La esencia del Yoga. Volumen VII

B.K.S. Iyengar está considerado por muchos como el maestro de yoga contemporáneo por antonomasia. Su método es seguido por millones de personas en todo el mundo. Lo atestigua el éxito de obras suyas como Luz sobre el Yoga, La Luz del Yoga, Luz sobre los Yoga-sutras de Patañjali o Luz sobre la vida (todas publicadas por Kairós).
La esencia del Yoga consiste en un vasto proyecto editorial cuyo objetivo es reunir todo el material de artículos, conferencias, entrevistas, sesiones de preguntas y respuestas y cursos de formación, ofrecidos por Yogacarya Iyengar. Este séptimo volumen inaugura la publicación de las sesiones de preguntas y respuestas que B.K.S. Iyengar ha ido concediendo durante sus años de enseñanza. Las preguntas y respuestas han sido clasificadas según sus contenidos, y en este volumen se presentan las que tratan del yoga en general, Patañjali y el yoga, los distintos estadios del astanga yoga, la psicología práctica del yoga y algunos ajustes particulares para la práctica de asana.
La obra, que ha sido seleccionada, corregida y supervisada personalmente por el propio B.K.S. Iyengar, está destinada a convertirse en otro referente indispensable tanto para los practicantes de yoga como para aquellos que deseen conocer y profundizar en esta incomparable tradición espiritual.

 B.K.S. Iyengar

B.K.S. Iyengar es una leyenda viva. Enseñó y practicó el yoga desde hace más de 50 años. Hasta su fallecimiento, en 2014, fue uno de los más importantes maestros de yoga del mundo y fue uno de los primeros en introducir el yoga en Occidente. Su método es seguido por millones de personas en todo el mundo. Lo atestigua el éxito de sus obras Luz sobre el Yoga, La Luz del Yoga, Luz sobre los Yoga-sutras de Patañjali o Luz sobre la vida (todas publicadas por Kairós).
Su libro Luz sobre el Yoga ha sido un éxito de ventas y está considerado como un texto clásico para los estudiantes de yoga.

• Traducción: Elsa Gómez

• Páginas: 448
• Tamaño: 14 x 22

PREFACIO

La sed de conocimiento es un rasgo innato del ser humano. Sin conocimiento y comprensión, su vida se vuelve inodora e insípida. Las ganas de saber son inherentes a todo individuo. Incluso el niño quiere conocer, explorar y entender todo lo que ve. A todos nos gusta conocer lo que nos rodea, y la mente, la inteligencia y la consciencia se quedan atrapadas en un torbellino de preguntas y con­jeturas sobre lo que es la vida y por qué se nos ha dado. Todos esos pensamientos e ideas inquisitivos demuestran una ausencia o carencia de conocimiento. Y sin embargo, es ese mismo espíritu inquisitivo el que estimula en nosotros una forma de pensar constructiva que hace posible el desarrollo intelectual y espiritual.
El miedo, la confusión y la duda impulsan a la mente a conocer el valor de la vida y la verdad del vivir; y las innovaciones e invenciones ayudan y llevan al ser humano a descubrir y redescubrir el sentido de la vida.
En los Veda y las Upanisad, expresada en diálogos, debates y argu­mentaciones, encontramos la misma curiosidad por saber la verdad.
El término veda proviene de vid, saber, conocer. Veda significa sed de Triana. Los sabios de la antigüedad  admirados de las mara­villas del mundo, querían saber de sí mismos y del universo; querían saber cómo y por qué se había creado el universo y qué conexión tenían con él.
En el Rgveda, hay determinados sukta, o himnos, que adoptan la forma de un diálogo directo con las deidades. Con puro sentimiento emocional que brota del corazón, expresan una alabanza y glorifica­ción de esas deidades.
El término upanisad significa sentarse más cerca. El sisya se acer­ca al guru física, mental e intelectualmente; se sienta más cerca del guru para estudiar y aprender. Las Upanisad contienen diálogos en forma de preguntas y respuestas, y un buen ejemplo de esto es la
Prasnopanisad, en la que el sisya acude al guru para obtener la respues­ta correcta. En la Kathopanisad, Nachiketa habla con Yama, el dios de la muerte, para aclarar sus dudas. En la Brhadaranyakópanisad,
Yájñavalkya y su esposa Maitreyi dialogan, y Yájñavalkya, siendo el guru, responde convincentemente a su esposa. Otro tanto sucede
entre Yájñavalkya y el rey Janaka, muy versado en temas espiritua­les. Yájñavalkya le plantea preguntas al rey, y, como a un rey nunca debe preguntársele, es el propio Yájñavalkya quien las responde, in­fundiendo en el rey el saber más sublime. En la Taittirryopanisad, el acarya aconseja al sisya, que dialoga con él para conocer la verdad, mientras que en la Mundakopanisad, es Angirasa quien aconseja a Saunaka. En casi todas las Upanisad hay ejemplos de esta clase de comunicación, en forma de preguntas y respuestas, que hace desarro­llar discernimiento y sabiduría (viveka-jñana).
En la Bhagavad Gîtâ, escrita igualmente en forma dialéctica, Sri Krishna instruye a Arjuna. El renombrado Sócrates, por su parte, les explica a sus discípulos la perspectiva filosófica de la vida por medio de la argumentación y el cuestionamiento, preguntando y respondien­do a sus preguntas.
En el Caraka Samhita (un texto ayurvédico), rsi como Atreya, Angirasa, Bhrgu, Vásista y Jamadagni se reúnen para dialogar y de­liberar sobre el tema.
Por lo que respecta al yoga, la mayoría, aunque no estemos muy versados en esta disciplina, tenemos en mente una plétora de pregun­tas. Allá donde he ido, la gente me ha bombardeado con preguntas, y esos interrogantes y dudas me han hecho darme cuenta de la gran falta de conocimiento que hay sobre la teoría del yoga y sus aspectos prácticos.
Eran preguntas interesantes, provocadoras y evocadoras, e inten­taba darles una respuesta convincente. Contestarlas me ayudó a sacar a la superficie las experiencias que estaban ocultas en mi interior.
En este volumen he clasificado las preguntas sistemáticamente, por títulos y subtítulos, ordenadas según los temas principales de la disciplina yóguica. Esta clasificación y explicación detallada del yoga le permitirán entender al sadhaka la perspectiva filosófica sobre la que desarrollar su sadhana. Ayudará a los aspirantes a acceder a esta disciplina con facilidad y les servirá de guía para practicar y para sa­ ber con precisión cómo llegar a los aspectos más refinados del yoga, lo cual disipará las dudas y la confusión que contaminen su búsqueda. Espero que este formato convencerá a todos los lectores de que co­nocer el tema en profundidad es un requisito imprescindible para la práctica, la experimentación, la deliberación y el análisis.
En el Visnu Sahasranamam, tras escuchar los mil nombres del Señor Visnu, Párvati le pregunta al Señor Siva:

Kena upayen laghunam visnurnama sahasrakam /
Pathyate panditai nityam srotrum icchami aham prabhoh II
¡Oh, Señor! Quisiera saber cómo recitan los pundits a diario la
versión abreviada de Visnu Sahasranamam.

El Señor Siva le responde: Sriráma, Srîrama, Srîrama. Srirama es el único nombre que equivale a los mil nombres de Visnu.

Igualmente, si yo tuviera que dar una respuesta abreviada a to­das las preguntas de este libro, diría: ¡Practicad con serenidad!

¡Sadhana, Santih, Sadhana, Santih!! !