SUPERFOOD SMOOTHIES (Julie Morris) Ed. Sirio  ISBN: 9788416579341 Batidos de superalimentos

SUPERFOOD SMOOTHIES

Referencia: 9788416579341
16,95 €
16,10 € 5% de descuento

100 Batidos de superalimentos

¡Pon tu batidora en marcha y prepárate para disfrutar de un día repleto de nutrientes!

 

Cantidad
- Envío en 24 - 48 horas
Julie Morris ha seleccionado 15 magníficos superalimentos ricos en vitaminas, minerales, antioxidantes y fitoquímicos, y los ha incorporado a las 100 recetas de batidos que presenta en este libro.

Incluye:
* Batidos afrutados y ligeros para refrescar e hidratar.
* Batidos verdes y vibrantes para aprovechar los beneficios de las hojas frescas.
* Batidos ricos y cremosos para darnos un capricho con chocolate o bayas de acai.
* Batidos “de incógnito” donde se disfrazan las hortalizas y aprovechamos todas sus propiedades con el mejor sabor.
* Batidos especiales, con gran variedad de ingredientes, que pueden sustituir una comida.
Busca los iconos de los diferentes beneficios: Proteínas, Bajo en calorías o Huesos fuertes, que acompañan cada receta.

Jutie Morris

Es una chef natural que emplea, básicamente, superalimentos e ingredientes integrales y vegetales. Dedicada ala industria de alimentos naturales, es creadora de recetas, escritora, etc. Su misión es simple: compartir recetas y recomendaciones nutricionales que nos ayudan a llevar un estilo de vida más dinámico y saludable.


  • Nº págs: 240
  • Rústica
  • Tamaño: 17x 22.8 cm

 

Existen muchos sabores exquisitos que pueden utilizarse fácil y rápidamente para crear un batido maravilloso. Julie Morris, chef de cocina natural, da otro paso adelante e incluye las virtudes saludables de los superalimentos en recetas de su propia creación que son perfectas para calmar la sed. «¿Frutas? ¿Hortalizas? ¿Semillas? ¿Superalimentos? Son sabores naturales que, simplemente, se han combinado mejor».
Julie Morris ha seleccionado 15 magníficos superalimentos ricos en vitaminas, minerales, antioxidantes y agentes fitoquímicos, y los ha incorporado a las 100 recetas de batidos que presenta en este libro. Las refrescantes e hidratantes combinaciones de los «Batidos afrutados y ligeros» aprovechan la abundancia de sabores dulces que hay en la naturaleza. El único recordatorio de la presencia beneficiosa de las hortalizas de hojas verdes en los «Batidos verdes y vibrantes» es su color. ¿Te apetece tomar algo sustancioso pero que no te caiga pesado? Elige uno de los «Batidos ricos y cremosos» cuyos ingredientes incluyen desde el chocolate clásico hasta las exóticas bayas de acai. Las bebidas reunidas bajo el título «Batidos de incógnito» conservan los sabores familiares en un primer plano y contienen una sorprendente variedad de hortalizas que pasan inadvertidas; los «Batidos especiales» hacen buen uso de una despensa bien surtida para que disfrutes de una experiencia rejuvenecedora y única.

ÍNDICE

Prólogo      7
Introducción      1 1
PRIMERA PARTE. RESPLANDECIENTE
GRACIAS A LOS BATIDOS     15
BATIDOS: LA FORMA PERFECTA DE
FUNCIONAR     16
Principios de los batidos
de superalimentos     17
CONCEPTOS BÁSICOS DE
LOS BATIDOS     24
Cómo crear el mejor batido     24
Batidos frente a zumos     32
Cómo preparar tu batido     33
PRINCIPIOS ESENCIALES DE LOS
BATIDOS DE SUPERALIMENTOS     36
Los «súper-15»      37
La aventura de los
superalimentos     61
Técnicas para reducir costes     62
Utensilios     65
LAS RECOMPENSAS NUTRICIONALES
DE LOS BATIDOS     68
Beneficios incorporados      68
Beneficios adicionales     70 SEGUNDA PARTE. LOS BATIDOS     75
¿QUÉ CANTIDAD DE BATIDO
DEBO BEBER?      76
Afrutados y ligeros     78
Batidos verdes y vibrantes     108
Batidos ricos y cremosos     138
Batidos de incógnito      170
Batidos especiales     188
"Chupitos" de superalimentos      208
¿QUÉ LE HA PASADO AMI
BATIDO?     215
Cómo guardar los batidos     216
TERCERA PARTE. EXTRAS     219
Cómo preparar leches de
semillas y frutos secos     220
Hoja de referencia para
sustituir superalimentos     222
Gráfico de conversión     223
Guía de recursos     224
Referencias      226
Agradecimientos     227
Índice de batidos por
orden de beneficios     228
Índice temático     233

PRÓLOGO

Aún puedo recordar aquel día: era la séptima vuelta de una carrera de cinco kilómetros que consistía en un total de doce vueltas y media, y el grupo de corredores me había dejado muy por detrás. Ciertamente, este no era el debut que yo había esperado tener en las pruebas de atletismo del instituto.

Algo no funcionaba bien.
Durante mi entrenamiento había depositado toda mi confianza en una nueva dieta vegetariana que acababa de adoptar. Después de probar una amplia gama de dietas (bajas en proteínas y ricas en carbohidratos, ricas en proteínas y bajas en grasas, ricas en carbohidratos y bajas en grasa...), decidí alimentarme de una forma más simple y equilibrada, y comencé a eliminar todos los productos de origen animal, algo que deseaba hacer desde hacía muchos años. Me había convencido de que así llegaría a ser más competitivo pero, obviamente, no conseguí el resultado esperado. Pero ¿cuál era el motivo? ¿Por qué el hecho de haber optado por una dieta vegetariana me había provocado esa falta de energía?
Como descubriría más tarde, aquello se debió a que realmente no me había convertido en un vegetariano sino en un «almidonariano». Estaba llenándome de calorías carentes de nutrientes, subsistiendo casi exclusivamente a base de alimentos procesados ricos en almidón (pan blanco, pasta, productos cocidos) y consumiendo muy pocas hortalizas, proteínas, alimentos ricos en ácidos grasos esenciales y fruta. Me sentía satisfecho después de comer porque consumía una cantidad suficiente de calorías, pero no estaba ingiriendo los nutrientes necesarios. Como más tarde aprendí, comer no es sinónimo de nutrirse. De hecho, comprendí que un problema común de nuestra sociedad es que se consumen cantidades cada vez mayores de alimentos pero sin obtener la cantidad adecuada de nutrientes. Comer en exceso y, simultáneamente, no obtener los nutrientes esenciales se ha convertido en la paradoja de los últimos treinta años, y es ahora la nueva norma debido a los productos refinados incluidos mayoritariamente en gran parte de la alimentación en Norteamérica.

Más adelante llegaría a aprender que consumir un gran volumen de alimentos refinados sin obtener la nutrición adecuada es, pura y simplemente, un gasto de energía. Una vez que has gastado algo, ya no lo posees. Y ese fue precisamente el problema que tuve en la pista de atletismo: ha-
, bía consumido demasiada energía. Entonces, ¿cuál podría ser la solución? Aparte de tomar suplementos en cápsulas (que era una alternativa más «procesada»), ¿cuál podría ser la manera más sencilla de obtener los nutrientes de los que dependía mi rendimiento en la pista?
Por puro capricho, reuní la mayor colección de ingredientes integrales de origen vegetal y ricos en nutrientes que pude encontrar, añadí agua y los mezclé. Como puedes imaginar, el sabor no resultó muy bueno pero de todos modos tomaba uno de esos brebajes cada día después de mi entrenamiento. iY funcionó! Al cabo de unas pocas semanas había vuelto a la normalidad. Dos semanas más tarde me sentía mejor de lo normal y mi rendimiento así lo reflejaba. Era capaz de entrenarme más intensamente, lo que pronto se tradujo en mejores resultados. El experimento con la batidora me había convencido: una buena nutrición podía ayudar a
que mi afición por correr triatlones se transformara en una carrera profesional. La fórmula de tomar batidos diariamente siguió evolucionando con el paso de los años hasta que, finalmente, llegó a convertirse en una versión comercial llamada Vega One. Con el apoyo nutricional de mis batidos diarios, mi carrera como atleta avanzó a un ritmo acelerado, y pasé de correr una maratón de dos horas y veintinueve minutos a ganar dos ultramaratones nacionales canadienses de cincuenta kilómetros. Después de ganar la segunda ultramaratón, mantuve la segunda mejor marca mundial al menos durante un año, y más adelante inicié mi carrera como triatleta Ironman profesional, lo que afianzó mi confianza en este programa de entrenamiento y nutrición.
Mis habilidades como atleta son normales, y en mi búsqueda para aumentar mis proezas físicas encontré varias técnicas de entrenamiento innovadoras que pueden ser de gran ayuda. No obstante, la nutrición es con diferencia lo que tiene el mayor impacto. Y ahí es donde intervienen los batidos de superalimentos. Y Julie no solamente crea batidos con ingredientes ricos en nutrientes, los superalimentos; también se preocupa de que sepan bien, realmente bien.

Como chef de cocina natural, Julie aplica sus habilidades culinarias con el propósito de que la función se una con el sabor. Tomemos, por ejemplo, el batido de naranja cremosa (es uno de mis favoritos): incluye ingredientes beneficiosos para la salud como las grasas esenciales, la vitamina E y agentes antiinflamatorios; y además, sabe a helado.
Preparar las recetas de Julie es una forma holística y deliciosa de alcanzar tu potencial total, ya sea como deportista o en cualquier otra área. Si hubiese conocido esto cuando estaba en el instituto, habría transitado por el camino correcto desde el principio.
BRENDAN BRAZIER

INTRODUCCIÓN

Esta historia comienza durante un verano en el que las pajitas para beber empezaron a tener un nuevo sentido para mí.
Era un típico día de julio en Los Ángeles: uno de esos días en que hace mucho calor y todo el mundo está irritado; un sol abrasador inundaba la ciudad con un brillo naranja. Yo era entonces una muchacha larguirucha de catorce años con una desafortunada tendencia a usar camisas holgadas que me sentaban muy mal. Mi agenda para el verano estaba confusamente planificada con el único y simple objetivo de llenar el tiempo, el lujo básico de la inconsciencia propia de los adolescentes. En medio de ese sofocante calor que suele caer sobre el valle de San Fernando, pasaba los largos días veraniegos nadando, hasta que conseguí «levantar el dedo» para hacer varios viajes (quizás demasiados) al centro comercial, y acabé descubriendo los batidos.
Acababa de inaugurarse una nueva cadena de locales de batidos y, a pesar de vivir en una ciudad llena de bares y cafeterías, la noticia de esta nueva iniciativa empresarial se propagó rápidamente por todas partes. En lo que ahora considero una llamada del destino, esta cadena (hoy en día bastante famosa y con miles de franquicias en todo el país) inauguró uno de sus primeros locales de batidos muy cerca de mi casa. Las opciones de la carta eran abrumadoramente tentadoras y siempre que acudía al local me resultaba muy difícil decidir qué iba a elegir. Me devanaba los sesos y me quedaba bizca mirando la larguísima lista de aquellas mágicas combinaciones batidas, afrutadas, cremosas y deliciosamente frescas. Todo eso mientras me moría de vergüenza por la irresistible atracción que sentía por los chicos que servían los batidos. No me parecía justo tener que decidir no solo si quería un batido de fresa, manzana, plátano, mango o cítricos (todos ellos sabían a gloria) sino también cuál de todos los empleados del local me gustaba más. Allí estaban el irresistible surfista bronceado, el chico con el anillo en la nariz que tenía aspecto de artista, o el Sr. Gorro Naranja con la firma hacia atrás, con los ojos más azules que había visto en mi vida. Haciendo
gala de una falsa confianza y sintiéndome humillada por mis inevitables sonrojos, llevaba en la mano el dinero que me habían dado mis padres (a quienes había pedido encarecidamente que me esperaran en el coche mientras yo hacía el pedido) mientras trataba de decidirme: «A ver, no estoy segura, quizás el batido cremoso de cacahuetes, pero no recuerdo cómo se llama». Ese batido sabía igual que las galletas que solo tomaba en la casa de una amiga que tenía unos padres fantásticos (entendían que la comida basura era esencial para el desarrollo de los adolescentes). La palabra sano no entraba en mi vocabulario en aquel momento y los batidos eran una experiencia exclusivamente placentera.
Consumir el contenido de aquellos grandes recipientes de espuma de poliestireno (mis disculpas al medio ambiente, en aquella época no tenía conciencia ecológica) con una pajita —sin siquiera terminar de quitar la envoltura de papel— me producía una profunda satisfacción, algo que normalmente se experimenta con cosas más interesantes de la vida. Y esa satisfacción me duraba toda la tarde, sumida en una felicidad que me hacía olvidar momentáneamente a los chicos. Con el sonido final del último sorbo de batido, empezaba a pensar cuál elegiría la próxima vez.
Pero eso no me sucedía solamente a mí. Aquel verano, tomar batidos se convirtió en una actividad ideal para reunirse con los amigos que, finalmente, consiguió ganarle la partida al ritual familiar de ir a comprar helados de yogur. En algunas ocasiones, mi madre, mi padre y yo tomábamos batidos a la hora de la cena. Mi padre incluso llegó a hablar de mudarnos al norte y abrir su propio local de batidos.
Como puedes imaginar, cuando empecé a conocer los beneficios saludables de los batidos, inmediatamente pensé que ya dominaba el tema gracias a aquellos veranos en el valle, en los que me hidrataba con vasos enormes repletos de todo tipo de ingredientes. Pero pronto aprendí que aquellos brebajes podían ajustarse técnicamente a la definición de batido, pero no estaban a la altura de su potencial para mejorar la salud. Llegué a comprender que aunque los batidos que compraba en aquella época eran más sanos que el yogur helado (y que otros postres mucho menos nutritivos), en realidad incluían sorbetes y zumos de fruta, y solo una pequeña cantidad de fruta, es decir, una enorme cantidad de azúcar. iQué
oportunidad perdida con todas esas «calorías vacías»!
Como chef especializada en superalimentos, me di cuenta de que en los batidos no solo se podía prescindir de los componentes que no eran beneficiosos sin que eso afectara a su sabor, sino que también podían contener una mayor cantidad de nutrientes. Los mismos maravillosos superalimentos que me encantaba utilizar en mis recetas estaban a punto de saltar al interior de la batidora y ofrecerme sus beneficios en forma de batido. Y así fue como empezó todo... i Increíblemente fácil!
Cada vez que mostraba estas nuevas recetas de batidos a mis amigos, familiares y clientes, la respuesta era unánime: «Podría beber esto cada día». No creo necesario decir que conozco perfectamente esa sensación.
Los batidos de superalimentos nos dan energía. Si existe algún atajo para hacerse cargo de la propia salud, con toda seguridad es este. La maravillosa frescura de los ingredientes que mezclas en la batidora y el arco iris de beneficios que pronto formarán parte de tu estilo de vida son a la vez emocionantes y reconstituyentes. Intenta refrenar la sonrisa auto-complaciente que aparece en tu boca mientras creas una fantástica combinación de ingredientes en menos de un minuto. Presta atención al sonido promisorio que produce un batido al llenar un vaso. Resulta más divertido beberlo con una pajita —yo suelo elegir pajitas de vidrio reutilizables—. Paladea tu batido desde el primer sorbo y disfruta de la experiencia de tomar batidos de superalimentos —tu cuerpo ciertamente lo hará.



Sirio
9788416579341
Nuevo
Related Products ( 16 other products in the same category )

Nuevo registro de cuenta

¿Ya tienes una cuenta?
Inicia sesión o Restablece la contraseña