Historia de la Medicina China en su contexto y en relación con Europa

Aún hoy en día se desconocen las importantísimas aportaciones que ha realizado la Medicina China al resto del mundo. Ha llegado el momento de que en Occidente conozcamos la Medicina China y su cultura, y que seamos conscientes de que desde la antiquísima Ruta del Jade y posteriormente por la Ruta de la Seda y por los pueblos musulmanes que están entre Europa y Asia, muchos conocimientos científicos llegaron por estas vías a Europa.
Para los estudiantes y profesionales de la Medicina China, así como para quienes deseen conocer la historia de la Medicina China en su ámbito histórico, geopolítico y científico, Historia de la Medicina China en su contexto y en relación con Europa es una obra imprescindible y necesaria para comprender la medicina de nuestros días.
Esta relevante obra compara los desarrollos científicos y propiamente médicos de las dos áreas de influencia mayor del planeta: China y Europa, con la intención de mostrar los logros de la Medicina China.
Más allá de su proyección estudiantil y profesional, tras haber visitado el “país del centro” (??, China) en siete ocasiones, el autor es un apasionado de la cultura china en todas sus facetas: tecnológicas, científicas, médicas, artísticas, filosóficas, religiosas, económicas, políticas, culturales e históricas. Pero dicha pasión no le resta objetividad y sentido crítico, sino que, por el contrario, le permite penetrar en una cultura profunda e intrincada que muchas veces se vuelve ininteligible para el lector occidental, y que frecuentemente está cubierta de mitos y prejuicios.

Rafael de Mora Sánchez

es Licenciado en Medicina Tradicional China, título otorgado por la Fun­dación Europea de Medicina Tradicional China y reconocido por la Universidad de MTC de Pekín; Diplomado como especialista en Shiatsu Namikoshi, título otorgado por la Escuela Japonesa de Shiatsu de Madrid y reconocida por la Japan Shiatsu College de Tokio; Diplomado en Naturopatía y Homeopatía, títulos otorgados por el Centro Dharma; y certificado profesional en Reflexokine­sia (Kinesiología Aplicada), título otorgado por el Centro de Etnomedicinas Naturales.
Entre sus prácticas clínicas, destaca la Escuela Superior de Medicina Tradicional China en Madrid, así como el hospital Xi Yuan, y el China-Japan Friendship Hospital en Bei Jing (China).
Rafael de Mora Sánchez dirige el Centro Signatura Natural desde el cual se realizan cursos y consultas relacionadas con las Técnicas Naturales y las Dificultades Específicas del Aprendizaje.

ÍNDICE

Dedicatoria     9

Agradecimientos     11
Prólogo     13
Prólogo del autor     19
Capítulo 1. Los Orígenes (2,5 millones de años-771 a. C.)     25
Generalidades     25
Civilización, Ciencia y Tecnología del periodo     26
Paleolítico inferior (2,5 millones de años-150.000 a. C.) aprox.     27
El Hombre de Wushan     27
El Hombre de Yuanmou     27
El Hombre de Lantian     28
El Hombre de Pekín     28
Paleolítico medio (150.000-35.000 a. C.) aprox.     30
Paleolítico superior (35.000-10.000 a. C.) aprox     30
Neolítico (10.000-2000 a. C.) aprox     31
Cultura Hemudu (5000-4500 a. C.)     32
Cultura Yangshao (5000-3000 a. C.)     34
Cultura Longshan (3000-2000 a. C.)     37
Edad de Bronce (2070-771 a. C.) aprox.     38
Dinastía Xia (2070-1600 a. C.)      38
Cultura Erlitou (2100-1800 a. C.)     40
Dinastía Shang (1600-1046 a. C.)     40
Cultura Erligang (2100-1800 a. C.)     42
Dinastía Zhou Occidental (1046-771 a. C.)     43
Tiempo de Mitos     44
Los Tres Augustos y los Cinco Emperadores     46
Fu Xi     47
Huang Di     50
Shen Nong     52
Generalidades en Eurasia     53
Los Albores de la Medicina Tradicional China     55
Vida humana y medicina     55
Origen de las técnicas manuales     56
Masaje (Armo)     56
Moxibustión     57
Acupuntura     57
Ejercicios físicos y salud     59
Origen de la Farmacopea     59
Uso de la medicina herbaria     59
Uso de minerales como medicamentos     60
Otras medicinas del perÍodo     61
Medicina Mesopotámica (4000-771 a. C.)     61
Medicina Egipcia (5000-771 a. C.)     61
Medicina Fenicia (3000-771 a. C.)     62
Medicina India I (3000-771 a. C.)     62
Medicina Hebrea (1000-771 a. C.)     62
Medicina China (2.500.000-771 a. C.)     62
Doctrinas médicas comparadas     64
Capítulo 2. Luchas tribales. Dinastía Zhou Oriental (770-221 a. C.)     71
Generalidades en la cuenca mediterránea     72
Generalidades en China     74
Civilización, Ciencia y Tecnología del periodo     74
Periodo de Primavera y Otoño (770-476 a. C.)     75
Periodo de los Estados Combatientes (475-221 a. C.)     78
Evolución de la Medicina China y médicos más representativos     80
Desarrollo del primer sistema médico oficial     80
Aparición de los médicos profesionales     80
La germinación del sistema teórico de la Medicina Tradicional China     81
Bases filosóficas de la Medicina Tradicional China     81
Libros clásicos de medicina     82
Especialidades Médicas     85
Cuidado de la Salud y Prevención de Enfermedades     85
Germinación de la Ciencia de la Materia Médica     86
Yi He (entre c. 770—c. 476 a. C.)     86
Bian Que (401-314 a. C.)     86
Otras medicinas del período     90
Medicina India II (8000-221 a. C.)     90
Medicina Persa (550-331 a. C.)     90
Medicina Griega (500-221 a. C.)     90
Doctrinas médicas comparadas     90
Capítulo 3. Tiempos revueltos (221-589 d. C.)     97
De la Dinastía Qin (221-206 a. C.) a las Dinastías del Norte y del Sur (420-589)
Generalidades en Europa     97
Generalidades en China     99
Civilización, Ciencia y TecnologÍa del periodo     100
Evolución de la Medicina China y médicos más representativos     104
Chun Yuyi (c. 215-e. 154 a. C.)     109
Hua Tuo (145-208)     112
Zhang Zhong Jing (150-219)     119
Dong Feng (c. Siglo III)     121
Wang Shu He (215-280)     123
Huang Fu Mi (215-282)     124
Ge Hong (281-341)     126
Tao Hong Jing (452-536)     130
Lei Xiao (c. Siglo V)     131
Otras medicinas del período     131
Medicina Helenística (Período Helenístico: 323-30 a. C.)     131
Medicina Romana (300-500 d. C.)     131
Medicina Bizantina I (395-500 d. C.)     131
Doctrinas médicas comparadas     131
Capítulo 4. La Edad de Oro (581-960)     149
Dinastía Sui (581-618)     149
Dinastía Tang (618-907)     149
Las Cinco dinastías (907-960)     149
Generalidades en Europa     150
Generalidades en China     151
Civilización, Ciencia y Tecnología del periodo     153
Evolución de la Medicina China y médicos más representativos     154
Zhao Yuan Fang (c. 550—c. 630)      158
Yang Shang Shan (dinastía Sui)     160
Sun Si Miao (581-682)     160
Jian Zhen (683-763)     164
Wang Tao (702-772)     164
Wang Bing (c. 710—c. 804)     164
Zan Yin (c. Siglo IX)     165
Otras medicinas del perÍodo     166
Medicina Medieval I (476-1000). Alta Edad Media     166
Medicina Bizantina II (600-1453)     166
Medicina Islámica I (622-900)     166
Doctrinas médicas comparadas     166
Capítulo 5. La Escuela Neo—Confuciana (960-1368)     173
Dinastía Song del Norte (960-1127)      173
Dinastía Jin [Jurchen] (1115-1234)     173
Dinastía Song del Sur (1127-1279)     173
Dinastía Yuan (1206-1368)     173
Generalidades en Europa     173
Generalidades en China     175
Civilización, Ciencia y Tecnología del periodo     178
Evolución de la Medicina China y médicos más representativos     180
Wang Wei Yi (987-1067)     186
Liu Wansu (1120-1200)     188
Zhang Yuansu (1151-1234)     189
Chen Yan (c. 1134- ¿?)     189
Zhang Conzheng (1156-1228)     190
Li Gao (1180-1251)      191
Song Ci (1186-1249)     191
Wei Yi Lin (c. 1277-1347)     195
Zhu Zheng Heng (1281-1358)     195
Hua Shou (1304-1386)     196
Hu Si Hui (c. 1314- ¿?)     197
Otras medicinas del período     198
Medicina Islámica II (Siglo XXIV)     198
Medicina Medieval II (Siglo X-XIII)     198
Doctrinas médicas comparadas     198
Capítulo 6. Centralización y Cambio Social (1368-1644)     215
Generalidades en Europa     215
Generalidades en China     218
Civilización, Ciencia y TecnologÍa del periodo     220
Evolución de la Medicina China y médicos más representativos     222
Tan Yun Xian (1461-1554)     225
Xue Ji (1487-1559)     226
Li Shi Zhen (1518-1593)     227
Yang Ji Zhou (1522-1620)     232
Zhao Xian Ke (c. dinastía Ming)     233
Zhao Jie Bin (1563-1640)     233
Wu You Ke (1582-1652)     235
Otras medicinas del perÍodo     235
Medicina Medieval III (Siglo XIV)     235
Medicina Renacentista (Siglo XV-XVI)     235
Doctrinas médicas comparadas     235
Capítulo 7. Colonialismo e Independencia. 1644-actualidad     247
Dinastía Qing (1644-1911)     247
República de China (1912-1949)     247
República Popular de China (1949-actualidad)     247
Generalidades en Europa durante la dinastÍa Qing (1644-1911),
(hasta antes de la la Guerra del Opio en 1839)     248
Generalidades en China durante la dinastía Qing (1644-1911)     251
Generalidades en Europa desde la la Guerra del Opio (1839)     252
hasta la República China (1912-1949)
Civilización, Ciencia y TecnologÍa del periodo     257
Evolución de la Medicina China y médicos más representativos     257
Fu Shan (1607-1684)     261
Ye Tian Shi (1667-1746)     261
Xue Xue (1681-1770)     262
Wu Ju Tong (1758-1836)     262
Wang Qin Ren (1768-1831)     263
Huang Fei Hong (1847-1924)     265
Zhang Xichun (1860-1933)     266
Generalidades en Europa y China desde la República China (1912-1949),
hasta la actualidad     270
Otras medicinas del período     271
Medicina de la Ilustración (Siglo XVII—XVIII)     271
Medicina del Romanticismo (1800-1847)     271
Medicina Positivista (1848-1914)     271
Doctrinas médicas comparadas     271
Epílogo. La mayor historia médica del mundo     283
Apéndices     291
Variolación (Inoculación de la Viruela)     293
Medicina Forense     322
EndocrinologÍa     337
Medicina Mesopotámica (c. 5000-771 a. C.)     355
Medicina Egipcia (c. 5500-771 a. C.)     360
Medicina Fenicia (3000-771 a. C.)     364
Medicina India I (3000-771 a. C.)     364
Medicina Hebrea (1000-771 a. C.)     367
Medicina India II (800-221 a. C.)     368
Medicina Persa (550-331 a. C.)     375
Medicina Griega (500-221 a. C.)     378
Medicina Helenística (PerÍodo Helenístico: 323-30 a. C.)     387
Medicina Romana (300 a. C.-500 d. C.)     390
Medicina Bizantina I (395-500)     397
Medicina Medieval I (476-1000). Alta Edad Media     398
Medicina Bizantina II (600-1453)     400
Medicina Islámica I (622-900)     401
Medicina Islámica II (Siglo XXIV)     402
Medicina Medieval II (Siglo X—XIII)     405
Medicina Medieval III (Siglo XIV)     410
Medicina Renacentista (Siglo XV—XVI)     412
Medicina de la Ilustración (Siglo XVII—XVIII)     426
Medicina del Romanticismo (1800-1847)     436
Medicina Positivista (1848-1914)     451

Prólogo

En una cultura de síntesis como la nuestra, donde múltiples cosmovisiones y civilizaciones se disuelven en el cauce global de una tierra sin fronteras, un libro como el que tiene en sus manos, amigo lector, llenará de sentido su propia bús­queda de sentido a este maremágnum de abigarrada diversidad que tantas veces nos confunde. Éste es un libro para disfrutar del significado vivo de la historia de la medicina tradicional china en el contexto de las otras culturas raíces que dieron origen a los sistemas médicos vigentes a día de hoy. A lo largo de sus páginas, podemos advertir el mismo hilo conductor que ha tejido las grandes culturas hu­manas al chamanismo, la magia, la metafisica, la filosofía, y la ciencia que nutre esas estrategias de supervivencia que son los distintos sistemas médicos.
¿Cómo se fue desarrollando la medicina china desde las cosmovisión ani­mista y mágica, que caracterizó todas las grandes culturas originarias, hasta los legados de una farmacopea herbal excepcional y una dimensión sistémica de los caminos del yin y el yang en el territorio del cuerpo humano? Para hallar las respuestas es indispensable buscar en los flujos y reflujos del pasado que va tejiendo en el espacio-tiempo de las distintas culturas, mitos y leyendas hoy a la experiencia empírica de millones de seres humanos a lo largo de milenios. Así pondremos las fuentes de ese caudal de sabiduría que se ha desbordado desde el Este para fecundar con sus aguas fértiles la cultura occidental.
Hoy tiene más sentido que nunca esta búsqueda ordenada de los orígenes, para comprender cómo lo que a la luz de la ciencia apenas vinimos a constatar recientemente, ha podido mantenerse vivo a lo largo de tantas sociedades y cul­turas diferentes. Y es que actualmente no podríamos comprender la acupuntura si no tuviéramos luces de bioquímica, endorfinas, física y neurociencia; ni sabría­mos comprender del Qi Gong sin la ayuda conceptual de la moderna física, la cuántica, y el bioelectromagnetismo y la fisiología moderna. Que los puntos de acupuntura tienen una realidad eléctrica e histológica parece hoy incontroverti­ble, y que los meridianos o canales forman trayectos de menor resistencia eléctri­ca y se interconectan conformando redes y niveles de energía nos sorprende aún a día de hoy por su precisión y consecuencias en la práctica del restablecimiento de la armonía energética.
Este sistema médico que nos aporta el componente energético de la biología se hace necesario para completar la concepción molecular de nuestra Medicina Occidental. Tendríamos así seguramente la perspectiva entera de la dualidad on­da-partícula, materia y energía, que completa la constitución humana.
Como lo constatamos en esta apasionante historia relatada por Rafael de Mora Sánchez, el hecho de que este sistema médico haya sobrevivido durante milenios a las pruebas del poder, la guerra, la persecución, y que siga vigente socialmente en medio de las modernas inquisiciones, nos incita a buscar en sus raíces la causa de su florecimiento en tantas tierras y culturas. La complejidad del paisaje cultural chino, marco de referencia de la cosmovisión de su sistema mé­dico, se presenta en esos monumentos de la cultura humana como son el 1 Ching (el libro de las mutaciones) de Fu Xi, el Huang Di Nei Jing (Clásico de Medicina del Emperador Amarillo) y el Dào Dé Jîng de Lao Zi. Estos y tantos otros escri­tos son la recolección de milenios de una historia que nos remonta de la mano experta del autor a los mitos del origen: "Tras un ciclo de 18.000 años, Pan Gu se tumbó a descansar. Como ya era mayor, su sueño le fue llevando lentamen­te hacia la muerte. De su respiración surgió el viento primaveral, de su voz el trueno, del ojo izquierdo el sol y del derecho la luna. Mientras que de sus cuatro extremidades y del tronco nacieron los cuatro puntos cardinales y las cinco mon­tañas sagradas. De su sangre los ríos, de los músculos tierras fértiles, del vello de su cara nacieron las estrellas y la vía láctea, el pelo dio origen a los bosques, los huesos a los minerales preciosos, de la médula nacieron el jade y las perlas, su sudor cayó en forma de lluvia y las pequeñas criaturas que poblaban su cuer­po (se cree que eran minúsculas pulgas), llevadas por el viento, se convirtieron posteriormente en seres humanos. Según la leyenda, Pan Gu terminó de crear el universo hacia el año 2.229.000 antes de Cristo".
Surgen reminiscencias de nuestros propios mitos originarios cuando asis­timos a la continuación del relato: "La diosa Nu Wa comprendió la necesidad de crear un ser que supiera sacar provecho de la tierra y continuar el orden establecido por Pan Gu. Para ello modeló en arcilla figuras a su imagen y seme­janza hasta conseguir poblar la Tierra de seres humanos capaces de dar mayor esplendor a la creación".
Reconocemos aquí aspectos comunes a todas las leyendas sobre la creación: un ser mítico del que se deriva toda vida, todo movimiento y todo ser, el caos primigenio, la unidad, la dualidad con su diferencia de potencial permitiendo el flujo de la energía vital entre el yin y el yang. Intuimos el aliento primero de la vida animando toda vida como energía vital, qi, prana o pneuma, un concepto presente, con denominaciones diferentes, en centenares de culturas. Percibimos la resonancia mórfica de Rupert Sheldrake, campos de arquetipos que se han pre­cipitado sobre las formas conocidas, y el orden fractal de éstas en el "a imagen y semejanza". Podemos imaginar la continuidad de la creación en la dinámica eterna del devenir entre los opuestos que se complementan en el Tao. Como si un campo de conciencia no local pudiera explicarnos la quintaesencia que ha dado origen a la diversidad, nos encontramos en la cultura china evidencias tangibles de lo que Aldous Huxley denominara sabiduría perenne. Los actores de la histo­ria se nos aparecen en sus distintos personajes como héroes míticos, magos, al­quimistas, médicos, filósofos, agricultores o emperadores, que representan roles polifacéticos de una obra original y única: la de la evolución humana.
En la diversidad de las culturas reconocemos la expansión y dispersión de unas raíces comunes que en épocas remotas nos unieron a nuestros abuelos sa­piens, neandertales o australopitecos. Tenemos, sin duda, una herencia cultural común, que se enriqueció en diferentes civilizaciones, para que hoy podamos de nuevo integrar ese legado enriquecido de los seres humanos que exploraron el camino para nosotros. Los grandes sistemas médicos, y valga la redundancia, tenían una visión sistémica, no separaban el hombre de la tierra y el cielo, y veían al ser humano en el contexto de significados que siempre trascendieron la mera biología, para encontrar en la relación con los elementos evolutivos de la natura­leza la clave de su armonía.
Advertimos con el autor la interdependencia y el desarrollo particular de estos grandes sistemas médicos que han nutrido el sistema médico occidental. Independientemente de cuál pudo ser la secuencia temporal que fluyó entre las culturas Mesopotámica, China y Védica y su posible relación con las culturas mediterráneas al origen de la cultura europea, las cosmovisiones médicas del mundo nos revelan que muchas corrientes seminales se desarrollaron indepen­dientemente, se unieron en el río de las civilizaciones y se enriquecieron con el cauce de la tendencia irrevocable por la comunicación hacia esta pequeña aldea.
Nos muestra el autor cómo no hay nada nuevo bajo el sol, cómo todo cambia y se renueva bajo el sol. Cirugías con anestesia general hace 1600 años, enfo­ques transdisciplinarios y multicausales para la prevención y promoción de la salud y el reconocimiento de una naturaleza viva fluyendo dinámicamente entre el yang del cielo y el yin de la tierra a través del ser humano. Pareciera que todo lo que nos vamos encontrando en la dimensión actual de la medicina integrativa es tan sólo la emergencia de esa antigua visión sistémica aplicada milenios antes del descubrimiento de las ciencias sistémicas; la naturaleza toda, armónicamente integrada en una cosmovisión de síntesis, que nos permite comprender mejor la medicina postmoderna como la de la conciencia. Estamos ante un libro interesante, profundo, ameno. Original. Constituye una excelente referencia para los amantes de la historia, la filosofía y las profundas raíces de la Medicina China. Nos ofrece el autor a legos y eruditos un viaje, enriquecido con los matices de su visión original, por los cauces de la historia que desembocaron en la creación de esa cosmovisión cuyo arte terapéutico no deja hoy de sorprendernos.
Excepcional el paralelismo entre las diferentes culturas: los comunes deno­minadores y las profundas diferencias entre la Medicina China y el desarrollo de los sistemas médicos en otras culturas de la Tierra. Permite vislumbrar cómo se van tejiendo los hilos conductores que nos dan luces para integrar la Medicina China e hindú, las raíces mesopotámicas y los troncos egipcio y griego para comprender los preceptos hipocráticos que erróneamente consideramos como si fueran el punto de partida de la Medicina Occidental. Desde los albores de la hu­manidad, surgieron corrientes y cosmovisiones que están profundamente entre­mezcladas en la prodigiosa alquimia de la medicina moderna. Se va advirtiendo entre las páginas un orden sistémico que entrelaza la diversidad para revelar la armonía de la unidad subyacente en la naturaleza humana.
Este libro nos habla de los pione^ros, describe cómo, sin recurrir a la religión y la visión teúrgica, la naturaleza en la tierra y en el hombre se funden para fluir en el yin y el yang y los cinco grandes movimientos. Nos lleva de la mano a través de la evolución de una filosofía pragmática que describe las leyes de la naturaleza y sus mutaciones dinámicas entre los opuestos, para revelar la com­plementariedad yin-yang inherente a la unidad.
Las historias reales de médicos excepcionales, los cinco movimientos, la complementariedad inherente a la dualidad y la vía del Tao. Masajes, astillas de cuerno para la acupuntura, el fuego como elemento terapéutico, el diálogo con la naturaleza a través de la misma naturaleza en los minerales, vegetales y animales.
El alma de la cultura, esa misma que inspiró a los Rishis y videntes de los Vedas, los que pudieron describir los trayectos sutiles de la energía, que reflejan el devenir del cosmos y la tierra en el hombre, sin duda inspiró a los héroes mí­ticos y guías sabios de la antigüedad. Así se fue dando ese extraordinario campo de unificación entre la abigarrada diversidad de territorios y culturas para unir la materia y la energía, los órganos y las vísceras, sus programas sistémicos y la circulación viva de su energía, en el complejo mapa del cuerpo de hombres y ani­males domésticos. Se integraron los puntos en las líneas y éstas, de la superficie a la profundidad, en canales de riego que nutrieron e interconectaron dinámica­mente todos los sistemas orgánicos. Así, como un poema pleno de metáforas y preciosas analogías, se encontraron semejanzas y resonancias entre el cielo y la tierra. El cielo proyectado a la tierra, la tierra floreciendo en el cielo, la naturaleza en el hombre, como una antena entre el yin y el yang, que un ser original, orde­nador del caos y dador de vida a toda vida, con su cuerpo había delimitado como cielo y tierra desde el caos primitivo.
No es extraño que en estas metavisiones sistémicas, que precedieron y supe­raron la visión moderna aportada por todas las ciencias de sistemas, restauremos la unidad, pues al fin y al cabo, como en todos los mitos del origen, estamos indisolublemente entretejidos al cuerpo de toda la naturaleza. Es conmovedor leer de la muerte del gigante que separó el cielo y la tierra para dejar sus arque­tipos germinar en la naturaleza. Es hermoso saber del Libro de las Mutaciones, mostrando la magia fluida de la realidad, y esa deliciosa constancia de la im­permanencia que nos pone en contacto con la incertidumbre cuántica. Desde la medicina tradicional china, uno accede a un contexto profundo para comprender mejor la herencia de Mesopotamia, India, Egipto y Grecia, para dar sentido a las enseñanzas de Hipócrates y Avicena. Sin necesidad del Olimpo y las distintas teogonías, esta es una cultura que humaniza al hombre, naturaliza su naturaleza, aterriza la visión teúrgica en una tecnología que permite armonizar los ciclos y los ritmos naturales como esencia de la salud humana.
Descubrimos a lo largo de las páginas cómo es posible detectar y tratar los trastornos antes de su plena manifestación clínica, cómo es necesario prevenir antes que curar y cómo es posible evidenciar la reversibilidad del caos a través de la maestría de impulsos ordenantes infinitesimales logrados con las agujas en los puntos precisos.
Como la metáfora del poeta, que decía que las gemas son estrellas dormidas en el vientre de la tierra, a uno se le ocurre que cada punto de acupuntura es una galaxia en miniatura, y los ríos de energía que recorren y mantienen los progra­mas de la vida son un reflejo fiel de la vía láctea en el ser humano.
A pesar de las lecciones de la historia, seguimos hoy divididos tratando de sostener diferencias y rivalidades entre fronteras artificiosas sin reconocer la hu­manidad común que, en el fondo, las hacía parte de una sola realidad, ligada a las raíces comunes de todos los sistemas médicos. El conocimiento de los grandes sistemas médicos nos conduce hoy irrevocablemente hacia una medicina inte­grativa cuyas bases sistémicas ya estaban esbozadas en la ciencia de la vida, el ayurveda, y la noción de los cinco elementos en la Medicina China. En la bús­queda actual del campo unificado de los sistemas médicos de las grandes cultu­ras, podemos encontrar, en medio de las diferencias que enriquecen, los comunes denominadores que establecen la sinergia entre las medicinas de la materia, la energía y la información. Con plantas, agujas, masajes o medicamentos químicos modulamos, en última instancia, información para restaurar la salud. La biología moderna concibe hoy la vida como un patrón de organización dinámico e inteli­gente que interactúa con el cuerpo, concebido como una estructura en permanen­te proceso de cambio. Ese común denominador de la información que circula por sistemas de conducción de señales (como los meridianos) nos aproxima hoy a la concepción de una cascada de información y energía que conforma el patrón de organización o molde en el que se precipita la materia.
Con la materia prima de los antiguos sistemas, estamos naciendo hoy a un paradigma de síntesis en el que las concepciones reduccionistas y parciales se di­suelven: el psicoanálisis se resuelve en la psicosíntesis, la psicología se compren­de también a la luz de la neurología, la inmunología y la endocrinología para dar nacimiento a la psiconeuroinmunoendocrinología. En las propuestas —que ya se insinúan— de un sistema médico emergente, aparecen la integración orgánica de las cosmovisiones de medicina tradicional china, la sabiduría védica y el legado hipocrático, entre otros, como aspectos complementarios en el seno del campo unificado de una medicina que asume, en el ordenamiento de la diversidad, la sinergia necesaria para el servicio a la humanidad.
Gracias a Rafael de Mora Sánchez por aproximarnos a ese océano de la sabiduría perenne que sustenta las corrientes y oleajes que hoy apuntan hacia esa antigua visión de una medicina integrativa: la que la tierra necesita hoy.

Jorge Iván Carvajal Posada