Coaching y salud
Referencia: 9788496981973
Pacientes y médicos una nueva actitud
Médicos, enfermeras y pacientes descubrirán una manera más efectiva y afectiva de comunicarse para mejorar la salud.
En Coaching y salud los profesionales sanitarios (médicos, enfermeras, fisioterapeutas, psicólogos...) descubrirán nuevos recursos que podrán incorporar con facilidad en su consulta diaria.
Pacientes y médicos una nueva actitud
El coaching es una metodología que favorece el cambio y ayuda a conseguir objetivos en la vida personal y profesional. El coaching para pacientes centra sus objetivos en la salud: facilita que ellos mismos puedan conseguir mejorar hábitos saludables, cumplir los tratamientos en las enfermedades crónicas y que, por tanto, mejoren su calidad de vida. En el libro se muestra cómo aplicarlo de una manera práctica ya que todos los casos descritos pertenecen a pacientes reales.
En Coaching y salud los profesionales sanitarios (médicos, enfermeras, fisioterapeutas, psicólogos...) descubrirán nuevos recursos que podrán incorporar con facilidad en su consulta diaria. Con la mayoría de pacientes bastará sólo utilizar alguna técnica de coaching para obtener mejores resultados. Por ejemplo: escuchar de manera activa, preguntar más y aconsejar menos, dejar decidir al paciente, felicitar y celebrar sus mejoras. Los pacientes también pueden beneficiarse de su lectura, ya que les ayudará a comprender mejor el proceso de su enfermedad y les dará herramientas para mejorarse.
Jaci Molins Roca (Manresa, 1951) vive entre Tarragona y Barcelona. Es médico, psicoterapeuta y coach. En su actividad profesional siempre ha estado en contacto directo con el paciente. Tiene amplia experiencia en el ámbito sanitario: trabajó de auxiliar de clínica y de enfermera mientras estaba estudiando, y como médico en los últimos 30 años; también ha realizado tareas de gestión: Directora médica del Hospital Santa Tecla de Tarragona y Jefe de Servicio de Rehabilitación de la «Xarxa sanitária i social Santa Tecla», cargo que sigue ejerciendo en la actualidad; es profesora de medicina y fisioterapia en la Universitat Rovira i Virgili y del posgrado de coaching de la Universitat Pompeu Fabra.
Además de especializarse en rehabilitación, ha complementado su formación médica con otras disciplinas: máster universitario en Psicoterapia Sistémica o Relacional en la Escuela de Terapia Familiar de Sant Pau (UAB), máster universitario en Coaching y liderazgo personal (UB), «Practitioner» PNL, EMDR, Hipnosis ericksoniana, Comunicación e Inteligencia Emocional.
Es también autora de varias comunicaciones y publicaciones de medicina y de coaching dirigido a pacientes.
Prólogo
Las personas a menudo nos enfrentamos al dilema: ¿cómo puedo cambiar? Un síntoma, una enfermedad, una carencia, pueden provocar una necesidad más o menos intensa de modificar algo en la propia vida. Sin embargo, como bien sabemos, a veces el simple deseo de generar un cambio no basta para que éste se haga realidad.
Quien se dirige a un médico o a cualquier profesional de la salud, en general lo hace buscando apoyo frente a algún tipo de malestar físico o emocional. Al acoger y escuchar al paciente, inmediatamente surge en el profesional la necesidad de ofrecer soluciones y ayudar a generar un cambio positivo. Pero la buena intención con frecuencia deriva en desánimo, al comprobar que los consejos y las prescripciones no son seguidas por el interesado como sería de desear.
En los últimos tiempos asistimos a un cambio de paradigma en la atención sanitaria. Antiguamente el profesional de la salud era el único que desempeñaba un papel activo en la consulta, dado que se le creía poseedor de todo el conocimiento, mientras que el paciente permanecía igno-
rante y pasivo a la espera de indicaciones. Ahora los médicos y otros profesionales se encuentran en una difícil tesitura: los pacientes no obedecen a ciegas, quieren decidir sobre los temas que conciernen a su salud, y disponen de mucha información, en ocasiones mal utilizada.
Podríamos decir que el modelo paternalista de atención se encuentra en crisis, y que es preciso iniciar una relación de ayuda menos asimétrica, más igualitaria. Un contrato entre adultos en que el saber del profesional se combine con la responsabilidad del paciente frente a su propia salud, utilizando su experiencia y su conocimiento personal.
Y es aquí donde el coaching, como método basado en la comunicación, puede resultar una herramienta enormemente útil para muchos profesionales, así como para aquellas personas que se encuentran en una situación que no es fácil de resolver. Una comunicación efectiva puede ayudar a abrir ventanas, clarificar, encontrar nuevos objetivos y, sobre todo, ponerse en acción.
Este libro habla de motivación, es decir, del verdadero motor que genera el cambio. La salud, nuestro bien más preciado, impele a un compromiso con uno mismo. Por eso, ante la enfermedad o el malestar, los profesionales actuarían con más eficacia si, en vez de ofrecer respuestas o soluciones rápidas, fueran capaces de estimular la curiosidad, abrir preguntas, generar reflexión.
La trayectoria de Jaci Molins, la autora de esta obra, también es un vivo ejemplo de motivación y compromiso. Empezó su carrera profesional siendo enfermera, y su deseo de ayudar y comprender mejor a los pacientes le llevó a estudiar medicina. Ejerciendo como médico se percató del trasfondo psicológico que se hallaba detrás de las demandas de sus pacientes y decidió formarse en psicoterapia, terapia familiar y, por último, en coaching.
Sabemos que en muchas dolencias las causas físicas y anímicas son difíciles de separar. Puede suceder así, por ejemplo, en la fibromialgia, ciertos problemas digestivos y cutáneos, el insomnio, las contracturas musculares... Los síntomas señalan una zona oscura o conflictiva sobre la que resultaría útil indagar. Y cuando la persona logra aclarar, con o sin ayuda, sus propios enigmas está más dispuesta a comprometerse en su resolución.
En esta obra la Dra. Molins demuestra cómo ciertas habilidades de comunicación pueden dar un giro sustancial al proceso de cambio de una persona. Con su estilo llano y hasta «casero», como a ella misma le gusta decir, nos presenta cómo es el día a día en su consulta médica y cómo se entretejen los síntomas físicos con la historia vital y las relaciones íntimas de la persona. El coaching es en este caso el instrumento que utiliza para ayudar a la persona a descubrir sus propios objetivos y a encaminarse hacia ellos.
Si se preguntara qué es lo que más se valora del encuentro con un médico o un profesional de la salud, muchas personas responderíamos que sentirnos escuchados y comprendidos. Sin embargo, los profesionales disponen de escasa formación en este campo y ~kan por lo tanto nuevos recursos terapéuticos.
Ojalá se extendiera en la atención sanitaria el uso de habilidades comunicativas como las que se proponen en esta obra, pues supone la clave para estimular y propiciar cambios personales.
Este libro supone un paso adelante en esa dirección.
CRISTINA LLAGOSTERA,
Psicóloga, especialista en Psicología de la Salud y Terapia Familiar Sistémica, y escritora
Introducción
«No hay nada que sea tan amargo como no ser comprendido.» Esta cita escrita por el dramaturgo Henrik Ibsen se puede aplicar muy bien a los pacientes y a los profesionales de la salud porque unos y otros se sienten incomprendidos; los pacientes porque se sienten presionados y los médicos porque a pesar de aconsejar lo que creen mejor para los enfermos, a menudo éstos no cumplen sus recomendaciones. Veamos un ejemplo:
Un paciente de 61 años, diabético, se presenta en la consulta de su médico de familia porque unos días antes había sufrido un dolor transitorio en el pecho y está preocupado. El médico, tras preguntarle qué le pasa, lo explora, y le pide unas pruebas. Cuando regresa para conocer los resultados, le comunica:
—Puede estar tranquilo, que su corazón está bien, por ahora. A
pesar de ello, tiene la tensión ,de la sangre demasiado elevada y
si no se la controla pu- ' En los análisis, tanto
el azúcar como el (mien de lo que se consi-
dera normal. Si no tiene cuidado, a la larga puede tener problemas de verdad.
El médico lo dice con buenas intenciones porque piensa que si el paciente se asusta aplicará las medidas preventivas y seguirá el tratamiento.
—Debe seguir la dieta de la diabetes correctamente, comer con poca sal y sin grasas para controlar la tensión y el colesterol. Un poco de ejercicio le irá bien para adelgazar y controlar el azúcar. Y sobre todo, debe dejar el tabaco. Ya le conté otro día que además de ser un tóxico para el aparato respiratorio, perjudica el corazón y la circulación.
«Uff... qué montón de cosas. Menos mal que tengo el corazón bien», piensa el paciente.
«Todavía debo darle el tratamiento», piensa el médico un poco cansado.
—También debe tomarse todas estas pastillas: una para la tensión, la otra para el colesterol... Y sobre todo, no se olvide de tomar las pastillas para el azúcar y de seguir los controles.
El médico empieza a ponerse un poco nervioso porque va con retraso; le gusta hablar con los pacientes, pero no se puede, entretener demasiado.
—Ahora vaya a la enfermera, que le proporcionará una dieta, le tomará la tensión y le recordará cómo y cuándo hay que mirar el azúcar.
«Suerte tengo de contar con ella, que dispone de más tiempo y le podrá explicar todo mejor», piensa el médico.
—No acabo de entender qué es lo que debo hacer con este montón de cosas —comenta el paciente.
—No se preocupe, que la enfermera se lo aclarará. ¡Ah...! ¡Sobre todo esté tranquilo y tómese la vida con calma! —acaba por señalar el médico.
A veces, hay algunos pacientes que cumplen estrictamente lo que les recomienda su médico, sobre todo si están asustados o son muy disciplinados. Hay otros, la mayoría, que quizás se tomarán las pastillas y cumplirán los controles de manera más o menos irregular. Ahora bien, lo de seguir una dieta, hacer ejercicio, abandonar el tabaco... ya es demasiado complicado.
Cuando el enfermo no sigue correctamente el tratamiento, se crea un círculo vicioso. En el mejor de los casos, el médico le repite de nuevo los buenos consejos y el enfermo sigue igual. En otros, le sermonea porque piensa que es la única manera de conseguir que el paciente se tome en serio su salud. Al final, médico y paciente se sienten frustrados por razones diferentes:
«Es más fácil decirlo que cumplirlo», piensa el paciente angustiado.
«Me preocupo más por su salud que él mismo, se lo he explicado de la mejor manera posible y no sé qué más hacer», reflexiona el médico.
La situación puede terminar de dos posibles formas: el paciente intentará seguir las instrucciones recibidas o no volverá al centro sanitario durante una larga temporada. El médico, por su parte, se preocupará más o menos según su manera de pensar. Hay otras alternativas de las que hablaremos más adelante. Ahora parémonos a reflexionar a partir de unas sencillas cuestiones: ¿nos hemos planteado alguna vez apuntarnos a un gimnasio o caminar más porque todo el día vamos en coche?, ¿aprender inglés porque es muy necesario?, ¿realizar alguna actividad creativa para desconectar?, ¿o salir más de casa, ver a los amigos, ir al cine... porque trabajamos demasiado?
Éstos son sólo algunos de los propósitos que nos proponemos muchos de nosotros, sobre todo cuando empieza el curso o a principios de año. Al final, nos damos cuenta de que no hemos realizado ni la mitad de lo que habíamos planeado y, encima, nos sentimos culpables. Entonces, volvemos a empezar el año o el curso con los nuevos propósitos y así vamos haciendo girar la rueda de la frustración. Una metáfora gastronómica nos servirá para ver nuevas posibilidades. Para explicarla, otra sencilla pregunta:
—¿Cómo se come un pastel?
—Primero un trozo y luego otro —sería una previsible y lógica respuesta.
El médico tiene la obligación de dar información de la mejor
forma posible al paciente y establecer una relación de con-
fianza mutua para influir de manera positiva. Pero quien tiene el derecho de elegir si se quiere comer su pastel, cómo lo hace y por dónde empieza es el mismo paciente.
Quería llegar hasta aquí para explicaros otra manera de poder ayudar a los pacientes. El coaching es una metodología para conseguir objetivos a nivel de la vida personal y profesional. El coaching para la salud facilita que el paciente pueda trocear su pastel, comérselo despacio y digerirlo bien. Incluso, muy a menudo, los trozos deben ser mucho más pequeños para poder digerirlos mejor.
Cuando aplicamos el coaching a pacientes, se entiende que es por objetivos de mejora de hábitos saludables y de medidas preventivas, así como también para cumplir los tratamientos en las enfermedades crónicas' y mejorar la calidad de vida de los mismos.
Con la mayoría de los pacientes, sólo con algunas herramientas de coaching ya basta para comunicarnos mejor con ellos y ayudarles a cambiar. Se pretende aportar nuevas opciones en aquellos casos en los que las técnicas ya utilizadas no funcionan. Los médicos que estén interesados lo podrán incorporar con facilidad en su consulta diaria, aunque para
aprender y aplicar el coaching completo deberían formarse de manera más específica. En definitiva, quiero transmitir la idea de que el coaching es aplicable a los pacientes2 y que esta metodología puede servir a los profesionales para mejorar su labor.
La objeción principal a la hora de aplicar el coaching es la falta de tiempo disponible; es una realidad que los médicos tenemos poco tiempo para cada paciente. Pero tanto los profesionales sanitarios como los directivos, nos daremos cuenta de que el tiempo invertido se puede recuperar en el futuro si el paciente se hace más responsable de su propia salud. Mejorar la dieta o practicar ejercicio, por ejemplo, podría suponer un ahorro económico, ya que disminuiría el número de consultas y también los gastos en medicación.
Este libro va dirigido tanto a los profesionales de la salud como a los pacientes para que unos y otros encuentren maneras más eficientes de conseguir mejoras. No se trata de un ensayo de coaching general, sino de uno específico para la salud. En el apartado de libros recomendados hay manuales interesantes para quien quiera profundizar más en la materia. Empieza con una parte teórica donde se explica qué es el coaching para la salud y cómo aplicarlo de una manera sen cilla. Esta primera parte es breve porque es más interesante ver cómo se aplica. En la segunda, los capítulos están divididos en una serie de casos reales que sirven de ejemplo para lograr objetivos de salud. Se muestra de una manera práctica cómo se efectúa el coaching: se ayuda al paciente a explorar sus necesidades, a elegir por dónde quiere empezar y la mejor forma de hacerlo.
He usado como interlocutor al médico porque me he inspirado en la realidad de mi consulta, pero también pueden practicar coaching enfermeras, psicólogos, fisioterapeutas... Estos profesionales realizan una labor muy importante en la educación sanitaria del enfermo y el coaching les puede servir para llevarlo a cabo de una manera más efectiva.
Me gustaría transmitir un mensaje de esperanza a todos los profesionales de la salud y también a los pacientes; aunque sólo practicásemos dos de las habilidades básicas de comunicación que se explican en el libro: escuchar de manera activa y preguntar en lugar de aconsejar, conseguiríamos mejoras importantes y unos y otros nos sentiríamos mucho más comprendidos.
Índice
Prólogo 13
Introducción 17
Primera parte
Teoría y aplicación práctica del coaching 27
Segunda parte
Casos reales de coaching para pacientes 51
1. Ansiedad, exámenes y coaching 53
2. Hemiplejia, pensamientos negativos y coaching 72
3. Diabetes y coaching 90
4. Artrosis y coaching breve 107
5. Fibromialgia y coaching 119
6. Tabaco y coaching 137
7. Contractura cervical, estrés laboral y coaching. . 154
8. Esclerosis múltiple, terapia familiar y coaching 170
9. Insomnio, conflictos laborales y coaching 189
10. Ciática y coaching para uno mismo 203
Coaching dirigido a los mismos pacientes 214
Anexos 217
Técnicas usadas en los distintos casos 219
Preguntas y más preguntas 221
Test de cualidades 225
Bibliografía 227
Libros para recomendar a los pacientes 229