La Enzima Prodigiosa (Bolsillo)

Referencia: 9788456323543
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¡Una forma de vida sin enfermarse!
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¡Una forma de vida sin enfermarse!

La dieta del futuro que evitará las enfermedades
cardíacas, curará el cáncer, detendrá la diabetes
tipo 2, combatirá la obesidad y prevendrá
padecimientos crónico degenerativos

Más de dos millones de libros vendidos


De acuerdo con el doctor Hiromi Shinya: tu cuerpo está diseñado para curarse a sí mismo; la dieta que él propone ha sanado a miles de pacientes con cáncer, sin recaídas. Cualquier persona, sin importar su predisposición genética, puede ayudar a su cuerpo a evitar padecimientos como: males cardíacos, obesidad, fibromas, estreñimiento, síndrome de colon irritable, enfermedad de Crohn, apnea del sueño y enfermedades autoinmunes. La clave está en el factor enzimático. Las enzimas son proteínas complejas que permiten el desarrollo de todas nuestras funciones celulares.
La enzima prodigiosa revolucionará tu forma de ver el cuerpo hu-mano, la nutrición, la medicina y la salud. Explica por qué alimentos considerados saludables, como los lácteos, son la causa de enfermedades crónicas. Detalla los procesos de destrucción enzimática generados por el alcohol, el tabaco y las grasas trans. Al cambiar pequeños hábitos hoy, tendrás buena salud siempre.
El autor te enseñará cómo conservar el abastecimiento de las enzimas "prodigiosas" y revertir procesos degenerativos para fortalecer tus enzimas corporales y así disfrutar una salud deslumbrante y vital hasta una edad avanzada.

El doctor Hiromi Shinya es conocido por sus avances en el campo de la cirugía colonoscópica. Realizó la primera cirugía de colon sin incisión abdominal. Atiende a los miembros de la familia real y a los altos funcionarios del gobierno japonés. Jefe de la Unidad de Endoscopía Quirúrgica del Centro Médico Beth Israel en Nueva York. Profesor de Cirugía Clínica del Colegio de Medicina Albert Einstein y tiene una gran
demanda como conferencista internacional. A sus 73 años de edad, practica activamente la medicina en Estados Unidos y Japón.

NOTA DE LA EDICIÓN EN INGLÉS

Para los gastroenterólogos y cirujanos en el mundo entero, el doctor Hiromi Shinya no necesita presentación. Es ampliamente reconocido como pionero de la cirugía colonoscópica (impulsor de la técnica -que de hecho lleva su nombre- y diseñador del instrumento utilizado para la misma) y uno de los médicos más importantes en su especialidad.
El doctor Shinya ha practicado regularmente la medicina durante más de cuatro décadas y atendido a presidentes, primeros ministros, estrellas de cine, músicos y muchísimos pacientes más. De hecho, ha examinado los estómagos e intestinos de más de 300 000 personas. Actualmente es profesor clínico de cirugía en el Colegio de Medicina Albert Einstein en Nueva York y es jefe de la unidad de endoscopía quirúrgica del Centro Médico Beth Israel.
A través de su vasta experiencia con cientos de miles de pacientes, algunos de los cuales ha seguido durante toda su vida, el doctor Shinya desarrolló y probó clínicamente un
tratamiento basado en la generación corporal de una enzima vital a la cual ha llamado la "Enzima prodigiosa". Esta enzima, asegura, es la clave para una vida larga y saludable.
Su objetivo al escribir La Enzima prodigiosa es explicar el funcionamiento de esta enzima y por qué es tan importante para la salud de los seres humanos. El doctor Shinya ve esta publicación como la culminación del trabajo de su vida, compartiendo sus descubrimientos con millones de personas a quienes nunca tendrá la oportunidad de tratar personalmente. En este libro, describe un estilo de vida que garantiza una mejor salud y explica por qué dichas prácticas son tan poderosas.
Nacido en Japón, practica la medicina la mitad del año en Tokio; el doctor Shinya conjunta las perspectivas oriental y occidental de la medicina a su trabajo aplicado a la salud del ser humano. Primero escribió este libro en japonés. La versión japonesa ha sido una sensación, vendiendo más de dos millones de ejemplares en los primeros meses de su publicación. Esta editorial se honra en presentar La Enzima prodigiosa en inglés. Deseamos, con el doctor Hiromi Shinya, que este libro te guíe hacia un estilo de vida feliz y saludable.

PREFACIO

Crecí en Japón, justo después de la guerra, cuando las costumbres y tecnología estadounidenses transformaban mi tierra natal. Quería estudiar medicina en Estados Unidos. Me recibí de médico en Japón y después, en 1963, me mudé a Estados Unidos con mi joven esposa para cursar el pro-grama de residencia quirúrgica en el Centro Médico Beth Israel, en Nueva York.
Al llegar de un país extranjero a los Estados Unidos, en-tendía que tenía que esforzarme y ser realmente bueno para ganarme el respeto como cirujano en América. Cuando era joven, estudié artes marciales y gracias a ese entrenamiento, aprendí a utilizar cada mano con la misma destreza. Al ser ambidiestro pude ejecutar procedimientos quirúrgicos con eficiencia inusual.
Mientras duró mi residencia, ayudé al doctor Leon Ginsburg, uno de los descubridores (con los doctores Burril Bernard Crohn y Gordon Oppenheimer) de la enfermedad de
Crohn. Un día, el jefe de residentes y el residente senior, quienes comúnmente asistían al doctor Ginsburg, no pu-dieron hacerlo, por lo que la enfermera del doctor, que me había visto trabajar, me recomendó. Al ser ambidiestro ter-miné muy rápido. Al principio el doctor Ginsburg no podía creer que, en una operación tan breve lo hubiera hecho correctamente y se mostró enojado; pero cuando vio que el paciente mejoraba sin el sangrado y la inflamación excesiva derivada de una cirugía larga, quedó impresionado. Comencé a trabajar con él regularmente.
Ni a mi esposa ni a mi pequeña hija les sentó bien los Estados Unidos. Mi esposa estaba enferma la mayor parte del tiempo, débil y sin poder dar el pecho a mi hija, por lo que tuvimos que darle leche en fórmula, fabricada a partir de leche de vaca. Trabajaba todo el día en el hospital y llegaba a mi casa para ayudar a mi esposa, que estaba nuevamente embarazada. Cambiaba pañales y daba el biberón a mi hija; mi hija lloraba mucho y presentó una erupción en toda su piel. Tenía mucha comezón y se sentía muy mal.
Entonces nació mi hijo. Su llegada estuvo llena de alegría, aunque pronto presentó un sangrado rectal. Para ese momento había adquirido el primer colonoscopio primitivo, por lo que pude examinar a mi hijo y encontrar una inflamación del colon o colitis ulcerosa.
Me sentía devastado. Ahí estaba yo, un doctor que no podía curar a su bella y joven esposa ni aliviar el sufrimiento de mis hijos. No había aprendido nada en la escuela de medicina que me dijera que era lo que les provocaba esos males. Consulté a toros doctores, a los mejores que conocía, sin que ninguno pudiera ayudarme. No era suficiente ser un
hábil cirujano ni recetar medicamento de acuerdo con los síntomas. Quería saber qué era lo que causaba la enfermedad.
En Japón nunca había visto el tipo de dermatitis atrófica que presentaba mi hija por lo que comencé a investigar una posible causa en Estados Unidos. En Japón no teníamos muchos alimentos lácteos por lo que pensé que podía ser la leche de vaca en la fórmula. Cuando le quité la leche mejoró rápidamente y me di cuenta que era alérgica a la leche de vaca. No podía digerirla y las partículas sin digerir, que eran lo suficientemente pequeñas para atravesar de los intestinos a la sangre, eran atacadas por el sistema inmunológico como si fueran invasores externos. Lo mismo sucedió con mi hijo. Cuando le dejamos de dar leche, la colitis desapareció.
La enfermedad de mi esposa fue diagnosticada como lupus. Su conteo sanguíneo decayó y se volvió pálida y anémica. entraba y salía del hospital mientras intentábamos salvar su vida. Murió antes de que supiera lo suficiente para ayudarla.
Incluso hoy no sé que generó su lupus, mas sé que estaba predispuesta genéticamente para tener un sistema inmunológico sobrereactivo. Ella asistió a una escuela de monjas occidentalizada en Japón, donde le dieron mucha leche. Sin duda era alérgica a la leche como lo fueron sus dos hijos. Al estar expuesta una y otra vez a este alimento que le provocaba una reacción alérgica, degradó su sistema inmunológico, dejándola abierta a una enfermedad autoinmune como el lupus.
Dadas estas experiencias, comencé a entender lo vital que es la dieta para nuestra salud. Esto sucedió hace más de 50
años y desde entonces he examinado el estómago y colon, al igual que las historias alimenticias, de más de 300 000 pacientes.
Dediqué toda mi vida a entender el cuerpo humano, su salud y su enfermedad. Me concentré en primera instancia en la enfermedad -qué la generaba y cómo curarla- pero conforme entendía más la manera en que el cuerpo trabaja como un sistema completo, cambié la manera de tratar las enfermedades. Me di cuenta de que los médicos y nuestros pacientes deberíamos dedicar más tiempo a entender la salud que a combatir las enfermedades.
Nacimos con el derecho a la salud; estar sano es natural. Una vez que empecé a entender la salud comencé a ser ca-paz de trabajar con el cuerpo y de ayudarlo a salir de las enfermedades. Sólo el cuerpo se puede curar a sí mismo. Como médico, genero el espacio para que esta curación suceda.
Por ello comencé a entender la enfermedad aunque final-mente mi investigación me llevó hacia lo que yo creo que es la clave para la salud. Esta clave es la Enzima prodigiosa de nuestro cuerpo.
Contamos con más de 5 mil enzimas en el cuerpo humano que desencadenan, tal vez, 25 mil reacciones diferentes. Podríamos afirmar que cada acción de nuestro cuerpo está controlada por enzimas, aunque sabemos muy poco de ellas. Pienso que creamos todas estas enzimas a partir de una enzima madre o basal, la cual es más o menos limitada en nuestro cuerpo. Si agotamos estas enzimas madre no serán suficientes para reparar las células por lo cual, con el tiempo, se desarrollarán enfermedades como el cáncer y toros padecimientos degenerativos.
Esto es, en resumen, el factor de la Enzima prodigiosa.
Cuando ayudo a la curación de mis pacientes con cáncer de colon, primero remuevo el cáncer del colon y luego los pongo en un estricto régimen de alimentos no tóxicos altos en enzimas y agua, para que tengan más enzimas madre para reparar las células del cuerpo. No creo en los medicamentos fuertes que debilitan el sistema inmunológico ya que para mí, el cáncer de colon no se da de manera aislada o accidental. El cáncer de colon me dice que el abastecimiento de las enzimas madre ha sido reducido y no puede reparar las células adecuadamente.
Al estar convencido de que nacimos con una cantidad limitada de esta enzima madre y que no deberíamos extinguirla con la comida mala, las toxinas, la eliminación deficiente y el estrés, he llegado a entender otra cosa. Esto es por lo que yo llamo a la enzima madre una enzima "prodigiosa". He presenciado curaciones espontáneas y el retroceso de enfermedades de todos los tipos. Al estudiar estas curaciones comencé a entender cómo se daban tales milagros.
Descubrimos el ADN pero no sabemos mucho al respecto. Hay un gran potencial dormido en nuestro ADN que todavía no comprendemos. Mi investigación indica que una fuente de energía emocional positiva, como la aparición del amor, la risa y la alegría, puede estimular a nuestro ADN para generar una cascada de nuestra enzima madre -la enzima prodigiosa que actúa como biocatalizador que repara nuestras células. La alegría y el amor pueden despertar un potencial que va más allá de nuestro entendimiento humano.
Te diré en este libro qué hacer cada día, qué comer y que complementos y enzimas tomar para apoyar tus enzimas
prodigiosas y tu salud. Sin embargo, lo más importante que te puedo aconsejar para vivir una larga y saludable vida es hacer lo que te haga feliz (aún cuando esto signifique que ocasionalmente no sigas mis otras recomendaciones).
Toca música. Haz el amor. Diviértete. Disfruta los place-res más simples. Vive la vida con pasión. Recuerda que una vida feliz y llena de significado es el camino natural para llegar a la salud del ser humano. El entusiasmo lleno de alegría, más que seguir perfectamente una dieta, es funda-mental para hacer que la enzima prodigiosa funcione a tu favor.
Doctor Hiromi Shinya Junio 2007

INTRODUCCIÓN
LA ENZIMA PRODIGIOSA - LA CLAVE PARA EL CÓDIGO DE LA VIDA

Tu cuerpo tiene la gran capacidad milagrosa de curarse a sí mismo.
De hecho, tu cuerpo es el único sistema curativo que puede restablecer tu equilibrio cuando te ataca una enfermedad. La medicina puede ayudar a tu cuerpo en caso de emergencia y la cirugía puede ser necesaria en determinadas circunstancias, pero solamente tu cuerpo tiene la capacidad de curarse.
He constatado esta verdad sobre la curación una y otra vez en mi práctica de la medicina. Hace más o menos 35 años, fui la primera persona en el mundo que pudo extirpar un pólipo usando un colonoscopio sin tener que hacer una incisión en la pared abdominal. En ese momento fue un evento muy importante dado que fui capaz de remover el pólipo sin abrir el abdomen y por lo tanto, evitar los efectos latera-
les provenientes de cirugía mediante incisión. Como yo era el único médico que podía hacerlo, tuve mucha demanda. En esa época, más de 10 millones de personas sola-mente en Estados Unidos necesitaban exámenes de colon y muchos necesitaban que les extrajeran pólipos. Los pacientes comenzaron a llegar de todos lados para tener acceso a este procedimiento más benigno. Así, con treinta y pico de años, me convertí en el jefe de endoscopía quirúrgica del Centro Médico Beth Israel, en Nueva York, trabajando en el hospital en la mañana y en mi clínica privada en la tarde, atendiendo pacientes desde la mañana hasta el anochecer.
Durante décadas de práctica clínica, al dar consulta a literalmente cientos de miles de personas como endoscopista gastrointestinal, he aprendido que cuando el sistema gastrointestinal de una persona está limpio, el cuerpo de esa persona es capaz, con cierta facilidad, de combatir enfermedades de cualquier tipo. Por el contrario, cuando el sistema gastrointestinal está sucio, esa persona será propensa a sufrir de algún tipo de enfermedad.
En otras palabras, una persona con buenas características gastrointestinales está mental y físicamente sana, mientras que una persona con características anómalas normalmente tiene algún problema físico o mental. De igual forma, una persona sana tiene buenas características gastrointestinales, mientras que una persona enferma tiene malas características. Por lo tanto, mantener las buenas características del estómago e intestinos está directamente relacionado con la salud en general.
¿Qué es lo que, específicamente, tiene que hacer una persona (o dejar de hacer) para mantener buenas característi-
cas intestinales? Para encontrar una respuesta, durante años he pedido a mis pacientes que respondan a un cuestionario acerca de su historia alimenticia y toros aspectos de su es-tilo de vida. Gracias a los resultados de estos cuestionarios descubrí una fuerte relación entre la salud y ciertas formas de comer y vivir.
Lo que voy a exponer en este libro es mi teoría de cómo vivir una vida larga y saludable, basada en los datos que he reunido durante décadas de práctica médica. Los datos sugieren que todo el cuerpo y su miríada de funciones pueden ser entendidos a partir de una sola clave.

ESTA CLAVE, LA CLAVE PARA UNA VIDA LARGA Y SALUDABLE, PUEDE SER
RESUMIDA EN UNA PALABRA: ENZIMAS.

Una enzima es un término genérico para una proteína catalizadora que se forma dentro de las células de los seres vivos. Dondequiera que haya vida, sea en plantas o anima-les, existen siempre las enzimas. Las enzimas forman parte de todas las actividades necesarias para mantener la vida, como en la síntesis, la descomposición, el transporte, la excreción, la desintoxicación y el abastecimiento de energía. Los seres vivos no serían capaces de mantener la vida sin las enzimas.
Se producen más de 5 mil tipos de estas enzimas vitales en los alimentos que consumimos diariamente. La razón por la que existen tantos tipos de enzimas obedece a que cada una tiene una característica especial y una función específica. Por ejemplo, la enzima digestiva llamada amilasa, que se encuentra en la saliva, reacciona solamente a los car-
bohidratos. Las grasas y las proteínas se digieren de igual forma por cada una de sus diferentes enzimas.
Aunque se cree que muchos de estos tipos de enzimas son creadas para responder a las necesidades del cuerpo, sigue sin ser claro cómo es que se forman en las células. Tengo una teoría que pudiera arrojar alguna luz en ese proceso. Pienso que hay una enzima madre -una enzima prototipo sin especialización. Hasta que esta enzima madre se con-vierte en una enzima específica como respuesta a una necesidad particular, tiene el potencial de convertirse en cualquier enzima.
Mi teoría, desarrollada durante los años de mi práctica clínica y mi observación es la siguiente: tu salud depende de qué tan bien mantengas -en lugar de agotarlas enzimas madre de tu cuerpo. Uso el término enzimas "madre" para nombrar a estos catalizadores dado que son, pienso, enzimas no especializadas que dan origen a más de 5 mil enzimas especializadas que desempeñan diferentes actividades en el cuerpo humano. También las llamo enzimas "prodigiosas" porque juegan un papel fundamental en la capacidad de curación del cuerpo.
Inicialmente desarrollé la idea de una enzima madre al observar que cuando un área particular del cuerpo necesitaba y consumía una gran cantidad de un tipo específico de enzima, se manifestaba una carencia de la misma en otras par-tes del cuerpo. Por ejemplo, si se consume una gran cantidad de alcohol, se necesita una cantidad anormalmente grande de una enzima particular para descomponer el alcohol en el hígado, generando una carencia de las enzimas necesarias para la digestión y absorción en el estómago e intestinos.
Parece que no existe una cantidad determinada para cada una de los varios miles de enzimas que existen; en cambio, la enzima madre se ha convertido en un tipo particular de enzima que aparece cuando se requiere y se consume en el lugar que se necesita.
Actualmente, las enzimas llaman la atención a escala mundial dado que son un elemento fundamental para controlar la salud, y aunque la investigación sigue avanzando, existen muchas cosas que aún no entendemos de ellas. El doctor Edward Howell, un pionero en la investigación de las enzimas, propuso una teoría verdaderamente interesan-te. Dice que el número de enzimas que un ser vivo puede producir durante su vida está predeterminado. El doctor Howell llama a este numero fijo de enzimas corporales el "potencial enzimático". Y cuando el potencial enzimático se agota, la vida termina.
La teoría del doctor Howell es cercana a mi teoría de las enzimas madre y, dependiendo de la dirección que siga la investigación, puedo anticipar que la existencia de las enzimas madre quedará demostrada. Aunque la investigación sobre las enzimas está en una etapa de desarrollo y la existencia de la enzima madre es solamente una teoría en este momento, sin embargo, existen abundantes evidencias clínicas que indican que podemos fortalecer nuestras características gastrointestinales -y por lo tanto nuestra salud- al seguir una dieta que aporte enzimas y al llevar un estilo de vida que no agote la enzima madre.
El estilo de vida saludable que propongo en el libro consiste en sugerencias que les he hecho a mis pacientes duran-te años. He visto muchas curaciones como resultado de la
adopción, por parte de los enfermos, de las prácticas que te voy a sugerir. Sin embargo, prepárate para ser sorprendido, ya que algunas sugerencias te pueden parecer que van en contra de los conocimientos convencionales relacionados con la salud y las dietas. Te aseguro que todo lo que presento en este libro ha sido verificado. Solamente después de haber verificado la seguridad de este estilo de vida es cuan-do le he pedido a mis pacientes que lo sigan, con resultados notables.
Yo mismo sigo este estilo de vida y en todos estos años en los cuales he practicado, nunca me he enfermado. La primera y la última vez que recibí tratamiento médico fue cuando tenía 19 años y me dio catarro. Ahora que tengo 70, sigo trabajando en Estados Unidos y Japón. Aunque la medicina es una profesión extremadamente demandante, tanto física como mentalmente, conservo la salud al practicar un estilo de vida sano descrito en este libro.
Al reconocer a través de mi propia experiencia los efectos positivos de este estilo de vida, conseguí que mis pacientes también lo sigan. Los resultados fueron maravillosos, muy por encima de mis propios resultados. Por ejemplo, al haber entrenado a mis pacientes para que entiendan y sigan este estilo de vida, vi cómo disminuía la incidencia en las recaídas de casos de cáncer hasta cero.
Aunque la medicina moderna se practica como si el cuerpo fuera una máquina hecha de partes independientes, el cuerpo humano es, de hecho, una unidad en la cual todo está interconectado. Por ejemplo, los efectos de una caries en un diente pueden expandirse por todo el cuerpo. De la misma forma, la comida que no se masticó de forma sufi-
ciente genera una carga en el estómago y los intestinos, produciendo indigestión, obstaculizando la absorción de los nutrientes vitales y dando como resultado una gran cantidad de problemas en todo el cuerpo. Los problemas pequeños pueden parecer irrelevantes en primera instancia, pero no resulta extraño que un pequeño problema provoque a la larga una enfermedad grave.
Nuestra salud está apoyada por diferentes actividades que suceden comúnmente en nuestra vida diaria -como comer, beber, hacer ejercicio, descansar, dormir y mantener el estado anímico. Si se desarrolla un problema en cualquiera de estas áreas, el cuerpo entero se verá afectado. Dadas las complejas interconexiones dentro del cuerpo humano, creo que las enzimas madre tienen la función de mantener la homeostasis del cuerpo, el balance necesario para gozar de una vida saludable.
Desafortunadamente, la sociedad moderna está llena de elementos que consumen nuestras enzimas madre. El alcohol, el tabaco, las drogas, los aditivos alimenticios, los químicos que se utilizan en la agroindustria, la contaminación ambiental, las ondas electromagnéticas y el estrés emocional son algunos de los factores que agotan esta enzima. Para mantener una buena salud en la sociedad contemporánea, es esencial entender el mecanismo de tu propio cuerpo y ejercitar la voluntad para cuidar tu propia salud.
Afortunadamente esto no es difícil. Una vez que en-tiendas con claridad qué es lo que agota las enzimas madre y cómo pueden fortalecerse, entonces, con un poco de esfuerzo diario, serás capaz de vivir el resto de tu vida sin
enfermarte.
Nuestro viejo dicho tiene que ser actualizado: en lugar de decir "come, bebe y sé feliz porque mañana morirás", sugiero que comas y bebas sabiamente y vivas feliz hoy y mañana. Me gustaría enseñarte cómo hacer justamente eso.

ÍNDICE

NOTA DE LA EDICIÓN EN INGLÉS    9
PREFACIO    11
INTRODUCCIÓN
LA ENZIMA PRODIGIOSA - LA CLAVE PARA EL CÓDIGO DE LA VIDA 17
CAPÍTULO 1
LAS ENZIMAS Y TU SALUD - ERRORES Y VERDADES VITALES    25
CAPÍTULO 2
LA DIETA DE LA ENZIMA PRODIGIOSA    81
CAPÍTULO 3
LOS HÁBITOS DE LOS RICOS Y SALUDABLES    125
CAPÍTULO 4
PON ATENCIÓN AL "GUIÓN DE TU VIDA"    167
EPÍLOGO
LA ENZIMA PRODIGIOSA: DE LA ENTROPÍA A LA SINTROPÍA    195
APÉNDICES
Los 7 SECRETOS DE ORO DEL DOCTOR SHINYA
PARA LA BUENA SALUD    201
HÁBITOS ALIMENTICIOS RECOMENDADOS    207
ALIMENTOS CURATIVOS    221

Punto De Lectura
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