Yoga El Metodo Iyengar
Referencia: 9788479025038
La nueva guía definitiva para la forma de Yoga más practicada
- Con más de 100 posturas clave, graduadas según el nivel de dificultad e ilustradas en claras fotografías paso a paso
- Ofrece ayuda especial para principiantes y guía experta para estudiantes más avanzados Examina las técnicas de respiración, relajación y meditación
- Incluye cursos progresivos para practicar en casa y programas terapéuticos para afecciones concretas, así como una guía de la filosofía del Yoga
- Un libro de consulta indispensable para estudiantes del método Iyengar de todo el mundo
Prólogo
ESTOY VERDADERAMENTE encantado de revisar el texto de Yoga: el método Iyengar, por Silva, Mira y Shyam Mehta.
Este libro es un magnifico producto del pensamiento oriental y la mentalidad occidental. Las explicaciones son directas y estoy seguro de que quienes lean el libro conseguirán una comprensión del Yoga y disfrutarán del néctar de la salud
corporal, y de la satisfacción mental y espiritual.
El Yoga es un arte, una ciencia y una filosofía inmortales. Es la mejor psicoanatomía subjetiva de la humanidad jamás concebida para la experiencia del bienestar físico, mental, intelectual y espiritual. Ha superado la prueba del tiempo desde los comienzos de la civilización y se mantendrá insuperable como ciencia psico-física precisa durante los siglos venideros.
En el cuerpo hay muchos tipos de células, con funciones físicas, fisiológicas, emocionales, intelectuales y espirituales. Se sabe que cada célula tiene vida propia.
Estas células son las perlas de la vida. En la práctica del Yoga conscientemente se hace que cada célula absorba un copioso suministro de sangre fresca y energía vital, saciando así al alma encarnada. Con serenidad uno experimenta entonces
el yo mediante el yo, y deposita el yo en el regazo del alma (jivatman).
Me complace estar asociado con esta obra de mis alumnos. Mis sugerencias han sido incorporadas al libro. Me alegrará que quienes lo lean aprecien y practiquen el arte del Yoga.
B. K. S. IYENGAR
Prefacio
Al permanecer en el seno de su familia, haciendo siempre los deberes propios del dueño de la casa, quien está libre de méritos y deméritos, y ha dominado sus sentidos, alcanza la salvación. El dueño de la casa que practica el Yoga no es tocado por los pecados; si para proteger a la humanidad comete algún pecado, no queda contaminado por él.
SIVA SAMHITA, V. 187
Yoga proporciona la energía para llevar una vida plena y placenta. El tiempo que se dedica a la práctica en soledad sitúa en perspectiva los problemas rutinarios y acumula un caudal de fuerza inferior. La familia, los amigos y el trabajo se benefician de ello.
Ilustramos el valor del Yoga en la vida diaria ofreciendo un breve resumen de nuestras propias experiencias.
SILVA MEHTA
Cuando tenía 25 años tuve un accidente en el cual sufrí una fractara con aplastamiento de la columna vertebral. Padecía terribles dolores. Médicos, cirujanos, naturópatas y osteópatas pronosticaron que estaría en una silla de ruedas antes de cumplir los cincuenta. Unos años después empecé a padecer osteoartritis.
Yo vivía por entonces en la India. Un amigo naturópata me dijo: Hay sólo una cosa para tu artritis: Yoga y el Sr. Iyengar». Yo sabía muy poco del Yoga, pero antes de tres semanas estaba en la clase de B. K. S. Iyengar y allí he seguido hasta ahora, siempre que la oportunidad se presenta, y también mis hijos. En la India hay un di-cho: «Cuando el discípulo está preparado, aparece el gurú». Nosotros debíamos de estar preparados.
Iniciar la práctica del Yoga me proporcionó un alivio periódico, casi milagroso, del dolor y una sensación de entusiasmo y euforia. Empecé a librarme de la depresión causada por la desesperación del dolor físico. Con el paso de los años, el Yoga ha mejorado mi salud física, y me ha dado una nueva perspectiva y un mayor optimismo. Lejos de estar confinada en una silla de ruedas, soy capaz de ayudar a otras personas a superar sus problemas físicos. La enseñanza del Yoga ha resultado ser muy gratificante.
SHYAM MEHTA
Desde temprana edad, mi hermana y yo hemos disfrutado una mezcla de Yoga y diversión en las clases del Sr. Iyengar.
En mi caso, comencé a practicar más intensamente y con mayor dedicación durante mis años de universidad. El duro trabajo se vio recompensado por el dominio de nuevas posturas y la menor incomodidad en otras. Empecé a ampliar mis conocimientos de filoso-fía yóguica a partir de la base adquirida durante las muchas clases del Sr. Iyengar. También empecé a dar clase de Yoga.
Después de licenciarme, me hice actuario de seguros. Mi entrenamiento de Yoga me permite concentrarme durante horas seguidas y afrontar las presiones laborales.
Para mí, los beneficios del Yoga son más morales o espirituales que físicos. Cierto es que, si tengo una jaqueca u otro dolor de poca entidad, o me he pasado una noche en vela, puedo recuperarme mediante la práctica de asanas. Pero, lo que es más importante, el Yoga mantiene mi mente tranquila y despejada, permitiéndome abordar los problemas en el trabajo y en casa, pensar a largo plazo y evaluar las situaciones desapasionadamente.
Mi práctica del Yoga me ha dado determinación y la capacidad de aceptar los altibajos de la vida con ecuanimidad. Me indica la dirección para mejorar: cómo hacerme más humano, comprensivo, tolerante y ético. Puedo distanciarme y cuestionarme mi vida y, no obstante, seguir ejerciendo la firme influencia que requiere una vida familiar estable y una carrera laboral exitosa. Mi esposa, Rukmini, comparte mi interés por el Yoga.
MIRA MEHTA
Desde muy pequeña me eduqué con el Yoga y las clases del Sr. Iyengar. De niña era rígida y débil, y padecía escoliosis en la columna vertebral y penosos dolores en el cuello y las piernas. En los últimos años de la adolescencia empecé a padecer dolor de espalda crónico, que a su vez afectaba a mi resistencia física y mi concentración.
Empecé a tomarme mi práctica en serio desde la edad adulta. Gradualmente, ayudada por frecuentes visitas a la India para estudiar allí en el Instituto, mi salud y mi fuerza se incrementaron, así como mi flexibilidad. Mis antiguos problemas han desaparecido prácticamente y las posturas ya no son inalcanzables.
Aparte de aportarme un estado de ánimo ecuánime, creo que el Yoga ha desarrollado mi firmeza de carácter. También me ha dado la capacidad de escuchar a los demás y de comprender sus puntos de vista, y de pensar desde el punto de vista del bien común.
El Yoga me ha ayudado durante mis estudios universitarios. Al aumentar mi interés, elegí un curso que me dio un conocimiento básico de la filosofía hindú. Mientras me preparaba para un más-ter de posgrado en investigación, descubrí que el Yoga me ocupaba cada vez más tiempo y en él concentré toda mi atención, algo de lo que no me arrepiento en absoluto.
Introducción
La acción disciplinada, el estudio del yo y la entrega al Señor constituyen la práctica
del Yoga.
«Tapas svsdhyây îsvarapranidhânâni kriyâyogah», Yoga Sûtra II.1
En la filosofía hindú, hay siempre tres corrientes de pensamiento: el trabajo (karma), el conocimiento (jñana) y la devoción (bhakti). Las tres corrientes van unidas.
La cita anterior de los aforismos del Yoga (Yoga Sûtra) de Patañjali señala esta división, y la hemos tomado como tema subyacente de las tres partes de este libro. Tapas se relaciona con la práctica energética, svâdhyâya significa el estudio del yo y de la filosofía yóguica, e Îspranidhâna enseña el camino de la devoción, complemento indispensable para la práctica.
EL VALOR DEL YOGA
Los seres humanos estamos constituidos por tres componen-tes: cuerpo, mente y alma. En correspondencia con ellos, hay tres necesidades que es preciso satisfacer para llevar una vida plena: la necesidad física es la salud; la necesidad psicológica es el conocimiento; y la necesidad espiritual es la paz interior. Cuando las tres se hallan presentes, hay armonía.
La sociedad moderna afronta problemas que afectan a los tres aspectos. El estilo de vida actual, con sus maravillas tecnológicas, tiene sus pros y sus contras. Se consigue comodidad y velocidad a costa en parte de la salud física. Aparatos que ahorran trabajo reducen al mínimo la fatiga física, provocando rigidez y debilidad muscular. La vida sedentaria causa dolores de espalda y cuello, pesadez en las piernas y dificultades al caminar. El uso excesivo de los me-dios audiovisuales de comunicación provoca cefaleas y astenopía (fatiga visual).
La ansiedad de un mundo competitivo debilita los recursos internos, facilitando la aparición de problemas relaciona-dos con el estrés, como, por ejemplo, el insomnio y ciertos tras-tornos digestivos, respiratorios y nerviosos. Si las tensiones no se equilibran dedicando tiempo a la reflexión tranquila, la calidad de vida empeora.
Las modernas tendencias de pensamiento son un crisol de antiguas y nuevas ideas. Los valores artificiales que provienen de la obsesión por poseer cosas materiales y del interés personal provocan la alienación del propósito espiritual de la vida. La falta de creencias puede llevarnos a perder el sentido de nuestra propia identidad.
El Yoga nos ayuda a resolver todos estos problemas. A nivel físico, alivia innumerables dolencias. La práctica de las posturas fortalece el cuerpo y genera una sensación de bienestar.
Desde el punto de vista psicológico, el Yoga agudiza el intelecto y ayuda a la concentración. Estabiliza las emociones y nos alienta a preocuparnos por los demás. Sobre todo, da esperanza. La práctica de técnicas de respiración calma la mente. Su filosofía sitúa la vida en perspectiva. En el terreno de lo espiritual, el Yoga aporta conciencia y la capacidad de mantener la calma. A través de la meditación, se experimenta la paz interior.
Así, el Yoga es una filosofía práctica que abarca cada aspecto del ser de una persona. Enseña al individuo a evolucionar mediante el desarrollo de la autodisciplina y la con-ciencia de sí mismo.
Cualquiera, sin distinción de edad, salud, circunstancias vitales o religión, puede practicar el Yoga.
LAS DISCIPLINAS DEL YOGA
El Yoga es una ciencia clásica hindú que se ocupa de la búsqueda del alma. La palabra «Yoga» significa tanto el camino para descubrir el alma como la unión con ella.
La filosofía yóguica fue sistematizada hace unos 2.000 años por el sabio Patañjali en un solo tratado, Yoga Sûtra. Esta obra sigue siendo reconocida por todos los practicantes de Yoga como el texto autorizado sobre esta materia.
El yoga comprende ocho aspectos, partes o etapas:
1 Principios éticos universales ( Yama)
2 Reglas de comportamiento personal (Niyama)
3 La práctica de las posturas del Yoga (Asana)
4 La práctica de las técnicas de respiración del Yoga (yama)
5 Control de los sentidos (Pratyahara)
6 Concentración de la mente (Dharana)
7 Meditación (Dhyana)
8 Absorción en el Infinito (Samadhi)
Es posible que, en cualquier nivel de práctica se alcancen atisbos de este último, elevándola así por encima de los campos del esfuerzo físico y mental.
El Yoga se fundamenta en la ética (yama) y la disciplina personal (niyama), preceptos universales que se encuentran en todas las sociedades. Por tanto, desde el punto de vista práctico, puede considerarse que el Yoga empieza al nivel de las posturas (asanas).
Cada aspecto o miembro forma parte del todo, y la tradición enseña que, incluso después de lograr grandes consecuciones en el Yoga, debe continuarse la práctica de asana y pranayama, para mantener la salud del organismo.
YOGACHARYA B. K. S. IYENGAR
En la India, el conocimiento sagrado es transmitido tradicionalmente por un líder espiritual que sirve de profesor, guía ejemplo: es el gurú, término que significa alguien que elimina la oscuridad de la ignorancia, reemplazándola con
luz de la inteligencia. El gurú guía al estudiante por el camino espiritual. Posee sabiduría, benevolencia, tolerancia y le energía y capacidad para ayudar a los demás. Su conocimiento tiene el peso de la autoridad.
En el siglo XX, encontramos a un profesor así en la figura de Yogácharya B. K. S. Iyengar. Es el exponente del Yoga más destacado del mundo, habiendo consagrado toda su vida al estudio de esta ciencia. Vive su vida de acuerdo con los preceptos filosóficos del Yoga. Tanto él como su familia constituyen ejemplos de moralidad, tolerancia y conciencia social
B. K. S. Iyengar empezó a enseñar en 1936 a la edad de 18 años y hoy día, aunque tiene más de 70, todavía sigue enseñando y sirviendo de inspiración a sus estudiantes. El perfeccionismo, la observación del detalle científico y la religiosidad de la práctica caracterizan sus enseñanzas y la escuela de Yoga que ha desarrollado.
Su sistema de enseñanza ayuda a las personas a progresar gradualmente desde principiantes al nivel avanzado de dominio. teniendo presentes sus defectos. Esta progresión es didáctica-mente sólida y aporta beneficios duraderos; ha conseguido que su sistema sea ampliamente aceptado por las autoridades educativas del Reino Unido y de muchos otros países.
Cuenta con varios millones de practicantes de todo el mundo que siguen su método. Hay institutos y centros Iyengar en el Reino Unido, resto de Europa, Australia, Canadá, Israel, Japón, Nueva Zelanda, Sudáfrica y los EE. UU., así como en la India.
Tiene su propio Instituto en Puna, India, donde su hija mayor, Geeta, y su hijo, Prashant, continúan la tradición docente. Geeta Iyengar es muy respetada como autora de Yoga. A Gem for Women. Prashant Iyengar está implicado en la investigación de la filosofía yóguica.
B. K. S. Iyengar ha dado clase a muchas figuras famosas en todo el mundo, pero su mayor logro es llevar el Yoga a la gente normal, para que todos puedan beneficiarse de ello.
LA CONTRIBUCIÓN AL YOGA DE B. K. S. IYENGAR
Aunque haya popularizado el Yoga, no ha sacrificado la pu-reza de sus enseñanzas originales. El Yoga es una filosofía, una ciencia y un arte. También es una terapia. B. K. S. Iyengar ha considerado todos estos aspectos y los ha desarrollado, realizando una inmensa contribución al conocimiento y la comprensión del Yoga. Ha escrito exhaustivamente sobre todos los principales aspectos del Yoga y sus libros están considera-
dos como clásicos modernos, usados para consulta y como guías prácticas. Son: Light on Yoga (La luz del Yoga), The Concisa Light on Yoga, Light on Pranayama (Luz sobre el Pranáyama), The Art of Yoga y The Tree of Yoga (El árbol del Yoga). Estos libros han sido traducidos a muchas lenguas. Actualmente está trabajando en una traducción y una interpretación definitivas de los aforismos de Patañjali (ya se dispone de una versión resumida, Yoga Sûtra of Patañjali)*. El libro Iyengar: Hís Life and Work ofrece una breve autobiografía y narraciones de las propias experiencias de sus estudiantes.
B. K. S. Iyengar ha sistematizado más de doscientas técnicas de asana y pranayama y ha descubierto los principios anatómicos en los que se basan. Muestra cómo, en las asanas, las diversas partes del cuerpo tienen que hallarse colocadas en su lugar correcto, para que cada una de ellas, así como los diversos sistemas fisiológicos, puedan funcionar al máximo de sus posibilidades. Hay que explorar los mínimos detalles de las posturas para penetrar en capas anatómicas remotas del organismo.
Esto convierte al Yoga en un desafío a la inteligencia. Cuerpo y mente se estiran más allá de sus límites ordinarios y se les hace actuar al unísono.
B. K. S. Iyengar ha desarrollado la aplicación terapéutica de las posturas. Ha ideado métodos para modificar las posturas a fin de lograr el máximo beneficio en pacientes con discapacidades. Destacados miembros de la clase médica de la India y de todo el mundo reconocen su profundo conocimiento del cuerpo y sus explicaciones de patología desde un punto de vista yóguico. Es bien conocido como experto en tratar complejos problemas médicos.
B. K. S. Iyengar ha combinado nuevas formas de pensar en el campo terapéutico con novedosas concepciones sobre meditación. El concepto de meditación en acción es una de las ideas centrales de su obra. Ser totalmente consciente y estar completamente absorto en las posturas mientras se están realizando es meditación. El cuerpo y la mente se comunican a un nivel sutil y se armonizan. Hay un continuo intercambio entre ambos respecto a cada movimiento y acción que esté teniendo lugar. La conciencia lograda mediante la meditación en acción se traslada a la vida diaria.
Por último, B. K. S. Iyengar considera el Yoga como un arte. El cuerpo se dispone en posturas que son gráciles, y ha perfeccionado y enseñado su presentación artística. Median-te la búsqueda de la estética de las posturas, ha hecho atractivo el tema e inspirado a innumerables personas a convertir el Yoga en parte de su vida.
* La obra en preparación a la que aludían los autores en 1990 apareció en inglés tres años más tarde, con el título Light on the Yoga Sútras of Patañjali. Patañjala Yoga Pradipika, traducción del sánscrito y comentarios de B. K. S. Iyengar, prólogo de Yehudi Menuhin, publicada en Londres por Aquarian y Thorsons en 1993. La traducción española, Luz sobre los « Yoga sútras» de Patañjali. Patañjala Yoga Pradipika, la publicó en Barcelona la editorial Kairós en 2003. (N. del T)
INDICE
Prólogo por B. K S. Iyengar 6
Prefacio 7 • Introducción 8 • Acerca de la obra 10
PARTE 1: EL CUERPO 11
Las asanas 12 • Posturas en pie 17 • Posturas sedentes 49 • Torsiones 69
Posturas supinas y pronas 79 • Inversiones 95 • Equilibrios 123
Extensiones de columna 133 • Saltos 145 • Relajación 149
PARTE II: LA MENTE 153
El estudio del yo 154 • Pranayama 155 • Pratyahara 163
La filosofía del Yoga 164
PARTE III: EL ALMA 171
La entrega del yo 172 • Dhyana 174
APÉNDICE
Cursos 175 • Programas correctivos y terapéuticos 185 • Índice temático 188
Agradecimientos 192