portada El akasha humano. Por Monika Muranyi y Kryon. ISBN 9788415795124

El akasha humano

Referencia: 9788415795124
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Un descubrimiento de la plantilla interior

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Este libro trata de estas increíbles energías akáshicas según lo que Kryon nos ha dicho de ellas en los últimos 24 años. Sin embargo, va mucho más allá de ser simple información sobre experiencias de vidas pasadas: en esta nueva energía «post2012», se nos está diciendo que, realmente, podemos trabajar con nuestras propias energías akáshicas de formas muy profundas. Incluso podemos reescribir el miedo y la angustia de experiencias pasadas, así como neutralizar el drama. ¿Y si pudiéramos explotar nuestros propios talentos y características corporales del pasado? ¿Es posible utilizarlos en nuestra vida actual? Al fin y al cabo, si está dentro de nosotros, ¿por qué no? ¿Interesados?
Este es el segundo libro monográfico de Monika Muranyi, autora y archivista de Kryon. El primero, El efecto Gaia, fue una recopilación, realizada tras una minuciosa investigación, de casi todo lo que Kryon ha canalizado sobre Gaia. Tuvo tan buena acogida que supo que tenía que seguir recopilando y escribir sobre, al menos, dos temas más. El libro que tenéis ahora en las manos es el segundo de la serie.
El Akasha es complicado y a menudo malentendido. De nuevo, Monika junta todo lo que Kryon ha canalizado sobre este tema y lo envuelve con explicaciones y comentarios. Además, formula a Kryon muchas preguntas para ayudar a aclarar mejor ciertas cuestiones. Estas preguntas no aparecen en ningún otro sitio: son exclusivas para este libro. Disfrutad de esta inmersión en un tema que constituye un estudio de vuestro propio linaje en el planeta Tierra. Lee Carroll Mi anterior libro, El efecto Gaia, era una recopilación de la sabiduría y las enseñanzas de Kryon en relación con Gaia. Contaba la historia de la profunda relación entre la humanidad y el planeta Tierra, Gaia. Este segundo libro (de la trilogía de Kryon) trata del Akasha humano. Existe un ciclo de la vida y un grandioso sistema. Todos los Seres Humanos poseemos un Akasha al que podemos acceder para mejorar nuestra vida actual y cambiar las energías de las vidas potenciales que están por venir. El efecto Gaia era una invitación a renovar tu relación con Gaia. Este libro es una invitación a renovar tu relación contigo mismo/a y a que despiertes a tu maestría.
Monika Muranyi

Mi anterior libro, El efecto Gaia, era una recopilación de la sabiduría y las enseñanzas de Kryon en relación con Gaia. Contaba la historia de la profunda relación entre la humanidad y el planeta Tierra, Gaia. Este segundo libro (de la trilogía de Kryon) trata del Akasha humano. Existe un ciclo de la vida y un grandioso sistema.
Todos los Seres Humanos poseemos un Akasha al que podemos acceder para mejorar nuestra vida actual y cambiar las energías de las vidas potenciales que están por venir. Este libro es una invitación a renovar tu relación contigo mismo/a y a que despiertes a tu maestría.

Monika Muranyi viaja por todo el mundo con Lee Carroll y comparte sus descubrimientos durante los eventos de Kryon.
Monika Muranyi ha tenido siempre una profunda afinidad y nexión con nuestro planeta Tierra. Está licenciada con honores ciencia aplicada por la Universidad de Southern Cross, en New uth Wales, Australia. Monika ha trabajado durante más de quince os en diversos parques nacionales de Australia y Nueva Zelanda.

Prólogo

El viento lleva la sensación de desastre inminente, gimiendo a través de las velas con una evocadora voz que los marineros conocen bien. El agua salada del mar nos salpica en la
cara mientras, en fila sobre la cubierta de madera, luchamos contra el balanceo para mantener el equilibrio y nos preparamos para enfrentarnos a nuestro destino. El movimiento de nuestra alta embarcación es algo a lo que estamos acostumbrados, pero en los últimos momentos ha aumentado, y el capitán sigue maniobrando nuestra nave para ir al encuentro del enemigo.
Todos tenemos miedo... frío y miedo. A mi alrededor, muchos rezan en silencio; veo el movimiento de sus labios mientras dirigen sus dulces palabras finales a su Dios. Algunos sacan pequeños amuletos de sus esposas e hijos y los agarran fuerte... pero nunca soltamos nuestras armas... jamás. Los hay que lloran, pero nadie emite un solo juicio por ello: muchos de nosotros vamos a morir pronto, y en estos últimos momentos no existen «reglas» entre los guerreros; son momentos personales, y cada hombre se enfrenta a la muerte a su manera.
La llamada a la batalla es inminente. En la semioscuridad del alba matutina, el viento barre las olas y va a parar a las velas del barco, mientras continuamos maniobrando para colocarnos en posición con un enemigo al que no vemos, oculto por la niebla, pero que sabemos que está muy cerca. Las velas orzan y se hinchan mientras el capitán lucha contra el viento, tratando de adivinar la posición
del enemigo. Estamos situados en la parte de donde sopla el viento, y el capitán nos ha dado ventaja para la batalla. El mar nos habla de nuevo: un pesado oleaje del norte nos empuja por babor e inclina la cubierta de un modo que hace prever que estamos maniobrando hacia la línea de batalla.
La literatura está llena de momentos como este, glorificándolos y convirtiéndolos en una especie de aventura. Pero la gran mayoría no conocerá jamás el silencio absoluto que estamos experimentando, previo a la batalla entre hombres en el mar. Los barcos deben juntarse de forma que pueda producirse el abordaje, pero deben mantenerse, hasta el último momento posible, fuera del «radio de acción» de las grandes armas de fuego que ambos llevan. No se gritan instrucciones ni se oyen gritos de guerra, sino que se mantiene el silencio para poder oír la neutral y firme voz del capitán por encima del viento y de las olas, dando constantes ajustes de timón e instrucciones sobre el ajuste final de las velas. Los ajustadores están en las vergas, junto con los arqueros y los vigías. En cubierta somos más de cien, con la armadura y las armas, y no se oye ni un sonido excepto estas órdenes de navegación, evocadoramente surreales, y los crujidos del barco, que se queja de las embestidas del mar.
De entre la niebla y la bruma aparece el enemigo, ¡y es enorme! Su barco es como nos habían dicho: mucho más grande que el nuestro. Una nueva ola fría de miedo desciende sobre nosotros al ver la realidad de lo que se nos viene encima y conocer las posibilidades. Nadie dice nada; simplemente, nos quedamos mirando nuestro destino. El barco enemigo viene a nuestro encuentro por estribor, por lo que nosotros nos acercamos a ellos por su lado de babor. Unos y otros dejaremos enseguida de avanzar para poder realizar el abordaje, mientras los dos barcos pasan rozando lentamente uno con otro a un radio cero. Observamos cómo recogen con furia las velas para derramar el viento. Nosotros estamos haciendo lo mismo.
Cuando los cañones de ambos barcos entran en erupción, las explosiones son ensordecedoras. El fragor procedente de ambos lados es casi simultáneo, y la cubierta se inclina de inmediato bajo nuestros pies cuando nuestra nave acorazada recibe el primer y más fuerte impacto de la descarga sobre el casco. La mayoría de los cañones están dirigidos hacia el casco del otro, pero algunas armas de fuego más pequeñas están apuntadas hacia la jarcia. El resultado de los daños es el caos en las cubiertas de ambos barcos, y nosotros estamos en medio de todo ello.
Debemos concentrarnos en permanecer con vida y escudamos del miedo. La jarcia, al caer, está rasgando la cubierta por el lugar donde estamos nosotros, y las pesadas y húmedas cuerdas nos dan latigazos, como serpientes que nos atacasen para enredarnos e impedirnos luchar. Ahora estamos fuera del alcance de tiro, con los escudos apuntados hacia arriba para esquivar los escombros que vuelan y moviéndonos de acá para allá con furia.
A continuación llegan las flechas: nuestros vigías lo ven y se da la orden de ponernos los escudos delante. Vemos a los arqueros enemigos atados con correas a las vergas del trinquete de su barco, lo que les permite apuntar «a primera opción» mientras su barco se acerca de lado al nuestro. Atar a los hombres de este modo ayuda a estabilizar su puntería, pero muchos morirán allí, y quedarán colgando de las correas como muñecos de trapo, tiñendo poco a poco las velas de rojo. Miramos a nuestros arqueros, que tratan de eliminar a los suyos. Cuando las flechas alcanzan su objetivo, oímos las exclamaciones de dolor procedentes de ambos lados. Entonces comienza la muerte a mi alrededor. Caen hombres por todas partes. ¡Concéntrate! ¡Haz aquello para lo que estás entrenado! Busca de dónde llegan las flechas y mantén el escudo apuntado en esa dirección. ¡Mira y escucha!
Rápidamente, nos llega la orden de pasar a estribor, de donde se han sacado grandes trozos de la baranda en anticipación a la batalla. ¡Debemos ser rápidos! Las rampas de abordaje de madera se han colocado levantadas para proporcionar algo de protección frente a la lluvia de flechas y lanzas que continúa asaltándonos. Caen más hombres, y nosotros avanzamos para ocupar sus posiciones. ¡Concéntrate! No ayudes a los compañeros caídos. ¡No los mires! Si lo haces, tú serás el próximo en caer.
Ha pasado menos de un minuto desde el primer cañonazo, y de nuestras gargantas sale un grito de guerra masivo y sostenido mientras avanzamos en masa hacia la cubierta del otro barco. Es nuestro protocolo. Nuestros comandantes nos dicen que el ruido asusta al enemigo, pero nosotros sabemos que la finalidad de nuestros gritos es, sobre todo, tapar los de dolor proferidos por aquellos de nuestro alrededor que caen, tambaleándose por las horrendas heridas que se nos ha enseñado a no mirar. ¡No mires! ¡Concéntrate!
Los cañones vuelven a rugir, y mi muerte es lo que mis superiores llaman una «muerte estúpida»: sin nada de honor. Dentro de todo el caos, el ruido y la confusión, me doy cuenta de que estaba en el borde mismo de la pasarela de abordaje. La inercia de nuestra propia descarga coordinada de cañonazos hizo que nuestra cubierta se desprendiese y caí abajo, en medio de los estragos y la confusión de los dos barcos, que pasaron moliéndose el uno al otro. Debí de desgarrarme y ahogarme al mismo tiempo. Jamás llegué a enfrentarme al enemigo, y jamás defendí a mi país: fui un fracaso total. El mar se burló de mí mientras se cerraba de inmediato sobre mis partes desmembradas y se quedaba con mi alma. Nadie oyó mis gritos.
Despierto en un charco de sudor. ¡Otra vez ese sueño! ¿Por qué lo tengo tan a menudo? ¿Era una película que vi o un libro que leí? ¡Era tan real! ¡Podía oír los sonidos!
Mientras me preparo para ir a trabajar, compruebo el correo electrónico y envío un mensaje a un amigo con mi teléfono inteligente, voy reflexionando sobre todo ello: ¿es posible que este recuerdo sea algo que experimenté realmente, y que tal vez explique la angustia que me provoca el mar? Mis amigos se han reído de mí toda la vida porque no me metía en el mar; en las piscinas, vale; en los lagos, vale, pero en el mar, nunca. No era razonable, pero el miedo no es lógico. Hace un tiempo me di cuenta de que no solo no me gustaba el mar, sino que lo odiaba: odiaba la sensación que me provocaba, como si, de algún modo, me conociese. No importaba si estaba nadando en él o no; simplemente, no me gustaba. Y ya no digamos subirme a una barca o a un barco o hacer un crucero: olvídalo. ¡Jamás! Algunos me sugirieron que hiciese alguna terapia, pero yo ya tenía mi propia respuesta, y me funcionaba; simplemente, me limité a vivir lo más lejos del mar que pudiese.
Al iniciar mi trayecto diario al trabajo, aún siento el miedo y la angustia que me quedan del sueño. Arranco y salgo a la carretera. Sonrío, y disfruto de mi tranquilo trayecto diario en coche al trabajo por entre las inmensas llanuras de Texas, muy a salvo del mar.
De Lee Carroll
El relato que acabáis de leer no es mío, pero podría serlo. Kryon nos dice que estos sueños que son tan increíblemente reales pueden muy bien ser expresiones de nuestras vidas pasadas que lleva esa misteriosa energía llamada Registro Akáshico. Hay ciertas vidas pasadas, que son especialmente potentes en cuanto a carga dramática, que parecen estar grabadas dentro de nuestro mismísimo tejido celular. ¿Pueden afectarnos hoy? ¿Puede ser que estos residuos se transmitan
y puedan influir en la elección del lugar donde vivimos o en nuestra toma de decisiones? La respuesta es sí, y tienen un profundo potencial para cambiarnos la vida.
Este libro trata de estas increíbles energías akáshicas según lo que Kryon nos ha dicho de ellas en los últimos 24 años. Sin embargo, va mucho más allá de ser simple información sobre experiencias de vidas pasadas: en esta nueva energía «post2012», se nos está diciendo que, realmente, podemos trabajar con nuestras propias energías akáshicas de formas muy profundas. Incluso podemos reescribir el miedo y la angustia de experiencias pasadas, así como neutralizar el drama. ¿Y si pudiéramos explotar nuestros propios talentos y características corporales del pasado? ¿Es posible utilizarlos en nuestra vida actual? Al fin y al cabo, si está dentro de nosotros, ¿por qué no? ¿Interesados?
Este es el segundo libro monográfico de Monika Muranyi, autora y archivista de Kryon. El primero, El efecto Gaia, fue una recopilación, realizada tras una minuciosa investigación, de casi todo lo que Kryon ha canalizado sobre Gaia. Tuvo tan buena acogida que supo que tenía que seguir recopilando y escribir sobre, al menos, dos temas más. El libro que tenéis ahora en las manos es el segundo de la serie.
El Akasha es complicado y a menudo malentendido. De nuevo, Monika junta todo lo que Kryon ha canalizado sobre este tema y lo envuelve con explicaciones y comentarios. Además, formula a Kryon muchas preguntas para ayudar a aclarar mejor ciertas cuestiones. Estas preguntas no aparecen en ningún otro sitio: son exclusivas para este libro.
Disfrutad de esta inmersión en un tema que constituye un estudio de vuestro propio linaje en el planeta Tierra.
Lee Carroll

Prefacio

Mi anterior libro, El efecto Gaia, era una recopilación de la sabiduría y las enseñanzas de Kryon en relación con Gaia. Contaba la historia de la profunda relación entre
la humanidad y el planeta Tierra, Gaia. Este segundo libro (de la trilogía de Kryon) trata del Akasha humano. Existe un ciclo de la vida y un grandioso sistema. Todos los Seres Humanos poseemos un Akasha al que podemos acceder para mejorar nuestra vida actual y cambiar las energías de las vidas potenciales que están por venir. El efecto Gaia era una invitación a renovar tu relación con Gaia. Este libro es una invitación a renovar tu relación contigo mismo/a y a que despiertes a tu maestría.
Hay muchos humanos en este planeta que han estado aquí antes, que han pasado aquí numerosas vidas llenas de acontecimientos y experiencias inimaginables. ¿Quién eres realmente? ¿Qué talentos posees? ¿Por qué elegiste un determinado empleo? ¿Qué es aquello de tu vida sin lo que no puedes vivir? ¿Cuáles son tus mayores miedos? Las respuestas a estas preguntas son únicas para cada persona. En el interior de cada uno de nosotros reside nuestro esquivo Akasha, que contiene la «plantilla original» de quienes somos.
Piensa en tu Akasha como si fuese un tarro espiritual: dentro de este tarro está todo aquello relacionado contigo; cuando lo abres sale la sabiduría de cada vida que has vivido. El tarro es una metáfora del aprendizaje espiritual contenido en tu Akasha; significa que no tienes que aprenderlo todo de nuevo: simplemente, tienes que abrirlo
y volver a despertar tu conocimiento espiritual. Y ¿cómo abrimos nuestro tarro espiritual? Tú ya has comenzado a hacerlo por el solo hecho de leer este libro: ¡el Espíritu ya ve tu intención! Al leer la información que viene a continuación, sobre todo las canalizaciones de Kryon, es posible que experimentes una sensación de recuerdo: estás recordando tu sabiduría espiritual.
Durante la mayor parte de mi vida la naturaleza fue mi pasión; aún lo es, pero de un modo distinto. Fue esta pasión lo que me llevó a la universidad, donde me licencié con honores en ciencia aplicada, en Australia. Mi ideal era dedicarme a la investigación científica; concretamente, realizar trabajos de campo en magníficos parajes. Después de la universidad comencé a trabajar como guardabosques para una agencia del parque nacional, en Canberra. La vida era genial para mí: cobraba por hacer algo que me encantaba hacer; apenas lo sentía como un empleo. Durante más de 15 años, trabajé en numerosos parques nacionales de toda Australia y Nueva Zelanda. Sin darme cuenta, mi Akasha me había puesto allí donde yo me sentía más cómoda: en la naturaleza, con Gaia. Estaba contenta y feliz de estar inmersa en unos paisajes espectaculares, lejos del ajetreo de la ciudad.
Cuando mi matrimonio terminó en 2005 salieron a la superficie, a borbotones, un montón de temas. Este hecho estaba directamente vinculado con una importantísima lección de vida, aunque en aquel momento yo no lo sabía. A lo largo de un lento proceso de despertar espiritual (lento porque yo soy tozuda), poco a poco empecé a descubrir un aspecto totalmente nuevo de mí misma. Mi crisis emocional fue el catalizador para que saliera del modo de supervivencia. Me había propuesto saber más y, en el proceso, había abierto mi tarro espiritual. Poco a poco, fue saliendo el conocimiento y la sabiduría espiritual que me condujeron al trabajo energético de Peggy Phoenix Dubro y a los mensajes canalizados de Kryon transmitidos por Lee Carroll.
Mi viaje espiritual aún continúa. Al igual que muchos de vosotros, sigo teniendo miedos y desafíos. ¿Te gustaría superar tus miedos y desafíos? ¿Te gustaría identificar viejos patrones energéticos que ya no te sirven y deshacerte de ellos? Al mismo tiempo, ¿por qué no recuperar los talentos y capacidades de quien eras antes?
Si eso es algo que te gustaría poder hacer, entonces este libro está escrito para ti. Su finalidad es ayudarte a comprenderte mejor a ti mismo/a y permitirte acceder a la sabiduría y divinidad interiores. También puede ayudarte a entender a los demás. Este libro ha sido escrito a partir de las canalizaciones de Kryon. Kryon puede describirse como una amorosa entidad angélica que transmite mensajes de paz y de empoderamiento a la humanidad. Lee Carroll es su canalizador original y lleva ya más de veinticuatro años transmitiendo los mensajes de Kryon. Lee ha escrito trece «Libros de Kryon» y es también coautor de Los niños índigo, Una celebración índigo y Los niños índigo diez años después. Estos libros han sido traducidos a más de veinticuatro lenguas.
Lee Carroll ha presentado por todo el mundo su conferencia sobre el Akasha humano. Sin embargo, sus conferencias nunca son iguales, ya que las va cambiando regularmente según la nueva y dinámica información que recibe de Kryon. Si te gustaría ver la conferencia de Lee sobre el Akasha humano puedes hacerlo en línea, pagando un pequeño importe, en: www.kryon.com/lectures.
La mayor parte de la información ofrecida en la conferencia de Lee se halla incluida en este libro —obviamente, con su permiso—para que otras personas puedan descubrir las profundas verdades sobre el increíble sistema akáshico. Este libro ofrece una recopilación de todo lo que se sabía del Akasha hasta enero de 2014, además de las profundas respuestas de Kryon a más de treinta preguntas relacionadas con los temas de este libro; sus respuestas proporcionan una nueva percepción y explicaciones detalladas sobre cómo funciona el sistema akáshico. Las canalizaciones de Kryon empleadas en este
libro se hallan disponibles como archivos de audio en el sitio web de Lee Carroll:
¿Eres nuevo/a en la obra de Kryon? Quizás nunca hayas oído hablar de Kryon pero algo te haya atraído hacia este libro. Bien, pues prepárate para leer cosas que pueden parecerte increíbles. En este libro se tratan varios temas. El título de cada capítulo ya es como una guía de la información que se presenta en él. Si algunos términos, como «lemuriano» y «pleyadiano», te resultan nuevos puedes encontrar información detallada en mi anterior libro, El efecto Gaia.
Al dirigirnos a las cuestiones que se hallan codificadas en nuestro Akasha, como el karma y las lecciones de vida, cambiamos nuestra propia vibración y, por lo tanto, la vibración del planeta Tierra; estamos plantando las semillas de la paz y cocreando una vida llena de iluminación; a nivel individual, nos abrimos a un grado de libertad totalmente nuevo y, a nivel colectivo, abrimos la puerta para crear un planeta ascendido. Te agradezco profundamente que estés aquí, en el planeta, y honro tu coraje para emprender el camino del autodescubrimiento y de la iluminación. No es siempre un camino fácil, pero las recompensas son inconmensurables.
Por último, no ha sido posible incluir todo sobre el Akasha humano en este libro: encontraréis más capítulos en mi sitio web, en el apartado de «Extras».
Amor y bendiciones,
Monika Muranyi

Índice

Agradecimientos 9
Prólogo 11
Prefacio 17
Capítulo 1
El Akasha humano 21
Capítulo 2
Tu Registro Akáshico personal 35
Comprender lo que significa realmente una «vida pasada» 41
La Cueva de la Creación 48
La Rejilla Cristalina 65
Las ballenas y los delfines 75
Capítulo 3
La Herencia Akáshica 103
Herencia y nacimiento 111
El karma y las lecciones de vida 122
Capítulo 4
La importancia de los antepasados 147
Capítulo 5
«Explotar el Akasha» 167
Capítulo 6
Las cápsulas de tiempo del Akasha 195
Capítulo 7
Las tres partes del Ser Humano 211
El Yo Superior 212
La conciencia humana 214
La Sabiduría Innata 219
Capítulo 8
El ADN: más de lo que crees 243
Capítulo 9
La sanación de vidas pasadas 265
Capítulo 10
La comunicación Akáshica 295
Cierre 317
Sobre la Autora 321

Vesica Piscis
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