Las Campanas De Shambala:

Referencia: 9788496079595
12,90 €
12,26 € 5% de descuento
GUIA DE USO Y DISFRUTE DE LOS CUENCOS TIBETANOS Y DE LA VOZ La música viste el silencio de vivos colores. La música, la vibración armónica fue y es el principio motor de todo cuanto existe. Sólo es necesario quedarse tumbado boca arriba contemplando una noche estrellada para sentirlo, o la risa de un ni&ntild...
Cantidad
En stock Envío en 24 - 48 horas

GUIA DE USO Y DISFRUTE DE LOS CUENCOS TIBETANOS Y DE LA VOZ

La música viste el silencio de vivos colores. La música, la vibración armónica fue y es el principio motor de todo cuanto existe. Sólo es necesario quedarse tumbado boca arriba contemplando una noche estrellada para sentirlo, o la risa de un niño de apenas unos años. Todo cuanto existe en su esencia es vibración, ritmo, frecuencia, armonía y por ende, ¡música! El hombre descubrió el ritmo de inmediato, si es que esa capacidad no venía ya en el código genético de sus antepasados «homínidos». Porque el ritmo es consubstancial a la naturaleza del hombre y a la naturaleza y a la dinámica del cosmos en su conjunto. Al oír el canto de los pájaros, las voces o el trotar de las bestias, al golpear piedra sobre piedra, madera con madera o palma contra palma de sus manos, incluso al masticar. El hombre escuchaba la lluvia y silbaba, escuchaba el viento y se frotaba las manos y calentaba su cuerpo a palmadas cuando sentía frío, escuchaba su propia voz repetida y multiplicada por el eco en la distancia o las voces y los gritos de los suyos, el modo particular de gruñir de su clan o su familia. El hombre oía su voz o la voz coral de todo el grupo re-sonando en las paredes de la caverna, repercutiendo en sus oídos y en su propia mente primigenia, tal vez contribuyendo decisiva-mente a que en su mente fuese configurándose una conciencia cada vez más compleja, una octava superior, tal vez junto a ciertas sustancias —descubiertas al azar o no— entre todo aquello que la naturaleza le brindaba como alimento o alivio. La música, el canto y la danza, son las tres más conmovedoras expresiones artísticas del ser humano. La música toca y abarca cada poro de la piel, penetra en el interior más íntimo del receptor y surge y es ejecutada desde el interior del músico, del cantor y del danzante, a través de sus manos, su garganta o sus pies, con su aliento, con su alma y en el mismo instante de ser ejecutadas, cesan, desaparecen. Porque música, canto y danza, son artes efímeras, artes que se producen y se desvanecen en el mismo instante en que se realizan. Música, canto y danza son las tres expresiones artísticas que más nos tocan y penetran en nosotros a través de la piel, las que más inciden en nuestras auras, porque producen en nosotros tantas resonancias y tan complejas como nuestros circuitos nerviosos o neuronales, como la electroquímica del amor, del odio, del temor, del gozo o de la libertad.

Manakel
9788496079595
Nuevo
Related Products ( 16 other products in the same category )

Nuevo registro de cuenta

¿Ya tienes una cuenta?
Inicia sesión o Restablece la contraseña