El Tao De La Fisica | Fritjof Capra  | ed. Sirio

El Tao de la Fisica

Referencia: 9788416579709
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UNA EXPLORACION DE LOS PARALELISMOS ENTRE LA FÍSICA MODERNA Y EL MISTICISMO ORIENTAL

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El universo es una eterna danza de partículas subatómicas cuyas relaciones entre sí son al mismo tiempo asombrosamente lógicas y totalmente inexplicables. Los místicos de todas las épocas han intentado captar este universo mediante la interiorización y la meditación. Los físicos nucleares lo exploran a través de la experimentación y la hipótesis. Sus caminos no pueden ser más dispares; sin embargo, vemos cómo cada uno, a su manera, descubre las mismas verdades. Con un lenguaje asequible a todo el mundo y sin complejas fórmulas matemáticas, el doctor Fritjof Capra explora en esta obra ya clásica los principales conceptos y teorías de la física moderna y los compara con las milenarias doctrinas budistas y taoístas. El resultado es un cuadro fascinante. Tanto la ciencia occidental como el misticismo oriental nos revelan una misma y única verdad: el Universo es un Todo íntimamente interconectado, un flujo incesante de energía del que todos formamos parte, aunque ciencia y misticismo tengan dos maneras distintas de expresar ese conocimiento"

Fritjof Capra

Doctor en física teórica por la Universidad de Viena. Fritjof Capra ha trabajado como investigador en fisica subatómica en la Universidad de Paris. en la de California (U.C.) en Santa Cruz, en el Acelerador Lineal de Stanford. en el Imperial College, en la Universidad de Londres yen el Laboratorio Lawrence Berkeley de la U.C. También ha sido profesor en la U.C. en Santa Cruz, en Berkeley y en la Universidad de San Francisco. Desde hace más de 30 años y paralelamente a sus actividades de investigación y enseñanza. Capra ha estudiado en profundidad las consecuencias filosóficas y sociales de la ciencia moderna y sobre este tema imparte frecuentemente seminarios y conferencias en diversos países.
El Tao de la Fisica no sólo ha sido un best-seller mundial, sino que inspiró e inició todo un estilo de investigación y un género literario que ha revolucionado la forma de contemplar dos campos de la actividad humana aparente-mente muy distintos: la ciencia moderna y el misticismo oriental. Otras importantes obras suyas son: Sabiduria Insólita, El Punto Crucial. Las Conexiones Ocultas, Pertenecer al Universo y La Trama de la Vida.
Fritjof Capra Vive en Berkeley, California. con su esposa y su hija.

  • Peso: 615 gr.
  • Páginas 420
  • Encuadernado Rustica

ÍNDICE

Agradecimientos     9
Prefacio a la segunda edición     11
Prefacio a la primera edición     19

I. EL CAMINO DE LA FÍSICA
1. La física moderna. ¿Un camino con corazón?     25
2. Saber y ver     39
3. Más allá del lenguaje     67
4. La nueva física     77

II. EL CAMINO DEL MISTICISMO ORIENTAL
5. Hinduismo     121
6. Budismo     133
7. El Pensamiento Chino     143
8. Taoísmo     157
9. Zen     167

III. LOS PARALELISMOS
10. La unidad de todas las cosas     177
11. Más allá del mundo de los opuestos     197
12. Espacio-tiempo     221
13. El universo dinámico     259
14. Vacío y forma     283
15. La danza cósmica     307
16. Simetrías del quark. dUn nuevo koan?     333
17. Patrones de cambio     349
18. Interpenetración     379
Epílogo     405
Vuelta a la nueva física     413
El futuro de la nueva física     431
Bibliografía     459
Referencias     465

Prefacio a la Quinta Edición

Este libro fue publicado por primera vez hace veinticinco años y tuvo su origen en una experiencia que, como des-cribo en el segundo prefacio, data ya de más de treinta años. Por ello, me parece apropiado decir aquí algunas palabras a los lectores de esta nueva edición sobre las muchas cosas que durante estos años han sucedido —al libro, a la física y a mí mismo.
Cuando descubrí los paralelismos existentes entre la visión del mundo de los físicos y la de los místicos –paralelismos ya insinuados antes pero nunca explorados a fondo– tuve la sensación de que simplemente estaba descubriendo algo que era totalmente obvio y que en el futuro sería del dominio
público. Algunas veces, mientras escribía El Tao de la Física incluso sentí que el libro estaba siendo escrito a través de mí, más que por mí. Los acontecimientos posteriores confirmaron estas sensaciones. El libro fue recibido con gran entusiasmo en Inglaterra y en Estados Unidos. Pese a haber tenido una publicidad promocional mínima, su difusión fue muy rápida y hasta el día de hoy ha sido editado en más de veinticinco países.
Como era de esperar, la reacción de la comunidad científica fue mucho más cautelosa, pero también en este campo el interés por las extensas implicaciones de la física actual es creciente. La aversión de los científicos modernos a aceptar las profundas similitudes existentes entre sus conceptos y los de los místicos no es una sorpresa, dado que el misticismo –al menos en Occidente– ha sido tradicionalmente relacionado –de manera totalmente equivocada– con cosas vagas, misteriosas y en absoluto científicas. Afortunadamente esta actitud está cambiando. A medida que el pensamiento oriental ha comenzado a interesar a un número de personas cada vez mayor y al haber dejado de ser considerada la meditación como algo ridículo o sospechoso, el misticismo está empezando a ser tomado en serio, incluso dentro de la comunidad científica.
El éxito de El Tao de la Física tuvo un fuerte impacto en mi vida. Durante los últimos veinticinco años he viajado mucho, he dado conferencias ante neófitos y ante profesionales y he comentado las implicaciones de la «nueva física» con hombres y mujeres de todos los estratos. Al mismo tiempo, he explorado especialmente un tema: el cambio de visión que está ocurriendo a nivel mundial en la ciencia y en la sociedad, un cambio que no es otra cosa que el desarrollo de una nueva forma de ver la realidad, y también me he interesado por lasimplicaciones sociales que esta transformación cultural tendrá a partir de ahora.
He publicado los resultados de mis investigaciones en varios libros, algunos de ellos junto con otros colegas. En El punto crucial extendí el enfoque para abarcar otras ciencias además de la física, mostrando cómo la revolución ocurrida en la física predijo las que iban a tener lugar en la biología, la medicina, la psicología y la economía, al igual que la transformación que ocurriría en nuestra visión del mundo y en nuestros valores. Dos años después Charlene Spretnak y yo publicamos Green Politics, donde analizamos el surgimiento y los orígenes del Partido Verde alemán.
En Sabiduría insólita describí los diálogos y los encuentros que mantuve con algunos pensadores que me ayudaron a dar forma al tema desarrollado en El punto crucial. En Pertenecer al universo, exploro, junto con el hermano David Steindl-Rast, los paralelismos existentes entre el nuevo pensamiento científico y el cristianismo.
EcoManagement, en el que colabora Ernest Callenbach
y otros colegas, promueve la dirección y la administración
consciente de la ecología y el desarrollo sostenible. Steering
Business Toward Sustainability, coeditado con Gunter Pauli,
es una serie de ensayos escritos por hombres de negocios, economistas y ecologistas donde se destacan enfoques prácticos
de un desarrollo sostenible tanto en el mundo de los negocios como en la sociedad, los medios de comunicación y la enseñanza.
En mi último libro, La trama de la vida, volví a la ciencia. Partiendo de la estructura conceptual presentada en El
punto crucial, este libro ofrece una síntesis de los descubrimientos recientes ocurridos en algunas de las áreas más avanzadas de la ciencia, incluyendo las teorías del caos y la complejidad. Confío en que esta síntesis se desarrollará hasta
constituir una coherente nueva teoría de los sistemas vivos, que sirva como base conceptual de la visión ecológica de la realidad.
Durante los últimos veinticinco años me han pregunta-do con frecuencia acerca de la manera en que la exploración de los sistemas científicos ha llegado a afectar mi punto de vista sobre la ciencia y el misticismo, y si voy a realizar algún trabajo más en este sentido. Trato de responder a estas preguntas en el apéndice titulado «El futuro de la nueva física», además quiero incluir algunos comentarios referentes a la relación existente entre ciencia y espiritualidad.
Cuando escribí el Tao de la física creía que la nueva física podía ser un modelo para las demás ciencias y para la sociedad en general, al igual que la antigua física newtoniana lo había sido durante siglos. Sin embargo, durante la década de 1980 mi punto de vista sobre este asunto cambió totalmente. Me di cuenta de que la mayoría de cuanto existe en nuestro entorno está vivo. Al relacionarnos con los demás seres humanos, con la naturaleza que nos rodea, con las organizaciones sociales y con la economía, estamos siempre tratando con sis-temas vivos. La física poco nos puede decir acerca de estos sis-temas. Nos puede suministrar información sobre las estructuras materiales, sobre las energías, sobre la entropía, etc., pero la naturaleza de la vida misma es algo que a la fisica se le escapa.
Así pasé a darme cuenta que la ecología es realmente la estructura que mejor abarca a la nueva visión de la realidad. La ecología presenta múltiples manifestaciones que abarcan desde la ciencia de los ecosistemas a los estilos de vida ecológicos, los sistemas de valores, las estrategias económicas, la política y, finalmente, la filosofía.
Existe incluso una escuela filosófica conocida como «Psicología profunda» que fue fundada a principios de ladécada de los setenta por el filósofo noruego Arne Naess. La psicología profunda no ve al mundo como una serie de objetos aislados, sino como una red de fenómenos interconectados y al mismo tiempo independientes. Reconoce el valor intrínseco de todos los seres vivos y considera que los humanos –según las palabras atribuidas al Jefe Seattle– son simple-mente una hebra más de la trama de la vida. Esta filosofía engendra un profundo sentimiento de conectividad, de con-texto, de relacionamiento y de pertenencia.
En este profundo nivel la ecología se funde con la espiritualidad, pues la experiencia de estar conectado con toda la naturaleza y de pertenecer al universo, es la esencia misma de la espiritualidad. En el otro extremo del espectro, la ecología está científicamente basada en la teoría de los sistemas vivos. Así surge la pregunta: 6 qué puede decirnos la nueva teoría de los sistemas vivos acerca de la espiritualidad?
Bueno, la ciencia de los sistemas poco nos dice sobre la espiritualidad, pero es interesante ver que sí nos habla de la naturaleza del espíritu humano. Parte de la nueva teoría de dos sistemas vivos es una nueva comprensión de la mente y la
´ consciencia que ya comenté en La trama de la vida. Dicho , brevemente, esta nueva teoría afirma que la cognición (el pro-ceso de conocer) es idéntica al proceso de la vida en cualquier nivel de los sistemas vivos. Según esta teoría, denominada la teoría cognitiva de Santiago, la mente no es una cosa, sino un proceso. La mente es el proceso de la cognición, que no es otra cosa que el proceso de la vida, y la conciencia no es sino una forma más elaborada de ese mismo proceso.
La teoría de Santiago nos da, a mi manera de ver, el primer marco científico coherente que soluciona el divorcio entre mente y materia. Mente y materia ya no son conceptos pertenecientes a categorías distintas, sino que prepresentan
dos aspectos complementarios del fenómeno de la vida: el aspecto proceso y el aspecto estructura. La mente es el proceso de la vida, el proceso de la cognición. El cerebro (y por supuesto la toralidad del cuerpo) es la estructura a través de la cual este proceso se manifiesta.
Este es un punto de vista profundamente nuevo y, al mismo tiempo, muy antiguo. Si nos volvemos hacia las culturas antiguas y sus tradiciones filosóficas espirituales –tanto orientales como occidentales– vemos que la distinción original no era entre cuerpo y mente, sino entre cuerpo y alma o espíritu.
Y si observamos los antiguos vocablos usados para «alma» y «espíritu» –el sánscrito atman, el latín anima y spiritus, el griego psyche y pneuma, el hebreo ruach– vemos que todos tienen un significado común. Todos significan «aliento». Intuitivamente el espíritu fue concebido como el aliento vital.
Para mí esto es fascinante. Cuando los nuevos sistemas ven a la mente o cognición, como el proceso vital y las tradiciones antiguas ven al espíritu como el aliento vital, en realidad están expresando la misma verdad; las primeras en el len-guaje técnico de la ciencia, las otras en el poético y metafórico de la espiritualidad. El espíritu es el aliento de vida. Nuestros momentos espirituales son los momentos en los que nos sentimos más vivos. En esos momentos estamos también total-mente conscientes de nuestro entorno y tenemos la sensación profunda de pertenecer al Todo.
La presente edición de este libro ha sido actualizada, incluyendo resultados de las más recientes investigaciones realizadas en el campo de la física subatómica. Para ello he cambiado ligeramente algunos párrafos del texto a fin de sintonizarlos con las nuevas investigaciones, y también he añadido al final del libro un nuevo capítulo, al que he titulado «Vuelta a la Nueva Física», en el que describo con detalle losnuevos descubrimientos de la física subatómica. Para mí ha sido una gran satisfacción comprobar que ninguno de estos recientes descubrimientos ha invalidado nada de lo que escribí hace veinticinco años. De hecho, la mayoría de ellos fueron ya anticipados en la versión original. Esto ha venido a reforzar la intensa creencia que me motivó a escribir este libro: que los temas básicos que utilizo en mi comparación entre la física y el misticismo, serán confirmados, más que invalidados por las futuras investigaciones.
Además, ahora siento que estoy pisando un terreno mucho más firme con mi tesis, pues los paralelismos con el misticismo oriental están apareciendo no sólo en el campo de la física, sino también en la biología, en la psicología y en otras ciencias. Esta es una impresionante evidencia de que la filosofía de las tradiciones místicas, también conocida como «filosofía perenne», constituye una base filosófica muy consisten-te para nuestras teorías científicas modernas.
Fritjof Capra Berkeley, mayo de 1999

Prefacio de la Primera Edición

Una hermosa experiencia que tuve hace cinco años me situó en el camino que más adelante me llevaría a escribir este libro. Estaba yo una tarde de verano sentado frente al océano, con el sol ya declinando. Observaba el movimiento de las olas y sentía al mismo tiempo el ritmo de mi respiración, cuando de pronto fui consciente de que todo lo que me rodeaba parecía estar enzarzado en una gigantesca danza cósmica. Como físico, sabía que la arena, las rocas, el agua y el aire que había a mi alrededor estaban formados por vibrantes moléculas y átomos y que éstos, a su vez, se componían de partículas que interactuaban unas con otras creando y destruyendo otras partículas. También sabía que la atmósfera de la Tierra es
bombardeada continuamente por una lluvia de «rayos cósmicos», partículas de alta energía que sufren múltiples colisiones al penetrar en la atmósfera. Todo esto me resultaba conocido por mis investigaciones físicas en el campo de la alta energía, pero hasta aquel momento sólo lo había experimentado a través de gráficos, diagramas y teorías matemáticas. Sin embargo, sentado en aquella playa, mis anteriores experiencias cobraron vida; «vi» cascadas de energía que llegaban del espacio exterior, en las que las partículas eran creadas y destruidas siguiendo una pulsación rítmica; «vi» los átomos de los elementos y los de mi cuerpo participando en aquella danza cósmica de energía; sentí su ritmo y «oí» su sonido, y en ese momento supe que aquélla era la Danza de Shiva, el Señor de los Danzantes adorado por los hindúes.
Hasta entonces había pasado por un largo entrenamiento en física teórica y había dedicado varios años a la investigación. Al mismo tiempo me interesé por el misticismo oriental y comencé a ver analogías entre dicho misticismo y la física moderna. Me sentí especialmente atraído por los enigmáticos aspectos del Zen, que me recordaron los misterios de la teoría cuántica. Al principio, estas relaciones fueron un ejercicio puramente intelectual. Salvar el abismo entre el pensamiento racional analítico y la experiencia meditativa de la verdad mística fue, y todavía es, algo muy difícil para mí.
Al principio me ayudaron «centrales de energía» que me enseñaron cómo la mente puede fluir en libertad y cómo las evidencias espirituales llegan por sí mismas, sin esfuerzo alguno, emergiendo de las profundidades de la conciencia.
Recuerdo mi primera experiencia de este tipo. Después de años de pensamiento detallado y analítico, su llegada fue tan arrolladora que me hizo estallar en lágrimas, de un modono distinto a Castaneda, y volqué seguidamente mis impresiones ell un trozo de papel.
Más tarde me llegó la experiencia de la Danza de Shiva, que intenté captar en el montaje fotográfico que muestro en la página 306. A esta experiencia siguieron otras parecidas que me ayudaron a darme gradualmente cuenta de que una nueva visión del mundo está comenzando a emerger desde la física moderna, en armonía con la antigua sabiduría oriental. Durante años tomé muchas notas y escribí algunos artículos sobre los paralelismos que iba descubriendo, hasta que ffinalmente resumí mis experiencias en el presente libro.
Este va dirigido al lector interesado en el misticismo oriental, que no tiene necesariamente que saber nada sobre física. He intentado presentar los principales conceptos y teorías de la física moderna sin ningún tipo de matemáticas y  en un lenguaje nada técnico; pese a ello, en su primera lectura algunos párrafos pueden parecer todavía difíciles al profano.
Los términos técnicos que me he visto obligado a citar están todos ellos definidos allí donde aparecen por primera vez y, además, los relaciono en el índice al final del libro.
Espero también que entre mis lectores haya físicos interesados en los aspectos filosóficos de la física que no hayan tenido todavía ningún contacto con las filosofías religiosas de Oriente. Hallarán que el misticismo oriental proporciona un consistente y hermoso esquema filosófico, en el que se pueden acomodar nuestras más avanzadas teorías sobre el mundo físico.
En relación con el contenido del libro, es posible que el lector sienta una cierta falta de equilibrio entre las presentaciones (le los pensamientos científico y místico. A medida que avance en la lectura, su comprensión de la física deberá ser cada vez mayor, pero quizá no se dé una progresión semejante en su entendimiento del misticismo oriental. Esto es algo
que parece inevitable, ya que el misticismo es, antes que nada, una experiencia que no puede aprenderse en los libros. Cualquier tradición mística sólo podrá comprenderse en profundidad si uno se involucra totalmente en ella. Mi máxima aspiración en este sentido sería hacer que el lector llegara a considerar ese involucrarse como algo deseable y positivo.
Mientras escribía este libro, mi comprensión del pensamiento oriental aumentó considerablemente, gracias en gran parte a dos hombres procedentes de Oriente. Estoy profunda-mente agradecido a Phiroz Mehta, por abrirme los ojos a muchos aspectos del misticismo hindú, y a mi maestro de T´ai Chi, Liu Hsiu Ch´i por introducirme en el taoísmo vivo.
Me es imposible mencionar los nombres de todos aquellos –científicos, artistas, estudiantes y amigos– que me ayudaron a formular mis ideas a través de estimulantes discusiones. Sin embargo, creo que debo una especial gratitud a Graham Alexander, Jonathan Ashmore, Stratford Caldecott, Lyn Gambles, Sonia Newby, Ray Rivers, Joel Scherk, George Sudarshan y Ryan Thomas.
Finalmente, siempre estaré en deuda con la señora Pauly Bauer-Ynnhof, de Viena, por su generoso apoyo financiero en el momento en que más lo necesitaba.
Fritjof Capra Londres, diciembre de 1974
Sirio
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