Eutokia: La Técnica Alexander en el embarazo y el parto

Eutokia: La Técnica Alexander en el embarazo y el parto

Referencia: 9788491110811
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Una guía para vivir mejor el embarazo,
el parto natural y la crianza de tu bebé

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Esta práctica y bien ilustrada obra te muestra cómo prepararte para el embarazo y el parto con la Técnica Alexander, un nuevo e inspirador enfoque que engloba todos los aspectos de la maternidad.
El libro muestra también cómo una mejora global del equilibrio y el movimiento puede transformar tu experiencia de embarazada y aportar a tu salud y a la de tu bebé incontables beneficios. Los autores, además de explicar que numerosos problemas de salud asociados al embarazo están relacionados con un uso inapropiado del cuerpo, detallan cómo debemos utilizar la Técnica Alexander con el fin de lograr un parto más natural y reducir la necesidad de intervenciones médicas. Asimismo, ofrecen consejos muy útiles para volver a estar en forma tras el parto y criar bien a tu hijo.

ANGELA DRAKE

Recibió en 1985 clases de Técnica Alexander, lo cual fue para ella de un valor inestimable durante el embarazo y el parto, además de constituir un gran apoyo para hacer frente a su vida familiar. Su principal implicación en el libro ha sido llevar a cabo la labor de revisión de textos.

JONATHAN DRAKE

Médico de profesión, estuvo trabajando durante varios años en temas de educación de la salud, más tarde, en 1982, se formó como profesor de la Técnica Alexander. Es autor de las obras The Alexander Technique in Everyday Life y Guide to the Alexander Technique. Es además profesor de Tai Chi y especialista en ergonomía del ámbito laboral.

ILANA MACHOVER

Es profesora titulada de la Técnica Alexander y también de la Terapia del Movimiento Rítmico de Medau, así como miembro fundadora de Doula UK, la asociación pionera de doulas en el Reino Unido. Desde 2004 es la directora de formación del Alexander Technique School.

  • Formato: 15,5 x 23,5 cm
  • Páginas: 272
  • Traducción: Joana Delgado
  • Ilustraciones: Helen Chown

 

Prólogo de Jeremy Irons y Sinead Cusack

Prólogo de la traducción al castellano de Rut Bordés y Manuela García

Prólogo acerca de la situación actual de los partos en los
países
de habla hispana de Roser García
 

Índice

Acerca de los autores     7
Agradecimientos     9
Prólogo      11
Prólogo de la traducción al castellano      13
Prólogo acerca de la situación actual de los partos en los países
de habla hispana      17
Introducción      21
1. ¿Por qué la Técnica Alexander?      25
Preparación para el nacimiento     26
Breve historia del parto     27
La gestión médica del parto     27
El reto de lo natural      28
Pioneros del parto natural: los inicios del cambio     29
La situación en Gran Bretaña      31
The French Connection (La conexión francesa)      31
La necesidad de un enfoque «holístico»      33
¿Qué es la Técnica Alexander?      35
El control primario      35
La historia de Alexander      36
¿Querer cambiar aunque todo siga igual?      36
Crear el cambio: inhibición y dirección      37
La «Cenicienta» de la salud      38
Aprender la Técnica Alexander      40
¿Por qué tomar lecciones?      40
¿Qué sucede en las lecciones?      41
El embarazo y el nacimiento      42
El embarazo y la preparación para el nacimiento      42
El parto      43
¿Qué hay de malo en hacer ejercicio?      44
Respiración y métodos de relajación      46
2. Primera etapa del embarazo      49
Cambios que experimenta tu cuerpo durante el embarazo      50
El desarrollo del útero      50
Mayor flexibilidad      51
¿Es inevitable el dolor de espalda?      52
Varices      53
Otros problemas de salud     54
¿Puede el mal uso del cuerpo afectar al feto?      55
Estrés emocional     55
Uso cotidiano del cuerpo durante el embarazo      57
Cómo estar sentado     58
Levantarse      61
Sentarse      63
Estar de pie      65
Flexionarse      67
Cómo usar los brazos      72
Cómo levantar y cargar peso      75
Caminar      77
Acostarse     80
El trabajo práctico durante la primera etapa del embarazo      80
¿Relajarse o liberar tensiones?      80
La posición semisupina      81
Pasar de estar de pie a estar tumbada      82
Respirar      90
3. La última etapa del embarazo      93
Movimientos desde la posición tumbada      94
Alargamiento de las piernas      94
Balancearse      99
Ensanchar la parte superior de la espalda      101
Tumbada de lado      103
Movimientos estando a gatas      103
Movimiento básico a partir de estar de rodillas      105
Variaciones      107
A gatas      107
El bebé en posición posterior      110
Presentación de nalgas          113
Espalda contra espalda con la pareja      116
Movimientos de la estocada y del mono      116
Caminar hacia atrás      116
Caminar de lado      117
Equilibrio sobre una pierna      118
De cuclillas      118
Usar una puerta      119
Usar una pelota      119
De estar de rodillas a estar en cuclillas      122
Del mono a cuclillas      124
Descansar      124
Tumbada de costado      124
Descansar en la posición del bebé      124
Usar una pelota de gimnasia      125
«aaah» susurrada y vocalizada:      127
Ejercicios pélvicos y masajes      128
Ejercitar el suelo pélvico      128
Masaje en el perineo      129
Preparación para el trabajo de parto      129
4. Dar a luz     131
La primera etapa      131
El dolor del trabajo de parto      137
Enfrentarse al dolor      139
El movimiento durante las contracciones      143
Utilizar el tiempo entre las contracciones      157
Masajes      158
El uso del agua en el trabajo de parto      161
La transición      162
El uso del cuerpo durante la transición      163
La segunda etapa      166
El uso del cuerpo en la segunda etapa      167
La tercera etapa      175
Una tercera etapa intervenida      176
El uso del cuerpo durante la tercera etapa natural      176
La historia de Karoline      178
Relato de Karoline Feuerbach sobre los nacimientos
de sus dos hijas      178
5. Tú y tu bebé      185
Cuídate      186
La recuperación posnatal      186
La necesidad de descansar      187
Después de una cesárea      188
Colócate bien para amamantar al bebé      188
Enfrentarse a una mastitis      190
Cómo levantar y llevar a tu hijo en brazos      194
Jugar con tu hijo      201
Volver a ponerte en «forma»     202
El desarrollo de tu bebé     205
Fases del desarrollo      205
¿Ejercicios para el bebé?      206
Balancines, andadores y otros utensilios      207
6. El potencial de nuestros hijos: visión según la Técnica Alexander    209
Cómo nos equivocamos     211
El niño en la etapa preescolar      213
La Técnica Alexander     215
El gran debate de la educación      216
La primera infancia      217
La escritura      218
La ciencia     220
La música     221
La educación física      222
La adolescencia     223
Las posturas de trabajo     224
La educación física      226
El enfoque de Alexander respecto a la educación y lo que podría ser      227
¿Persecución-de-fines o medios-a-través-de-los-cuales?      227
La inhibición y el no-hacer     228
La noción sensorial      229
«The little school»     229
Otros proyectos      230
Qué puedes hacer tú      239
Bibliografía     241
Apéndice 1. Recordatorio del parto    245
Primera etapa      245
Transición      246
Segunda etapa     246
Tercera etapa      246
Cosas que pueden serte útiles      246
Apendice 2. Direcciones útiles      249
Otras direcciones útiles en UK:     249
Otras direcciones útiles en España:      250
Otras direcciones útiles en el mundo:     251
Glosario     253
Índice analítico      259

Prólogo

Sam, nuestro primer hijo, nació en casa y estamos planeando lo mismo para nuestro segundo hijo.
Mientras esperábamos a Sam asistimos a las clases prenatales del Natio­nal Childbirth Trust. Pero, como de eso ya habían pasado siete años, pen­samos que necesitábamos una especie de curso de reciclaje. Hicimos unas cuantas clases con Iliana, que aplica la Técnica Alexander en sus clases de preparación prenatal. Como actores que somos, ya habíamos oído hablar de la T. A. como un medio para mejorar la actuación a través de la buena utilización del cuerpo, pero nos intrigaba saber cómo se aplicaba al parto. En cualquier caso, todo ello tenía mucho sentido.
Ahora, varios años después, todavía recordamos que poner en práctica las direcciones de la Técnica Alexander, y relajar las tensiones de manera consciente, ya fuera de pie o a gatas, nos ayudó a sobrellevar el dolor y a suavizar el proceso del trabajo de parto. El entusiasmo de Ilana y la creencia en la idoneidad del parto natural nos ayudaron también a reforzar nuestra confianza. Todo fue muy bien, Jeremy jugó un papel muy activo, y descu­brimos que ambos contábamos con unas inesperadas reservas de energía. Una mañana a primera hora, de manera relajada, nació nuestro hijo Max.
Estamos encantados de que Ilana, Angela y Jonathan hayan escrito este libro, en el que explican cómo aplicar la Técnica Alexander durante el par‑
to y la crianza. Cuidar bebés y niños es algo agotador, y el uso del cuerpo de manera apropiada ayuda a enfrentarse mejor tanto al placer como al estrés que conlleva.
Deseamos que este libro ayude a muchos otros padres a disfrutar de un parto natural y feliz.

Sinead Cusack Jeremy Irons

Prólogo de la traducción al castellano

Somos muchos los profesores/as de Técnica Alexander que nos hemos instruido con el libro que escribieron Ilana Machover y Angela Drake y Jonathan Drake hace ya unos cuantos años. ¡¡¡Y lo que nos entusiasma es que todas sus reflexiones continúan estando vigentes hoy en día!!! Ilana concibió este libro después de su larga experiencia trabajando con mujeres embarazadas en su consulta y acompañándolas y dándoles apoyo durante el parto. Algunas de nosotras hemos tenido la fortuna de poder asistir a los numerosos talleres de Eutokia que ha ido ofreciendo durante estos años, y Rut Bordés y Manuela García hemos podido colaborar más estrechamente con ella y aprender de su mano el arte de acompañar a mujeres durante la maternidad.
La promotora de la edición en castellano de este libro es «Eutokia: Par­to Feliz», una asociación fundada en Barcelona por profesoras de Técnica Alexander que nos hemos especializado en la maternidad con el fin de enseñar y promover este método.
Estamos convencidas de que la traducción de este libro será muy útil en países de habla hispana, tanto para parejas embarazadas que quieran indagar más sobre cómo ayudarse para tener un parto más libre y consciente, como
para aquellos profesores de Técnica Alexander que al trabajar con embara­zadas puedan ver qué necesidades específicas puede tener el embarazo y el parto.
Queremos agradecer a la editorial el interés por traducir este libro y su buena disposición en incorporar y tener en cuenta todos aquellos aspectos que considerábamos esenciales tanto los autores del libro como la asocia­ción Eutokia: Parto Feliz.
Agradecemos también a Laura Martínez, profesora de Técnica Alexan­der, su ayuda en la revisión meticulosa y calmada que hemos realizado de la traducción para afinar aquella terminología y sentido que creíamos importante reflejar. Hemos puesto un énfasis especial en mostrar por ejem­plo la diferencia entre «relajar» versus «liberar», «sujetar» versus «sostener», «extender» versus «estirar»...
Ilana ha sido muy gentil en darnos consejo sobre la traducción y ha incorporado un apartado nuevo: «El bebé en posición posterior», en el que ha creído importante reflejar su experiencia a lo largo de estos años.
En esta edición se han actualizado la mayoría de fotografías, hemos dejado algunas de la versión original del libro en los capítulos 5 y 6 que nos hacían especialmente ilusión que se mantuvieran. La profesora de Téc­nica Alexander especializada en Eutokia que aparece es Rut Bordés. Marta Audí, la embarazada y profesora de Técnica Alexander, que aparece en la mayoría de fotos, parió a Marcel unos días antes de terminar las fotos. Nu­ria Suñé, que aparece en los capítulos 3 y 4, estaba embarazada del precioso Guillem que nació al cabo de 4 días. Víctor Pedrol, que hace de pareja, es un profesor de Técnica Alexander, que estuvo encantado de colaborar por su gran interés que siempre ha mostrado por el trabajo de Eutokia. Daniel Franco aparece haciendo taichí en su práctica diaria. Irene Blasco y su hijo Helio aparecen en el capítulo 5; ella es una acupuntora especializada en fertilidad, que siempre ha valorado el trabajo que hacemos, dando soporte incondicional, y nos ha dejado su consulta tantas veces como hemos ne­cesitado para poder realizar las fotos en un espacio inmejorable. Durante las sesiones fotográficas, David Fito, con su visión artística, y Manuela García, teniendo en cuenta cada pequeño detalle, creaban un ideal clima de aprendizaje que esperemos que el lector pueda percibir con la simple
mirada. Como se puede observar, en el libro se muestra cada uno de los movimientos y posiciones, y con la imagen queremos reflejar lo que en Técnica Alexander llamamos un «buen uso de uno mismo», ya que damos mucha relevancia a «cómo hacemos las cosas». Esperamos que sean de gran ayuda a todas las embarazadas para realizar su práctica diaria.
Y por último, queremos agradecer al equipo de comadronas de «Néixer a Casa» de Barcelona, el amor y la dedicación puesto en su prólogo acerca de la situación actual de los partos en los países de habla hispana.

Rut Bordés Manuela García Eutokia: Parto Feliz (Asociación de profesores de Técnica Alexander para el embarazo y el parto)

Prólogo acerca de la situación actual de los partos en los países de habla hispana

La llegada de un hijo o hija al mundo constituye una maraña de emocio­nes, informaciones y decisiones en las que las parejas y aquellas mujeres que deciden emprender una maternidad en solitario deben manejarse en función de los profesionales, del entorno y de sus propias inquietudes. Así pueden sentirse o navegando en un plácido mar disfrutando del aire y del sol en la cara, o sobresaltados por una violenta tempestad. El bebé llegará. En cómo transite esa barca, los profesionales del embarazo y del parto tenemos un alto grado de influencia, ya que les podemos aproximar hacia un entorno u otro. De ese grado de poder debemos hacernos cargo con un alto nivel de responsabilidad, entendida como mucho más que el ir a ren­dir cuentas de nuestros actos. Responsabilidad de estar actualizados, de proporcionar información objetiva y contrastada, de respetar el derecho a la propia toma de decisiones por parte del usuario del servicio de salud. Y también responsabilidad en la mirada: cada llegada de un bebé constituye un acontecimiento único y valiosísimo para aquella familia y para toda la sociedad.
La accesibilidad a la información que proporciona la Red y la influencia de dos publicaciones recientes, «la Estrategia de Atención al Parto Normal» y la «Guía de Práctica Clínica de Atención al Parto»1 están empezando a modificar el panorama de atención al parto en España. Y decimos em­pezando, porque los cambios en la práctica diaria de los profesionales de primera línea que se manejan en las salas de parto del país se producen muy lentamente. La inercia, las creencias asentadas como dogmas inque­brantables y el «siempre se ha hecho así» pueden más que cualquier guía o ciencia que se les presente. Así, a pesar del dinero destinado a «natu­ralizar» las salas de partos (alejándolas de lo que supondría un ambiente quirúrgico: luces tenues y regulables, colores cálidos, mantener oculto el instrumental hospitalario, disponer de material que permita adoptar po­siciones cómodas y libres para la mujer...), la generalización de los planes de parto (documento donde la mujer expresa sus preferencias, necesidades, deseos y expectativas)2 y las labores de marketing de muchos centros sobre sus «protocolos de parto natural», la realidad es que el 87 % de las muje­res pare en litotomía, el 41,9 % de las mujeres recibe una episiotomía, el 19,4 % de los partos se induce y otro tanto son instrumentalizados, el 22 % son por cesárea, la oxitocina sintética se administra en un 53 % de los partos y al menos un 26 % de las mujeres recibe la maniobra de Kristeller.3 Estos datos son referentes a la sanidad pública y hay que tener en cuenta que en las historias clínicas no se refleja todo lo que se practica. En la privada, las cesáreas rondan cifras del 40 % y las inducciones el 50 %.4 Re­cordemos aquí que la Organización Mundial de la Salud (OMS) dice que sólo debe hacerse una cesárea cuando el parto no se puede desarrollar de manera normal, lo que sucede en un 15 % de los casos. Por encima de esa cifra se consideran intervenciones quirúrgicas innecesarias.
Aun a pesar de estas cifras, hoy en día sí es posible encontrar algunos hospitales en España con una atención al parto más respetuosa y que son modelos a seguir para todas las instituciones. Recordar también que es deber de los usuarios informarse, exigir y decidir en función de sus propias necesidades. Les ampara la legislación sanitaria y los códigos deontológicos de los profesionales sanitarios.
En América Latina la industrialización del nacimiento alcanza propor­ciones alarmantes. Nada mejor que las tasas de cesáreas para tomar el pulso al sistema: en Chile en la medicina pública rondan el 39 %, el 72 % en la privada,5 en Argentina, el 25-30 % en la pública, 45-50 % en la privada, en Colombia, en la sanidad privada rondan el 70-80 %. En Brasil, el país que encabeza la clasificación mundial, el 52 % de los nacimientos se realizan mediante una cesárea y en algunos hospitales privados la tasa de estas inter­venciones quirúrgicas alcanza el 100 %. En México, la media es del 45 %, que llega a alcanzar el 70 % en las clínicas privadas. En el resto de países las cifras son similares.6 América Latina es la región del mundo donde más cesáreas se practican.
Este intervenir innecesariamente en tantísimos partos no hace sino au­mentar la necesidad de recursos económicos en torno al proceso de naci­miento, teniendo en cuenta dos cosas: que una cesárea es el doble de cara que un parto normal y que en un parto la intervención y la iatrogenia van de la mano. Quiero mencionar, adicionalmente, los posibles daños infrin­gidos en el vínculo madre-bebé, el riesgo de dificultar la lactancia, el estrés postraumático en que se encuentran esas madres sometidas a violencia obs­tétrica... Obviamente, casi todo es compensable y remediable: con amor y comprensión y la propia resiliencia.
Con el objetivo, pues, de alcanzar el mejor de los nacimientos, surge este libro. La Técnica Alexander ofrece a las parejas una valiosa herramienta a la cual recurrir cuando la mujer transita por el embarazo, parto y pospar­to. Se trata de un trabajo cooperativo, que los acerca al objeto más preciado
de sus vidas: un hijo o una hija. Todos conocemos los muchos beneficios del tocar y ser tocados en muchas circunstancias de nuestras vidas. Más en el parto, donde muchas veces sobran las palabras y sólo queda estar presen­te y sereno, acariciar, abrazar... sostener.
Ojalá, poquito a poco, se vaya conociendo los muchos beneficios de un parto sin anestesia y cada vez lleguen más bebés a este mundo sin inter­ferencias de ningún tipo. Para alcanzarlo, será fantástico disfrutarlo desde la corporalidad, actitud atenta y receptiva, complicidad y, por qué no, ro­manticismo, que la Técnica Alexander pone a nuestro alcance.

Roser García
Equipo de comadronas de Néixer a casa
Noviembre 2015

Introducción

Ésta es una guía para mostrar a las mujeres y a sus parejas cómo pueden utilizar la Técnica Alexander para atender a las exigencias especiales que requieren el embarazo, el parto y después la crianza de un hijo.
Cuando una mujer está embarazada, mira hacia su interior para reu­nir la energía que va a necesitar de cara a los profundos cambios que le esperan. La Técnica Alexander –que enseña a mejorar la coordinación y el funcionamiento del binomio mente-cuerpo–, no sólo puede ser un gran método de autoayuda en esa determinada etapa, sino también un magnífi­co recurso a explotar en cualquier momento de nuestra vida.
Deseamos que la aplicación de la metodología de F. M. Alexander du­rante el embarazo llene el vacío que existe en la enseñanza prenatal. Se trata de unos conocimientos que tienen una gran implicación en la salud de las mujeres y en el óptimo desarrollo del feto. Muchos de los problemas de salud provocados por la maternidad pueden tener origen en malas postu­ras y en un mal patrón de funcionamiento corporal acumulado a lo largo de los años; esos problemas pueden llegar a tener difícil solución, a no ser que se aprendan nuevas maneras de comportarse y de moverse. El dolor de espalda, por ejemplo, normalmente suele ser una consecuencia directa de adoptar una posición exageradamente forzada para compensar el peso cada vez mayor del bebé.
¿Cómo funciona la Técnica Alexander? Con su práctica, cada vez te vuelves más consciente de los malos hábitos posturales que sobrecargan la posición anatómica natural y facilita el movimiento natural de tu cuerpo, lo que te permite «deshacer» las malas posturas. Debes preocuparte menos de los movimientos específicos (si bien se ofrecen ciertas indicaciones), y es importante realizarlos con cierta calidad de uso de la mente y el cuerpo que nos da información acerca de todas nuestras actividades. Te verás animada a prestar más atención a incluso las tareas más simples de la vida diaria; al principio serán muy pocas cosas, y después, con actividades más com­plejas, verás cómo te irás moviendo con más facilidad, menos tensiones y menos pérdida de energía.
Tu cuerpo empezará a ser un instrumento más sensible que puedes adap­tar de manera más efectiva a los cambios que sobrevengan. Esto es algo especialmente importante durante el embarazo; y en las excepcionales y sin­gulares circunstancias del parto, la Técnica Alexander te proporcionará más control sobre tus reacciones frente al dolor de las contracciones. Te ayudará a «dejar de lado» las fuertes presiones del trabajo de parto –fomentando el parto natural–, y por consiguiente a reducir la necesidad de intervenciones médicas.
En los últimos capítulos, hablaremos de la importancia de la Técnica Alexander en los primeros meses que siguen al nacimiento, de la crianza y educación del niño; de cómo hacer frente a las exigencias del amamanta­miento y el cuidado del bebé; y de las tareas extras que inevitablemente comporta tener un hijo. Y, ¿cuál es el mejor método para volver a recuperar la figura? El plan de ejercicios para ponerse en forma en quince días puede hacer más mal que bien. Nuestro sentido corporal puede ser –y general­mente lo es– una guía desconcertante y poco fiable a la hora de mantener el buen uso del cuerpo en las actividades cotidianas. Las tablas de ejerci­cios, si bien se realizan con las mejores intenciones para mejorar el bienes­tar y la forma física, conllevan el peligro de empeorar la coordinación y el funcionamiento del cuerpo.
Como padres, deseamos fomentar al máximo el potencial de nuestros hijos. En los bebés, uno de los encantos que proporcionan es observar su gracia, su soltura y su libertad de movimientos. Sin embargo, al finalizar
la infancia, suele aparecer cierto deterioro, pero eso no tiene por qué ser así: nosotros, como padres y profesores, tenemos el deber de evitarlo tanto como podamos, y en este libro indicaremos algunos de los obstáculos con los que nos encontraremos.
No es nuestra intención hacer de este libro un manual de obstetricia, ni tampoco algo que sustituya la experiencia del trabajo individual como base para aprender la Técnica. Lo que deseamos es que todo ello te anime a recibir lecciones de un profesor cualificado, te sirva de apoyo en esa expe­riencia y te ayude en tu desarrollo personal y en el de tu familia. Y, decidas o no a asistir a clases prenatales, esperamos que encuentres en este libro una buena guía. Los descubrimientos básicos de Alexander son de gran importancia para la humanidad –aún más cuando hoy día el acelerado rit­mo de los avances tecnológicos parece no sintonizar del todo con nuestro desarrollo personal.

Diciembre de 1992

 


Índice
Acerca de los autores . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 7 Agradecimientos. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 9
Prólogo. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .    11
Prólogo de la traducción al castellano . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 13 Prólogo acerca de la situación actual de los partos en los países
dehabla hispana . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 17
Introducción. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 21
1. ¿Por qué la Técnica Alexander? . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 25
Preparación para el nacimiento . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 26
Breve historia del parto . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 27 La gestión médica del parto . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 27 El reto de lo natural . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 28 Pioneros del parto natural: los inicios del cambio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 29 La situación en Gran Bretaña . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 31 The French Connection (La conexión francesa) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 31 La necesidad de un enfoque «holístico» . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 33
¿Qué es la Técnica Alexander? . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 35 El control primario . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 35 La historia de Alexander . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 36 ¿Querer cambiar aunque todo siga igual? . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 36
Crear el cambio: inhibición y dirección . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 37 La «Cenicienta» de la salud . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 38
Aprender la Técnica Alexander . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 40 ¿Por qué tomar lecciones? . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 40 ¿Qué sucede en las lecciones? . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 41
El embarazo y el nacimiento . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 42 El embarazo y la preparación para el nacimiento . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 42
Elparto    . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 43
¿Qué hay de malo en hacer ejercicio? . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 44 Respiración y métodos de relajación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 46
2. Primera etapa del embarazo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 49
Cambios que experimenta tu cuerpo durante el embarazo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 50 El desarrollo del útero . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 50 Mayor flexibilidad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 51 ¿Es inevitable el dolor de espalda? . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 52 Varices. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 53 Otros problemas de salud . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 54 ¿Puede el mal uso del cuerpo afectar al feto? . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 55 Estrés emocional. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 55
Uso cotidiano del cuerpo durante el embarazo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 57 Cómo estar sentado . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 58 Levantarse. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 61 Sentarse. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 63 Estarde pie . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 65 Flexionarse. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 67 Cómo usar los brazos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 72 Cómo levantar y cargar peso . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 75 Caminar. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 77 Acostarse. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 80
El trabajo práctico durante la primera etapa del embarazo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 80 ¿Relajarse o liberar tensiones? . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 80 La posición semisupina . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 81 Pasar de estar de pie a estar tumbada . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 82 Respirar. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 90
3. La última etapa del embarazo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 93
Movimientos desde la posición tumbada . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 94 Alargamiento de las piernas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 94 Balancearse. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 99 Ensanchar la parte superior de la espalda . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 101 Tumbadade lado . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 103
Movimientos estando a gatas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 103 Movimiento básico a partir de estar de rodillas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 105 Variaciones. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 107 Agatas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 107 El bebé en posición posterior . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 110 Presentación de nalgas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 113
Espalda contra espalda con la pareja . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 116
Movimientos de la estocada y del mono . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 116 Caminar hacia atrás . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 116 Caminarde lado . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 117 Equilibrio sobre una pierna . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 118
Decuclillas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 118 Usaruna puerta . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 119 Usaruna pelota . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 119 De estar de rodillas a estar en cuclillas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 122 Del mono a cuclillas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 124
Descansar. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 124 Tumbada de costado . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 124 Descansar en la posición del bebé . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 124 Usar una pelota de gimnasia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 125
«aaah» susurrada y vocalizada: . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 127
Ejercicios pélvicos y masajes . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 128 Ejercitar el suelo pélvico . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 128 Masaje en el perineo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 129
Preparación para el trabajo de parto . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 129
4. Dar a luz . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 131 La primera etapa . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 131 Aprovechar la fuerza de gravedad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 135
El dolor del trabajo de parto . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 137 Enfrentarse al dolor . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 139 El movimiento durante las contracciones . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 143 Utilizar el tiempo entre las contracciones . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 157 Masajes. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 158
El uso del agua en el trabajo de parto . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 161
Latransición . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 162 El uso del cuerpo durante la transición . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 163
Lasegunda etapa . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 166 El uso del cuerpo en la segunda etapa . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 167
Latercera etapa . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 175 Una tercera etapa intervenida . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 176 El uso del cuerpo durante la tercera etapa natural . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 176
La historia de Karoline . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 178 Relato de Karoline Feuerbach sobre los nacimientos
desus dos hijas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 178
5. Tú y tu bebé . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 185
Cuídate. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 186 La recuperación posnatal . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 186 La necesidad de descansar . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 187 Después de una cesárea . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 188 Colócate bien para amamantar al bebé . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 188 Enfrentarse a una mastitis . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 190 Cómo levantar y llevar a tu hijo en brazos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 194 Jugarcon tu hijo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 201 Volver a ponerte en «forma» . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 202
El desarrollo de tu bebé . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 205 Fases del desarrollo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 205 ¿Ejercicios para el bebé? . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 206 Balancines, andadores y otros utensilios . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 207
6. El potencial de nuestros hijos: visión según la Técnica Alexander . . . . . . . 209 Cómo nos equivocamos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 211 El niño en la etapa preescolar . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 213 La Técnica Alexander . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 215
El gran debate de la educación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 216 La primera infancia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 217
Laescritura . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 218
Laciencia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 220
Lamúsica    . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 221
La educación física . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 222
La adolescencia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 223 Las posturas de trabajo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 224 La educación física . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 226
El enfoque de Alexander respecto a la educación y lo que podría ser . . . . . . 227 ¿Persecución-de-fines o medios-a-través-de-los-cuales? . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 227 La inhibición y el no-hacer . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 228 La noción sensorial . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 229 «The little school» . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 229 Otrosproyectos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 230
Quépuedes hacer tú . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 239
Bibliografía. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 241
Apéndice 1. Recordatorio del parto . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 245 Primeraetapa . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 245 Transición. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 246 Segundaetapa . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 246 Terceraetapa . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 246 Cosas que pueden serte útiles . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 246
Apendice 2. Direcciones útiles . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 249 Otras direcciones útiles en UK: . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 249 Otras direcciones útiles en España: . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 250 Otras direcciones útiles en el mundo: . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 251
Glosario. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 253
Índice analítico . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 259

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