La Estructura De La Magia Vol I Lenguaje Y Terapia

Referencia: 9789562420228
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INTRODUCCIÓN DE GREGORY BATESON Traducción: Elena Olivos, Ataliva Amengual y Francisco HuneeusUna excelente introducción al elemento más importante de la comunicación humana: el lenguaje. Consultado actualmente en escuelas de periodismo y comunicación, como también en escuelas de psicolog&i...
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INTRODUCCIÓN DE GREGORY BATESON

Traducción: Elena Olivos, Ataliva Amengual y Francisco Huneeus
Una excelente introducción al elemento más importante de la comunicación humana: el lenguaje. Consultado actualmente en escuelas de periodismo y comunicación, como también en escuelas de psicología, este libro es el resultado del análisis sistemático del lenguaje natural utilizado en situaciones terapéuticas. Enteramente basada en la Gramática Transformacional de la escuela de Chomsky, esta obra marca en 1980, el inicio de la Programación Neurolingüística en español. El poderoso enfoque de la PNL resultó del análisis sistemático del lenguaje y los procedimientos utilizados por Fritz Perls, Virginia Satir y Milton Erickson, tres "magos" terapéuticos contemporáneos.
Este libro y los que siguen sobre Programación Neurolingüística son un aporte valiosísimo para cualquier persona que se dedique a asistir a otras personas, tanto para comunicarse como para conseguir los cambios que desean.

John Grinder nació en 1940. Ha dedicado su trabajo a la búsqueda de patrones humanos de excelencia. Creó, junto con Richard Bandler, la Programación Neurolingüística en los años 70, con el propósito de investigar y, sistemáticamente, destacar la interacción del consciente con el inconsciente mental, experimentando el comportamiento y las reacciones de los seres humanos.
Richard Bandler nació en Nueva Jersey (Estados Unidos), en febrero de 1950. Es cocreador de la Programación Neurolingüística -en colaboración con J. Grinder-, desarrollado de esta tecnología y creador de Human Desing Engineering. Su formación combina elementos de física, computación, programación de sistemas, lenguaje de cómputo y matemáticas. Vive en California.

Introducción

Es un extraño placer escribir una introducción para este libro, porque John Grinder y Richard Bandler han hecho algo similar a lo que mis colegas y yo intentamos hacer hace ya quince años.
La tarea era fácil de definir: crear los inicios de una base teórica adecuada para la descripción de la interacción humana.
La dificultad yacía en la palabra "adecuada" y en el hecho de que lo que iba a ser descrito incluía no tan sólo las secuencias de eventos en la comunicación exitosa, sino también las configuraciones de la incomprensión (o mala comunicación) ylo patológico.
Las ciencias de la conducta, y especialmente la siquiatría, han evita-do siempre las teorías, y es fácil hacer una lista de las diversas maniobras mediante las cuales se podrían evitar las teorías: los historiadores (y algunos antropólogos) eligen la imposible tarea de producir más informa-ción, en lugar de formular teorías teniendo como base lo ya conocido, tarea para detectives y juzgados. Los sociólogos podaron a tal extremo las complejidades de las variaciones de los hechos, que sus simplezas pueden contabilizarse como limaduras de oro. Los economistas creen en preferencias transitorias. Los sicólogos, a su vez, aceptaron todo tipo de entidades explicativas internas (ego, ansiedad, agresión, instinto, conflicto, etc.) de tal forma que nos traen recuerdos de la sicoteología medieval.
Los siquiatras especularon con todos estos métodos explicativos; buscaban episodios de la infancia para explicar comportamientos actua-
les, obteniendo nueva información en base a lo ya conocido. Trataron de crear muestras estadísticas sobre la morbosidad. Se revolcaban en entidades internas y místicas, en inconscientes y arquetipos. Sobre todo, utilizando conceptos de la física y de la energía –mecánica, tensión dinámica y otras– para darle un tinte más científico.
Pero hubo algunos elementos sobre los cuales se pudo comenzar a trabajar: las "categorías lógicas" de Russell y Whitehead, la "Teoría de los juegos" de Von Neumann, las nociones sobre formas comparables (llama-da "homología" por los biólogos), los conceptos de "niveles" en lingüística, el análisis de los silogismos "esquizofrénicos" de Von Domarus, la noción de discontinuidad en genética y su correlativo sobre información binaria. Configuración y redundancia comenzaban a definirse. Y, sobre todo, existía la idea de la homeostasis y autorregulación de la cibernética.
De estos elementos dispersos aparece luego una clasificación jerárquica de los diversos órdenes de mensajes y (por lo tanto) los diversos órdenes de aprendizaje, el comienzo de una teoría sobre la "esquizofrenia" y con ello un intento, muy prematuro, de clasificar las formas en que tanto las personas como los animales codifican sus mensajes (digital, analógica, icónica, kinésica, verbal, etc.).
Quizás el mayor escollo de ese momento fue la dificultad que parecían tener los demás profesionales cuando trataban de comprender lo que estábamos haciendo. Algunos trataban incluso de contar los "dobles vínculos" en conversaciones grabadas. Aún conservo en mis archivos una carta de una agencia promotora de investigaciones en la cual me decían que mi trabajo debería ser más clínico, más experimental y sobre todo más cuantitativo.
Grinder y Bandler se han enfrentado a los problemas que nosotros tuvimos, y esta serie de libros es el resultado. Ellos tienen herramientas que nosotros no tuvimos, o que no sabíamos usar. Ellos han logrado obtener de la lingüística una base teórica y simultáneamente una herramienta terapéutica. Esto les permite un doble control sobre el fenómeno siquiátrico, y han hecho algo que, como lo veo hoy, nosotros pasamos por alto tontamente.
Nosotros ya sabíamos que las premisas de la sicología individual eran inútiles, y sabíamos que debíamos clasificar las formas de comuni-
cación. Pero jamás se nos ocurrió preguntarnos acerca de los efectos de estas formas sobre las relaciones interpersonales. En este primer volumen, Grinder y Bandler han logrado explicitar la sintaxis sobre cómo la gente evita el cambio y, por lo tanto, cómo ayudarlos a cambiar. Aquí, el énfasis lo ponen en la comunicación verbal. En el segundo volumen desarrollan un modelo general de comunicación que utilizan los seres hu-manos para representar y comunicar sus experiencias. ¿Qué ocurre cuan-do un mensaje de tipo digital es lanzado frente a un pensador de tipo analógico?, ¿o cuándo presentaciones visuales son ofrecidas a un cliente auditivo?
Nosotros no nos percatamos que estos distintos tipos de codifica-ción –visual, auditiva, etc.– estuvieran tan lejos el uno del otro, que fueran mutuamente tan distintos aun en la representación neurofisiológica, ni que el material contenido en un tipo jamás puede ser de la misma categoría lógica que el material de cualquier otro tipo.
Este descubrimiento parece ser obvio cuando el argumento se basa en la lingüística, como aparece en el primer volumen de esta serie, pero no es obvio cuando se comienza a partir del contraste cultural y de la sicosis, como nosotros lo hicimos.
Pero, indudablemente, lo que era muy dificil de decir en 1955, es sorprendentemente más fácil decirlo en 1975.
¡Ojalá que sea escuchado!

GREGORY BATESON
Kresge College University of California, Santa Cruz

Prólogo

¡CARAMBA! ¿Qué otra cosa se puede decir cuando el trabajo de una persona es revisado minuciosamente por cuatro ojos pertenecientes a dos investigadores sumamente sagaces? Este libro es el resultado de los esfuerzos de dos hombres jóvenes, inteligentes y fascinantes, cuyo interés ha sido el des-cubrir y documentar cómo es que se produce el cambio en las personas. Al parecer, han producido una descripción de los elementos que hacen que el cambio ocurra en una transacción entre dos personas. El hecho de conocer estos elementos nos brinda la posibilidad de usarlos conscientemente y, por lo tanto, tener elementos útiles para inducir el cambio.
Muchas veces les digo a las personas que tengo el derecho a ser lenta en aprender, pero educable al fin. Lo que esto significa para mí como terapeuta es que tengo una sola idea en mente: ayudar a las personas que acuden a mí con su sufrimiento, a lograr cambios en sus vidas. Mi única herramienta es el modo en cómo uso mi cuerpo, mi voz, mis ojos, mis manos y el modo en cómo uso las palabras. Dado que mi objetivo es posibilitarle el cambio a todas las personas que lo soliciten, cada persona es un nuevo desafio.
Mirando hacia atrás veo que, a pesar de que el cambio estaba ocurriendo, no me percataba de los elementos específicos de la transacción que lo posibilitaban. Durante años me pregunté cómo sería estar en el otro extremo del que yo estaba, es decir, contemplando el proceso de cambio desde el otro lado. Los autores estuvieron contemplando y estu-
diando material filmado y grabado, y descubrieron ciertas configuraciones que podían documentar. Yo hago algo, lo siento, lo veo, mis tripas, por así decir, responden a ello; esa es la experiencia subjetiva. Cuando lo hago con alguna otra persona, tanto sus ojos como sus oídos y su cuerpo sienten estas cosas. Lo que han hecho Richard Bandler y John Grinder es observar el proceso de cambio por un período y destilar de él las configuraciones del proceso cómo. Lo que ellos han aprendido se relaciona particularmente y de un modo bastante preciso con la lógica matemática, la física, la neurología y la lingüística.
Me sería dificil prologar esta obra sin que se trasluciera mi propia sensación de entusiasmo, asombro y fascinación. Durante muchos años he estado enseñando terapia familiar, además de dedicarme a trabajos propiamente clínicos y también teóricos. Esto significa que he presencia-do cómo ocurre el cambio en muchas familias y he estado comprometida en la formación de muchos terapeutas de familia. Yo tengo una teoría de cómo posibilito que ocurran los cambios. Ahora el conocimiento del pro-ceso está muchísimo más avanzado, gracias a Richard Bandler y John Grinder, quienes hablan de un modo que puede ser concretizado y medido respecto a los ingredientes de qué es lo que hace posible el cómo.

VIRGINIA M. SATIR

Prefacio

A TRAVÉS y a lo largo de los años, tanto el poder como la maravilla de los brujos han quedado registrados en fábulas e historias. La existencia de hechiceros, brujos, adivinos, exorcistas y gurúes ha sido siempre motivo de curiosidad y temor para la mayoría de las personas. Estos seres dota-dos de poderes especiales, disfrazados bajo un manto de secreto, representan una gran contradicción con respecto a las formas corrientes de actuación en el mundo. Mientras los hechiceros y los encantamientos que evocan son por un lado muy temidos, por otro son buscados constantemente por la ayuda que pueden aportar. Cada vez que una de estas personas con estos poderes hace pública su magia, rompe con los esquemas vigentes de la realidad. Además se ubican y se presentan a sí mismos como si tuvieran posesión de algo que está más allá del aprendizaje. En la actualidad, el manto de los hechiceros se ve más frecuentemente sobre los hombros de aquellos sicoterapeutas dinámicos, los que tienen más habilidad que la mayoría, y cuyo trabajo, al observarlo, es tan sorprendente que nos deja atónitos, incrédulos y confusos. Tal como los hechice-ros de todos los tiempos, cuya sabiduría era acumulada y entregada de sabio en sabio, agregando y eliminando elementos, pero siempre conservando una estructura básica, así también la magia de estos brujos terapéuticos tiene una estructura.
El Príncipe y el Mago
Érase una vez un joven príncipe que creía en todo, salvo en tres cosas. No creía en las princesas, no creía en las islas y no creía en Dios. Su padre, el rey, le había dicho que esas cosas no existían.
Como no había ni princesas, ni islas en los dominios de su padre, y ningún signo de Dios, el príncipe le creía a su padre.
Pero un día el príncipe se escapó de su palacio y llegó a otras tierras. Ahí, ante su asombro, vio islas desde la costa, y en estas islas vio a unas extrañas criaturas que no se atrevió a nombrar.
Mientras buscaba un bote, se le aproximó un hombre en tenida de etiqueta.
"¿Esas son islas verdaderas?"; preguntó el joven príncipe.
"Por supuesto que son islas verdaderas"; dijo el hombre en tenida de etiqueta.
"¿Y esas extrañas criaturas?"
"Son princesas auténticas y genuinas."
"Entonces, ¡Dios también debe existir!"; exclamó el príncipe.
"Yo soy Dios"; respondió el hombre en tenida de etiqueta haciendo una reverencia.
El joven príncipe regresó a casa lo más rápido que pudo.
"Veo que has regresado"; dijo su padre, el rey.
"He visto islas, he visto princesas y he visto a Dios", dijo el príncipe en tono de reproche.
El rey permaneció inmutable.
"No existen islas verdaderas, ni princesas verdaderas, ni Dios verdadero?´ "¡Yo los vi!"
"Dime cómo estaba vestido Dios:´
"Dios estaba en tenida de etiqueta."
"¿Tenía las mangas enrolladas de su vestón?"
El príncipe recordó que efectivamente el hombre llevaba las mangas de su vestón enrolladas. El rey sonrió.
"Ese es el uniforme de un mago. Has sido engañado."
Ante esto, el príncipe regresó a esas tierras y fue a la misma playa, donde nuevamente se encontró con el hombre.
"Mi padre, el rey, me ha dicho quién eres tú"; dijo el príncipe indignado. "La última vez me engañaste, pero no lo harás nuevamente. Ahora sé que ésas no son islas verdaderas, ni princesas verdaderas porque tú eres un mago."
El hombre de la playa sonrió.
"Eres tú quien está engañado, muchacho. En el reino de tu padre hay muchas islas y muchas princesas. Pero tú estás bajo el hechizo de tu padre y no puedes verlas."
Pensativamente, el joven regresó a casa. Al ver a su padre lo miró a los ojos.
"¿Padre, es cierto que tú no eres un verdadero rey, sino sólo un mago?" "Sí, hijo mío, soy sólo un mago."
"Entonces el hombre de la playa es Dios."
"El hombre de la playa es otro mago."
"Debo saber la verdad, la verdad más allá de la magia."
"No hay verdad más allá de la magia"; respondió el rey.
Al príncipe lo invadió una gran tristeza. Dijo: "Entonces, me mataré."
El rey, mediante la magia, hizo aparecer a la muerte. La muerte se detuvo en la puerta, llamando al príncipe. Éste se estremeció. Recordó las bellas, pero irreales islas y las irreales, pero bellas princesas.
"Muy bien"; dijo, "puedo aceptar que tú seas mi mago."
"Ves, hijo mío"; dijo el rey, "también tú ya comienzas a ser un mago."

Reimpreso de The Magus, por John Fowles, Dell Publising Co., Inc.; pp. 499-500.
Advertencia al lector
LA tarea principal de la sicología, ya sea experimental o aplicada, es lograr la comprensión de la conducta humana. La conducta humana es algo extremadamente complejo. Sin embargo, sostener que nuestro comportamiento es complejo, no significa que no tenga estructura. En general, la sicología moderna ha intentado entender el comportamiento humano dividiéndolo en áreas de estudio relativamente separadas, por ejemplo, el área de las percepciones, del aprendizaje, del lenguaje, de las habilidades motrices. A medida que crece nuestro entendimiento de cada una de estas áreas, seguimos descubriendo la estructura de la conducta humana, para llegar finalmente a la conclusión de que la conducta humana está gobernada por reglas.
El hecho de afirmar que la conducta está gobernada por reglas no significa que nosotros podamos comprenderla únicamente en términos simples de estímulo-respuesta. En el estudio del lenguaje humano, por ejemplo, el tipo de reglas requeridas para describir esta conducta va más allá de las capacidades de la teoría E-R (Chomsky, 1957). Para lograr una comprensión adecuada de este libro, es importante distinguir entre un comportamiento gobernado por reglas y un comportamiento determinado.
Siguiendo con el ejemplo del lenguaje humano, el número de oraciones posibles en cada idioma (Ej., inglés, español, etc.) es infinito. En otras palabras, el número de descripciones verbales de las experiencias humanas es ilimitado. Al mismo tiempo, el número de formas (sintaxis) en las
cuales este conjunto infinito de significados es representado, está altamente restringido –tiene estructura– y, por lo tanto, puede ser descrito mediante un conjunto de reglas. "Esta secuencia de palabras constituye una oración." Tiene estructura, lo que puede ser demostrado si se considera el resultado al cambiar el orden de las palabras de la oración anterior:
"Oración constituye una esta palabra secuencia de."
Paralelamente, en el caso de otros tipos de conducta humana compleja, hay un número infinito de actos distintos. La forma de estos actos tendrá una estructura y, por lo tanto, será descriptible mediante un con-junto de reglas. El hecho de afirmar que una conducta humana es descriptible mediante un conjunto de reglas, no significa que nuestro comportamiento esté determinado o que sea predecible.
El estudio más elaborado de comportamientos humanos gobernados por reglas es el estudio de sistemas de lenguaje humano. Específicamente, un grupo de lingüistas, conocidos como gramáticos transformacionalitas, han desarrollado un conjunto de reglas que describen las formas que usamos para representar y comunicar nuestra experiencia mediante el lengua-je. Aunque la gramática transformacional es una disciplina nueva (iniciada en 1955), ya ha tenido una profunda influencia en la sicología experimental, especialmente en la teoría moderna del aprendizaje. Aún no ha tenido impacto en la sicología aplicada. Este libro está diseñado para poner a disposición de aquellas personas que trabajan con conductas humanas complejas, los elementos esclarecedores de la gramática transformacional.
Hay tres elementos importantes que quisiéramos poner a su disposición al comenzar el libro:
1. Qué hay en el libro;
2. Cómo usar el libro;
3. Lo que pueden esperar al usar el libro.
1. Qué hay en el libro

Este libro está diseñado para darle un conjunto explícito de instrumentos que lo ayudarán a ser un terapeuta más efectivo. En el capítulo 1
nos referimos al hecho de que no operamos directamente en el mundo en que vivimos, sino que creamos modelos o mapas del mundo que usamos para guiar nuestra conducta en el mundo. Además, se establece que una terapia efectiva implica algún cambio en la forma en que el cliente representa su experiencia del mundo.
El capítulo 2 muestra la estructura de una de las formas específicas que tienen los seres humanos de representar sus experiencias: los sistemas de lenguaje humano.
El capítulo 3 presenta una forma de la estructura de los sistemas de lenguaje como elemento aplicable en terapia. Estos elementos son compatibles con todas las formas de sicoterapia que conocemos.
El capítulo 4 presenta un procedimiento, paso a paso, para aprender y utilizar estos instrumentos.
El capítulo 5 se compone de dos ejemplos, como comentarios, que muestran prácticamente su uso en terapia.
El capítulo 6 integra estas técnicas con técnicas no verbales ya conocidas en sicoterapia.
2. Cómo usar el libro

Este libro no es una novela, y les recomendamos no leerlo como si fuera una novela. Este libro es un manual y como cualquier manual debe ser leído y releído.
Para comenzar con este proceso de aprendizaje es adecuado lograr tener una idea general de los capítulos 1, 2 y 3. Obviamente mientras mejor comprendan estos capítulos, mejor aplicarán las técnicas presenta-das en el capítulo 4.
Cuando lleguen al capítulo 4, deténganse un momento. Este capítulo consiste en un conjunto de instrucciones a seguir paso a paso para llevar las técnicas a la práctica. Ya que este libro, el primero de la serie, se refiere principalmente a técnicas verbales, la mayoría de las técnicas son preguntas basadas en la forma de comunicación del cliente en terapia. Para aprender estas técnicas, ustedes deben practicarlas: HAGAN LOS EJERCICIOS.
El capítulo 5 no es un ejemplo de lo que nosotros consideramos una terapia eficaz. Está diseñado para mostrarles cómo las distintas técnicas interactúan entre ellas. Lean la transcripción con su comentario poniendo atención a los cambios que va haciendo el terapeuta y al flujo de intercambio verbal entre el terapeuta y el cliente. También puede cubrir el comentario, considerando cada una de las frases del cliente, para determinar si pueden identificar todas las posibilidades que estas oraciones les presentan a ustedes como terapeutas.
Lean cuidadosamente el capítulo 6. Su objetivo es enseñarles a usar las técnicas presentadas en el capítulo 4 para identificar cuál sería la técnica no verbal más adecuada en un caso determinado. Si algunas de las técnicas no verbales presentadas en este capítulo son técnicas que Uds. ya conocen, úsenlas como punto de referencia para integrar otras técnicas que ustedes consideren útiles. Si ninguna de las técnicas específicas, que ustedes usan habitualmente, se presentan explícitamente aquí, pongan especial atención para determinar cuál de las técnicas del capítulo 4 están usando, en terapia, cuando se percatan de que en un momento dado es preferible utilizar algunas técnicas de su propio repertorio. Con esto se iniciará el proceso de integración de las técnicas presentadas en este manual con su propio estilo de terapia.
3. Lo que pueden esperar al usar este libro

El uso de este libro en la forma sugerida por nosotros incrementará su eficacia como terapeutas por el:
1. Aprendizaje de un conjunto específico de técnicas interrogativas,
basado en las comunicaciones verbales propias del cliente.
2. Aprendizaje de cómo el uso de una técnica no verbal específica
puede ser indicada mediante claves verbales.

El efecto global de estos conocimientos les dará una estrategia clara y explícita para su trabajo como terapeutas.

Índice

Introducción     7
Prólogo     11
Prefacio     13
Advertencia al lector     17
Capítulo 1. La estructura de la opción    21
Capítulo 2. La estructura del lenguaje    43
Capítulo 3. La estructura de la magia     67
Capítulo 4. Encantamientos para el crecimiento
y el potencial     93
Capítulo 5. Dentro del vórtice     159
Capítulo 6. Cómo llegar a ser un aprendiz de brujo     205
Conclusión. La estructura del encantamiento.
Final del LibroI     231
Apéndice A     235
Apéndice B     236
Glosario     241
Bibliografía     245
Anexo bibliográfico     251

Cuatro Vientos
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