La curación de las enfermedades con Baños de agua y Plantas medicinales
Referencia: 9788499501451
Los casos de enfermedades y su curación que se citan en esta obra no son hechos imaginarios ni ficticios; son casos reales y el autor responde de su exactitud, tanto por lo que respecta a las enfermedades mismas como a las personas que las han sufrido. Otras obras del autor publicadas por nosotros y q ue la complementan: “Método de hidroterapia”, “Botiquín de farmacopea casera”.
Sebastián Kneipp
fue un sacerdote y médico naturista alemán y uno de los precursores más importantes de la hidroterapia y de la medicina natural de finales del siglo XIX. Mientras estudiaba teología cerca de Munich, le fue diagnosticada una tuberculosis y fue desahuciado por la medicina oficial, pero en una biblioteca de Munich, leyó un libro del médico Johann Siegmund Hahn "Enseñanza sobre la fuerza y efectos del agua fresca en los cuerpos de las personas", donde conoció los beneficios del agua fría.
Siguiendo sus consejos terapéuticos, junto a otros monjes que le ayudaron, se sumergió en el agua fría del Danubio, abrigando su cuerpo a continuación hasta que se curó de su enfermedad.
Cuando se ordenó sacerdote, fue destinado como párroco a Wörishofen, y empezó a utilizar el agua para tratar problemas respiratorios, arritmia, insomnio, problemas nerviosos e incluso dolencias del alma y del espíritu, a gran cantidad de enfermos durante 25 años con grandes éxitos.
Junto a la hidroterapia, empleaba como tratamiento una dieta casi vegetariana, con infusiones de plantas medicinales, acompañada de ejercicios al aire libre.
Con sus prácticas logró el renacimiento de la balneoterapia, que estaba en desuso en Europa desde la época romana.
Encuadernación: Rústica
Dimensiones: 17 x 24 cm
Nº Pág.: 186
Índice
Introducción 8
Acedía (Pereza, flojedad, tristeza, angustia) 10
Afecciones espasmódicas del estómago 10
Afecciones reumáticas 11
Afonía 16
Anginas 22
Apoplegia 23
Asma 26
Ataques cerebrales 27
Baile de San Vito 28
Cálculos de la vejiga 29
Cáncer 29
Caries 30
Cataratas 31
Catarro 32
Catarro de la vejiga 34
Catarro intestinal 35
Catarro Intestinal. (Diarrea) 36
Catarro pulmonar 38
Ciática nerviosa 38
Cldro-anemia 39
Cólera-morbo 41
Colerina 43
Cólicos 43
Cólico bilioso especial 44
Congestiones 44
Consunción 45
Debilidad de la vista 47
Delirium tremens 48
Descomposición de la sangre 49
Diarrea 50
Dificultad de respiración 51
Disentería 52
Dolores de cabeza especiales 53
Dolores de cabeza ordinarios 54
Dolores de riñones 56
Dolores nerviosos de cabeza 56
Enervamiento 57
Enfermedades de la vejiga en general 58
Enfisema de los pulmones 59
Envenenamiento de la sangre 61
Epilepsia 63
Erisipela 64
Erupciones 67
Erupción a la cabeza 68
Escarlatina 68
Espasmos 71
Espina dorsal 72
Estreñimiento 72
Excitación nerviosa 75
Extenuación 76
Fiebre 77
Fiebre tifoidea 77
Flujo de sangre 77
Gota 78
Hemorroides 82
Hernias 85
Herpes 85
Hidropesía 88
Hinchazones 90
Hinchazón de las rodillas 93
Hipocondría 93
Ictericia 95
Incontinencia de la orina 96
Inflamaciones del estómago 97
Inflamación de los huesos 98
Inflamación de los pies 98
Inflamación de los pulmones 99
Insomnio 99
Irritaciones 100
Irritación del cerebro 102
Irritación de los pulmones, del pecho, del diafragma y del
bajo vientre 103
Irritación intestinal 105
Jaqueca 106
Lombrices 107
Mal de corazón 108
Mal de oídos 112
Mal de orina 113
Mal de piedra 116
Males de garganta 118
Males de riñones 120
Mareos 121
Oftalmia 123
Padecimientos de la columna vertebral 126
Padecimientos de pies 127
Padecimientos del estómago 133
Padecimiento de nervios 138
Padecimientos intestinales 140
Padecimientos morales 141
Partos 141
Pasión de ánimo 142
Perturbación nerviosa 147
Quebraduras 148
Quemaduras 151
Reuma articular 152
Reuma articular crónico 156
Ronquera 157
Sarna 158
Soluciones 159
Sudor 160
Sudor del cuerpo 161
Tifus; sus consecuencias 164
Tisis 168
Vacuna; sus perniciosas consecuencias 173
Viruelas 174
Vómito de sangre y hemorragia 177
Zumbido de oídos 179
Complementos 180
Introducción
Los casos de enfermedades que se citan en esta tercera parte (las partes anteriores son los libros: "Método de hidroterapia" (primera parte), "Botiquín de farmacopea casera"(segunda parte), publicados en esta editorial) no son hechos imaginarios ni ficticios; son casos reales y estoy siempre dispuesto a responder de su exactitud, tanto por lo que respecta a las enfermedades mismas como a las personas que las han sufrido. Al exponer estos hechos no me propongo meter ruido ni adquirir renombre, y sí únicamente enseñar y ser útil a la humanidad doliente.
Tampoco se me oculta que no he agotado, con mucho, el catálogo de las enfermedades conocidas que, muy al contrario, esta tercera parte tiene lagunas y defectos de gran bulto. Proviene esto, en parte, de la falta de tiempo, aunque en lo esencial las descripciones responden al objeto que me proponía. Desde luego no tuve nunca el propósito de hacer un catálogo descarnado de las diferentes enfermedades y sus remedios, antes bien, teniendo en cuenta la índole del público al que me dirigía, escogí la forma familiar narrativa y dialogada para describir las dolencias, dando a conocer, al propio tiempo, los síntomas de cada una y la clase de remedios que pueden aplicarse, etc.
Así como el jardinero para hacer un ramo no emplea toda clase de flores ni tampoco toma igual número de cada una, del propio modo he escogido yo, en el campo de las dolencias humanas, las enfermedades más comunes y de estas únicamente los casos que me han parecido más instructivos. Si no he acertado siempre, la voluntad ha sido buena; y es indudable que quien lea mi librito sin preocupaciones de escuela y con la misma buena voluntad, recogerá algún granito de oro entre la masa de arena.
En el prólogo de las anteriores obras, he dado las explicaciones oportunas respecto del estilo ó forma exterior de mi trabajo, solo debo advertir aquí que, de propósito, he repetido algunas cosas por no perjudicar a la claridad, particularmente al describir las diferentes aplicaciones, sobre las que siempre debe consultarse la primera y segunda parte, para comprenderlas bien. Las enfermedades son cruces, lector querido y cada uno de nosotros debe estar preparado a llevar alguna en la vida, que tal vez dure hasta la muerte. Lo que importa, pues, es que todos hagamos lo posible para aligerar su peso. El profeta Eliseo no quiso curar la lepra al príncipe sirio Naamán, sino diciéndole: "Anda y lávate siete veces en el Jordán, y tu carne recobrará la salud y quedarás limpio".
¡Que el Señor bendiga el buen deseo con que he escrito este librito, para ayudar a llevar su cruz a muchos que viven agobiados bajo el peso de las enfermedades!