Yo soy Paz

Incluye una meditación guiada.
Me concedo un momento.
Respiro.
Y después me digo: Todo está bien.
Yo soy paz. 

NOTA DE LA AUTORA
Los niños tienen mucho mundo que recorrer. Están aprendiendo a tomar buenas decisiones y a gestionar sus emociones. Están aprendiendo a ser amables consigo mismos y con los demás, compaginando eso con su trabajo en la escuela y sus ajetreadas vidas. La práctica de lo que se conoce como mindfulness, o atención plena, puede proporcionar a los niños (de todas las edades) herramientas que les ayuden en su periplo.
Todos vivimos momentos de mindfulness a diario: por ejemplo, cuando reparamos en la sensación que nos provoca la arena deslizándose entre los dedos de los pies o en las «mariposas» que nos revolotean en el estómago si estamos nerviosos o excitados. Cuando dedicamos a alguien nuestra completa atención en una conversación o saboreamos lentamente la comida, estamos practicando mindfulness. Pero, ¿qué significa esa palabra en realidad y por qué es importante?
Practicar mindfulness significa mantenerse totalmente inmerso en el momento presente, prestando cuidadosa atención a nuestra experiencia (a nuestros sentimientos, a las sensaciones de nuestro cuerpo, a las emociones, a lo que nos rodea) sin juzgarla, con bondad y curiosidad. Las investigaciones han demostrado que la práctica del mindfulness conlleva grandes beneficios. De hecho, una gran cantidad de pruebas científicas avalan sus efectos positivos en el cerebro y en el cuerpo. La atención plena permite acceder a las áreas de la mente que se ocupan de la concentración, de la toma de decisiones y de la autorregulación. Si enseñamos ejercicios de mindfulness a los niños, no solo fortaleceremos su «músculo de la atención», sino que les ayudaremos a crear una distancia entre sus fuertes emociones y ellos mismos. Así desarrollarán la habilidad de elegir cómo responder ante ellas, en lugar de reaccionar automáticamente.
Si aprendemos a mantenernos en el aquí y el ahora, nos comprenderemos mejor a nosotros mismos, apreciaremos la belleza y actuaremos con bondad, compasión y empatía. Si somos capaces de darnos un respiro y de centrarnos en el momento presente, encontraremos nuestra calma, nuestro equilibrio y nuestra paz. Si somos conscientes de nuestra propia sensación de paz, podremos compartirla con los demás. Yo soy paz es una reflexión sobre el poder que el mindfulness puede ejercer en nuestras vidas.