Los Peligros Del Estreñimiento

Referencia: 9788415968931
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El estreñimiento es una fuente costante de intoxicación orgánica y su efecto prolongado puede originar muchos trastornos en la salud: sensación de malestar general; cefaleas; neuralgias; falta de apetito; erupciones en la piel (a veces de tipo urticariforme); problemas digestivos, circulatorios y otros, así como enfermedades tan graves como ...

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En esta obra, Jorge Sintes Pros detalla todos los tipos de estreñimiento así como sus consecuencias, nos propone diversos métodos y terapias para combatir esta perjudicial afección y también un buen número de recetas culinarias para ayudar a vencerla.

JORGE SINTES, observador atento y ferviente practicante del naturismo, acumuló a lo largo de su vida una dilatada experiencia en esa doctrina, y ello le llevó a ofrecer mediante su obra una visión imparcial, completa y al mismo tiempo compendiada de los métodos naturales de curación. El conocimiento exacto de los fenómenos que perturban nuestro organismo, y por encima de ello las posibilidades que la medicina natural tiene para restablecer el orden vital, es para el enfermo un elemento decisivo que Jorge Sintes supo plasmar magníficamente en esta colección de libros con el fin de salvaguardar nuestra salud.
INTRODUCCIÓN

Despreocuparse de la diaria evacuación del intestino,
pretendiendo que las heces acumuladas no le harán daño,
es un error. Por el contrario, el estreñimiento
es una fuente constante de intoxicación orgánica.


El estreñimiento es considerado, por lo general, sólo como un defecto de la evacuación intestinal, que a su vez es tenida como un suceso puramente mecánico, necesario para dar lugar, en el intestino, a nuevas heces. El intestino recto se considera, entonces, como un receptáculo que sirve de depósito para los residuos del intestino. Hemos dicho a propósito receptáculo, con lo cual queremos significar que se le considera, quizás inconscientemente, como un depósito, una cosa sin vida, sin función fuera de su papel de depósito de heces. Con este concepto, es comprensible que muchísimas personas no consideren la evacuación de ese depósito como estrictamente necesaria. Si se vacía hoy, o mañana, o pasado mañana, es lo mismo para ellos.
Entremos en una cocina cuidada por una hacendosa ama de casa. Miremos el cubo de la basura.
¿Cuántas de estas amas lo vacían diariamente? Si hoy no hubo tiempo, mañana será, y de lo contrario pasado mañana. Mientras tanto se acumulan los desperdicios; pero no importa, porque cuando se vacíe quedará limpio, y nada habrá sucedido de particular.
Pero el intestino, amigo lector, no es un cubo de basura, del cual todo sale como entró, aun cuando se dejen residuos dos o tres días en
él. Las evacuaciones regulares se cumplen sin ninguna dificultad. Pero cuando trascurre un cierto tiempo, las heces se vuelven secas y desmenuzables, lo cual demuestra que el contenido del intestino no permanece tal cual, como el de un cubo de basura, sino que por lo menos se opera una trasformación, resultante de la absorción del agua.
Esta agua queda en el cuerpo, y con ella, naturalmente, residuos que hubieran debido expelerse. Esta reabsorción de la humedad del contenido intestinal tiene lugar en la última parte del intestino, que se llama recto.
Puede decirse que el tiempo normal necesario entre una y otra deposición es de 24 horas. Esto significa que cada 24 horas el recto debe vaciarse, ya que la reabsorción de una cantidad de residuos nocivos impide al organismo liberarse de los deshechos de la digestión.
Muchos creen que el intestino debe evacuarse cada 12 horas; pero seamos moderados y contentémonos con 24 horas. En este caso podremos estar tranquilamente seguros de que no se ha reabsorbido una cantidad grande de líquidos nocivos. Otras veces sucede lo contrario: la humedad no se reabsorbe, y las heces no se espesan.
La evacuación resulta demasiado líquida, lo que nos da el cuadro de la diarrea. En este caso se trata de contenido intestinal que no ha sido «trabajado» lo suficiente, o que no ha permanecido el tiempo necesario en el recto. Esto puede ocurrir cuando el intestino trabaja demasiado apurado, como en el caso de cólicos, o bien porque funciona deficientemente.
Pero volvamos al estreñimiento. También aquí el deficiente funcionamiento de la última parte del intestino grueso, o sea el recto, es la causa. Esto puede ocurrir por dos motivos:
1. Porque está dormido. En efecto, por un descuido de años en la evacuación intestinal, y por el almacenamiento de grandes cantidades de heces en el recto, los músculos se estiran por demás. El intestino se vuelve una bolsa flácida, distendida y dormida. Para que el intestino se contraiga, en adelante, de manera que tenga lugar una evacuación, se necesita una masa de materia fecal mayor que la normal. Pero también ocurre que el poder decontracción intestinal se debilita. El intestino no vacía sino una parte de su contenido. Y el resto que queda, provoca la intoxicación del organismo por la reabsorción de que habláramos antes.
2. La otra forma de estreñimiento a que nos referíamos, constituye el polo opuesto de la anterior. Es el llamado estreñimiento espasmódico, en el cual el intestino no tiene una tensión proporcionada, sino que su musculatura se encuentra en permanente contracción, lo cual da lugar a espasmos. Es esta situación que se refleja en la última parte del intestino, pero que tiene lugar además en el resto del órgano, o por lo menos en una gran parte de él.
El oficinista que se pasa sentado ante su trabajo, igual todos los días, sufrirá de estreñimiento «dormido» o atónico; mientras que su jefe, nervioso por la responsabilidad de su puesto, de estar estreñido, lo será por sus espasmos intestinales.
Por lo tanto, para tratar con éxito un caso de estreñimiento deben tenerse en cuenta estas dos posibilidades. En algunos casos hay que buscar la excitación del intestino. En otros habrá que relajarlo, calmarlo.
Se debe también distinguir un estreñimiento primario o esencial (en el que el retardo de la evacuación fecal constituye el único síntoma anormal) de las múltiples formas de estreñimiento secundario en el que el retardo de la defecación representa un síntoma de una afección fundamental bien delimitada.
Entre las formas de estreñimiento secundario debemos recordar las provocadas por las afecciones del tubo digestivo (úlcera de estómago o de duodeno, tumores intestinales, ciertas formas de colitis, secuelas cicatriciales de procesos inflamatorios precedentes, oclusiones intestinales o reducciones de la luz del conducto intestinal, etc.); por defectos anatómicos del intestino (ptosis o caída de éste, megacolon, etc.), por envenenamientos (saturnismo), por estados de insuficiencia glandular endocrina (hipotiroidismo, hipopituitarismo), etc.
En el estreñimiento primario o esencial se admite, en ciertos casos, la influencia de la inhibición psíquica en relación con las conveniencias sociales que en muchas ocasiones obligan a retener la necesidad perento-
ria de defecar; tan cierto es esto, que el estreñimiento esencial es mucho menos frecuente en los pueblos no civilizados. También se invocan, entre otras, las siguientes causas para explicar la patogenia del estreñimiento esencial: la vida demasiado sedentaria y la alimentación preferentemente carnívora, que al ser casi completamente absorbida, a diferencia de lo que ocurre con las verduras, provoca la formación de poca cantidad de heces, que al estimular muy poco las paredes intestinales, apenas origina contracciones peristálticas sin las cuales resulta imposible la expulsión de las heces.
El estreñimiento esencial puede producirse por exceso o por defecto de tonicidad (espasmo, contractura o atonía) de las paredes intestinales; en el primer caso se habla de estreñimiento espástico o hipertónico y en el segundo de estreñimiento atónico.
El estreñimiento prolongado puede originar muchos trastornos generales: sensación vaga de malestar general, cefalea, neuralgias, falta de apetito, adelgazamiento, erupciones en la piel (a veces de tipo urticariforme), trastornos de la digestión, trastornos circulatorios, etc. Todos estos fenómenos patológicos se deben a un proceso de autointoxicación intestinal, por el paso a la sangre de productos tóxicos putrefactivos fecales a consecuencia de la retención prolongada de las heces del intestino grueso.
El tratamiento de las formas secundarias del estreñimiento presupone la curación de la enfermedad fundamental de la que el estreñimiento no constituye más que un síntoma. En el estreñimiento esencial, en cambio, es necesario que el paciente siga una serie de normas higiénicas (vida activa y no sedentaria) y dietéticas (alimentos que dejan bastante residuo o escorias, como verduras y frutas); también debe prescribiese la medicación adecuada en consonancia con el tipo de estreñimiento (espástico o atónico). En general, se deben proscribir los purgantes y los laxantes en cantidad excesiva si no queremos acentuar el estreñimiento en vez de solucionarlo.

ÍNDICE

INTRODUCCIÓN     5
IQUÉ ES EL ESTREÑIMIENTO?      9
Los síntomas     9
Nuestro aparato digestivo      10
Los movimientos del intestino     13
El proceso digestivo     15
Química de la digestión      19
Higiene de la digestión      25
¿POR QUÉ APARECE EL ESTREÑIMIENTO?      29
Causas del estreñimiento     31
INFLUENCIA QUE LOS DISTINTOS TIPOS FÍSICOS
DE CADA PERSONA TIENEN EN EL ESTREÑIMIENTO      39
Los EFECTOS DEL ESTREÑIMIENTO     45
Autointoxicación     46
Apendicitis      48
Arteriosclerosis      56
Avitaminosis      59
Colibacilosis      60
Hemorroides     62
LA CURACIÓN DEL ESTREÑIMIENTO     63
Los purgantes no suprimen el estreñimiento      63
La moda y el abuso de los laxantes     65
Las lavativas     66
Tratamiento del estreñimiento      69
Las sales de magnesio     74
EL RÉGIMEN ALIMENTICIO     77
Alimentos que deben evitarse      80
Alimentos tolerables en pequeña cantidad     80
Alimentos recomendables      81
Dietas contra el estreñimiento     82
UN ELEMENTO INDISPENSABLE EN LA ALIMENTACIÓN
DE TODOS LOS DÍAS: LAS ESCORIAS      87
IQué son las escorias?      88
Animales herbívoros      89
Ahorro funcional     90
La función de excreción     91
Otros excitantes del peristaltismo      92
Régimen rico en escorias     93
Sopa de apio     94
Guisantes horneados     94
Escarola horneada     95
Budín de higos     95
Postre de arroz integral     96
ALIMENTOS ESPECIALMENTE RECOMENDADOS
CONTRA EL ESTREÑIMIENTO     97
Pan integral     97
Cereales     102
Hortalizas      104
Frutas      111
Frutas secas      115
Frutas oleaginosas      116
Miel      117
PLANTAS MEDICINALES      119
Algunas plantas laxantes      119
Tisanas laxantes     124
Los MÉTODOS MUSCULARES     127
El masaje abdominal     128
El hombre de negocios      129
La «cultura del abdomen»      130
LA HIDROTERAPIA     131
La lucha contra el estreñimiento      133
La cura del agua     134
RECETAS CULINARIAS PARA COMBATIR EL ESTREÑIMIENTO     139
Ensaladas     140
Ensalada de lechuga     140
Otras ensaladas crudas      141
Gazpacho      144
Gazpacho campesino     144
Ensalada de higos secos      144
Verduras      145
Acelgas con patatas     147
Acelgas a la crema     147
Apio a la crema     148
Berenjenas asadas      149
Berenjenas rellenas a la marsellesa     149
Berenjenas salteadas a la navarra     150
Calabacines rellenos a la provenzal      150
Cebollas a la portuguesa     151
Puré de cebollas      152
Coliflor a la alicantina      152
Espinacas en ramas     153
Puré de espinacas      153
Espinacas a la crema     153
Espinacas a la valenciana     154
Garbanzos con espinacas     155
Lechugas enteras guisadas     156
Guisantes a la menta     156
Guisantes con lechugas     157
Puerros a la parisién      157
Puerros hervidos     158
Zanahorias con mantequilla      158
Zanahorias con bechamel     159
Zanahorias estofadas     159
Tomates rellenos con espárragos     160
Cereales     160
Trigo con verduras      161
Sopa de trigo y fruta     161
Trigo con fruta oleaginosa     162
Suflé de trigo y tomate     162
Puré de cebada     162
Puré de centeno      163
Los postres     163
Ensaladas de frutas     164
Ensalada de frutas de invierno      164
Ensalada de frutas con nata     164
Ensalada de plátanos y fresas con nata     165
Ensalada de higos y manzanas      165
Macedonia de frutas      166
Ensalada de frutas con yogur     166
Puré de manzana cruda     167
Puré de manzanas cocidas      167
Ensalada de frutas secas      168
Ensalada de manzanas y nueces     168
Fruta con copos de avena     168
Ensalada de ciruelas con almendras      169

 
Obelisco
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