Yoga, Embarazo Y Nacimiento
Referencia: 9788472453586
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Prólogos de Sandra Sabatini y Yehudi Gordon
La práctica del Yoga, incluso del modo más sencillo, es un medio extraordinariamente eficaz y apropiado para afrontar el embarazo, el nacimiento y el post-parto.
Yoga, embarazo y nacimiento es el manual más claro y práctico jamás escrito acerca del uso del Yoga durante el embarazo. El libro viene espléndidamente ilustrado y puede ser también muy útil para comadronas y profesores de Yoga.
Yoga, embarazo y nacimiento explica:
• cómo en la práctica del Yoga está la clave para un embarazo alegre y relajado, activando la energía que nos confiere la fuerza para dar a luz;
• cómo influye beneficiosamente la fuerza de gravedad durante la gestación y el nacimiento;
• cómo el Yoga elimina el estrés, robustece el cuerpo y nos hace más elásticos, y
• cómo practicar los ejercicios más apropiados de Yoga, suaves y seguros, desde los más sencillos hasta los más avanzados.
Yoga, embarazo y nacimiento es un libro para ayudar a la mujer embarazada a estar en contacto con ella misma. La práctica de ser consciente de la propia respiración, del cuerpo, de la mente y de los sentimientos, permite entrar en armonía con el hijo durante el embarazo; al mismo tiempo da confianza a la mujer para seguir su más profundo instinto en el momento de dar a luz, y, luego, para ser madre.
Janet Balaskas es mundialmente conocida por sus trabajos como educadora dentro del campo de la obstetricia. Autora de numerosos libros, es fundadora del Active Birth Movement.
PRÓLOGO
por Sandra Sabatini
Cuando una embarazada acude a mis clases de yoga, tengo la certeza de que, desde la primera clase, desde las primeras palabras, no va a tener ninguna dificultad en captar la esencia del yoga. Sentirá con naturalidad el contacto de sus pies con el suelo, y el impulso subsiguiente a crecer y expandirse en su propio espacio. Se encuentra ya de hecho en un estado de creación integral. Constantemente escucha lo que ocurre en su interior. Está radiante, con una sonrisa interior que invade todo su ser, desde el núcleo hasta la superficie. Sólo necesita el yoga para mantener esa "luz interior".
El yoga proporciona a la mujer embarazada la capacidad de adaptarse a los cambios internos y externos con extraordinaria flexibilidad. La presencia constante de la respiración como medio de conexión con la fuerza de la gravedad descarga tensión y cansancio hacia la tierra, al mismo tiempo que su cuerpo se mantiene en un estado de pureza y ligereza. La práctica diaria de posturas de yoga sencillas que no requieren esfuerzo, la conducen hacia el parto con la mente clara, incluso con un cierto interés y curiosidad sobre el acontecimiento. A medida que se acerca la fecha del alumbramiento, todo su ser se abre y los cinco sentidos se estimulan para percibir dimensiones nuevas: el tiempo y el espacio se dilatan. El dar a luz se con-vierte en una experiencia única que supone entrar en contacto con la fuerza femenina interior. Una vez que lo ha experimentado, siempre recordará su intensidad, como un manantial eterno, del que siempre beberá.
Gracias al trabajo de Janet Balaskas, este inmenso don natural ya no se nos negará. Al escribir este libro, Janet comparte su profunda percepción de las diversas formas con las que podemos beneficiar-nos de las fuerzas cósmicas que nos rodean. Dichas influencias no se limitan a las posturas de yoga, sino que se trasladan a nuestra vida cotidiana para convertirse en nuestra forma de ser.
En estas páginas Janet no se limita a transmitirnos la experiencia personal de alguien que practica yoga, sino que proporciona también el conocimiento científico necesario para aquéllos que asistan en un parto. Sólo cuando te ayuda alguien que es totalmente consciente de la belleza del proceso de dar a luz, puedes perder los últimos vestigios de resistencia y penetrar de forma consciente en la maternidad.
Con estas palabras me gustaría expresar mi gratitud como mujer hacia Janet Balaskas y sus colegas Lolly Stirk, Yvonne Moore y otros profesores de "Active Birth" por su contribución a mostrar a las mujeres embarazadas una mejor aproximación al parto.
SANDRA SABATINI
Florencia, 1993
PRÓLOGO
por el doctor Yehudi Gordon FRCOG FCOG SA
Es para mí un placer escribir un prólogo para este libro. Janet Balaskas y yo compartimos linaje, ya que ambos somos discípulos de Mina Semyon, Mary Stuart, Sandra Sabatini y Vanda Scaravelli: hemos practicado juntos, hemos compartido nuestros hallazgos y experiencias con progenitores durante el embarazo, el nacimiento y la infancia.
El yoga es maravilloso. El estilo que muestra el yoga en este libro es inspirador y mágico, y centra nuestra conciencia en la atracción universal de la fuerza de la gravedad. Una vez centrados en esa fuerza poderosa de la gravedad, descubrimos paso a paso, aliento tras aliento, nuestros pies, tobillos, columna vertebral y, finalmente, la cabeza. La exploración es una aventura segura porque reconocemos el anclaje de la gravedad en la tierra y ello otorga una increíble ligereza a nuestro cuerpo. El énfasis no consiste en ver hasta dónde somos capaces de estirarnos, sino en descubrir la fuerza de la grave-dad y la constatación de ese océano infinito desde el que se origina y al que retorna "la ola" de la respiración.
Los beneficios derivados de la práctica del yoga son innumerables. Despierta la columna vertebral, suelta la tensión acumulada en nuestras articulaciones, ligamentos y músculos, y da rienda suelta a nuestra energía y vitalidad. A medida que nuestro cuerpo se relaja activamente, descubrimos el espacio interior. Siempre es seguro, ya que cada postura se ejecuta sobre la ola de la respiración.
El descubrimiento del océano y de las olas con la respiración surgiendo y retornando es un regalo grandioso. Nos permite descubrir-nos a nosotros mismos cualesquiera que sean nuestras circunstancias en la vida. La respiración siempre está presente, tanto si estamos relajadas y tranquilas como durante un parto tormentoso, cuando las olas son muy altas, o en mitad de la noche, cuando nuestro bebé llora y, también, cuando hacemos el amor. La ola de la respiración siempre está ahí, permanentemente accesible siempre que estemos atentos a su presencia. Nos calma, nos centra y nos llena de energía. La práctica del yoga es una forma de descubrirla, y una vez descubierta nos proporciona energía durante toda nuestra vida.
La excitación, alegría, riqueza y beneficios del yoga residen en su práctica. Este libro es práctico e inspirador, una guía para el camino.
YEHUDI GORDON
Londres, 1993
PREFACIO
1 yoga es una ayuda maravillosa para la mujer embarazada
y para la madre. Es una estupenda herramienta para soltar la
tensión física acumulada en sus articulaciones y músculos, para desinhibirse y descargar sus emociones. Es de gran ayuda para optimizar su salud, autosanarse y despejar el camino para conservar la salud en el futuro, permitiendo un nuevo comienzo, un borrón y cuenta nueva en su vida.
La primera vez que asistí a una clase de yoga fue en 1975, poco después de concebir a mi segunda hija, Kim, y continué practican-do de forma regular durante todo el embarazo. A pesar de que durante mi primer embarazo no tuve ningún problema, me sorprendió la diferencia que la práctica del yoga supuso entonces.
Descubrí que yo poseía el potencial de influir en mi cuerpo y mi mente de forma positiva. Gracias al yoga aprendí a incrementar mi energía y vitalidad y a relajarme profundamente y calmar mi mente. Aprendiendo a centrar mi consciencia, encontré el espacio silencioso en mi interior que ahora llamo mi centro interior. Ello me permitió ser más profundamente consciente de mi cuerpo, mis sentimientos y la presencia de este ser minúsculo que se incubaba en mi vientre.
Ahora, más de quince años después, he tenido el privilegio de dar a conocer este camino a cientos de mujeres embarazadas y de ser testigo del efecto profundo y positivo que ha ejercido en su maternidad y su capacidad para dar a luz.
Mi segundo embarazo coincidió también con los comienzos de mi carrera como experta en preparación para el parto. Durante mis estudios no estaba del todo de acuerdo con los métodos que se me enseñaban como preparación para el parto. Aunque eran muy informativos en cuanto a las distintas etapas del parto y los procedimientos y rutinas hospitalarios, les faltaba algún método efectivo de imprimir confianza en las madres y de aprender a seguir sus instintos. La mayoría de las mujeres que asistían a aquellas clases de preparación para el parto terminaban por consumir analgésicos y sucumbir al quirófano. Yo tenía la certeza de que debía existir un método más integral, menos cerebral que sacara lo mejor del potencial transformador del embarazo en su totalidad.
A medida que me di cuenta de los beneficios que el yoga suponía para mi propio embarazo, invitaba a las futuras madres que asistían a mis clases de preparación para el parto a que se unieran a mi
práctica del yoga una vez por semana. Durante los meses siguientes seis de nosotras nos reuníamos regularmente y empezamos a notar cómo ciertas posturas de yoga eran particularmente cómodas y útiles. Al mismo tiempo, yo realizaba un estudio sobre la pelvis fe-menina. Todos estos factores confluyeron para mostrarme con claridad meridiana que la pelvis femenina tiene una forma única que forma un canal curvo para facilitar el nacimiento. Las posturas más cómodas en la última fase del embarazo eran aquéllas que abrían el diámetro pelviano y reducían la presión en la zona lumbar de la espalda.
Al indagar sobre la historia del parto, observé que, en realidad, algunas de tales posturas habían sido utilizadas por las mujeres durante el parto, en casi todas las culturas. La evidencia histórica y etnológica me mostró que en todo el mundo, desde hace miles de años hasta nuestros días, miles de mujeres se habían arrodillado, puesto en cuclillas o de pie para dar a luz. Es así como aprendí que el cuerpo femenino no está diseñado para dar a luz en decúbito su-pino; en realidad, es la postura menos recomendable por numerosas razones (ver mi libro New Active Birth). Por una coincidencia milagrosa tropecé con una forma profundamente efectiva de prepararse para un parto instintivo en esas posturas con el torso incorporado. Una forma que prepara a la mujer no sólo a nivel físico para adoptar semejantes posturas sino también a un nivel más profundo, para ayudarla a descubrir su fuerza interior y su potencial instintivo. La misma esencia del yoga consiste precisamente en que actúa a varios niveles al mismo tiempo, influyendo simultáneamente en el cuerpo, la mente y las emociones, aumentando de forma integral la salud y el bienestar.
Yo fui la primera del grupo en dar a luz. Kim nació en casa, sin complicaciones para ninguna, a pesar de que el perímetro de su cabeza era más grande de lo normal. A través de esta experiencia des-cubrí las ventajas de estar en cuclillas y cambiar de postura. El yoga que había practicado durante el embarazo me vino a la mente de alguna forma y tuve la suficiente confianza como para probar alguna de las posturas que yo sabía que ampliarían el canal de la pelvis y maximizaría la ayuda de la fuerza de la gravedad. Mi comadrona me aseguró que si no hubiera sido por ello, habría necesitado fórceps.
Me sentí muy orgullosa de haber dado a luz por mí misma, y el nacimiento de Kim fue seguido muy pronto por el de los otros bebés de las mujeres que integraban el grupo. Aunque carecíamos de un plan preconcebido, ninguna de nosotras dimos a luz en la postura tradicional "del escarabajo" o en posición semi reclinada. Fue así como me di cuenta de que además de a nuestros bebés, nuestro grupo de yoga había dado a luz el concepto de "parto activo" en el norte de Londres. Tuvimos la gran suerte de estar apoyadas por algunas comadronas independientes y por el doctor Yehudi Gordon, especialista en obstetricia en el hospital local, que fueron pioneros
entusiastas y apoyaron totalmente nuestras ideas. Mi médico de cabecera, que había estado de vacaciones en Botswana justo antes de mi parto y había presenciado el parto de una mujer en cuclillas, también me apoyó y animó.
Cuando de forma inesperada me quedé embarazada 18 meses más tarde, me sumí en una crisis emocional, con sentimientos ambivalentes al tener dos hijos tan seguidos. En aquel entonces, durante los momentos de meditación en mi práctica de yoga, sentí que llevaba dentro de mi una persona maravillosa que enriquecería mi vida de forma inmensurable. Muy pronto, a la sorpresa de estar embarazada de nuevo sucedió la cálida certeza de que el hijo que llevaba dentro de mí era un regalo y que era del todo apropiado que estuviera allí en aquel momento. Me di cuenta de lo profundamente consciente que puede llegar a ser una mujer de la presencia interior de su bebé desde los orígenes de la concepción. Sentía perfecta-mente a un nivel profundamente instintivo la conexión psíquica que existe entre la madre y el hijo que anida en su seno. Esta conexión es como un canal abierto de comunicación que puede hacerse más consciente y conocerlo con más intensidad cuando la madre se sienta en silencio y conecta con su centro interior al practicar yoga. Descubrí que podía "hablar" con mi hijo Iasonas mientras se hallaba dentro de mi vientre y que podía oír sus "respuestas". Cuando llevaba cuatro semanas de gestación en mi útero, le pedí perdón por mi ambivalencia inicial, y nunca hemos vuelto a mirar hacia atrás desde entonces. Ahora tiene quince años, es más alto que yo y todavía puedo comunicarme con él con una facilidad especial. También es cierto que su alumbramiento fue fácil, a pesar de que pesó 4,4 kg al nacer.
Pensaba que mi carrera como embarazada había concluido, cuan-do la llegada de Theo me sorprendió cuando estaba a punto de cumplir 42 años. Habían transcurrido diez años desde el nacimiento de Iasonas y había pasado por el quirófano a causa de un fibroma uterino. Afortunadamente la operación fue un éxito y me recuperé muy bien con la ayuda del yoga. Para entonces había descubierto un nuevo enfoque del yoga y estudiaba con Mary Stewart y Mina Semyon. Después del parto, descubriría a Sandra Sabatini con quien he trabajado desde entonces siempre que me ha sido posible.
Mi actual marido, Keith Brainin, y yo estábamos encantados con mi nuevo embarazo y esperábamos ansiosos el nacimiento de Theo. Consideré el hacerme las pruebas que normalmente se realizan a las futuras madres de mi edad y pedí hora para hacerme una amniocentesis. El día antes de que me hicieran el análisis tuve una experiencia increíble mientras meditaba durante mi práctica del yoga. Escuché a Theo decirme que no sólo se encontraba perfectamente, sino que era un espécimen magnífico y que no necesitaba ningún análisis. Cancelé la cita con el médico y, en efecto, Theo pesó 5 kg cuando nació y es un niño muy sano y muy fuerte. Fue una expe-
riencia muy personal. Seguramente hubiera elegido quedarme con mi hijo aunque se le hubiera detectado algún problema de desarrollo. Hacerse la amniocentesis puede ser apropiado en muchos casos, no es que yo esté sugiriendo la meditación como una alternativa. Lo esencial es establecer el silencio y la calma para encontrar la guía interior y adoptar la decisión adecuada.
Practiqué yoga durante todo el embarazo y di clases a otras futuras madres. Incluso durante el noveno mes realizaba posturas avanzadas de yoga. Tuve el apoyo de mis propios profesores y colegas, en especial de Lolly Stirk, Mina Semyon, Yehudi Gordon, Michel Odent y Carole Elliott. Gracias a ellos pude evitar el tener ayudantes durante el parto que posiblemente hubieran estado intranquilos respecto a mi edad y el tamaño de Theo o que hubieran podido considerarme como de "alto riesgo" debido a mi historial obstétrico o me hubieran considerado como una "multípara de la tercera edad". Theo nació en casa, cerca de la chimenea, después de un parto in-tenso y corto que no obstante fue sencillo al contar con una de las ingeniosas piscinas de Keith para dar a luz, colocada en nuestro dormitorio. A pesar del tamaño del bebé, la segunda fase se terminó en siete contracciones, no me desgarré y estuve extasiada durante varios días después del parto.
Mi historia es única pero no tan atípica. La mayoría de mis alumnas desarrollan la facultad de disfrutar y sacar el mayor partido de la experiencia del parto y el postparto. Casi todas ellas dan a luz instintivamente sin medicamentos ni intervenciones quirúrgicas. Sin embargo, aquellas mujeres que eligen o necesitan apoyo obstétrico o eliminar el dolor, suelen hacerlo desde una postura de fuerza interior y están satisfechas con la confianza de que dicha ayuda o apoyo era necesaria en sus circunstancias. El parto no puede predecirse. Es una aventura y, como tal, se desconoce lo que puede pasar. Pero lo que sí sé es que a través del yoga la mujer puede sacarle el máximo partido a los meses de embarazo, al parto y en general a la maternidad.
Es éste un momento en la vida de una mujer en el que necesita hacer acopio de fuerzas y de energía para enfrentarse al parto y a la maternidad. Es un estado de creatividad total. No sólo es la que da, sosteniendo con su energía la vida de otro ser, sino que es al mismo tiempo el recipiente de la energía radiante y dinámica que proviene del ser que lleva en su seno. Se trata de un intercambio mutuo de energía ya que, tanto la madre como el bebé, comparten juntos la aventura del embarazo a todos los niveles.
El yoga la permite parar, detenerse, reflexionar tranquila, y estar capacitada para recibir este regalo y engrandecerse con él. Se hace más instintiva, más intuitiva, capaz de responder con todo su ser a la transformación que experimenta. De esta forma, la mujer embarazada es capaz de evolucionar, de renacer ella misma, a medida que pasa de ser mujer a ser madre. Puede enfrentarse con confianza a las dificultades que la esperan.
En Yoga, embarazo y nacimiento, he hecho todo lo posible para, dentro de los límites de un libro, transmitir la forma en que yo enseño lo más claramente posible. Este libro también está apoyado por una pequeña red de profesores de este método. Existe una asociación cada vez más numerosa de preparadores para el parto activo que llevan una línea de trabajo similar, muchos de los cuales, al igual que yo, están dispuestos a viajar para ofrecer formación a profesores de yoga, a madres, comadronas y educadores de niños. Algunos trabajan en el Reino Unido y otros trabajan en términos parecidos en otros países.
Estamos a las puertas de un nuevo siglo y esperemos que ante una nueva era de civilización más consciente. En los años venideros hemos de aprender a respetar y cuidar a nuestra madre tierra, e instaurar el equilibrio ecológico en nuestro planeta. Me gustaría que este libro fuera una inspiración para aquéllos que están preocupa-dos por el principio de la vida, para redescubrir y reclamar la fuerza de las madres como portadoras de nuevas vidas. Éste es nuestro modo de aportar nuestra pequeña pero vital contribución al resurgir del poder femenino, que es la fuente de toda la vida en la tierra y que nos reconforta y renueva.
ÍNDICE
Prólogo por S. Sabatini 7
Prólogo por Y. Gordon 9
Agradecimientos 11
Prefacio 12
Introducción 17
El yoga en Occidente 19
Embarazo holístico 21
Reivindicando el poder femenino del parto y la maternidad 24
I. ¿POR QUÉ PRACTICAR YOGA DURANTE EL EMBARAZO? 27
El bebé antes de nacer 28
Cuidando tu embarazo 29
Beneficios de la práctica del yoga durante el embarazo 30
Preparación para el parto 34
Cómo afrontar el parto 36
Descubre tu fuerza interior 38
II. CAMBIO Y TRANSFORMACIÓN 41
El cambio corporal 42
Los cambios en el útero 47
Tu cuerpo y tu bebé 48
Las emociones 53
Ser madre 54
Actividad interior 59
Proximidad del parto 64
Más allá del parto 65
III. LA RESPIRACIÓN 69
Yoga y respiración 70
Respiración y emociones 75
Desarrollando la conciencia de la respiración 77
IV. LA POSTURA EN LA VIDA DIARIA 87
Postura de pie erguida 88
Las curvas de la columna vertebral 91
Descubre tu centro de gravedad 93
Postura y respiración 94
De pie y andando 95
Sentada 100
Descansar y dormir 101
Las posturas después del parto 103