¿Qué es la curación? ¿Qué la determina realmente? ¿Cómo hacer que suceda? Cada vez está más claro que no existe una sola y única medicina y que los caminos de la curación necesariamente fluyen a través de la integración de los conocimientos y de las múltiples perspectivas. A la luz de las últimas investigaciones de la neurofisiología, las ciencias de la psique y la física cuántica, este libro ofrece los siete principios de la poderosa interacción entre la mente y el cuerpo en los procesos de curación, proporcionando respuestas científicas a los interrogantes sobre los mecanismos que los activan e identificando terapias que ayudan a conectar estos interruptores profundos. Y lo hace a través de reflexiones, ejemplos y casos reales explicados por una psiquiatra, una médica ecléctica, de formación rigurosa pero de mente abierta, comprometida con la búsqueda del camino hacia la curación de enfermedades incluso graves de la unidad psique-soma, utilizando sinergias terapéuticas que refuerzan los tratamientos oficiales con métodos innovadores, en una apasionada actividad de incansable reparación del sufrimiento, con el paciente, o más bien con la persona, siempre en el centro.

Erica Francesca Poli

Erica Francesca Poli es médica psiquiatra, psicoterapeuta y consejera. Miembro de varias sociedades científicas, incluidas IEDTA, ISTDP Institute y OPIFER, acumula una formación extensa y ecléctica en psicoterapia que le ha proporcionado la capacidad de abordar el mundo de la psique hasta la espiritualidad, desarrollando un método personal de trabajo interdisciplinario y psicosomático. En constante actualización, a través de la participación activa y la organización de cursos, conferencias y publicaciones científicas, el estudio de la medicina integral con la implementación de la farmacopea tradicional y los nutracéuticos, el uso de técnicas terapéuticas innovadoras y muestra atención por el individuo en su globalidad de mente y cuerpo. Sus cursos de vídeo están disponibles en Internet

ÍNDICE

Prefacio de Stefania Piloni      9
Prólogo de Daniel Lumera      13

PARTE 1
¿TRATAR, CURARSE... O SANAR?

En la raíz de las palabras      17
Vuestras convicciones sobre el tratamiento y la curación      21
Elegir, ahora      29
Aquí y ahora      33

PARTE 2
PRINCIPIOS DE LA ANATOMÍA DE LA CURACIÓN

El nuevo paradigma de la integración      37
El poder de la psique en los procesos de curación      39
La existencia del inconsciente      47
Las emociones como puente entre la mente y cuerpo      75
Nuestra esencia energética      83
El perdón y el poder      349
El don de la neuroplasticidad: SurfinthebrainLAB      373
Abrirse al amor      391
Las declinaciones del alma      397
Cuestión de amor      407
Lecturas recomendadas      411
Agradecimientos      413

PREFACIO
de Stefania Piloni

Mostrar la herida es el primer paso hacia la levedad y hacia el cuidado de uno mismo. Entregar la propia herida a otro, secarla a la luz del sol, es un acto de responsabilidad por uno mismo, por la propia alma. El viejo Siddharta nos deja esta enseñanza mientras su corazón herido y rendido se abandona a la confesión con su amigo Vasudeva: «Mostrar la herida a aquel hombre que me estaba escuchando era lo mismo que lavarla en el río, hasta que se enfriara y se convirtiera en una con el río». El río hecho de sí mismo y de todos los hombres en camino, el agua corriente en la que todas las voces se mezclan: alegría, rencor, piedad, odio, compasión. Y el amigo sabio absorbe la confesión de Siddhartha «como un árbol la lluvia».
Parto de aquí, del oyente que sabe cómo aligerar el corazón, la per­sona a quien se puede confiar la herida.
El valor de un médico o de un psicoterapeuta se revela a puerta ce­rrada: dos seres humanos en una habitación, cada uno con sus propias fragilidades y fuerzas, puntos de luz y de sombra. El paciente experi­menta la responsabilidad hacia sí mismo al mostrar su herida, el tera­peuta brinda acogida y ofrece un terreno fértil para el cuidado. Parece perfecto el compromiso para el «trabajo sobre uno mismo», como nos gusta llamarlo, compartido entre el paciente y el talento del terapeuta, una verdadera tentación para el crecimiento y la metamorfosis. Pero no es así, de otra manera sería la hermosa fábula de la experiencia del cuidado y el verdadero éxito terapéutico: aconsejar a un paciente una orientación psicológica a menudo equivale a verlo tensarse, retraerse, negar la mirada. Y las excusas son siempre las mismas, «porque no estoy loco», «porque es un momento transitorio», «porque no tengo tiem­po», y detrás de cada barrera vibra la duda de no ser capaz de detener el temor a ser abrumado por la ansiedad, a ceder a la ira, a ser presa de la humillación, a sucumbir a la depresión. Es el miedo que busca la ruta más rápida, el psicofármaco, el exorcismo de la sombra, sin elegir nunca la responsabilidad de llegar al fondo del problema, porque «para ser feliz, se necesita un poco de valor» como Karen Blixen y Erica Poli nos recuerdan, el valor de profundizar en las sombras. Los psicofárma­cos pueden ser una buena muleta, pero curar una depresión sólo con Imipramina o con hipérico o sólo con la homeopatía no es un acto terapéutico completo.
En el consultorio médico a puerta cerrada, las preguntas más redun­dantes son: «¿Por qué? ¿Por qué la enfermedad es recurrente? ¿Por qué no puedo reducir la dosis de un fármaco? ¿Por qué he enfermado?». En esos «por qué» está toda la fragilidad humana y el intento de poder eliminar la causa del malestar. La atribución de la responsabilidad del trastorno y de la enfermedad es una carga que nadie quiere llevar, y todos queremos designarla a otros u a otras situaciones conspiradoras fuera de nuestro poder de control. Por eso «¿por qué?» es la pregunta más repetida. Pero, como nos recuerda, Hillman, «por qué es la pre­gunta equivocada». La pregunta correcta es «¿cómo?»: «¿Cómo puedo hacer para mejorar?, ¿cómo puedo curarme?». «¿Por qué?» es un retro­ceso y una delegación de responsabilidad, «¿cómo?» es el principio del camino, el compromiso con la curación.
Aceptar la responsabilidad del propio sufrimiento es un paso de gigante.
Creo que éste es realmente el misterio de las autocuraciones a las que algunos están destinados y tal vez preparados, aquellos que han escalado la montaña solos. Frente al milagro de algunas curaciones se ha hecho creer que son producto de una enorme suerte, incluso de un evento externo, de una diosa con los ojos vendados que te besa de re­pente. ¿Y si la curación fuera un talento? Hay heridas que se curan por sí mismas después de un desgarro, y también la mente puede recuperar el equilibrio después de haberse perdido. Hay heridas que derivan en gangrena y mentes afligidas para toda la vida. La autocuración no es un milagro, sino una suerte de resolución que hay que alcanzar solos, haciendo de ese «cómo» un imperativo. Del mismo modo que Mil-ton Erickson, paralítico después de una poliomielitis, volvió a caminar para todos nosotros, testimoniando los increíbles recursos de nuestro inconsciente y nuestro gran potencial para superar todos los límites.
La curación es un talento, puede ser una escalada autónoma o una cordada entre dos compañeros de viaje en el que uno conoce las reglas y extiende su mano al otro: paciente y terapeuta aliados.
Anatomía de la curación es una gran tentación, un libro que nos ayuda a aceptar la fragilidad y nos enseña a iluminarla, porque en cada cosa hay una grieta, y en cada persona hay una pequeña herida. Es una puerta por la que entra la luz.
STEFANIA PILONI Cirujana. Especialista en Ginecología y Obstetricia. Profesora de Fitoterapia en la Universidad de Milán. Experta en Medicina Reproductiva, Procreación Médicamente Asistida y Endocrinología Ginecológica. Experta en homeopatía

PRÓLOGO
de Daniel Lumera

Anatomía de la curación no es un simple manual para sanar, sino un puente entre la ciencia y la conciencia capaz de guiar al lector en la comprensión profunda de sí mismo.
Estamos pasando por un momento histórico en el que se está ex­perimentando una importante transformación en las personas, en las relaciones y en la sociedad. Un nivel evolutivo superior abre las puertas a aquellos conocimientos que son capaces de mostrar nuevas maneras de pensar y de ser, libres de los viejos parámetros de medición y ca­paces de crear una calidad de vida decididamente superior. Algunos investigadores destacan en el panorama internacional por el coraje, la moderación, la apertura y el grado de conocimiento a través del cual reformular completamente los conceptos que definen el proceso de cu­ración, haciéndolos más accesibles a un número cada vez más creciente de personas. Uno de estos investigadores es Erica Poli, que pertenece, sin duda, a una nueva forma de ser humano, a una nueva generación de personas que han adquirido una visión integral de la vida y de la curación. En este trabajo ha integrado a la perfección un alto nivel de conciencia con la profesión que ejerce, la médica, ofreciendo a quien­quiera la posibilidad de transformar lo que comúnmente se llama «en­fermedad» en una extraordinaria experiencia de crecimiento interior y de realización. Citando sus palabras, «en este sentido, por lo tanto, la enfermedad es en realidad una oportunidad de curación».
Este valioso libro representa una novedad que no se puede dejar escapar por dos motivos principales: la autora no pierde nunca el rigor científico (que está ampliamente documentado en el texto) al revelar los secretos de las curaciones extraordinarias, y ofrece al mismo tiem­po un recorrido de síntesis típica de quien realmente ha madurado la capacidad de interconectar equilibradamente las diferentes áreas del conocimiento.
Anatomía de la curación es una contribución fundamental para la comprensión del poder de curación que podemos manifestar: define los pilares fundamentales de la nueva medicina integrada que, espero, pronto será utilizada en muchos prestigiosos contextos de investigación y extendida por toda la sociedad.
Al leerlo, uno se da cuenta de que es mucho más que una llamada a tener el valor de reformular completamente los conceptos que han definido lo que llamamos realidad: es un viaje que revela los secretos que unen cuerpo, emociones, mente y espíritu. Un viaje que termina, como cualquier digno final feliz, en el amor. Porque, y la autora lo sabe muy bien, incluso el dolor aparentemente más grande no es más que amor contenido.

DANIEL LUMERA Profesor de la Cátedra de Management Público-Privado para la Gestión de la Confianza. Responsable de Investigación y Desarrollo del Club Internacional UNESCO Heritage. Fundador de la I.S.F. International School of Forgiveness. Director de la Fondazione My Life Design