Descodificación biológica de los problemas cardiovasculares
Referencia: 9788491111870
Síntomas, significados y sentimientos
¿Y si la hipertensión arterial, el infarto o incluso el colesterol fueran reveladores de unos conflictos emocionales ocultos?
Las enfermedades, afirma Christian Flèche, son una tentativa de autocuración, una reacción biológica de supervivencia frente a un acontecimiento emocionalmente incontrolable, de manera que cualquier órgano dañado corresponde a un sentimiento preciso y tiene una relación directa con las emociones y los pensamientos.
Este libro nos ofrece una guía práctica de los problemas cardiovasculares analizados desde la perspectiva de la descodificación biológica. Describe detalladamente los diferentes órganos y sus funciones, para dibujar después el panorama de las relaciones entre emociones y síntomas. En él encontrarás la descripción de las diferentes sensaciones biológicas, así como numerosos ejemplos y claves para resolver los conflictos emocionales con los que uno se enfrenta.
¡Descubre el significado oculto de tus dolencias y retoma el camino de la salud!
CHRISTIAN FLÈCHE
Psicobioterapeuta, profesional de PNL, Christian Flèche es uno de los más destacados especialistas en descodificación biológica, tanto en Francia como en el extranjero.
En el ejercicio de su profesión emplea también la hipnosis ericksoniana, los ciclos biológicos memorizados y la psicogenealogía.
- Formato: 13,5 cm x 21 cm
- Páginas: 216
- Tapa blanda
- Traducción: Paca Tomás Ramos
- Corrección: Sara Moreno
ÍNDICE
Introducción general 9
Introducción 25
Generalidades 27
- Embriología 29
- El proceso del desarrollo del corazón 29
- El corazón 30
- Las tres capas del corazón 30
- El corazón: una masa de músculo 31
- El corazón: dos corazones, dos circulaciones y un músculo 32
- Las tres circulaciones 34
- El corazón está en reposo, la arteria envía la sangre al cuerpo 36
- Neurología y cardiovascular 37
- La revolución cardíaca: sístole auricular, sístole ventricular, diástole 40
- Los ruidos cardíacos 43
- El pulso 44
- La función hormonal del músculo cardíaco 44
- Los vasos sanguíneos 45
- Las tres funciones de la sangre y de los vasos sanguíneos 46
- Los tres elementos de la sangre 47
- Arterias coronarias 49
- Anatomía, fisiología 49
- Órganos afectados 51
- Etimología: ang = encerrar 52
- Infarto en reposo, infarto en esfuerzo 53
- ¿Qué es el territorio? 55
- Síntomas 57
- El paso al hemisferio femenino 59
- Barnizado o capa de protección 60
- Sentido biológico de las patologías coronarias 60
- El tiempo biológico 61
- Venas coronarias 75
- Órganos afectados 75
- Generalidades 77
- Síntomas 78
- Trastornos del ritmo cardíaco 79
- Sentido biológico 79
- Taquicardia 80
- Bradicardia 84
- Arritmia 86
- Sentido biológico 87
- Extrasístole 93
- Protocolo: carta al cuerpo 95
- Taquiarritmia 97
- Fibrilación auricular 98
- Trastorno de conducción aurículoventricular 99
Miocardio y ventrículos 101
- Miocardio 101
- Insuficiencia del ventrículo derecho 102
- Sentido biológico 104
- Insuficiencia del ventrículo izquierdo 104
- Válvulas 107
- Descodificación metafórica 107
- Insuficiencia de las válvulas 107
- Definición 108
- Estrechamiento, estenosis de las válvulas mitral y tricúspide 112
- Sentido biológico 112
- Reflujo de la aorta hacia el ventrículo o insuficiencia de las válvulas sigmoideas aórticas 115
- Estrechamiento aórtico 116
- Estrechamiento aórtico con calcificaciones 117
- Endocardio 117
Pericardio 119
- Síntomas 121
Hipertensión arterial (HTA) 123
- Fisiología 123
- Función de las arterias 123
- Máxima / Mínima 124
Arterias 133
- Fisiología 133
- La arteria es la vida, lo positivo, lo masculino 133
- Las tres capas 133
- En resumen 134
- Órganos afectados 135
- Síntomas 140
Venas 147
- Órganos afectados 147
- Fisiología 147
- Estructura de las venas, válvulas en nido de paloma 147
- Síntomas 153
- Sentido biológico 154
Vasos capilares 167
- Fisiología 167
- Los capilares son finos como un cabello 167
- Los capilares: el punto de intercambio 167
- La pared de los capilares no deja pasar
- ni proteínas ni glóbulos rojos 168
- Los esfínteres regulan la sangre en los capilares 169
- Sentido biológico 169
- Descodificación simbólica 170
Diversos 181
- Sofocos 181
- Síncope vasovagal = cardiomoderación 183
- Sentido biológico 183
- Hemorragias 186
- Hemorragia nasal o epistaxis 186
- Embolias 188
- Enfermedad o síndrome de Raynaud 189
- Foramen oval o agujero de Botal 190
- Definición 190
- Sentido biológico 191
- Hipertrofia del septum ventricular 193
- Caso particular 194
- Palpitación: 194
Conclusión 195
Agradecimientos 203
Puntos pedagógicos 205
Índice analítico 207
INTRODUCCIÓN GENERAL
Este libro, que tienes entre las manos, es a la vez antiguo y nuevo. ¡Como nuestro cuerpo! Resultante de miles de años de adaptación al medio am biente, el cuerpo es el testigo de nuestra supervivencia en condiciones de estrés extremadamente variadas: frío, calor, guerra, hambruna, cambios de toda índole... Nuestra presencia viva es, hoy en día, el signo indiscuti ble del éxito de la última versión biológica, hasta la fecha, que es el cuer po, este cuerpo inseparable del espíritu. Aquí está el tema de esta serie de obras: «Descodificación biológica de los problemas de...» o «cuando la adaptación se traduce por un síntoma». Esta colección es, a la vez, una reedición de la estructura y del espíritu del libro precedente, editado en 2001, Descodificación biológica de las enfermedades – Manual práctico y una obra totalmente nueva porque todo, de arriba abajo, ha sido revisado y completado. Ante el éxito de esta obra, me ha parecido indispensable ofrecer un manual más funcional, más completo, enriquecido con nuevos ejemplos y nuevas descodificaciones. Te aseguro que lo que se escribió sigue siendo válido, los ojos siempre sirven para ver; los pulmones para respirar, el eczema está todavía unido a un conflicto de separación. No obstante,
después del año de su aparición, mis colegas y yo mismo hemos seguido ¡a la escucha biológica! Y a cosechar nuevos conocimientos de los vínculos enfermedad-vivencia biológica conflictiva, es decir, nuevas desco dificaciones biológicas de las enfermedades. Todas esas experiencias han constituido un florilegio, un ramo de flores y unas espigas cargadas de semillas. Las encontrarás en las páginas de esta colección. Una colección dividida por aparatos al igual que nuestro cuerpo, que es un ensamblaje de aparatos: los aparatos digestivo, respiratorio, renal, cardíaco... Todos estos aparatos son solidarios para mantenernos en vida y, con ese objetivo, garantizan una función específica, única: digerir, respirar, eliminar... Así pues, cada obra presentará lo que fue un capítulo del libro precedente. Y la nueva edición del libro completo Descodificación biológica de las enfer medades – Manual práctico sigue existiendo.
Fuentes
En cuanto a las fuentes de estas descodificaciones biológicas de las en fermedades, encontrarás de vez en cuando en el texto, seguido de un enunciado del conflicto, el nombre de la persona a través de la cual me ha llegado esta descodificación. Por supuesto, esto no le pertenece de nin guna manera, no es el autor, sino el descubridor. Y, hecho curioso, pero no tan sorprendente como parece, a veces, la misma descodificación me ha llegado simultáneamente por dos personas que no se conocían pero que, sencillamente, tenían la misma escucha biológica. De esta forma, la descodificación de las meninges me ha parecido evidente escuchando a una paciente que tenía
miedo por su cerebro y quería protegerlo (una de las funciones de estas envolturas que son las meninges es la protección del cerebro). Sorpresa, cuando oí a un médico marsellés proponer la misma descodificación en una conferencia algunos días más tarde. Muy a menu do, observo esta sincronicidad de descodificación con un amigo, Salomon Sellam, cuando compartimos nuestros descubrimientos.
Por estas razones, he escogido no indicar el autor de manera siste mática tras cada descodificación. Según mi punto de vista, el paciente, aquejado de parálisis, de asma o de hemorroides, y el terapeuta, teniendo que descodificarlo, sólo tendrán que indicar que se trata del señor Tal o la señora Cual quien ha sido el primero en poner esto en palabras. Lo único que importa es entender, conocerse, cambiar. Así, el texto no será recargado y los egos de los descubridores tampoco. Y a veces, de verdad, simple mente he olvidado cómo me ha llegado la información. ¿Fue durante la consulta, que me vino de repente una iluminación? ¿Fue la lectura de la obra de Robert Guinée? ¿De los seminarios ofrecidos por el doctor H. S. Marto, de una conversación con Jean-Jacques Lagardet, Philippe Lévy o Salomon Sellam?
Lo esencial, en el fondo, es que deseo compartir contigo todas nues tras experiencias; porque sé, por vuestros testimonios, el provecho que habéis sacado y el que podréis sacar.
Estas frases conflictivas serán las señales indicativas en tu camino. El objetivo de la búsqueda no es la señal, esta última indica una emoción, pero no solamente una. Por lo tanto, no te pares nunca en una señal, nun ca antes de haber revivido o hecho revivir esas emociones, esas vivencias a fondo, es decir, hasta sus transformaciones. Ve hasta el final del camino. Por
El sentido biológico
¿Tienes una conciencia clara de tu respiración? ¿Del volumen de aire que estás utilizando en este momento? ¿De la cantidad que pides a los pul mones en cada respiración? ¿Sabes qué porcentaje de tu capacidad res piratoria utilizas la mayor parte del tiempo? - ¿80 por 100? - No. - ¿50 por 100? - Tampoco. Alrededor del 9 por 100 (1/2 litro de los 6 litros de capacidad pulmonar).
¿Y el porcentaje de tus capacidades musculares? ¿Utilizas a fondo, en cada momento, todos tus músculos? No, claro. ¿Y tu capacidad cardíaca, digestiva, intelectual? Un porcentaje pequeño. Siempre. ¿Qué decir de vuestros espermatozoides, señores, de vuestros óvulos, señoras? En una vi da, ¿cuántos han sido útiles? Contad vuestros hijos y tendréis la respuesta. Entonces, ¿por qué esta capacidad de más de los pulmones, ese añadido de músculos, ese derroche de espermatozoides, de estómago, de corazón? ¡Podrías vivir una vida normal con un solo riñón, un solo pulmón y el 60 por 100 de tus arterias coronarias tapadas! Sorprendente, ¿no?
Obviamente, ese suplemento de órganos, aparentemente inútil, tie ne un sentido: son las situaciones de urgencia, de excepción. Subes las escaleras corriendo, te persigue un perro furioso, has perdido el autobús y corres por la calle... En estas ocasiones, utilizarás el 100 por 100 de tus pulmones, tus arterias, tus músculos... O sea, el cuerpo mantiene la inmensa mayoría de sus células sólo «¡por si acaso!».
Pero si la situación se vuelve todavía más excepcional, entonces la re serva de pulmones, de corazón, de cerebro, de intestinos, etc., no será suficiente. Inmediatamente, el cuerpo fabrica lo necesario en mayor can tidad: frente al sol, broncea; la noche de fin de año, fabricará más can tidad de jugos gástricos; si vamos a un lugar de mayor altitud, el cuerpo fabricará más glóbulos rojos; y el cuerpo, siempre él, creará más cantidad de hueso después de una fractura, en previsión de nuevas agresiones sobre este hueso, como el trabajador manual tiene más callos en las manos que un intelectual.
En resumen, el cuerpo tiene tres funciones biológicas:
— La función de base: mis pulmones ventilan 16 veces 1/2 litro de aire por minuto, mi corazón se contrae 74 veces por minuto, mi estómago segrega por día un litro de ácido clorhídrico, etc.
— La función modificada: los pulmones pueden ventilar 22 veces 2 litros de aire por minuto, mi corazón puede contraerse 180 veces por minuto, mi estómago segregar 1,5 litros de ácido clorhídrico por día, etc.
— La función de excepción: ante una situación poco frecuente, de urgencia, una reacción poco frecuente, de urgencia. Mis pulmones fabrican más células de pulmón (un tumor) para absorber más aire; mi ritmo cardíaco tiene un ritmo desenfrenado (taquicardia, fibrilación, extrasístole); mi estómago, esta vez, en lugar de pedir a sus células que segreguen más ácido clorhídrico creará nuevas células (un pólipo) que producirán más ácido; el cuerpo crea una cantidad impresionante de glóbulos rojos nuevos, es la poliglobulia, etc.
El funcionamiento de excepción es, o bien por exceso, como acabamos de describirlo, o bien por defecto: menos glóbulos
rojos, menos ácido clor hídrico, menos desarrollo pulmonar, de estómago, de riñones, de hueso... si esto es necesario para adaptarse o para sobrevivir (úlceras, necrosis...). Por ejemplo, en Escandinavia, mi piel necesita menos bronceado para que el cuerpo capte la luz solar (como en la enfermedad de vitíligo); esto será al revés en África. En el espacio, mis huesos se descalcifican, pierden su sus tancia, me son menos necesarios debido a la ingravidez. En una situación de miedo, algunos bloquean sus pulmones, dejan de respirar, contienen su respiración.
Por consiguiente, tenemos cinco comportamientos biológicos en función de la necesidad, del acontecimiento exterior: +++ : fabrico más alvéolos, más estómago...
respiro profundamente, las células de mi estómago se multiplican...
Estado habitual, de base: respiro inconscientemente, la mucosa de mi estómago produce poco ácido...
bloqueo mi respiración, bloqueo mi digestión...
destruyo el parénquima respiratorio,
provoco una úlcera de estómago...
La emoción tiene un fundamento biológico
Surge en un instante de inconsciencia, de divorcio con uno mismo, apare ce de súbito a nuestras espaldas. Efectivamente, ¡no tardamos ni un año en ponernos enfermos o en caernos de una escalera o, incluso, en quedarnos encinta! Este cam‑
bio se produce en una fracción de segundo. Esto sucede en un lugar y en un tiempo preciso que se tratará siempre de reencontrar. ¿Por qué? Porque ésta es la única manera de retornar a nuestra consciencia lo que se ha personificado en el síntoma. Si no revivimos ese instante, ese «bio-shock», nunca podremos volver a contactar con el sentido biológico de la enfermedad. Se trata, en nuestra experimentación, de una vivencia que hemos sentido una primera vez inconscientemente, sin saberlo.
El bio-shock es un momento de encuentro entre el mundo exterior y nuestro mundo interior. Y este encuentro produce ya sea una satisfacción, ya sea una insatisfacción. Estas dos reacciones son perceptibles gracias a las emociones. La emoción es la huella consciente de una actividad inter na, es el indicio de una función biológica satisfecha o no. Hemos comido, nos sentimos saciados, llenos. Si no es el caso, nos sentimos frustrados, enfurecidos, con carencias. Hemos dormido bien, nos sentimos relajados, frescos. Todo a nuestro alrededor garantiza nuestra seguridad, nos senti mos apacibles y nuestro comportamiento se perpetúa; nos relajamos. Pe ro si el entorno es hostil, entonces el miedo surge de lo más profundo de nosotros con el fin de ponernos al acecho para que después esto nos per mita reencontrar la seguridad.
La emoción aparece siempre en un instante, de manera involuntaria, incontrolada y adaptada a la perfección a una situación exterior. Está instalada en nuestro cuerpo de manera precisa (calor en el vientre, tensión en la garganta, hombros pesados, piernas cansadas, hormigueo en las manos, etc.).
Entonces, ¿la emoción es nuestra amiga?... Para responder, déjame preguntarte: ¿cuál es la energía más poderosa?
A mi juicio, es la emoción. La emoción es nuestro carburante, la esen cia misma de nuestra vida, nuestro combustible de base. Sólo la emoción nos permite avanzar, nos da ganas de levantarnos por la mañana, de actuar, nos permite cuestionar y seleccionar para ir en la dirección que nos conviene. La emoción provoca encuentros o aislamiento, está en el origen de todas nuestras decisiones impulsivas.
¿Dime, qué sería tu vida sin emociones? Es la emoción del placer la que nos empuja a escoger un plato en un restaurante. ¡Obsérvate! Sin emocio nes, ¿por qué ir a tal velada, hacia tal colega? La idea de una lectura o de un encuentro crea –anticipadamente– en tus entrañas alegría o repulsión. ¿En función de qué comprarás o no el libro, irás hacia el otro o no? A veces, no ir a una reunión crea malestar, culpabilidad. Para evitarlo, por ejemplo, aceptas ir a la reunión porque la emoción de aburrimiento será menor que la de culpabilidad.
O sea, hay dos motores:
— ir hacia (o mantener) una emoción positiva
— alejarse de (o eliminar) una emoción negativa.
Sí, ¿qué harías sin el motor emocional? Que seas consciente o no, no cambia nada. Dime: ¿qué acto de tu vida, o qué actitud, se ha engendrado fuera de la emoción? ¿Verdaderamente, podemos actuar a sangre fría?
Es sencillo prestar a nuestros primos, los animales, el mismo movi miento interno, una vida emocional. Deseo de alimentarse, de encontrar morada y, cuando la impregnación hormonal está satisfecha, ¿qué decir de ese impulso que empuja a los machos a vigilar el rebaño de las hembras o a desearlo ardientemente o, también, a pelearse? Una vez más, ese mie do, cuando surge el depredador. Algunos, más audaces, llegarán incluso a prestar una forma de emoción al reino vegetal. Basta con ponerse de acuerdo sobre lo que expresa el término «emoción».
Las emociones traducen a nivel consciente lo que se vive a nivel bio lógico, celular, porque la función de la emoción es transmitir al cons ciente una función biológica satisfecha (colmado, saciado, aliviado...), o insatisfecha (agredido, frustrado, hambriento...). En este sentido, pienso que «la emoción es la gasolina que hace funcionar el motor». ¡Mira a tu alrededor! ¡Mira en ti mismo! Sin emoción, no hay vida. Sin vida, no hay emoción. Es, a la vez, el bien más preciado y el más descuidado, renegado, rechazado, minimizado, satanizado. Sinónimo de debilidad, está reservado a los profesionales de la emoción, a los artistas de todos los pelajes, a los románticos, a los trovadores, a los cineastas, a los músicos... Porque, para los adultos serios, no es razonable emocionarse en sociedad; en caso de hacerlo, entonces, se hace por poderes. Vamos a un espectá culo y, allí, vemos sollozar al artista, asistimos al drama, a su cólera, le dejamos expresar lo que nos atormenta en las entrañas, le confiamos lo que ya no sabemos decir, decirnos.
Es penoso, una desgracia y una lástima. Un verdadero desastre. Tengo el corazón que se me parte en dos y la baba que, de rabia, me sube a los labios y, en el alma, una melancolía se espesa como una bruma de otoño en el puerto de Londres.
Porque es lo que nos hace vivir, lo que nos mata por defecto. Sí, decir que lo que nos da placer es lo que, por defecto, nos hace sufrir.
ciente: digerir, latir, coordinar, filtrar, almacenar, segregar...
— Una sensación negativa, luego una emoción, sobrevienen cuan do una función biológica ya no está satisfecha: alimentarse, dor mir, sentirse seguro, reproducirse, moverse... Entonces nos senti mos hambrientos, frustrados, furiosos, irritados, en peligro...
— El inconsciente es biológico, está en el cuerpo, en cada una de nuestras células. La vida es biológica por naturaleza, por esen cia, y psicológica por accidente, es decir, en el momento de un conflicto, de un imprevisto.
¿Y qué es un imprevisto, un accidente, un «bio-shock»? El bio-shock nace en un instante preciso y se vive en un lugar preciso. Aparece cuando un acontecimiento es vivido como:
— conflictivo e imprevisto,
— dramático (sin solución satisfactoria),
— vivido solo (no podemos compartir lo que sentimos en nosotros mismos, no tenemos las palabras para traducir esto, para expresar lo que se queda impregnado).
Se produce cuando un acontecimiento exterior nos encuentra despro vistos, cuando ya no podemos adaptarnos a lo que pasa, no tenemos nada en la recámara, en la memoria, en nosotros, en nuestros aprendizajes, que nos permita salir de la situación: ninguna solución consciente. Entonces, sólo nos quedan, como salida, las soluciones inconscientes, aquellas que se sitúan en nuestro cuerpo.
Pero, ¿dónde están esas soluciones inconscientes? ¡En nuestras células!, memorias de la evolución, ¡mutaciones exitosas para sobrevivir aún más. Sí, siempre es cuando se produce este imprevisto que es el bio-shock, cuando aparece la vivencia. Es el Oro de la terapia: dejad llegar a la consciencia la «vivencia biológica conflictiva», piedra de Rosetta y piedra de fundación de la bio-descodificación.
En efecto, el sentido de este libro se sitúa en el enunciado de cada vivencia para cada enferme dad, porque cada síntoma físico es una encarnación, una puesta a punto en nuestra carne de un instante preciso, instante conflictivo, es decir, vivido con emoción. ¿Y dónde se encuentran nuestras emociones, cuál es el escenario de expresión? ¡El cuerpo, por supuesto! Siempre él.