Medicina Naturista: Mitos y realidades (Gabriel Contreras Alemán) Ed. Siglo XXI, 2006   ISBN: 9788460994763

Medicina Naturista: Mitos y realidades

Referencia: 9788460994763
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¿Está el cuerpo humano diseñado para la vida del siglo XXI? No, si continuamos deteriorando el planeta, al mismo tiempo que respiramos, bebemos, comemos, pensamos y sentimos con nuestro “estilo de vida actual”. Y, sí, cambiando en positivo el entorno y nuestro “modo de vivir”.

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¿Es la medicina Naturista una herejía médica? Se ha demostrado justamente lo contrario. La Medicina Naturista aflora cuando la Medicina, referida a la salud, la ha tenido en la penumbra en las últimas décadas, para rescatarla ahora, en beneficio de los ciudadanos y de la mejor práctica médica.
¿Está el cuerpo humano diseñado para la vida del siglo XXI? No, si continuamos deteriorando el planeta, al mismo tiempo que respiramos, bebemos, comemos, pensamos y sentimos con nuestro “estilo de vida actual”. Y, sí, cambiando en positivo el entorno y nuestro “modo de vivir”.
“Si nuestro hoy depende de nuestro ayer y nuestro mañana depende de nuestro hoy, conquistar la calidad de vida es posible”.
Este libro es el resumen escrito de la vida profesional de su autor, de muchos años de estudio, de reflexión de ordenar ideas para finalmente ponerlas por escrito en un lenguaje directo, en ocasiones coloquial, donde no falta una fina ironía que hace su lectura muy fácil y amena. El médico naturista, concluida su lectura deberá hacer tres cosas fundamentales; la primera convertirlo en texto de referencia para su práctica profesional, la segunda recomendar su lectura a otros colegas escépticos y la tercera, la más difícil de cumplir, recomendar las lectura a todos los practicantes intrusos de un naturismo trasnochado para que sepan que jugar con la salud de los ciudadanos es algo muy serio.

El libro de Gabriel Contreras, ya ha sido adoptado como texto de referencia tanto en cursos de postgrado como en asignaturas de pregrado universitarios.

 

Gabriel Contreras Alemán

Librillo (Murcia), 28 de Noviembre de 1920. Licenciado en Medicina por la Universidad Complutense de Madrid (1947). Doctor en Medicina por la Universidad de Granada (Premio Extraordinario de Doctorado, curso 1997-1999). Especialista en Pediatría (Escuela Nacional de Puericultura, 1948). Diplomado en Parasitología y Medicina Colonial (Madrid, Facultad de Medicina, 1949). Profresor Adjunto en Sofrología (Sociedad Central de Sofrología y Medicina Psicosomática, Barcelona, 1970). Miembro Fundador de la Sociedad Española de Historia de la Medicina (Madrid, 1954) y de la Asociación Hispano-Americana de Historia de la Medicina (Cádiz, 1993). Diplomado en Nutrición Dietética y Dietoterapia (Universidad de Navarra, 2000). Miembro de Honor del Grupo Maste Universitario de Acupuntura (Sevilla, 2000). Miembro del Cuadro Médico de Honor de 1 Asociación de la Prensa (Málaga, 1973). Presidente electo de la Asociación Española de Médicos Naturistas (Madrid, 1996). Presidente de la Sección respectiva, en el Colegio Oficial de Médicos (Málaga, 1993). Miembro Fundador de la Sociedad Española de Fitoterapia.

INDICE DE CAPITULOS

Introducción      5
Prólogo      19

I. Por una ciencia del hombre     29
II. El hombre tecnológico: la factura entrópica      37
III. La salud      47
IV. La enfermedad    69
V. Medicina (I)      95
VI. Medicina (II)      115
VII. Los poderes del cuerpo      135
VIII. La terapéutica      155
IX. Dietética      173
X. El ejercicio físico      217
XI. Los factores naturales de la salud (sol, luz, aire, agua) .       231
XII. Sofrología      253
XIII. Fitoterapia      265
XIV. Planificación familiar natural      279
XV. Medicina Naturista      301
XVI. Bioética: Aspectos diversos      341

PRÓLOGO

En mi opinión el libro que tiene en sus manos es una obra muy necesaria y esperada, tanto en el ámbito académico de la Medicina como, especialmente, por los médicos que ejercen la Medicina Naturista. Este tratado es el resumen escrito de toda la vida profesional de su autor, de muchos años de estudio, de reflexión, de ordenar ideas para finalmente ponerlas por escrito en un lenguaje directo, en ocasiones coloquial, donde no falta una fina ironía que hacen su lectura muy fácil y amena.
A los largo de sus XVI capítulos se desarrollan de un modo excepcional los grandes ternas que fundamentan el ejercicio de la Medicina Naturista y que la acreditan corno una práctica médica actual, descaradamente humanista y sorprendentemente eficaz, efectiva y eficiente.
Antopología humana, hasta el homo tecnologizado de aquí y ahora: salud, en sus aspectos varios; enfermedad (frecuente responsabilidad del propio homo "sapiente"); Medicina (estrategia para recuperar la salud y sus incidencias históricas); Terapeútica: farmacológica, fitoterapia, dietética, ejercicio físico, factores naturales de salud, Sofrología, Planificación familiar natural y aspectos diversos de la Bioética, son las actualísimas materias que, sin duda, satisfarán plenamente la atención e interés del lector.
A mi juicio, el Médico Naturista, primer destinatario de este tratado, una vez concluida su lectura debería hacer tres cosas fundamentales; la primera, convertirlo en texto de referencia para su práctica profesional. Sin duda, la estructura y profundidad con que se abordan los temas merece poner este libro entre los que se quedan cerca del escritorio de nuestro lugar de trabajo. Segunda: que recomienden su lectura a otros colegas excépticos que alberguen dudas sobre la Medicina Naturista, especialmente para los que no crean en su fundamentación
El Corpus Hipocráticum trasluce en los términos de la época que la salud es una responsabilidad personal y su alcance y mantenimiento corresponden a cada ciudadano. Uno de los pilares de la medicina Hipocrática es el Docere (enseñar). Explica magistralmente Gabriel Contreras en este libro que la Medicina Hipocrática presta sistemáticamente atención a cuantos factores inciden en el enfermar y sanar humano, citados en el Tolle Causam. Factores que, según se utilicen, son terapéuticos y preventivos y, por tanto, enseñan a los pacientes a corregir errores. "Puesto cine el enfermo debe ayudar al médico en el
tratamiento de su enfermedad, el médico tiene que enseñarle a ser enfermo del mejor modo posible..." (IX 206). Es necesario que el enfermo ayude al médico (Epidemias 1), 1) con la robustez de su cuerpo... 2) con su obediencia al médico... y 3) con su inteligencia, que el médico informando invocará para obtener la cooperación del enfermo. El autor de los Preceptos (IX, 1258), dando una lección actual de promoción de la Salud explica que: "Es bueno no sólo dominar la enfermedad, sino cuidar a los sanos para que así sigan". Escritos que barruntan, como auténtico adelanto a nuestra época, la teoría de los factores de riesgo, ambas actualmente paradigmáticas en la epidemiología moderna.
En Medicina Naturista se valora de forma prioritaria la regulación de los hábitos de vida a través de la dietética (alimentación), ejercicio físico, descanso, baños y actividad profesional y social. En Aguas, aires y lugares, y en Epidemias II, se dice: "El que quiera aprender rectamente la Medicina, examinará el régimen de vida de los habitantes, sus gustos, si son amigos del vino, de la buena mesa y la inactividad, o si comen mucho y beben poco, y si son laboriosos o aficionados al ejercicio". La alimentación se utilizaba sistematicamente como instrumento terapéutico de curación y salud. La dietética hipocrática se convirtió en la Edad Media de las res non naturales (luz y aire, comida y bebida, movimiento y reposo, sueño y vigilia, excreciones y secreciones, y pasiones del ánimo). Conocer estos antecedentes nos ayudan, por ejemplo, a descubrir lo poco novedoso de temas tan actuales como la llamada dieta mediterránea. El término "alimentación mediterránea" se refiere a los patrones tradicionales de alimentación propia de los países mediterráneos (lo abordan ampliamente el Dr. Contreras en el Capítulo
VIII). Aunque existen distintas variedades, los componentes principales de esta alimentación son: a) un elevado consumo de cereales, verduras, frutos secos y legumbres; b) el aceite de oliva como fuente principal de la grasa; c) un consumo moderado de pescado, pollo, leche y productos lácteos (especialmente queso y yoghurt); d) bajo consumo de productos cárnicos, junto a e) alto grado de actividad física y consumo moderado de vino. Actualmente, existe amplio consenso para entender que estos patrones no son sólo modos de alimentación, sino que deben considerarse como auténticos estilos de vida.
Es apasionante comparar las viejas argumentaciones Hipocráticas con los modelos explicativos actuales de los determinantes de la salud del tipo de Lalonde o de Tarlov. Sorprende como estos vienen a ratificar que los estilos de vida junto con el medio ambiente representan hasta el 66 por ciento de causalidad de la mortalidad en los países de nuestro entorno. Por ello, la planificación sanitaria debe priorizar las estrategias educativas sobre los estilos de vida y mejorar la calidad del medio ambiente (al más puro estilo hipocrático: Aguas, Aires y Lugares). Pero una cosa es la ecología y otra muy distinta el ecologismo defendido por algunos movimientos "naturistas" proclives al intrusismo médico. Estoy convencido que la naturaleza es una riqueza puesta en las manos responsables del hombre, el ser superior de la creación, con indiscutida superioridad sobre lo creado. Es curioso que algunos de estos ecologistas radicales defienden con más interés la supervivencia de una especie rara de algún artrópodo depredador que la vida humana del no nacido o del anciano inválido. El sabio Pascal decía que entre la persona y el animal había una diferencia "infinitamente infinita" para magnificar su imposible comparación. Esto no quiere decir que sobre la naturaleza el hombre tenga un derecho absoluto. Al contrario, ha recibido un mandato de conservación y desarrollo en el universal destino de los bienes terrenos. Alerta, por tanto, ante los fanáticos que llegan a una idolatría de la naturaleza que confluyen en un ecologismo desenfocado que pierde la vista al hombre.
Paradójicamente, algo tan conocido desde hace tanto tiempo, no se ha sabido ejecutar con eficacia y lamentablemente la Salud Pública vista de forma global ha tenido unos fracasos estrepitosos. En los países subdesarrollados por falta de recursos económicos, y en los países más desarrollados por culpa precisamente de los estilos de vida no saludables y de un deterioro ecológico lamentable que la población ha tomado corno parte inevitable de la cultura del desarrollo. Sirva de ejemplo un editorial de Lancet del 6 de marzo de 2004 en el que sin embages denuncia los fallos- catastróficos de la salud pública. El gran fracaso viene condicionado por causas íntimamente vinculadas al comportamiento humano y
que se manifiesta en las "enfermedades civilizadas". Para vencer este fracaso es necesario plantear seriamente políticas educativas que hagan a la población más responsable de su salud. Se habla actualmente de empoderamiento (empowerment), de traspasar el control sobre su propia salud, a manos de los ciudadanos, lo que requiere en primer lugar suscitar en ellos la voluntad para formar individuos dueños de sí mismos, capaces de resistir a las presiones comerciales de los estilos de vida autodestructivos.
La doctrina Hipocrática denominó corno Tolle causara a identificar y tratar las causas -género de vida, actividad física, alimentación, tóxicos, aspectos psicosociales- generadoras de enfermedad. El Dr. Contreras lo explica con todo detalle en el Capítulo VII al exponer los Principios de unidad, totalidad y finalidad. Al más viejo estilo Hipocrático, es preciso educar para cambiar comportamientos. Cualquiera de los grandes retos de la Salud Pública: obesidad, diabetes, enfermedad cardiovascular, VIH/SIDA o enfermedades de transmisión sexual (ETS), tabaco y alcohol, o de otras drogas, necesitan para su prevención primaria un cambio de comportamientos que desgraciadamente no hemos sabido abordar con eficacia.
Es increíble que después de 40 años conociendo la estrecha relación entre tabaco y enfermedad, no hayamos podido traducirlo en una erradicación de tan nocivo hábito, como resalta Gabriel Contreras en el Capítulo III. Igual podría decirse respecto el control de la epidemia VIH/SIDA. Algunos países, cuando no sólo han repartido condones, sino que han fomentado cambios de conductas, han reducido la prevalencia de la infección VIH, aún sin tener acceso a los costosísimos antiretrovirales. Es el caso de Uganda en la década de los 90, que pasó de un 15 por ciento a un 5 por ciento de prevalencia de infección VIH.
En relación con la Obesidad, basta recordar que sólo en EEUU hay 120 millones de obesos y el 15 por ciento de los niños tienen sobrepeso. España es el segundo país europeo con mayor prevalencia de sobrepeso. Nos cabe el lamentable privilegio de ser el país de la UE con mayor prevalencia de consumidores de cocaína y uno de los mayores de cannabis y éxtasis. El consumo de cannabis, en población de 14 a 18 años, ha pasado en diez años del 18,2 por ciento al 36,1 por ciento (año 2004). En ese mismo periodo, para el caso de la cocaína, el porcentaje a pasado del 1,8 por ciento al 6,8 por ciento.
Una revisión publicada muy recientemente en "The Lancet" por el Dr. Robin Room, concluía que el impacto del alcohol sobre la morbimortalidad es equiparable al del tabaco o al de la hipertensión. Explican los autores que el alcohol está relacionado con más de 60 diferentes enfermedades, entre ellas cánceres orales, hepáticos y mamarios, cardiopatía, ictus y cirrosis. Además del

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