Cosmética Slow

Cosmética Slow

Referencia: 9788441434967
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Recetas y consejos de belleza para una cosmética consciente y natural

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Cremas de día, de noche, sueros antiarrugas milagrosos, champús con mil virtudes, geles de ducha relajantes…

¿Necesitamos realmente todos estos productos? Sabemos desde hace mucho tiempo que estos hacen sufrir a nuestro bolsillo y al planeta… ¿No deberíamos consumirlos con más sentido común?

¿Solución?: La slow cosmétique

Principio: volver a lo esencial y probar lo hecho en casa

De la mano del especialista en aromaterapia y cosmética natural Julien Kaibeck, llega a España la cosmética slow, un movimiento imparable que promueve un uso de la cosmética más responsable, sencilla y ecológica.

En este libro descubrirá:

* ¿Por qué no necesitamos la cosmética convencional? ¿Cómo aprender a interpretar las etiquetas y escapar a los abusos del márketing?
* Aportación importante de la slow cosmétique: una actitud económica y ecológica para consumir la belleza de otra forma y con sentido común confiando en nuestro criterio.
* Fichas prácticas para aprender a adquirir unos hábitos correctos para distinguir lo que es slow de lo que no lo es.
* Trucos sencillos y fáciles recetas para hacer jabones, cremas y un sinfín de productos con ingredientes naturales para cuidarnos en armonía con el medio ambiente.

Julien Kaibeck, bioesteticista belga, enseña aromaterapia y cosmética natural en Francia y en Bélgica. Cronista de belleza y salud en diversos medios de comunicación, es reconocido internacionalmente. Su blog, en el que ofrece consejos y recetas sobre cosmética natural, cuenta con cientos de seguidores en todo el mundo.

Con el prólogo de Jean-Pierre Coffe, cronista de televisión y radio muy prestigioso, defiende en este libro todos los valores y cualidades de un consumo responsable y natural, y que se encuentran en laslow cosmétique.

Prólogo
de Jean-Pierre Coffe
El libro de Julien Kaibeck ofrece un panorama alarmante sobre los cosméticos convencionales. Si las mujeres y los hombres que lean este libro no se plantean cuestiones fundamentales sobre el futuro de la piel de su cara y de su cuerpo, será porque al género humano le habrán vencido la inconsecuencia y la estupidez, y, finalmente, quedará sometido a los dictados de la publicidad.
Tras la lectura de estas páginas hemos quedado consternados por la irresponsabilidad de los poderes públicos y de las grandes empresas que hay detrás de estos productos.
Desde hace algún tiempo nos bombardean los oídos con consejos para comer mejor, en menor cantidad, más sano, orgánico si es posible, para evitar el riesgo de padecer cáncer, enfermedades cardiovasculares, diabetes y colesterol... Pero nadie levanta la voz para ponernos en guardia contra los productos sintéticos utilizados en la alimentación. Los peligros son los mismos con los cosméticos.
Algunos fabricantes de alimentos parecen haber tomado conciencia de la inutilidad de los colorantes, aromatizantes, espesantes, estabilizan-tes, conservantes, del aceite de palma hidrogenado... Pero esto todavía no ha llegado al mundo de la cosmética.
Hasta ahora las mujeres y los hombres se dejaban seducir por los engañosos anuncios. Todos soñamos con ser más jóvenes, más hermosos... El terror a las arrugas, la obsesión por tener un pelo brillante y suave o una
piel tersa y aterciopelada se han convertido en una pesadilla. Compramos todo y cualquier cosa sin, obviamente, pedir la opinión de un dermatólogo. Nos dejamos manipular por la creatividad de los departamentos de marketing y los publicistas de estas empresas, ávidas de beneficios, y, sobre todo, poco preocupadas por los resultados obtenidos, a pesar de los grupos de consumidores que fomentan la credulidad de los usuarios.
Nos dejamos manipular por la creatividad de los servicios de
marketing y los publicistas de estas empresas ávidas de beneficios y
sobre todo poco cuidadosas con los resultados obtenidos, a pesar de
paneles de consumidores que animan a la credulidad de los usuarios.
En su libro Julien Kaibeck aboga por la slow cosmétique (inspirado por el movimiento Slow Food®) que gana terreno día a día. No es uno de estos gurús que te sugiere comprar sus productos, sino que te presenta una serie de métodos y recetas muy simples para que tú mismo, con ingredientes naturales y cotidianos, elabores tus productos para el cuidado personal, la higiene y el maquillaje. No promete resultados espectaculares de la noche a la mañana, pero sí una limpieza razonable de la piel del rostro y del cuerpo para ganar en naturalidad y sencillez.
Yo, que desde hace casi treinta años animo a los consumidores a comer de forma más sana y de manera más reflexiva, que quisiera que todos demostraran su sentido común en la alimentación, estoy profundamente convencido de que Julien Kaibeck es mi alter ego en la defensa de la cosmética.
Por todo eso, te animo a leer este libro, para que tomes conciencia de los riesgos que corres al utilizar productos equivocados. Léelo con atención, porque es tu bienestar futuro el que está en juego.
Introducción
LA SLOW COSMÉTIQUE, UNA INVITACIÓN A LA REVOLUCIÓN «¡Liberadnos de la cosmética lavacerebros!»
Esta es una consigna que algún día podríamos ver escrita con lápiz de labios en todos los espejos de Francia. La cosmética es, de hecho, nuestra mayor enemiga... Dulce y voluptuoso, este universo de belleza nos hace soñar y nos da una oportunidad formidable de sentirnos mejor con nosotros mismos. Sus deliciosas promesas nos hacen ver la vida de color rosa. Sin embargo, debido a que se rige por la ley de la obtención de beneficios, el mundo de la cosmética es implacable con nuestros bolsillos y con nuestra salud, por no hablar de su impacto en el medio ambiente.
Cada vez somos más propensos a darnos cuenta de que algo está mal. Desde hace unas décadas presentimos que los mensajes emitidos por los profesionales de la cosmética suenan falsos. Con la llegada de los cosméticos orgánicos certificados, muchos de nosotros nos hemos hecho las preguntas correctas. ¿Cuál es el impacto real de los ingredientes cosméticos en la salud? ¿Y en el medio ambiente? ¿Cómo es posible que haya rastros de parabenos en nuestro cuerpo? Y ¿por qué
aplicar derivados petroquímicos inertes en la piel? Estas preguntas han encontrado respuestas parciales gracias a los sellos orgánicos. A pesar de todo, sigue habiendo mucha desinformación y se puede hablar literalmente de un lavado de cerebro, una «cosmética lavacerebros».
Este lavado de cerebro es doble.
Por un lado, nos hacen creer que los productos cosméticos solo contienen ingredientes beneficiosos para nuestra piel, sin hablar jamás de los posibles peligros a largo plazo ni de la verdadera naturaleza de estos ingredientes, generalmente sintéticos. ¡Su impacto ecológico es tremendo! Hoy en día la cosmética está en todas partes y representa un mercado gigantesco. Nunca se habían consumido tantos cosméticos. Las grandes marcas de belleza han invertido en los países emergentes y están descubriendo a la humanidad el placer de aplicar una crema o de maquillarse. El problema es que los cosméticos comerciales no están exentos de riesgos para la piel y para el medio ambiente. No sabemos lo suficiente.
Por otra parte, el marketing cosmético nos arrastra a una búsqueda un poco irracional del producto milagroso, creando un frenesí de la innovación, de lo pseudocientífico y del consumo. Es el impacto social lo que está en juego. Nos hacen creer que los cosméticos son capaces de garantizarnos una juventud eterna y que son cada vez más innovadores. En términos de efectos tangibles y evidentes, no lo son. Pero el mensaje es el mismo después de casi un siglo: «¡Cómpralo! ¡Este producto responde a una nueva necesidad! ¡Es mejor que el anterior! ¡Porque tú lo vales!»
Los efectos de este lavado de cerebro de nuestra sociedad son muy poderosos. Están en juego enormes sumas de dinero. Incluso los profesionales de la belleza están engañados por su propio juego. Basta con asistir a las conferencias de los cosmetólogos. Hablan de ingredientes innovadores capaces de rellenar una arruga o de eliminar una mancha, aunque todo dermatólogo sabe que esto es imposible con una fórmula cosmética. Cada temporada, una increíble innovación destaca a golpe de millones de euros para prometernos una mayor comodidad, juventud y seducción. Todos compramos y probamos estos productos. Esperamos incansablemente que
la novedad sea una garantía de calidad, y nuestra búsqueda de la belleza no termina. Sin embargo, la piel de la humanidad parece ser siempre la misma: vive con sus imperfecciones, evoluciona constantemente bajo la influencia del estrés y del clima y, con el tiempo, envejece.
¿Tal vez no es tan grave esta falta de información? Es verdad que, al fin y al cabo, los cosméticos nos suben la moral y nos dan placer. Pero, para una sociedad, ¿cuál es el beneficio de mentirse a sí misma si el placer que se deriva de ello en última instancia es mínimo en comparación con el daño incurrido al medio ambiente y a la salud?
Ante las incoherencias del mundo de la cosmética, ¿no deberíamos
mostrar un poco más de cordura? ¿Intentar discernir lo falso de lo
verdadero? ¿Calmar nuestras aspiraciones ilusorias? ¿Poner orden
en nuestros actos de consumo y en nuestras rutinas de belleza?
Esto es lo que propone la slow cosmétique.
La slow cosmétique es una invitación a consumir la belleza de una manera diferente. Se trata de un movimiento llevado a cabo por los consumidores y por los grupos interesados en la belleza natural como respuesta a los excesos de la industria cosmética convencional.
Tal vez conozcas el movimiento Slow Food®. Nacido a principios de 1980, Slow Food® promueve una alimentación más saludable y más ecológica frente al auge de la industria de la comida rápida y la comida basura. Slow Food® reúne actualmente a miles de asociaciones locales que promueven los productos de la zona y la cocina respetuosa con los alimentos y el medio ambiente. La slow cosmétique nos invita también a mantener una relación diferente con la industria, y más concretamente con nuestros productos de belleza. Anima a consumir menos productos cosméticos y a optar por ingredientes de calidad que sean naturales y no tóxicos.
¿Te sorprende la gran cantidad de productos cosméticos que proliferan en los estantes de las tiendas? ¿Has sentido miedo cuando has oído hablar de la posible toxicidad de muchos de los ingredientes químicos de los cosméticos? Y cuando te aclaras el gel de ducha cada mañana,
¿has pensado alguna vez en el impacto medioambiental de este producto? Si has contestado que sí a estas preguntas, ya estás en el camino de la slow cosmétique...
¿POR QUÉ OTRA FORMA DE CONSUMO?
A nivel mundial se calcula que el volumen de negocio procedente de la venta de cosméticos ¡es de 3.500 € por segundo! Decenas y decenas de miles de millones de euros al año. Las ventas de cosméticos no dejan de crecer anualmente. La crisis ha ralentizado claramente esta progresión, pero la industria de la belleza se mantiene en números positivos. El mercado es, en efecto, enorme, y los márgenes de beneficios muy atractivos. En este lucrativo negocio la participación de los cosméticos orgánicos y naturales es muy limitada. Estamos hablando de menos del 5% de cuota de mercado*. Cabe señalar que este segmento es el que tiene un crecimiento más rápido. Y debido a esto las conciencias se despiertan poco a poco y los consumidores quieren productos más naturales para su belleza.
Porque los cosméticos convencionales contaminan nuestras mentes
Los fabricantes de cosméticos están ahí para hacernos la vida más hermosa y más cómoda. Invierten colosales sumas de dinero para desarrollar productos cada vez más innovadores y eficaces. Pero esta carrera hacia la excelencia tiene un propósito específico: el beneficio. En nuestro mundo globalizado y ultraliberal la apuesta económica de la industria cosmética es, obviamente, enorme. Aunque es muy sano querer ganar dinero mediante el desarrollo de productos cosméticos, es lamentable constatar que a veces el marketing ha tenido prioridad sobre el sentido común.
Observa la publicidad que se hace para promocionar los cosméticos. Los mensajes son subliminales: más bella, más glamour, más joven, más rápido... La serie de superlativos da vértigo. Sin embargo, está claro que la mayoría de nuestros productos cosméticos nos aportan lo mismo: comodidad, higiene e hidratación superficial. Esta es también la definición legal del papel de los cosméticos.
Como tal, es normal que la publicidad se jacte a toda costa
de los méritos de un producto. El problema aparece cuando nos
fijamos en la composición de los cosméticos. ¡Decepción!
Las fórmulas convencionales están llenas de agua y de ingredientes sintéticos o químicos, generalmente inertes y, por tanto, inactivos. Y, lo que es peor, muchos ingredientes de los cosméticos son criticados ahora por su impacto negativo en la salud. El debate sobre los conservantes y los parabenos, que desde la década de 1990 no ha parado de crecer, no te debe ser ajeno. Aún más sorprendente es que los publicistas hagan pasar por verde y natural lo que no lo es. Es el famoso greenwashing o «ecoblanqueamiento». Las marcas de cosméticos están constantemente asociando imágenes de «natural» y de «ecológico» a sus productos. Sin embargo, el impacto ambiental de la industria de las formulaciones de cosméticos y de sus envases es claramente perjudicial para el planeta.
Porque la cosmética convencional contamina el planeta
Los cuartos de baño del mundo globalizado están llenos de productos diversos y variados. Existen productos cosméticos para todo. Para la cara y el cuerpo, por supuesto, pero también para los ojos, el cuello, los labios, las uñas o el cabello, desde la raíz hasta las puntas. Lo malo es que los países emergentes, que no habían tenido hasta ahora acceso a estos sofisticados artículos, se han convertido en los mayores consumidores de productos de belleza convencionales. El marketing y la publicidad han pasado por allí.
Resulta un ejercicio aterrador pensar en el número de geles de ducha y champús que se consumen cada día en todo el mundo y que son aclarados seguidamente para ir a contaminar las aguas residuales. Y lo mismo ocurre con la cantidad de maquillaje de base que se retira todos los días con toallitas o algodones, inmediatamente arrojados a la basura. En cuanto a la cantidad de envases generalmente innecesarios y no reciclables en circulación, es increíble. ¡Y eso no es todo! Además de que los envases de vidrio no se vuelven a rellenar, hay que pensar en el impacto ambiental de la producción de lo que contienen. ¡Los derivados petroquímicos y los ingredientes sintéticos no crecen en los árboles!
A título personal, podemos pensar en no tener que sentirnos culpables por el consumo de productos cosméticos. Pero a escala de la humanidad, ¡es evidente que la suma es excesiva para nuestro planeta!
Porque ha surgido lo orgánico
Desde hace muchos años, los cosméticos convencionales se han criticado tanto por la calidad de sus fórmulas como por el impacto ambiental de su fabricación. Así nacieron los sellos «orgánicos» que prohibían el uso de ingredientes potencialmente dañinos para la salud humana o el medio ambiente. Inicialmente, los sellos de los cosméticos orgánicos se diseñaron con el objetivo de promover el uso de ingredientes naturales procedentes de la agricultura orgánica. Más recientemente, se ha ampliado su alcance. Actualmente, estos sellos están promoviendo tanto el uso de ingredientes naturales como el uso de envases respetuosos con el medio ambiente. Son una garantía real para el consumidor consciente de su salud y de la ecología. ¿Son suficientes? Desafortunadamente, no.
En primer lugar, existe una gran cantidad de sellos orgánicos y no todos son equivalentes en términos de requisitos y de calidad. El hecho de que haya muchos sellos también induce a error al consumidor. Nadie sabe qué camino tomar.
Por otro lado, la lógica mercantil de la comercialización también ha entrado en el reino de los cosméticos etiquetados como orgánicos. De manera sorprendente, muchas marcas orgánicas certificadas también han adoptado técnicas de venta agresivas y engañosas. No ha cambiado nada en el modo de comunicación de la cosmética. El mensaje es siempre el mismo: «Tu piel necesita este nuevo producto, cómpralo. Este nuevo producto es mejor que el anterior, añádelo a tu colección». Y como somos crédulos, lo compramos. Multiplicamos las pruebas y nos gusta el cambio.
Ciertamente, los sellos de cosméticos naturales han revolucionado la industria de la belleza y su aceptación entre los consumidores ha ocasionado que les salgan imitadores. Desde el momento en que los fabricantes se han dado cuenta de que un sello ecológico en el paquete hacía que se vendiera, se han sumado a esta vía. En este sentido, los sellos orgánicos están cambiando la industria en la dirección correcta, ya que son la única garantía vigente de una cosmética más saludable. Gracias a los sellos las grandes marcas han empezado a pensar en su impacto ambiental y la calidad de sus fórmulas.
Hoy en día, la elección de los cosméticos orgánicos certificados
es una opción decididamente ética que se debe fomentar. Pero
la slow cosmétique va más allá, invitándonos a considerar cada
compra: ¿el producto deseado responde realmente a una necesidad?
¿Cuál es el verdadero impacto que causa en el medio ambiente?
¿Y en mi piel?
PERO ENTONCES, ¿QUÉ DEBEMOS CONSUMIR?
La slow cosmétique concede gran importancia a los ingredientes naturales y mínimamente procesados para la belleza. Aboga por una vuelta a lo esencial: el uso de aceites vegetales, plantas aromáticas, minerales y alimentos para una belleza más responsable. La slow cosmétique propone también algunas rutinas de belleza para las que no
se necesita ningún producto. La gimnasia facial es un buen ejemplo de ello.
Este libro te detallará en la segunda parte la amplia gama de ingredientes de la slow cosmétique. Verás que es posible adoptar algunas para cambiar la manera en que consumimos la belleza sin dejar de estar perfectamente limpios y radiantes de salud.
La actitud slow es una revolución suave... Este libro no te invitará a
que no uses cremas, emulsiones o cosméticos nunca más, sino que
te incitará a que verifiques que esos productos cumplen con los
valores de slow cosmétique.
Unos cuantos productos orgánicos, buenos aceites vegetales,
azúcar, arcilla, miel y mucho sentido común... ¡Ya tienes todos los
ingredientes necesarios para la belleza slow! Así que, ¡libérate!
Índice
Sumario 9
Prólogo de Jean-Pierre Coffe   11
Introducción   13
La slow cosmétique, una invitación a la revolución 13
¿Por qué otra forma de consumo? 16
Porque los cosméticos convencionales contaminan
nuestras mentes   16
Porque la cosmética convencional contamina el planeta 17
Porque ha surgido lo orgánico 18
Pero entonces, ¿qué debemos consumir? 19
PARTE 1. COSMÉTICOS, ENTRE LA ATRACCIÓN
Y LA DESCONFIANZA   21
Capítulo 1. La piel y sus necesidades   23
Entender mi piel   23
¿Qué es la piel?   23
1. Protección   24
2. Transmisión de Información   25
3. Eliminación   26
¿A qué se parece la piel?   27
Dermis e hipodermis 27
Epidermis 29
¡Pelo y el sudor por todas partes! 30
Necesidades primarias de la piel   34
La piel necesita estar limpia   34
La piel necesita estar hidratada   36
A veces la piel necesita estar protegida   38
Protegerse de las agresiones fisicas   39
Protegerse de los ataques químicos   40
Protegerse de las agresiones medioambientales   41
Sentimos la necesidad de embellecer la piel   42
Capítulo 2. Los cosméticos convencionales y sus peligros   45
Análisis de las fórmulas de los cosméticos
convencionales 47
Pero, ¿qué contienen TODOS los cosméticos?   48
Agua 48
Aceite   48
Emulsionantes   48
¿ Y los conservantes?   49
¿ Y los activos?   50
¿ Y los perfumes? 50
¿Qué contienen los cosméticos convencionales? 52
Identificar los ingredientes tóxicos para la piel
el planeta   54
Los aceites minerales 55
Los alcoholes grasos y compañía   56
Las siliconas   57
Los polímeros 58
Los emulsionantes   58
Los conservantes   59
Los alcoholes 60
Los parabenos 62
El EDTA 63
Los liberadores de formaldehídos 64
Los emulsionantes SLS   65
Las sales de aluminio   66
Los perfumes 67
Los colorantes   69
Los activos cosméticos 70
Reconocer los cosméticos naturales y «orgánicos»   75
Aprender a diferenciar los tres tipos de cosméticos   75
Los sellos orgánicos más comunes 77
El sello ECOCERT 78
El sello COSMEBIO 79
La indicación Nature et Progrés   81
El sello alemán BDIH 81
El sello de la Soil Association 82
El sello italiano AIAB-ICEA 83
El sello belga ECOGARANTIE 83
El sello NATRUE 84
El sello estándar COSMOS 85
El sello estadounidense USDA organic   87
¿ Y las pruebas con animales?   88
El «leaping bunny» o conejo saltarín   89
Los logotipos «One Voice»   90
Capítulo 3. La slow cosmétique: una revolución sana
y natural   91
¿Cómo nació la slow cosmétique? 91
¿Por qué la slow cosmétique?   92
¿Qué es y qué no es la slow cosmétique?   92
¿Una cosmética inteligente? 93
¿ Una cosmética con sentido común? 94
¿ Una cosmética natural y ecológica?   95
¿ Una cosmética de placeres sencillos? 96
¿Existe un sello de «slow cosmétique»
o de productos «slow»?   97
Ficha slow n.° 1 ¿QUÉ ES LA SLOW COSMÉTIQUE? 98
PARTE 2. ADOPTAR LA SLOW COSMÉTIQUE 99
Capítulo 4. La base: limpiar la piel (y el cabello)   103
¿Cómo limpiar mi piel todos los días?   103
Con jabón   103
¿Fabricarse un jabón slow?   105
Con un guante de baño o de crin   106
Con arcilla   107
Mascarilla limpiadora de arcilla para la cara   109
Mascarilla limpiadora de arcilla para el cuerpo   109
Champú de arcilla   110
Baño limpiador de arcilla   110
Pasta de dientes casera de arcilla blanca 111
Con azúcar o con sal   112
Exfoliante facial muy suave de azúcar   113
Exfoliante para el cuerpo con azúcar y sal 113
Exfoliante de sal y limón para los pies y las manos 114
Con hidrolatos 115
Con productos lácteos 117
Mascarilla cremosa limpiadora y aclarante   118
Exfoliante de yogur para el rostro 118
Exfoliante de queso blanco para el cuerpo 119
Leche desmaquillante «muy fesca» 119
Leche desmaquillante «muy suave» 120
Leche de baño de aceites esenciales 121
Polvo de baño con leche y aceites esenciales 122
Desmaquillarse con aceite   122
¿ Y el gel de ducha? ¿Y el champú? 125
Gel limpiador para el cuerpo y el cabello 127
Enjuague de vinagre «brillantísimo»   128
Un lavado todavía más slow: la saponaria y la madera
de Panamá 129
Agua de lavado de madera de Panamá   129
Ficha slow n.° 2 ¿CÓMO LIMPIAR MI PIEL
Y MI CABELLO2   131
Capítulo 5. A diario: hidratar y proteger la piel   133
¿Cómo hidratar la piel a dirario?   133
Hidratar mi piel con aceite vegetal   134
Serum hidratante para el rostro   135
Suero hidratante calmante para el rostro   137
Suero hidratante reafirmante para el rostro   137
¿Cómo aplicar un aceite en la cara?   138
Aceite hidratante y sedoso para el cuerpo   139
¿Cómo elegir el aceite adecuado?   141
Hidratar la piel con crema cosmética   142
Crema hidratante universal de albaricoque
y aloe vera 144
Bálsamo hidratante muy rico de cera de abeja   145
¿Cómo proteger la piel y el cabello contra
las agresiones?   146
Proteger la piel con una crema cosmética, un bálsamo
o un aceite   146
¿Qué ingredientes naturales utilizar para proteger
mi piel?   147
Bálsamo protector de karité especial para frío in-
tenso 149
Fluido protector de aloe vera   150
Bálsamo protector labial de miel   152
Bálsamo fundente corporal de aceite de coco   152
Protegerse del sol   153
Consejos para prepararnos para la exposición al
sol   154
Consejos para limitar la exposición al sol   155
Protector solar casero 156
Consejos para protegerse de los rayos solares
de una forma responsable 157
Proteger el pelo   157
Crema nutritiva y protectora   158
Rocío protector del verano para el pelo   158
Ficha slow n.° 3 ¿CÓMO HIDRATAR Y PROTEGER
LA PIEL? 160
Capítulo 6. Lo urgente: sanar y reparar las pequeñas
imperfecciones   163
Tratar problemas de la piel con aceites esenciales   163
¿Cómo elegir los aceites esenciales adecuados? 164
Aceites esenciales necesarios para los cuidados slow   166
Cuidados con los aceites esenciales más comunes   167
Acné y espinillas   167
Aceite seborregulador   169
Descamaciones o placas secas   169
Dermatitis y prurito   170
Arrugas 171
¿Por qué gimnasia facial? 173
Ejercicios para reafirmar el óvalo facial y luchar contra la papada   173
El collar   173
El bulldog sonriente 174
La emisora 175
Ejercicios para reafirmar las mejillas y la papada 175
La trompeta 175
El caramelo grande   176
La pinza 177
Ejercicios para realzar los pómulos   177
El fantasma   177
Ejercicios para reafirmar los párpados y las patas de
gallo   178
El búho   178
Ejercicios para alisar las arrugas de la frente   179
El pensador 179
¿Qué cuidados hay para las pieles maduras?   180
Suero reafirmante antienvejecimiento   181
Cuperosis, enrojecimiento, rosácea y arañas
vasculares   182
Suero antienrojecimientos   183
Caspa   183
«Baño» capilar   184
Champú anticaspa   184
Cabellos frágiles y quebradizos   185
Cuidados especiales para el tono capilar   186
Aceite fortificante para antes del champú   187
Pérdida del cabello   187
Cabellos blancos o grises   188
Celulitis y piel de naranja 190
Aceite de masaje para la celulitis   191
Ojeras y bolsas oscuras bajo los ojos   192
Suero antiojeras y antibolsas   193
Ficha slow n.° 4 ¿CÓMO LUCHAR CONTRA
LAS IMPERFECCIONES? 195
Capítulo 7. El placer: perfumarse, maquillarse y seducir   197
¿Has dicho placer?   197
El placer de perfumarse al natural   198
Perfumes y aguas de colonia   198
¿Qué aceites esenciales utilizar para lograr
un buen perfume? 200
Agua de colonia personalizada con aceites
esenciales   202
Los perfumes sólidos   202
Pastilla de perfume de aceites esenciales   203
Desodorantes   204
¿Que desodorante elegir? 205
Polvo desodorante perfumado 207
Desodorante aromático en aerosol 208
El placer de maquillarse al natural 208
«Maquillaje natural», ¿de qué estamos hablando?   209
Unificar y matificar la tez   210
Polvo matificante sin color   211
¿Con qué dar color a los productos de maquillaje slow?   212
Pigmentos y «óxidos»   212
Colorantes vegetales   213
¿Dónde encontrar estos colorantes?   213
Polvo de sol slow   214
¿ Una base cero defectos con la BB cream slow? 214
BB cream para usar como base   215
Maquillar los ojos   216
Sombra de ojos cremosa «cielo» 217
Maquillar los labios 218
Exfoliar los labios naturalmente 218
Exfoliante labial de azúcar y miel 219
Cuidar los labios 219
Bálsamo cremoso para los labios 220
Maquillar los labios 220
Barra de labios brillante rosa 221
Ficha slow n.° 5 ¿CÓMO SENTIRSE BIEN
Y MAQUILLARSE PARA SEDUCIRSE)? 223
Conclusión   225
APÉNDICES   227
Mi programa de cuidados slow en un vistazo 229
Para hacer todos los días   229
Para hacerlo 1-2 veces a la semana   230
Para hacer al menos 1 vez al año   231
Aceites vegetales para una belleza slow 233
21 aceites esenciales para la belleza slow   241
Lista de direcciones   245
Agradecimientos 253
Edaf
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