Los beneficios de la homeopatía
Referencia: 9788497358286
La medicina que sana y protege.
Todo lo que necesita saber sobre la medicina que sana y protege sin contraindicaciones
Cada vez son más las personas que deciden recurrir a la homeopatía para complementar la medicina tradicional. Se trata de una terapia alternativa que no solo tiene como finalidad curar, sino sobre todo reforzar las defensas para que el sistema inmunológico sea más fuerte y pueda hacer frente de una manera más eficiente a posibles enfermedades.
A diferencia de la medicina tradicional, la homeopatía no busca acabar con los síntomas lo más rápidamente posible, sino obtener toda la información posible de ellos para entender el origen y las causas de la enfermedad. Los síntomas no son nuestros enemigos, sino nuestros aliados. Este libro te explica de una manera clara y sencilla todas las dudas que puedas tener sobre la homeopatía, qué enfermedad puede tratar y cuáles son sus beneficios.
- Fecha de publicación: 07/03/2016
- Encuadernación: Rústica
- Dimensiones: 13,5 x 21,5 cm
- Número de páginas: 144
Xavier Martori es diplomado y postgrado en Homeopatía por el Institut Homeopàtic de Catalunya. También es máster en Homeopatía por la Universidad de León y diplomado en Homotoxícología por la International Academy for Homotoxicology de Alemania y diplomado en tratamientos con oligoelementos por el Instituto Español de Medicina Funcional.
Introducción
La homeopatía es un tipo de terapia que se basa en el principio de similitud; es decir, se tratan las enfermedades aplicando, en dosis mínimas, las mismas sustancias que en mayores cantidades producirían en una persona sana síntomas iguales o similares a los que se intenta combatir. Para ello, se efectúa un examen integral del paciente, con el objetivo de buscar un remedio eficaz y personalizado. No hay una única forma de tratar a pacientes con la misma enfermedad. La principal función de la medicina es curar la enfermedad, mientras que la de la homeopatía es evitarla. La homeopatía estimula el sistema inmunológico para que sea capaz de neutralizar la enfermedad y, si esta ya ha conseguido superar las barreras defensivas, estimular todo el organismo para combatirla.
A lo largo de mi carrera profesional he tenido muchos pacientes a los que he curado, tanto niños como adultos, pero siempre guardo un mejor recuerdo de los más pequeños, porque tienen una capacidad de curación impresionante, aunque también suelen enfermar con más facilidad, sobre todo si su sistema inmunológico no está lo suficientemente desarrollado.
Uno de los casos más complicados que he tenido y a la vez más emocionantes fue el de una niña de tres años. Los padres, desesperados, acudieron a mi consulta diciendo que yo era su última esperanza. Habían pasado por todos los especialistas a los que les habían derivado, y estos habían logrado, mediante una fuerte medicación e ingresos hospitalarios, controlar las enfermedades que su hija padecía, pero no que dejara de enfermar: cada dos meses aproximadamente tenían que volver a ingresarla.
La niña nació con normalidad, los primeros días de vida se alimentaba de leche materna y dormía correctamente. Cuando le dieron el alta hospitalaria, su madre sufrió una mastitis grave y tuvo que medicarse con antibióticos, por lo que se decidió que era mejor alimentar a su hija con leche adaptada en lugar de con la leche materna. A partir de ese momento, el bebé lloraba mucho y vomitaba después de cada toma. Los pediatras decidieron entonces alimentarla con leche sin caseína (una proteína), pero los resultados no fueron muy distintos. Cuando tenía dos meses y medio, el bebé prácticamente no dormía y lloraba la mayor parte del día, además de perder peso. Los padres acudieron a un pediatra privado, el cual le retiró totalmente la leche de vaca para darle leche adaptada de soja en polvo. A los pocos días la niña lloraba menos y tomaba el biberón sin problemas. Después de aquello, se le diagnosticó intolerancia a la lactosa. Aunque la pequeña mejoró, solía resfriarse con frecuencia y gran parte del tiempo lo pasaba en casa con su madre. Por miedo a que su estado empeorara, los padres optaron por no apuntarla a la guardería. Cuando fue al colegio, los primeros días estuvo bien, a pesar de que tenía mucha mucosidad. Durante el curso faltó en varias ocasiones por fiebre y otras enfermedades virales. Uno de los días que tenía fiebre, los padres la llevaron a urgencias con cuarenta grados de temperatura. En el hospital dijeron que era
un proceso gripal y la mandaron para casa con antitérmicos. Al día siguiente, la niña llegó a los cuarenta y dos grados, pero el diagnóstico de los médicos fue parecido. Dos días después de su última visita a urgencias, tuvo otra rápida subida de fiebre y perdió el conocimiento. Sus padres, desesperados, volvieron al hospital exigiendo el ingreso.
Las pruebas y los análisis determinaron que padecía una meningitis leucocitaria y mononucleosis infecciosa. Mientras realizaban más pruebas para determinar las causas, la niña empeoró hasta llegar a padecer septicemia (infección de la sangre). Las bacterias que tenía en su organismo se desplazaron hacia el corazón y le provocaron una endocarditis bacteriana por la que tuvo que estar sometida durante cuarenta días a un tratamiento antibiótico por vena. Ingresada en el hospital, el tratamiento surtió efecto y la niña se recuperó, aunque le quedó una pequeña lesión en el corazón. Fue dada de alta cincuenta días después de su ingreso y durante los siguientes meses estuvo en casa con sus padres, que no la llevaban al colegio por miedo a que volviera a enfermar. Semanas después decidieron que podía regresar a la escuela, y tres semanas más tarde sufrió una bronquitis por la que estuvo ingresada en observación durante una semana. A los dos meses del alta, tuvo neumonía y estuvo ingresada de nuevo durante doce días. En el mismo hospital tuvo una conjuntivitis que le afectó a los dos ojos. Durante los meses siguientes las visitas al pediatra eran casi semanales y la mayoría de las veces acababa recetándole antibióticos. Aunque sus padres me decían que, su hija seguía viva gracias a los tratamientos y a los médicos, no sabían qué hacer para que no enfermara tanto y no tuviera que tomar tanta cantidad de antibióticos, que ya empezaban a producirle los primeros problemas estomacales.
Después de estudiar detenidamente el caso y de que los padres me explicaran todos los síntomas que tenía sobre todo al inicio de enfermar, les expliqué que el problema de su hija era que el sistema inmunológico era más lento de lo que debería y que, aunque estaba dentro de los niveles analíticos de la normalidad, no era lo suficientemente rápido para neutralizar las enfermedades. Empecé por recetarle un medicamento homeopático basándome en su perfil sintomático y en su perfil general. El medicamento activó los sistemas de defensa de la niña y ahora tocaba reforzarlos. Al primer mes de tratamiento, la pequeña empezó a ir al colegio diariamente sin ningún problema de salud; a los tres meses, sólo contrata algún resfriado que se curaba a los tres días. Actualmente, esa niña es ya una adolescente de dieciséis años que no necesita tomar ninguna medicación y que no ha vuelto a ser ingresada. Una vez al año acude a mi consulta para una visita de control y siempre la encuentro perfectamente sana. La satisfacción de los padres cada vez que vienen con su hija a mi consulta y la felicidad que muestran es, sin lugar a dudas, mi mayor recompensa.
No entiendo la homeopatía como una única alternativa para tratar a un paciente, sino como un método más que ha demostrado su eficacia y que juntamente con la medicina convencional puede ayudar a prevenir enfermedades y a mejorar la calidad de vida de las personas. En este libro explico de manera sencilla las dudas que cualquiera puede tener con respecto a la homeopatía: en qué consiste, cómo actúa en el organismo, cuáles son sus beneficios, quién puede ser tratado y también, por supuesto, en qué casos la homeopatía no puede curar, pero sí puede ayudar a tener una mejor calidad de vida.
Índice
Introducción 9
1. ¿Qué es la homeopatía' 13
2. ¿Cómo actúa la homeopatía' 25
3. ¿Qué son exactamente las dosis infinitesimales? . 33
4. ¿Es la homeopatía un efecto placebo' 41
5. ¿Se puede medicar con homeopatía durante el
embarazo? 49
6. ¿La agravación homeopática es un efecto
secundario? 53
7. ¿Qué es la patogenesia y la materia médica
homeopática? 59
8. ¿Cómo equilibrar y fortalecer el organismo
mediante la homeopatía? 63
9. ¿Por qué a algunas personas les funciona
la homeopatía y a otras no? 67
10. ¿Un homeópata tiene que ser un médico?. . . 71
11. Cuando la medicina convencional apuesta
por la homeopatía 77
12. Los beneficios de la homeopatía en niños . . . . 81
13. Los beneficios de la homeopatía en animales . . . 85
14. ¿Qué trastornos psicológicos puede tratar
la homeopatía? 89
15. ¿Qué significa el número seguido de CH que hay en los medicamentos homeopáticos? . . . . . 93
16. ¿Se puede medicar conjuntamente con
medicamentos homeopáticos y convencionales?. . 97
17. ¿Qué factores determinan un correcto perfil
homeopático? 101
18. ¿Los medicamentos homeopáticos producen
adicción? 105
19. ¿Cómo puede la homeopatía ayudar a pacientes
con cáncer o sida? 109
20. ¿Por qué un homeópata pregunta datos que aparentemente no están relacionados con la
enfermedad que se padece? 113
21. ¿Las enfermedades pasan por diversas fases? . . 117
22. ¿Qué es la homeopatía unicista, pluricista
y complejista? 123
23. ¿Qué es la medicina biológica u
homotoxicología? 127
24. ¿Qué es la mesoterapia homeopática? . 133
Bibliografía 141