cada persona comprende cuáles son los requerimientos de su propia evolución, y actúa consecuentemente con ellos, entonces las necesidades colectivas de evolución van a satisfacerse sin que sea indispensable el cataclismo. Tal es el espíritu con el cual ha sido escrito este libro.
Así, Plutón irá asociado al concepto del Alma, y al fenómeno de la evolución individual originado a partir de esta Alma... este primer motor o impulso básico. Plantearemos, pues, lo que es propiamente el Alma, y la manera cómo sus estructuras internas y su dinámica sirven para promover dicha evolución. También trataremos lo relativo al libre albedrío o elección; no sólo considerando la forma como este fenómeno opera, sino tomándolo como base de los dos tipos de evolución. Por otra parte, el pasado evolutivo de cada individuo implica obviamente el fenómeno de la reencarnación, la trasmigación del Alma.
Pero tal pasado guarda también las fuentes más profundas de la seguridad emocional inconsciente. Los modelos caducos de esta seguridad generan una resistencia al cambio y a todo lo desconocido, la cual va a darse en cada uno de nosotros en distintos grados de intensidad. Tal dinámica de resistencia crea a su vez compulsión, obsesión o complejos emocionales en muchos individuos (o colectividades). Intentaremos explicar aquí la forma cómo estas compulsiones v estos complejos se encuentran enraizados, unidos al pasado. Revisaremos el concepto o la manifestación del Karma, lo que es, lo que no es, y cómo va vinculado al factor evolutivo en cada individuo.
A través de numerosos ejemplos de temas natales, veremos cómo actúan los factores evolutivos, ilustrando así los principios expuestos a través de este libro. El presente trabajo estará dividido en dos volúmenes. El primero abarcará las ideas esenciales, métodos y técnicas, así corno explicaciones sobre los tránsitos de Plutón por las doce Casas, los aspectos de Plutón con otros factores planetarios, los tránsitos, progresiones y revoluciones solares de este planeta. Por su parte, el segundo volumen tratará sobre el papel evolutivo y kármico de Plutón en las relaciones que involucra, junto con la coposición del tema y los intercambios de factores (sinastría), las correlaciones de Plutón con la anatomía, la fisiología y el sistema de los Chakras (con una explicación completa de lo que es y cómo actúa este sistema), y, finalmenté, el role evolutivo de Plutón a través de la historia moderna, terna que será tratado en profundidad, con algunas posibles proyecciones futuras, basadas en los hechos históricos del pasado.
Puesto que el objetivo de esta obra se centra en el intento evolutivo y la necesidad de crecer y cambiar, la descripción de Plutón a través de los Signos y las Casas, abarcará los viejos modelos, las orientaciones y manifestaciones de su movimiento, que pueden ser trasmutadas para hacer posible el crecimiento y la evolución. Este objetivo implica por supuesto las imperfecciones y limitaciones preexistentes, y algunos lectores podrán tener a veces la sensación de que estas descripciones son «negativas», aunque en realidad no deberían interpretarse así. La esencia y naturaleza de toda evolución radica en el cambio, y esto implica restricciones o estructuras que tratan de bloquear dicho cambio necesario.
Las descripciones del paso de Plutón por las Casas y Signos van
a intentar ser muy objetivas al tratar de estas limitaciones y defectos corrientes, los que deben combatirse si se quiere avanzar en el impulso evolutivo, para poder llegar en algún momento a la perfección, dentro de la evolución individual. Este libro no debe ser tomado como un texto que proporciona «recetas» astrológicas, y deberá leerse a fondo para obtener una comprensión amplia en relación a su naturaleza y a los postulados básicos que contiene.
Espero que las ideas aquí expuestas sean de utilidad para una comprensión astrológica en relación con la pregunta inicial: «¿Por qué estoy aquí y cuáles son las lecciones que debo aprender?», tanto en el nivel individual como en el colectivo. Debido a la naturaleza de este tipo de cuestiones y a la propia de Plutón, la lectura puede hacerse densa en algunos pasajes del libro. Por ello, sugiero al lector que se tome su tiempo con esta obra, que vaya despacio y se permita a sí mismo meditar y sentir sus ideas. Se trata de ideas y principios que no son nuevos, por el contrario, son tan antiguos como la civilización, pero que ahora están vinculados con la astrología de una forma nueva. Deseo, sinceramente, que disfrutéis con la lectura de este libro.
Que Dios os bendiga,
JEFF GREEN
Seattle, Washington

Luis Carcamo
9788476270486
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