Puntos Gatillo Tratamiento Para Aliviar El Dolor

Referencia: 9788499104461
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Los puntos gatillo -nódulos dolorosos, sensibles a la palpación, que se forman en las fibras musculares y en los tejidos conjuntivos- generan dolor referido en otras áreas del cuerpo, además de localmente. Este libro ense&ntild
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Los puntos gatillo -nódulos dolorosos, sensibles a la palpación, que se forman en las fibras musculares y en los tejidos conjuntivos- generan dolor referido en otras áreas del cuerpo, además de localmente. Este libro enseña a los lectores a buscar puntos gatillo, a tratarlos aplicando presión y con estiramientos, y a prevenir su aparición mediante sencillos cambios en el estilo de vida, y la aplicación de una correcta mecánica corporal.

Valerie DeLaune, Lac, es acupuntora licenciada y una acreditada terapeuta neuromuscular. Imparte talleres sobre puntos gatillo por todo Estados Unidos. Tiene un máster en acupuntura por el Northwest Institute of Acupunture and Oriental Medicine, un título universitario por la Universidad de Washington, y un certificado profesional por el Heartwood Institute y la Brenneke School of Massage. DeLaune es autora de muchos libros y artículos sobre puntos gatillo y acupuntura. DeLaune vive en Alaska.

Introducción
El dolor no se puede tratar eficazmente sin conocer los puntos gatillo

Sin conocimientos básicos sobre puntos gatillo y dolor referido, a quienes prestan atención médica no les resulta posible tratar síndromes álgicos. He tratado cientos de casos sencillos de personas a las que se les había dicho que el único recurso era aprender a vivir con el dolor, sólo porque su médico no conocía los puntos gatillo. A pesar de décadas de investigación, el síndrome de dolor miofascial asociado y debido a puntos gatillo sigue sien-do uno de los diagnósticos que se pasa por alto más habitualmente. Lo más importante para tratar el dolor es que los puntos gatillo generan dolor referido a otras áreas siguiendo patrones bastante consistentes. El conocimiento de los patrones del dolor referido nos brinda un punto de partida para buscar esos puntos neurálgicos que causan el dolor.
Con frecuencia, se ponen en contacto conmigo personas que están seguras de que el tratamiento de los puntos gatillo es por lo menos parte de la solución de sus dolores, si bien se sienten totalmente frustradas por no hallar un practicante que conozca dichos puntos neurálgicos. En la actualidad, masoterapeutas, terapeutas físicos y fisioterapeutas son los profesionales que más probablemente tengan experiencia en el tratamiento de los puntos gatillo. Sin embargo, incluso si tienen dichos conocimientos, tal vez no sepan mucho sobre los factores perpetuantes, es decir, los factores que mantienen activados los puntos gatillo y que se tienen que resolver para conseguir alivio a largo plazo.
Por eso es tan importante conocer los puntos gatillo y practicar los ejercicios de autotratamiento de este libro; con la información de este libro estarás mejor equipado para tratar los puntos gatillo que quien te presta atención médica. Si no encuentras a nadie que ya conozca los puntos gatillo, lleva el libro en tus visitas. Enseña a tu médico sobre los puntos gatillo y tus patrones de dolor referido.

No esperes a tratar el dolor
Es importante tratar los puntos gatillo lo antes posible para que sea menos probable que causen problemas crónicos. A menudo oigo a los pacientes decir «pensaba que desaparecerían». Algunos síntomas desaparecerán en unos días y no volverán a dar problemas, pero, con frecuencia, cuanto más esperes a ver si el dolor desaparece, más músculos se verán afectados en una reacción en cadena de dolor crónico y disfunción. Un músculo duele y desarrolla puntos gatillo, entonces el área de dolor referido (donde sientes el dolor y otros síntomas) comienza a doler y se tensa y forma sus propios puntos gatillo satélites, luego esos puntos gatillo refieren el dolor a otros lugares, etc. O el dolor tal vez mejore un poco, pero sólo porque los puntos gatillo atraviesan una fase inactiva y se pueden activar de nuevo y generar dolor u otros síntomas.

No asumas que tu dolor no tiene tratamiento
Las personas asumen a menudo que, si uno de los padres tuvo lo mismo, la enfermedad tiene que ser genética y habrá que aprender a vivir con ella. Se aprenden muchas cosas de los padres -hábitos alimentarios, hábitos de ejercicio, cómo afrontar situaciones críticas, incluso las posturas y gestos- y todo ello influye en la salud.
Nunca he aceptado que una enfermedad, aunque sea genética, no se pueda, cuando menos, mejorar. Si es necesario, derivaré al paciente a otro profesional, como un quiropracticante, naturópata o cirujano que pueda ayudarle. A pesar de que te hayan dicho que hay que aprender a vivir con la enfermedad, acepta que puedes cambiar la situación, al menos hasta que hayas agotado todas las opciones de tratamiento. Tal vez presentes un factor perpetuante general que no se resolverá del todo y requerirá que se trate el dolor a largo plazo; sin embargo, al menos puedes mejorar tu calidad de vida aprendiendo a tratar los síntomas.

¿Cuánto durará el tratamiento?
Cuando las personas comienzan un tratamiento, me suelen preguntar: «¿Cuánto durará?». Cuanto más se remonte la enfermedad en el pasado y cuantas más enfermedades se padezcan, mayor será el número de músculos afectados por la sensibilización central; de ello se hablará en el capítulo 1. Eso significa que el tratamiento será más complejo y llevará más tiempo. Si gozas de una salud perfecta y sólo presentas una lesión leve y reciente, tal vez no necesites un tratamiento a largo plazo.
Por experiencia propia sé que quienes recurren a autotratamientos en casa, además de recibir semanalmente tratamiento profesional, mejoran al menos cinco veces más rápido que quienes sólo reciben tratamiento profesional. Como dicen los doctores Travell y Simons, «Los tratamientos para los pacientes se deben reducir al mínimo y el esfuerzo se debe concentrar en enseñar al paciente lo que puede hacer por sí mismo... ya que a medida que los pacientes ejercen un mayor control [sobre el tratamiento de los síntomas], mejoran física y emocionalmente». La rapidez con que consigas alivio duradero estará determinada por la precisión con que se identifiquen y resuelvan los factores perpetuantes; de ello se hablará en los capítulos 2 a 4.
La solución no tiene por qué llegar rápido, pero sí se puede conseguir mucho alivio a corto plazo. No se puede resolver todo el dolor en 15 minutos o menos, o suprimir el dolor en diez sencillos pasos. Ninguna técnica o practicante conseguirán hacer eso por ti. Necesitarás leer los capítulos, buscar los puntos gatillo en tus músculos y usar habitualmente las técnicas de autotratamiento hasta que remita el dolor.
Asegúrate de leer la primera parte del libro antes de comenzar con las técnicas de presión y los estiramientos de la segunda parte. Utiliza un rotulador fosforescente para subrayar todos los factores perpetuantes de los capítulos 2 a 4 que tengas que tratar. No conseguirás un alivio duradero hasta que resuelvas los problemas que causan o agravan los puntos gatillo. Cuando trates los factores perpetuantes, asume un ritmo que no sea excesivo. Plantéate abordar a largo plazo los factores perpetuantes; es probable que no consigas introducir a la vez todos los cambios necesarios. Busca luego en el capítulo 5 las pautas generales para los autotratamientos y en el capítulo 6 las pautas del dolor que te ayudarán a determinar los músculos que tal vez contengan puntos gatillo.
Si tratamos los síndromes de dolor miofascial sin... corregir los múltiples factores perpetuantes, el paciente estará condenado a sufrir ciclos interminables de tratamiento y reincidencia... Por lo general, un factor estresante activa el [punto gatillo], y luego son otros factores los que lo perpetúan. En algunos pacientes, dichos factores perpetuantes son tan importantes que su eliminación conlleva el alivio completo del dolor sin ningún tratamiento localizado.
-Doctores Janet Travell y David G. Simons

Recomiendo que, si es posible, sea un practicante formado en el tratamiento de puntos gatillo quien los identifique, por ejemplo, un masoterapeuta neuromuscular o un fisioterapeuta, y que se use el libro para complementar su trabajo. Puede llevar más tiempo localizar los puntos gatillo sin la ayuda de un profesional, si bien, con la tutela de este libro, es probable que logres localizar tú mismo esos puntos gatillo.
En este libro se hacen cientos de sugerencias. Plantéate dedicar cierto tiempo a lograr tus metas. Eliminar el dolor es como una labor detectivesca; lo que genera el dolor y lo que lo cura será una combinación de factores exclusivos de tu caso.
¿Cuándo hay que acudir a un profesional médico?
Si no consigues alivio con las técnicas de autoayuda de este libro, tendrás que acudir a un profesional médico. Tal vez la causa o un factor concurrente del dolor sean algo distinto a los puntos gatillo. Radiografías, resonancias magnéticas (RM) y otras pruebas diagnósticas permiten identificar ciertas enfermedades, como artrosis, fracturas por sobrecarga y roturas de ligamentos o tendones, que tal vez causen dolor.
Los síntomas referidos causados por puntos gatillo pueden ser similares a los de enfermedades más graves, o manifestarse de forma concurrente con ellos. Se necesitará investigar y determinar la causa final del problema. La mayoría de los capítulos de este libro dedicados a los músculos contienen una sección llamada «Diagnóstico diferencial». A menos que seas un profesional sanitario, es probable que no entiendas mucho de lo que se dice en dicho apartado. No te preocupes; la sección se ha incluido para que sea un profesional quien evalúe esas enfermedades, aunque no por eso debes dejar de leerlo.
Deberás acudir de inmediato a un profesional médico para descartar enfermedades graves si tienes dolor con alguno de los siguientes síntomas:
• El dolor aparece de repente, es intenso o comienza tras una lesión traumática, sobre todo si oíste algún ruido en el área de la lesión.
• El dolor dura más de dos semanas, a menos que ya se hayan descartado otras enfermedades más graves.
• La intensidad del dolor aumenta con el tiempo, o los síntomas son diferentes; los cambios pueden ser una señal de una causa distinta y más grave.
• El dolor se acompaña de enrojecimiento, calor, hinchazón evidente o sensaciones extrañas. Aparecen sarpullidos o úlceras que no se curan.
• Existe deficiente circulación sanguínea, varices dolorosas o percepción de frío intenso en piernas, pies, brazos o manos.
Por suerte, tu profesional médico descartará cualquier enfermedad grave. Si se diagnostica dolor causado por daños estructurales o enfermedades crónicas, hay posibilidades de que alivies en gran medida o totalmente el dolor con una combinación de autotratamiento de los puntos gatillo y tratamiento y eliminación de los factores perpetuantes. Con independencia del diagnóstico del médico, el principio que sigo para el tratamiento general es el mismo: identificar y eliminar todas las causas subyacentes y perpetuantes en el mayor grado posible, y tratar los puntos gatillo.

Indice

Agradecimientos     4
Introducción     5

Parte I. Puntos gatillo: ¿qué son y qué los causa? 9
Capítulo 1 Puntos gatillo y dolor crónico    10
Capítulo 2 Factores perpetuantes: ergonomía,
mecánica corporal y vestimenta     15
Capítulo 3 Factores perpetuantes: nutrición,
alimentación y bebidas    21
Capítulo 4 Factores perpetuantes:
enfermedades     29

Parte II. Técnicas de presión y estiramientos para los puntos gatillo 41
Capítulo 5 Localización y tratamiento de
puntos gatillo: pautas generales     42
Capítulo 6 Pautas para la localización de
puntos gatillo     49
Capítulo 7 Dolor de cabeza y cuello     57
Capítulo 8 Músculo trapecio     61
Capítulo 9 Músculos de la nuca     66
Capítulo 10 Músculo esternocleidomastoideo     73
Capítulo 11 Músculo temporal     78
Capítulo 12 Músculos faciales y del cuero
cabelludo     82
Capítulo 13 Músculo masetero     88
Capítulo 14 Músculo pterigoideo medial    92
Capítulo 15 Músculo pterigoideo lateral     95
Capítulo 16 Músculo digástrico     98
Capítulo 17 Dolor de torso     101
Capítulo 18 Músculos paraespinosos
toracolumbares     103
Capítulo 19 Músculo elevador de la escápula     110
Capítulo 20 Músculo romboides     113
Capítulo 21 Músculo serrato posteroinferior     116
Capítulo 22 Músculo psoasilíaco     119
Capítulo 23 Músculos pectoral mayor
y subclavio     124
Capítulo 24 Músculo esternal     130
Capítulo 25 Músculos abdominales     132
Capítulo 26 Músculo serrato anterior     140
Capítulo 27 Músculos intercostales y diafragma 143
Capítulo 28 Músculo cuadrado lumbar y
ligamento iliolumbar     147
Capítulo 29 Músculo piriforme     153
Capítulo 30 Músculo glúteo mayor     158
Capítulo 31 Músculo glúteo medio     162
Capítulo 32 Músculos del suelo de la pelvis    166
Capítulo 34 Músculo supraespinoso     174
Capítulo 35 Músculo infraespinoso     177
Capítulo 36 Músculo serrato posterosuperior    181
Capítulo37 Músculo subescapular     184
Capítulo 38 Músculo dorsal ancho     187
Capítulo 39 Músculo redondo menor    191
Capítulo 40 Músculo redondo mayor    194
Capítulo 41 Músculos tríceps braquial
y ancóneo     197
Capítulo 42 Músculos escalenos     201
Capítulo 43 Músculo pectoral menor     206
Capítulo 44 Músculo deltoides     209
Capítulo 45 Músculo coracobraquial     213
Capítulo 46 Músculo bíceps braquial     216
Capítulo 47 Dolor de mano, muñeca y antebrazo 219
Capítulo 48 Músculos extensores de la mano,
braquiorradial y extensores
de los dedos     221
Capítulo 49 Músculo supinador     224
Capítulo 50 Músculo palmar largo     229
Capítulo 51 Músculos flexores de la mano
ylos dedos     231
Capítulo 52 Músculo braquial     237
Capítulo 53 Músculo aductor y oponente
del pulgar     240
Capítulo 54 Músculos interóseos de la mano y
abductor del meñique     243
Capítulo 55 Dolor de pierna, rodilla y pie     247
Capítulo 56 Músculos isquiotibiales     250
Capítulo 57 Músculo poplíteo     254
Capítulo 58 Músculo gastrocnemio     257
Capítulo 59 Músculos sóleo y plantar     262
Capítulo 60 Músculo tibial posterior     267
Capítulo 61 Músculos flexores largos
de los dedos del pie     270
Capítulo 62 Músculo glúteo menor     273
Capítulo 63 Músculo tensor de la fascia lata     278
Capítulo 64 Músculos peroneos     282
Capítulo 65 Músculo cuádriceps femoral     286
Capítulo56 Músculo sartorio     293
Capítulo 57 Músculos aductores de la cadera     296
Capítulo 58 Músculo pectíneo     300
Capítulo 59 Músculo tibial anterior     303
Capítulo 70 Músculos extensores largos de los
dedos del pie     307
Capítulo 71 Músculos intrínsecos superficiales del pie     311
Capítulo 72 Músculos intrínsecos profundos
del pie     316

Bibliografía     321
Índice alfabético     323
Índice de músculos     331

 

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