portada Yodo. por Juan C. Mirre. ISBN 9788494230943

Yodo

Referencia: 9788494230943
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¡NO ESTÁS ENFERMO! ES EL CUERPO QUE TE PIDE YODO

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El yodo es un elemento vital para la vida. Ni los animales ni el ser humano pueden sobrevivir sin yodo. Actualmente no ingerimos ni siquiera la cantidad mínima necesaria para el buen funcionamiento del organismo.
Miles de investigaciones científicas muestran que la mayoría de las enfermedades están relacionadas con la falta de nutrientes. Y muchos científicos mantienen que casi todas las dolencias se inician en la falta o la escasez de algún nutriente en la dieta habitual. Es decir, que la gran mayoría de las enfermedades son enfermedades carenciales.
En este libro se exponen los argumentos experimentales y clínicos de aquellos científicos que se preguntan: ¿El cáncer de mama está provocado por una falta de yodo en la dieta?
¿Hay casos de infertilidad debido a una escasa ingesta de alimentos yodados?
¿Hay una relación entre una madre con carencias de yodo y el nacimiento de un hijo autista? ¿Y si fuese una dieta pobre en yodo la culpable de tantos accidentes cardiovasculares?

Juan Carlos Mirre es profesor y Licenciado en Ciencias Naturales por la Universidad de Buenos Aires y doctorado por la Sorbona de París. Ha dedicado muchos años a las Ciencias de la Tierra y la conservación del medio ambiente, así como al estudio de la biología y en especial a su relación con los minerales presentes en los suelos de nuestro planeta. Formado en Naturopatía, Homeopatía y Medicina Tradicional China, imparte cursos sobre terapias naturales y colabora en distintos medios periodísticos divulgando las últimas investigaciones científicas sobre la importancia de los minerales para el mantenimiento de una buena salud. En sus artículos y cursos destaca la importancia de los métodos biológicos naturales para el tratamiento de diversas enfermedades.

INTRODUCCIÓN

El yodo es un elemento vital para la vida. Ni los animales ni el ser humano pueden sobrevivir sin yodo. Es cierto que hay algo de yodo en algunos alimentos, pero también es cierto que normalmente no ingerimos ni siquiera la cantidad mínima necesaria para el buen funcionamiento de nuestro complejo celular.
El cuerpo tiene una forma de avisarnos de que le falta yodo: enfermamos.
Si estamos deprimidos nos prescriben Prozac, si sufrimos fibromialgia nos dan amitriptilina, si tenemos dolores musculares nos recetan antiinflamatorios, si la menstruación es irregular píldoras anticonceptivas, allopurinol para la gota y atorvastatin (Lipitor, el medicamento más vendido del mundo) para el colesterol alto y si aparece el acné, pomadas antibióticas. Pero luego viene lo peor: Rubifen (Ritalin) si el niño es un poco inquieto y soñador, y Viagra si el abuelo tiene un bajón en su libido.
Claro que todas y cada una de estas drogas se acompañan de un prospecto que detalla "efectos secundarios" que a veces son iguales o peores que la dolencia que tratan.
Un cúmulo de trabajos científicos realizados en los últimos treinta años ha permitido acreditar lo que empíricamente comprobaron miles de médicos durante un siglo (entre 1830 y 1930). Durante ese tiempo el yodo se administraba mayoritariamente a los enfermos mediante la llamada "Solución de Lugol", una disolución hidro-alcohólica de yodo y yoduro de potasio que en distintas dosis lograban la mejora o la cura de distintas dolencias.
Hoy se sabe que el yodo cumple importantes funciones en numerosos órganos y no solo en la glándula tiroides.
Sin embargo la medicina oficial niega cualquier relación entre el mantenimiento de la salud y el yodo en la dieta, con la única excepción del bocio y el cretinismo.
Incluso hasta en los tratamientos de las disfunciones tiroideas, el yodo ha sido desplazado por el uso de hormonas tiroideas sintéticas.
En los casos de hipotiroidismo, por ejemplo, se llega al colmo de la hipocresía, demonizando el empleo de 2 gotas de Solución de Lugol que contienen 5 mg de yodo y prescribiendo como alternativa "bendecida" por la ciencia: 50 miligramos de tiroxina sintética ¡que contiene 30 miligramos de yodo!

ÍNDICE

PARTE I. EL YODO EN LA NATURALEZA Y EN EL SER HUMANO 9
Introducción 11
Cuadro 1. Recomendaciones de lectura 13
1. Un poco de historia 15
El bocio 15
Cuadro 2. El Dr. David Marine 17
El cretinismo 18
Las investigaciones del siglo XX 20
Cuadro 3. La sal yodada 21
Tabla 1. Déficit mundial de yodo 22
2. El Yodo en la naturaleza 23
Cuadro 4. Las sales de yodo en el nitrato de Chile 25
3. El Yodo en el organismo humano 29
Tabla 2. Necesidades mínimas de yodo 32
Tabla 3. Países con poblaciones carentes de yodo 34
PARTE II. ENFERMEDADES DERIVADAS DE LA CARENCIA DE YODO 35
Aspectos generales 37
Tabla 4. Típicos trastornos por deficiencia de yodo 38
1. Enfermedades carenciales producidas por falta absoluta de yodo en la dieta 40
1.1. Bocio 40
1.2. Cretinismo y enfermedades asociadas 42
2. Enfermedades carenciales producidas por una dieta con escaso yodo 44
2.1. Hipotiroidismo 44
Tabla 5. Signos y síntomas del hipotiroidismo 46
2.2. Bajo coeficiente intelectual y bajo rendimiento escolar 47
2.3. THDA (Trastorno de Hiperactividad y Déficit de Atención) 49
2.4. Autismo 49
2.5. Obesidad y enfermedades metabólicas 50
2.6. Diabetes 51
2.7. Sistema inmunológico débil 52
2.8. Cáncer de mama 54
Cuadro 5. La triste historia de Angelina Jolie 57
2.9. Enfermedad fibroquística de mamas 58
2.10. Mastalgia 59
2.11. Ovarios poliquísticos, endometriosis y síndrome premenstrual 60
2.12. Infertilidad 61
2.13. HPB y cáncer de próstata 61
2.14. Cáncer de estómago 62
2.15. Enfermedades cardiovasculares 64
2.16. Gripe 65
2.17. DMAE y otros problemas oculares 66
2.18. Caries y salud periodontal 67
2.19. Artrosis y osteoporosis 68
2.20. Alzheimer 68
2.21. Esclerosis Múltiple 69
2.22. Neuropatías 70
2.23. Colesterol 71
2.24. Gota 71
2.25. El yodo como antioxidante 72
PARTE III. CÓMO AUMENTAR LA INGESTA DE YODO 73
¿Cuánto yodo necesito ingerir al día? 75
Tabla 6. Contenido en yodo de algunos alimentos 77
Suplementos de yodo 79
La Solución de Lugol 79
Tabla 7. Contenido de yodo en la solución de lugol 81
Las algas marinas 81
Las algas continentales o microalgas 83
Suplementos elaborados con algas marinas 83
El problema de los inhibidores del yodo 84
PARTE IV. EL LIBRO EN POCAS PALABRAS 87
Qué hacer ante la duda de si tengo o no carencia de yodo 92
El método de la Temperatura Basal 93
El método de la mancha de yodo 93
Cuadro 6. Hablemos de la sal de mesa 94
Conclusión y recomendación 94
ANEXO I. El uso terapéutico del yodo en la España de 1930 97
ANEXO II. La moda de las sales de moda 101
La peligrosa moda de la "sal natural" 103
El timo de la sal del Himalaya 104
BIBLIOGRAFÍA 107

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