Pueden Las Vitaminas Curar El Alcoholismo?

Referencia: 9788478089734
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TRATAMIENTO ORTOMOLECULAR DE LAS ADICCIONES
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TRATAMIENTO ORTOMOLECULAR DE LAS ADICCIONES

Este libro es un regalo del cielo para aquellos que sufren la adicción al alcohol, para sus amigos y seres queridos, y para los profesionales de la salud encargados de atenderles. Su mensaje principal es que el alcoholismo es, antes que nada, una enfermedad metabólica que debe ser tratada dedicando la debida atención a sus raíces fisiológicas. El antiguo enfoque moralista y los enfoques de tratamiento conductales y psicológicos más recientes tienen un deprimente índice de fracasos, en gran medida porque dedican poca o ninguna atención a las cruciales necesidades fisiológicas y nutricionales de los alcohólicos. Las claves para hallar enfoques más apropiados y eficaces provienen de estudios y pruebas metabólicas que muestran que el alcoholismo es un complicado trastrono genético-bioquímico más relacionado con la diabetes o con el síndrome del metabolismo del azúcar que con cualquier trastorno conductal o psicológico. Escrito por un psiquiatra, el contenido de este libro será de un valor incalculable tanto para los alcohólicos como para quienes sufren de cualquier adicción.

Nacido en una granja de Saskatchewan en 1917, ABRAM A HOFFER obtuvo una licenciatura en ciencias con especialidad en agricultura en la Universidad de Saskatchewan en 1938. También tiene un máster en química agrícola y un doctorado en bioquímica. Obtuvo el doctorado en medicina en la Universidad de Toronto en 1949y terminó su formación en psiquiatría en 1954. Sus primeros trabajos le llevaron a usar vitamina B3 para tratar la esquizofrenia y otros trastornos psiquiátricos, y logró demostrar la eficacia de la niacina como tratamiento anticolesterol. El doctor Hoffer participó en la creación del Journal of Orthomolecular Medicine y publicó más de seiscientos informes y artículos, así como treinta libros. Recientemente, recibió el Premio Dr. Rogers por su contribución a la medicina alternativa y complementaria.

ANDREW W. SAUL tiene más de treinta años de experiencia en la educación de salud natural y durante nueve años ha impartido clases de nutrición, ciencias de la salud y biología celular en el ámbito universitario. Es editor del Boletín de Noticias de Medicina Ortomolecular y asistente de edición del Journal of Orthomolecular Medicine. Es autor de los libros Doctor Yourself  Natural Healing That Works (Sea su propio médico: Remedios naturales que sí funcionan) y Fire your doctor! How to be Independently Healthy (¡Despide a tu médico!). Es también coautor, junto con el doctor Abram Hoffer, de Orthomolecular Medicine for Everyone (Medicina ortomolecular para todos) y, con el doctor Steve Hickey, de Vitamin  C: The Real Story (Vitamina C: la verdadera historia). Estos cuatro libros pueden obtenerse en Basic Health Publications. 

PRÓLOGO

La incidencia del alcoholismo, que normalmente conlleva años de abuso del alcohol, refleja una ignorancia o un descuido fundamental con respecto a la nutrición. El consumo prolongado de grandes cantidades de calorías derivadas de las bebidas alcohólicas y de otros alimentos no integrales, como el azúcar refinado, simplemente contradice las reglas de la buena alimentación, aunque no exista alcoholismo u otras adicciones.

Pero sí que existen. Por lo tanto, este libro es un regalo del cielo no solo para aquellos que sufren la adicción al alcohol, sino también para sus amigos y sus seres queridos, así como para los profesionales de la salud encargados de atenderlos. Su mensaje principal es que el alcoholismo es fundamentalmente una enfermedad metabólica que debe tratarse dedicando la debida atención a sus raíces fisiológicas.

El antiguo enfoque moralista y los más recientes enfoques de tratamiento conductuales y psicológicos presentan un elevado y deprimente índice de fracasos, en gran medida porque dedican poca o ninguna atención a las cruciales necesidades fisiológicas y nutricionales de los alcohólicos.

Las claves para hallar enfoques más apropiados y eficaces provienen de estudios y pruebas metabólicas que muestran que el alcoholismo es un complicado trastorno genético-bioquímico más relacionado con la diabetes o con el síndrome del metabolismo del azúcar que con cualquier trastorno conductual o psicológico. Aunque la mayoría de los científicos están de acuerdo en que la propensión al alcoholismo la hereda aproximadamente el diez por ciento de la población, por regla general los programas de tratamiento y de apoyo pasan por alto este hecho y sus implicaciones fisiológicas. De igual forma, la desnutrición es bien conocida por los médicos que tratan a personas alcohólicas, pero casi siempre suponen que se trata de una consecuencia simple y predecible del abuso del alcohol y no una causa compleja y coadyuvante de la adicción a esa sustancia. Ciertamente, la alimentación no se considera el tratamiento tan eficaz que sin duda es.

Mi consejero en la Universidad de Texas, el doctor Roger J. Williams, dedicó tres libros y más de dos docenas de artículos científicos al alcoholismo. Su obra fue excepcionalmente avanzada y lúcida. Hace casi cincuenta años, en su segundo libro sobre este problema, titulado Alcoholismo: el enfoque nutricional, resumió parte de su trabajo con animales: «Nuestro primer hallazgo importante es que las ratas [de laboratorio] presentan una mayor individualidad en su conducta cuando son alimentadas igual y tratadas del mismo modo en todos los sentidos [...] Nuestro segundo hallazgo es que esta individualidad en la conducta relacionada con la bebida [...] está genéticamente determinada [...] Una tercera conclusión [es que] lo que las ratas tienen para alimentarse, es decir, la composición química de su comida, es un potente factor que determina la magnitud de su impulso fisiológico para beber alcohol». Otro de mis colegas de la Universidad de Texas, William Shive, informó en 1955 que el aminoácido L-glutamina protege a las células bacterianas de los efectos tóxicos del alcohol. El doctor Williams y sus colegas pronto descubrieron que las ratas mal nutridas redujeron un cuarenta por ciento su consumo voluntario de alcohol cuando se añadió L-glutamina a su alimentación. Más tarde, también hallaron pruebas de que este aminoácido es muy eficaz para que algunos seres humanos puedan reducir su deseo de consumir alcohol.

Abram Hoffer y Andrew Saul han coincidido en que las observaciones del doctor Williams se aplican con precisión a los seres humanos: las vitaminas y otros factores nutricionales desempeñan una importante función para contrarrestar la compulsión a beber. Ningún tratamiento ni apoyo social puede lograr la abstinencia a largo plazo sin abordar estos factores bioquímicos subyacentes.

Con el paso de los años, algunos otros investigadores, profesionales y legos han defendido ideas similares sobre el alcohol y algunas otras adicciones. Desafortunadamente, ninguno de ellos ha reunido todavía un público suficiente para lograr un amplio impacto. Existen varias razones para esto. La de más peso es que las empresas farmacéuticas no tienen ningún incentivo financiero para investigar los enfoques naturales y no patentables de las adicciones, que nunca

se han puesto de moda entre los investigadores médicos. Un hecho notable es que la Asociación Estadounidense de Psiquiatría y los facultativos en general reconocen su limitada capacidad para hacer frente al alcoholismo enviando a los enfermos a una organización de apoyo no médica, es decir, Alcohólicos Anónimos (AA). Desafortunadamente, AA ha limitado su capacidad de ayuda al dejar a un lado la nutrición. Esto es un error, como reconocen los doctores Hoffer y Saul. El cofundador de AA, Bill W, fue tratado por el doctor Hoffer en 1958 y bien entrada la década de los sesenta. Bill se benefició en gran medida del enfoque nutricional y difundió su éxito entre muchos de sus amigos y socios, pero a pesar de sus grandes esfuerzos, no pudo influir en la organización para que lo adoptara.

En ocasiones, la naturaleza humana puede ser desalentadora, en especial ante problemas tan devastadores como el alcoholismo y la drogadicción. La buena noticia para vosotros, los lectores de este libro, es que en él se ofrecen «nuevos» enfoques y esperanzas de las que no tendréis conocimiento en ningún otro lugar. ¿Cuándo llegará el momento en que los médicos y otros profesionales de la salud consideren seriamente estas ideas provenientes de la genética, la fisiología humana, los estudios en animales, el cofundador de AA y unos cuantos investigadores y médicos pioneros? Espero que este libro logre adelantar ese momento, y que de ese modo se proporcione alivio y una salud renovada a muchos enfermos y se aliente a los defensores del progreso de tal modo que sus voces finalmente se vuelvan imparables.

DR. DONALD R. DAVIS, Austin, Texas

 

INDICE

 

Agradecimientos 7

Prólogo 9

1. Factores nutricionales del alcoholismo 13

2. ¿Qué es lo que provoca las adicciones? 27

3. Niacina para el alcoholismo: cómo empezó todo 39

4. Vencer el alcoholismo con la nutrición 49

5. Resultados del tratamiento vitamínico 77

6. La controversia sobre la terapia psicodélica 107

7. Detener el tabaquismo y el consumo de cafeína 113

8. Apoyo ortomolecular durante la abstinencia y la sobredosis 125

Conclusión. La escapatoria 133

Apéndice. Encontrar información fiable sobre la

medicina ortomolecular 137

Bibliografía recomendada 159

Notas 165

Índice temático 175

 

Sobre los autores 179

Sirio
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