Lagom, El secreto sueco de la buena vida, por Lola A. Åkerström, Editorial Urano

Lagom, el secreto sueco de la buena vida

Referencia: 9788479539962
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El secreto sueco para la buena vida está en la moderación y el equilibrio.

Una obra que nos presenta una filosofía de vida que propone un profundo cambio de mentalidad y de valores, muy acorde con el momento de crisis de los recursos que sufre el planeta.

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Inspirada en un concepto de origen sueco, “Lagom” (que viene a significar «en su justa medida») es el arte de aportar armonía a todos los aspectos de la vida con el fin de alcanzar, sin presión y sin esfuerzo, un estado óptimo de bienestar. Partiendo de la idea de que más no significa necesariamente mejor, el estilo de vida “lagom” nos invita a descubrir las ventajas de la simplicidad: desde una alimentación más natural hasta un hogar que emane elegancia y serenidad, pasando por un equilibrio perfecto entre espacio personal y vínculo social.

Lola A. Åkerström,fotógrafa y escritora afincada en Suecia, firma esta estética guía ilustrada con preciosas fotografías de la autora y salpicada de consejos para incorporar una filosofía que ya es tendencia en moda, decoración o gastronomía: “Lagom”, el arte de llevar una vida más sencilla, sostenible e infinitamente más satisfactoria.

A. ÅKERSTRÖM, LOLA

ha vivido en tres continentes distintos (África, Norteamérica y Europa) durante largos periodos de tiempo. Cursó un máster en Sistemas de Información en la Universidad de Maryland (Baltimore, Estados Unidos) y trabajó como consultora y programadora durante más de una década antes de seguir su vocación de convertirse en fotógrafa, autora y aventurera, lo que le ha permitido explorar los matices de culturas diversas.
Actualmente, Lola A. Åkerström es escritora, conferenciante y fotógrafa galardonada con numerosos premios. Colabora con asiduidad con medios tan prestigiosos como AFAR, la BBC, The Guardian, Lonely Planet y National Geographic Traveller. También es editora de Slow Travel Stockholm, una revista digital dedicada a explorar la capital de Suecia en profundidad. Vive en Estocolmo con su marido y sus dos hijos.

ÍNDICE

Nota de la autora

P.5

INTRODUCCIÓN +
USO

p.9

CULTURA +
EMOCIÓN

p.23

COMIDA +
FESTEJOS

p.41

SALUD +
BIENESTAR

p59

BELLEZA +
MODA

p75

DECORACIÓN +
DISEÑO

p.89

VIDA SOCIAL
+ OCIO

p.105

TRABAJO +
NEGOCIOS

p.121

DINERO +
FINANZAS

p.141

NATURALEZA +
SOSTENIBILIDAD

p.155

LAGOM EN UN
MUNDO CAMBIANTE

p.173

La autora
p.190

Agradecimientos
p.191

NOTA DE LA AUTORA

`Donde hay modestia, hay virtud.'

Refrán sueco

La primera vez que me llamó la atención este sistema de valores tácito, como una incómoda presencia que todos parecían ignorar, fue hace años, durante una cena con un grupo de violinistas y bajistas de diversas orquestas de la zona, entre ellas, la Real Orquesta Filarmónica de Estocolmo y la Orquesta Sinfónica de la Radio Sueca, y para quienes entra en lo normal tocar la misma semana en la ceremonia de los premios Nobel y en una actuación privada para la familia real sueca.
La que no encajaba, sin embargo, era yo, presencia extemporánea en una cena más bien informal, donde el código de vestimenta, también tácito, eran vaqueros azules desgastados con camiseta holgada para las mujeres y cortes más ajustados para los varones. Los pies, todos con calcetines de lana bien ca­lientes.
Se desprendía de nuestro grupo una especie de moderación. Brillaba por su ausencia cualquier alusión gratuita a logros personales. Nadie divulgaba por iniciativa propia datos sobre su persona, salvo si se lo pedía alguno de los comen­sales. El promedio de idiomas hablados con fluidez dentro del grupo era de tres, y sin embargo, aquellos trotamundos con más de una vuelta al planeta en su mochila se apresuraban a quitar importancia a sus habilidades, aludiendo que no eran hablantes nativos. Las bromas daban paso a largos intervalos de silencio en los que todos parecían encontrarse perfectamente cómodos. El pequeño piso donde estábamos cenando rebosaba calidez y bienestar.
Fue en este momento cuando inconscientemente, ante mis ojos de recién llegada a Suecia, empezó a dibujarse de manera clara, surgiendo de la oscuridad, la norma implícita de lagom. Aun así, lo achaqué todo a la modestia y la humildad de un grupo de amigos íntimos que se conocían muy bien y no sentían la necesidad de presumir ni de acaparar la conversación.
El silencioso sistema de valores, sin embargo, volvió a hacer acto de pre­sencia en circunstancias completamente distintas, y en ese momento comprendí que también era un código de conducta en pública capaz de metamorfosearse en la línea de lo que podríamos Ilamar 'decoro'.
Lo reconocí al llegar a Estocolmo procedente de la Laponia sueca y esperar en silencio, junto al resto de los pasajeros, a que saliera por la cinta el equipaje, que ya tardaba más de lo normal. Durante la casi media hora que duró el insólito retraso técnico no se estableció ningún contacto entre nosotros, salvo entre los que hablaban porque ya se conocían. En cualquier otro sitio yo ya habría roto el hielo con alguno de mis compañeros de viaje, y habríamos empezado a lamen­tamos en voz alta, lo más alta posible, de nuestra dificil situación.
Dentro del ecosistema de la mentalidad sueca, sin embargo, parecía inne­cesario airear lo que era una obviedad.
Esta ideología siguió consolidándose el día en que, al llegar tarde (por enésima vez) a una clase de sueco, preparé una justificación de mi retraso y me dispuse a exponérsela a mi profesor
'No hace falta —me aconsejó rápidamente un nativo—. No es necesario que des explicaciones. Discúlpate por el retraso y punto.' No hacía falta pro­porcionar más información de la imprescindible.
Y menos si no me la pedían.
En ese momento se cerró el círculo, devolviéndome a mi cena con el grupo de músicos, y vi la pauta con toda claridad. Con el paso del tiempo, lo que había empezado como una presencia incómoda se convirtió en un principio rector invisible que te susurra sus recordatorios al oído.
'Ni demasiado, ni demasiado poco --susurra—. Lo justo'
No la mitad. No el promedio. No la autocomplacencia. Lo justo.
En esta distinción reside el poder subyacente de lagom como base para conseguir un estilo de vida óptimo en el que se dé y se reciba a partes iguales, sin trastocar el equilibrio entre la individualidad y la dinámica de grupo.
Había oído hablar de esta costumbre implícita hace muchos años, antes de irme a vivir a Suecia, y con el tiempo, a medida que me he ido sumergiendo en la cultura sueca, he adoptado lagom en varias facetas de mi propia vida. Este libro refleja profundamente mi privilegiada perspectiva, una fusión entre la ob­jetividad de quien mira desde fuera y la subjetividad que comporta mantener en tantos aspectos una relación muy estrecha con Suecia.
Lagom es mucho más que el simple ejercicio de moderación con el que tan a menudo se asocia.
A lo largo de este libro confío en poder demostrar que esta palabra, tan corta, tan sencilla, no solo impregna profundamente la psicología sueca —está presente en el antiguo refranero del país, sin ir más lejos—, sino que es muy posible que constituya el pequeño secreto capaz de impulsarte a vivir una vida más sostenible que nunca.
Algo más que vivir de forma equilibrada: encontrar el equilibrio perfecto para ti.

'Corresponde en igual medidad
de lo que te han dado, y contesta
según te hayan llamado.'

Refrán sueco

 

Urano
9788479539962

Ficha técnica

Autor/es:
Lola A. Åkerström,
Editorial
Urano
Formato
126 x 176 mm
Páginas
192
Encuadernación
Tapa dura
Nuevo
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