Cuida tu piel

Tu piel protege tu cuerpo de las agresiones externas, del medio am­biente, de las radiaciones solares, de los agentes nocivos.... Vistas así las cosas, parece sensato poner un poco de atención y cuidarla al máximo.
Que tenga un aspecto radiante no depende de cremas carísimas ni de tratamientos largos y dolorosos. Solo hay que tener un poco de sentido común y seguir unas reglas básicas: una buena alimentación, hidratarla, hacer ejercicio, usar mascarillas y exfoliantes, una bue­na crema de protección solar...
Este libro te conducirá a un conocimiento más exhaustivo de la piel humana para que así puedas aplicar los mejores remedios natu­rales para su tratamiento y cuidado.

• Pieles mixtas, grasas o secas: tratamientos para cada una de ellas.
• ¿Cómo combatir el temible acné?
• ¿Hay remedios naturales para las arrugas?
• ¿Qué significa una alimentación adecuada?
• Las mejores plantas medicinales para tu piel.

Monica Blanchet

es dermatóloga y lleva toda una vida dedicada a la investigación y el cuidado de la piel.

Índice

Introducción     9

1.         La estructura de la piel     15
La epidermis, la capa más externa     18
Ahora hablemos de la dermis, la capa interna     20
Los adipocitos, el lugar donde se almacenan las grasas     23
¿De qué nos protege la piel?     25
2.         Tipos de piel     35
De todo un poco: la piel mixta     37
Con un exceso de secreción sebácea: la piel grasa     46
La piel seca y el envejecimiento      52
¿Enrojecimiento? ¿Irritaciones? Se trata de piel sensible     58
3.         Cómo combatir el paso del tiempo     71
Las inevitables arrugas     74
Cuidados apropiados frente a agentes externos     84
La piel, el espejo del alma     95
Los radicales libres     99
Tratamientos naturales de la piel     104
Cómo tratar algunos problemas de la piel     132

Bibliografía     141

INTRODUCCIÓN

El tejido más externo, el que cubre la totalidad del cuer­po y lo protege de las agresiones externas, el de mayor tamaño...
La piel es un órgano tan extenso como variadas son sus funciones. Ofrece protección a los órganos internos del cuerpo, esto es, se constituye como una especie de barrera protectora que impide que los órganos se lesionen. También es el órgano de la sensibilidad por excelencia, con células sensibles al tacto, a la tempe­ratura, a la presión, al dolor... Desempeña un papel im­portantísimo a la hora de mantener la temperatura del cuerpo. Cuando esta es elevada, las glándulas sudorí­paras producen sudor para enfriarlo. Y si la temperatura es baja, los vasos sanguíneos en la dermis se contraen para conservar el calor natural del cuerpo.
De igual manera, la epidermis presenta una capaci­dad especial para retener el agua, contribuye a su elas­ticidad, además de mantener el equilibrio respecto a los fluidos y electrolitos del cuerpo.
Cuidar la piel y que tenga un aspecto radiante no de­pende de cremas carísimas ni de tratamientos largos y dolorosos. Solo hay que tener un poco de sentido común y seguir unas reglas básicas. Todos somos conscientes de que el cuidado de este órgano requiere cuidados especiales, ya que constantemente lo estamos expo­niendo al medio ambiente, muchas veces contaminado y hostil. Sin embargo, con la gran cantidad de produc­tos dermatológicos que existen e inundan el mercado, muchas veces no sabemos qué hacer y qué métodos debemos observar para cuidarla mejor y mantenerla sa­ludable.
Lo primero que hay que tener en cuenta es la natu­raleza de la piel, y asegurarse de elegir los productos adecuados a cada tipo de piel. No es lo mismo una piel seca que una grasa. Ciertas partes del cuerpo tienen una capa más fina y frágil, y por tanto requieren de cui­dados especiales.
Todo empieza con una limpieza suave con el fin de no atacar la piel y conservar su equilibrio, usar una o dos veces un exfoliante adaptado, que sea eficaz, suave y respetuoso, con el fin de purificar la piel respetando su equilibrio. Y no olvidar la hidratación, no en vano la piel está compuesta por un 70% de agua. Protegerse del sol, utilizar maquillajes hipoalergénicos y huir de la con­taminación, el tabaco y el estrés son otros de los con­dicionantes básicos para llegar a la vejez con una piel sana y en perfecto estado.
Este libro le conducirá a un conocimiento más ex­haustivo de la piel humana para que así pueda conocer­se mejor y aplicar los mejores remedios naturales más adecuados para su tratamiento y cuidado.