El Hombre Estelar

El sentido kabalístico del octograma de Fuxí en la medicina china.

Apuntes interculturales de sanación para el siglo XXI

Toty de Naverán, profundizando en la línea de sus heterodoxas simbiosis intelectuales, nos ofrece en este libro un nuevo enfoque investigador en el que, poética y doctamente, concilia y relaciona dos medicinas cuya apariencia las hacía a primera vista poco armonizables. La medicina hebrea, custodiada por la Kábala, y la Acupuntura, como parte funda-mental de la Medicina Tradicional China, encuentran en este texto sus mejores resonancias y comparten un destino común: sanar al ser huma-no atormentado en sus dolencias. Dos antiguas tradiciones de conoci-miento puestas en comunicación para profundizar en el concepto de "enfermedad" y proponer, en consecuencia; los tratamientos adecuados.
Se dice que sólo hay una medicina: la que cura. Pero también, y cada día con mayor intensidad, se intuye que curar cuerpos resulta escaso si no se presta atención al espíritu que, desterrado, gime su desconsuelo quejándose a través de lo corporal. En tal contexto, "El Hombre Estelar" se hace eco de este desconsuelo y siembra esperanzas allá donde la ciencia claudica. No ofrece panaceas, sino caminos por los que avanzar hasta Iograr la reunificación del Hombre en cuerpo-alma-espíritu. Sanar, en definitiva, la herida humana es su apuesta más arriesgada.
De Toty de Naverán, que combina su labor clínica con la docencia en el "Magíster de Acupuntura y Moxibustión impartido en la Facultad de Medicina de la Universidad Complutense de Madrid, se han publica-do en esta colección otros dos títulos imprescindibles sobre Medicina Tradicional China: "Los Olvidos de la Memoria. A propósito de la Acupuntura como Tratamiento de la Enfermedad de Alzheimer basado en el Código Genético descrito en el I-Ching", y "Los Naufragios del Alma. Psicopatología en Medicina Tradicional China".
INTRODUCCION

"Me cuesta verdaderamente creer que la perfecta mecánica de mi cuerpo, estos ojos que contemplan el paisaje de la mañana serena, esas orejas que se llenan del ruido de las olas [...] hayan surgido de un juego de mutaciones sin objetivo predefinido, resulten de innumerables jugadas de dados lanzados en sucesivas ti-radas a lo largo de una evolución que se pierde en la noche de millones, de miles de millones de años".
Bertrand Jordan (biólogo)

Los actuales tiempos de crisis generalizada de valores, de sentimientos y de confianza en la propia existencia nos llevan, irremediablemente, a tener que buscar soluciones ante el devastador panorama del hombre ausentado de sí mismo. El indiscreto y, tantas veces abusivo, culto al cuerpo (y a todo cuanto de material tiene la materia) ha conseguido exilar al espíritu llegando, incluso, a considerarse exclusivamente neurofisiológicos nuestros queridos e intransferibles procesos emocionales.
Nos declaramos, por supuesto, fervientes partidarios de la corporalidad porque, en ella, se reencarnan los sentimientos y emociones deseosos de ´ser sentidos´. Sin embargo, no por ello somos ajenos al deleite de un misterio misterioso que palpita en el mismísimo centro de la conciencia humana. Es muy posible que esta incógnita, hecha –paradójicamente– toda ella de Luz, nos permita entrever el enigma de los arcanos de un espíritu errático y sofocado que, en su desconcierto, nos anima a encontrar las claves interculturales necesarias en todo camino de sanación.
La conciencia es, según nos agrada entender, el aliento que entreteje la vida´. Una vida que, hoy en día, se siente amenazada por la desesperanza, la desconfianza, la enfermedad y el sufrimiento. Nótese que hablamos de enfermedad y no de enfermedades porque una es la causa y uno el resultado de tanto dolor que se ha ido acumulando a lo largo de la historia del hombre en el planeta Tierra.
La salud no admite plural alguno. Es armonía entre el cuerpo–mente, el alma y el espíritu. Vivencia de Unicidad frente al dualismo que subyace en cualquiera de las enfermedades emanadas del origen común antes citado: la ruptura y el alejamiento entre el alma, las acciones del cuerpo y las lecciones del espíritu. En es-te sentido, los síntomas enfermizos que amenazan con perturbar la vida, son expresiones corporeizadas de un alma en pena.
Todo cuanto vemos es simple transparencia de realidades invisibles sólo descubiertas al corazón caminante. Es a él, andariego de vidas y milagros, al que nos dirigimos para sanar el dolor del hombre perdido en su propia inexistencia.
El término ´enfermedad´ proviene del latín y significa ´falto de firmeza, torcido, inclinado´: Añadiríamos: ´a punto de precipitarse a un vacío interminable´... donde parece no alcanzar nunca el reposo de haber tocado fondo.
La firmeza perdida es la integridad simbiótica del cuerpo –alma– espíritu. Como en el mejor bolero "alma, corazón y vida" para vivir, disfrutar y gozar como aquello que somos: seres de Luz en viaje por el tiempo.
Nos desmarcamos de los cartesianismos que disocian la integridad del Hombre al considerar que, también aquí, las actuales teorías de la física cuántica podrían tener sentido. Como ya expusimos en el libro citado a pie de página, la
conciencia bien pudiera responder a constructos cuánticos y, si así fuera, resulta-ría coherente la imbricación íntima de alma y cuerpo entendidos como universos paralelos interconectados entre sí donde las acciones de cada uno de ellos dejarían inevitables huellas en el otro... inseparable.
El reconocido David Bohm afirmaba que "Existe un campo invisible que mantiene unida a la realidad en su conjunto, un campo que tiene la propiedad de saber qué está ocurriendo en todas partes y al mismo tiempo".
Las distintas estancias del ser humano no pueden continuar desconectadas e incompatibles. El antagonismo no es su denominación de origen.
Las nociones greco—latinas de Pneuma (espíritu—conciencia), Psique (alma) y Soma (cuerpo) encuentran su resonancia en el Nefesh, Rúaj y Neshamá hebreos (ver nota 22) y estos, a su vez, comparten imagen con el significado del ideograma chi-no de Wang T .
Tres realidades que, en estado indisoluble, representan el símbolo (sym–bolon) de la salud. Lo contrario es la escisión (diá—bolon) que se formula en forma de enfermedad como expresión de la ruina del alma.
El cuerpo, energía definida y condensada, renace a la existencia en el torbellino incesante de sus sentimientos (vaivenes del alma). En cada una de sus moléculas danza el hálito depositado en electrones repletos de sinfonías cuánticas. Esta alma sentimental y cognitiva, que se entremezcla hasta la indisolubilidad con la materia, es la partitura a interpretar por cada átomo que conforma la vida. Pero no hay partitura sin concierto que la interprete y aquí se hace presencia el espíritu que, como un torrente, vierte —más tarde o más temprano— toda su memoria individual al mar de lo colectivo.
Es el espíritu quien, en última instancia, entretiene y entreteje la vida más allá de sus confinamientos físicos: en la metafísica que, a modo de cordón umbilical, nos entrelaza a todos con Todo lo creado y nos hace, por ello, verdaderamente inabarcables en nuestra humana inmensidad solidaria.
Lejos estamos aún de desterrar prejuicios inútiles pero, en este recién estrena-do siglo XXI, tendremos que plantearnos, sin más demora, el modo y la manera de re–conciliar `Las Moradas del Hombre´. Hoy por hoy, el cuerpo está muy presente, el alma en desuso y el espíritu... relegado.
Quizá lo más ineludible sea reconocer humildemente la personal participación en nuestro cisma interior y, desde el mismo escenario de la crisis, lograr re—unir lo separado para, así, devolverle el sentido a la propia existencia.
La Vía de la Salud que propondremos no es otra sino la del Espíritu (hoy des-terrado de nuestra existencia). Volver a habitar nuestra carne es su destino, tarea de la que es objeto este nuestro nuevo libro. En él, vamos a recordar Tradiciones por fortuna no olvidadas:

•    La Kabalá hebrea con su cautivador Árbol de la Vida y
•    Los Pa Kuas del mítico Emperador Fuxí que conforman el legendario Octograma precursor del Yi Jing y de la Medicina China (MCh).

Su interrelación nos permitirá abrir nuevas vertientes de anhelo y bálsamo que reorienten el rumbo de nuestros torpes pasos para, de esta manera, poder vislumbrar el umbral sanador de cuerpos y almas en desvarío.
En definitiva, encontrar el modo en el que la enfermedad transcienda sus límites psicofisicos para poder acceder a las demandas del espíritu y darles cumplimiento.
Invitamos al lector a este bello viaje y le obsequiamos con el mejor de nuestros presentes: nuestro íntimo empeño en la búsqueda de alivio para el Hombre en su Tiempo de Enfermar.

ÍNDICE

Prólogo     11
Introducción     15
I. DONDE LAS SUTILES DIFERENCIAS SE HACEN COMPLEMENTARIAS     19

• KABALA HEBREA Y MEDICINA CHINA     21
• El Árbol de Vidas     45
• Las Plagas y la Enfermedad     62
• EL OCTOGRAMA DE FUXÍ     73
• Cualidades del Octograma     79
• El Pulso de la Luz     82
• SENTIDO KABALÍSTICO DEL OCTOGRAMA     91

II. DONDE LO COMPLEMENTARIO EXPANDE SUS DIMENSIONES     107

• LA 8ª SEFIRÁ (HOD), "EL ARTE DE LA GUERRA", EL TAO TE KING Y LOS HEXAGRAMAS DEL SISTEMA INMUNITARIO     109
• El Hexagrama n° 48: Ching ("El Pozo de Agua")     125
• El Hexagrama n° 50: Ting ("El Caldero")     127
• LA MERKABÁ Y SU RELACIÓN CON LOS VASOS MARAVILLOSOS Y LOS MERIDIANOS UNITARIOS     129

III. DONDE LO ILIMITADO ES ALIENTO DE ESPERANZA     157
KABALA Y COSMOS     159

• El ´punto´ de acupuntura como microUniverso     189
• APLICACIONES CLÍNICAS: LA ENFERMEDAD TUMORAL Y
• EL DESTINO DEL UNIVERSO     217
• La división celular según la secuencia de los Hexagramas     245
• Octo—Oncogénesis     249
• El Hexagrama n° 8: Pi ("La Solidaridad") y el Cáncer    253
  
• El incumplimiento de los dictámenes de los Hexagramas y la génesis tumoral     257

CONCLUSIONES     261
El Hexagrama n° 49: Ko ("La Revolución")     263
APÉNDICE     269
BIBLIOGRAFÍA     285