Cinco Tratados de Filosofía, por Praracelso. ISBN: 978493483159

Cinco Tratados de Filosofía

Referencia: 9788493483159
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En Cinco Tratados de Filosofía el autor reflexiona sobre algunas cuestiones ligadas a aspectos filosóficos esenciales para el desempeño de la Medicina.
Para Paracelso, la Medicina no es sólo una técnica de curación, sino que pone de manifiesto la concepción que de la existencia tiene aquel que la ejerce.

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En su obra Liber Paragranum, Paracelso considera a la Filosofía como uno de los Cuatro Pilares sobre los que se sustenta la Medicina.
En el presente texto, desarrolla algunas cuestiones ligadas a aspectos filosóficos esenciales para el desempeño de la Medicina.
Desde la óptica del autor, la Medicina no es sólo una técnica de curación. Refleja la concepción que de la existencia tiene aquél que la ejerce. Expresa el concepto que el médico tiene de su relación con sus semejantes, es en suma, una consecuencia de una determinada actitud ante la vida y ante la muerte, ante aquello que se concibe como salud y lo que es considerado enfermedad, sobre la felicidad y el dolor. El médico en consecuencia se ve continuamente enfrentado a una dualidad que le desgarra o le anestesia. Tal vez a través de estas enseñanzas pueda el lector encontrar una solución ante semejante disyuntiva.

Paracelso
Philippus Aureolus Teofrastus Bombastus von Hohenheim más conocido como Paracelso, nació en Eisiedeln (Suiza) en 1493 y pronto empezó a interesarse por la Química, la Metalurgia, la Botánica y la Medicina, llegando a ser alumno de importantes figuras del saber.
Estudió en numerosas universidades como las de Viena, Colonia, Montpellier o Bolonia, doctorándose en Ferrara en 1515.
En 1522, coincidiendo con la guerra entre el emperador Carlos V y Francisco I, trabajó cirujano militar, y cuatro año más tarde, y tras librar al editor Frobenius de la amputación de una pierna, fue nombrado por el Senado de Basilea médico de la ciudad, lo que le facultó para impartir clases de Medicina en su universidad.
Posteriormente, se trasladó a Alsacia, donde dejó tal huella que llegó a ser comparado en el mismísimo Esculapio.
Paracelso murió el 24 de septiembre de 1541 en Salzburgo (Austria), pasando a la historia como el gran impulsor de la Spagyria.
Paracelso fue autor de numerosos tratados filosóficos y de Medicina, tales como: La Gran Cirugía, Opus Paramirum, Los VIX Libros de los Parágrafos, Libro de los Prólogos, Liber Paragranum, Laberinto de los Médicos Errantes, De las Enfermedades de las Montañas, De la Epilepsia, De la Matriz,Tratado acerca de las Enfermedades producidas por el Tártaro, Libro de la Larga Vida, Libro de la Restauración y la Renovación, Cinco Tratados de Filosofía y Las Archidoxias Alquímicas.

Traducción: Juan Carlos Avilés Morrondo.
Prólogo: Belén Blázquez Ruiz
Licenciada en Farmacia por la Universidad Complutense de Madrid.
Magister en Homeospagyria, Insignia honorífica y Placa por su labor en Investigación otorgados por S.E.I.S. (Sociedad de Estudios e Investigaciones Spagyricas).
Secretaria de A.F.I.H. (Asociación de
Farmacéuticos Investigadores en
Homeospagyria).
Master en Ensayos Clínicos por el Colegio de Farmacéuticos de Madrid.
Participa en la actividad docente del Laboratorio Heliosar-Spagyrica, coordinando y organizando los seminarios de Homeospagyria tanto en los aspectos teóricos como prácticos desde 1999.
Colabora con el Departamento de Investigación clínica del Laboratorio HeliosarSpagyrica.

Prólogo.

En la actualidad Paracelso es un autor que despierta grandes controversias quinientos años después de su nacimiento. Considerado por muchos como el padre de la actual Medicina es desdeñado por otros que ven en sus obras un cúmulo de supercherías insostenibles en nuestros días. Un tercer grupo, ansioso por encontrar conocimientos ocultos, buscan en sus escritos sortilegios y encantamientos en unos casos y aquello que la ciencia oficial oculta o desdeña en otros.
Como le ocurrió en vida, pocos le conocen y reconocen. Sus escritos velados en muchas ocasiones por motivos político-religiosos ya eran difícilmente descifrables en su época. En
otras la codificación sociocultural propia del entorno sociocultural de la época, se ha tergiversado en nuestros días en los que se han perdido los referentes necesarios para su cabal comprensión.
Permítame el lector relatar una anécdota que puede ilustrar el caso. En cierta ocasión, en el año 2001, durante el transcurso de un Curso de Actualización en Farmacología en el capítulo dedicado a enfermedades de transmisión sexual, el ilustre ponente cuya erudición no cabe poner en duda refirió, al inicio de su clase, que ya el propio Paracelso describía la sífilis corno "una conjunción de Escorpio en Venus", lo cual como se podía entender, afirmaba el docente, era mera superstición pues no existía relación alguna entre la posición del planeta Venus, de la constelación de Escorpio y la aparición de una sífilis y menos como etiología de la misma.
Probablemente entre los buscadores de misterios la interpretación de Paracelso sea tomada según la literali-
dad, tal corno se entiende en la actualidad, y busque en los cielos la causa de la infección.
Pero parecerá como más conveniente estudiar a Paracelso en los términos propios de la época e intentar difundir sus ideas de tal modo que sean
comprensibles y útiles al hombre del S. XXI, y no sólo una curiosidad para diletantes. La Homeospagyria del Dr. Juan Carlos Avilés acomete esta fascinante labor de decodificación del lenguaje de la Tradición, no sólo de Paracelso (Destacadísimo representante de la misma) si no también de sus antecesores (Tritemio), sus coetáneos (Enrique Cornelio Agrippa) y seguidores (Jean Paramond Rhumelius) entre otros. Siguiendo los postulados de la Homeospagyria Venus está arquetípicamente relacionado con la Actividad Vital Atemperante que rige la sexualidad. De ahí el término venéreo (Venus, Veneri, Venere). De igual modo Escorpio era el término con el que, en los siglos XVI y XVII, se designaba a la zona genital. En consecuencia la sífilis era el resultado de relaciones sexuales y se expresaba en la zona genital. Como se observa nada más lejos de la ignorancia y la superstición
En el presente volumen sin embargo Paracelso se nos muestra sencillo,
didáctico, incluso para nuestros días, y no por ello menos profundo en sus observaciones y asertos. En la primera parte o Primer Tratado nos habla "De la diferencia de los tiempos y que, conforme a ellos, todas las fuerzas y debilidades se transforman En ella, con una sencillez que puede confundir al lector desatento, nos expone la necesidad de comprender los ciclos de la Naturaleza, su periodicidad, la necesidad de que algo muera
para que se exprese una nueva manifestación y, en suma, nos muestra el sutil engranaje que entreteje las diferentes expresiones del Cosmos, del macrocosmos.
El Hombre, el microcosmos, deberá, en consecuencia, obrar de igual modo, sabiendo que nada perdura y todo se transforma. Así, armonizado con las fuerzas y limitaciones del tiempo y del espacio, trascenderlas desde la plena consciencia.
De la generación y conservación de los cuatro cuerpos elementales. Nos muestra en el Segundo Tratado la coherencia de la Naturaleza cualquiera que sea su expresión, pues en sus aspectos esenciales todo esta compuesto por los mismos elementos. Los elementos no deben ser entendidos en la forma expresada en la tabla de Mendeleyev si no en su aspectos esenciales sólido, líquido, gaseoso o electromagnético y como tales, se encuentran en cualquier parte del Universo. Todo al fin tiene como
constituyentes básicos protones, neutrones y electrones como sabemos hoya Tres constituyentes básicos y cuatro expresiones físicas de los mis-
mos. Los tres humores Azufre, Mercurio y Sal y los cuatro elementos Tierra, Agua, Aire y Fuego citados por Paracelso y toda la Tradición.
El Tercer Tratado "De la carne y de la momia" tal vez sea el de más dificultosa comprensión para el lector actual, pues el propio Paracelso es escurridizo en su explicación. El término Energía Vital pudiera ser el de más fácil comprensión y podernos asimilarlo, con matices, a la mumia de Paracelso. Pero se ha de matizar que para Paracelso y para la Tradición en general esa Energía Vital no es, en sentido estricto, las que emana de un cuerpo vivo como consecuencia de su actividad metabólica. Más bien es al contrario, es la Energía Vital la que, impregnando la materia, permite la vida. Esa Energía Vital será, en tales términos, la responsable de la propia vida, y de su potencia o debilidad dependerá la salud y la enfermedad.
Muchos son los autores adscritos a estos postulados, entre ellos podemos citar al propio Samuel Hahnemann',
el cual, en la VI edición de su obra capital "El Organon de la Medicina" expone unas afinadas reflexiones sobre la Energía Vital y sus manifestaciones, llegando a basar el éxito de su terapia en la restauración o no de dicha energía en los niveles adecuados.
Es el Cuarto Tratado "De la diferencia entre los cuerpos y los espíritus",
desde la perspectiva de un lector actual, de singular belleza, pues aborda un tema que no es contemplado por la Ciencia contemporánea y, en consecuencia, por la actual Medicina: la naturaleza doble del ser humano y que, por el contrario, es eje cardinal de cualquier tratado de Medicina Tradicional sea escrito desde la óptica China, Hindú (Ayurvédica) u Occidental (Spagyria). La Tradición contempla al Hombre corno un ser entre dos mundos el material o inferior y el inmaterial o superior, entre la Tierra y el Cielo. Como tal, el Hombre se constituye en la tercera condición capaz de reconciliar las dos anteriores y, por tanto, en el eje central de la Creación. El Hombre puede acceder a ambas manifestaciones de la Manifestación, ordenarlas e integrarlas.
El Quinto y último Tratado "Del sueño y de la vigilia de los cuerpos y de los espíritus" es un texto de un inapreciable valor pues, con el lenguaje propio de la época, expresa un cono-
cimiento de lo que hoy denominamos subconsciente inaudito en el siglo XVI. Pero además, y trascendiendo los posteriores postulados de Freud y su escuela, reconoce en ese subconsciente la fuente de un conocimiento que permite al Hombre trascender la limitada experiencia sensorial y su elaboración intelectual. Así el Hombre puede caminar por los elevados senderos que sólo la percepción intuitiva, irracional, puede abrir.

Indice

• Prólogo. 9
• TRATADO PRIMERO: De la diferencia de los tiempos y que, conforme a ellos, todas las fuerzas y debilidades se transforman. 21
• TRATADO SEGUNDO: De la generación y conservación de los cuatro cuerpos elementales. 29
• TRATADO TERCERO: De la carne y de la mumia. 41
• TRATADO CUARTO: De la diferencia entre los cuerpos y los espíritus 59
• TRATADO QUINTO: Del sueño y de la vigilia de los cuerpos y de los espíritus 65
• Indice 83

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