La teoría de los sentidos de Rudolf Steiner aplicada a la educación
Referencia: 9788493902285
La educación de los sentidos en la escuela Waldorf
Los maestros Waldorf saben que la educación de los sentidos durante la primera infancia es fundamental para el desarrollo anímico de los niños y para el aprendizaje intelectual posterior
illi Aeppli expone de manera sistemática y útil las enseñanzas de Rudolf Steiner sobre los doce sentidos del ser humano. El objetivo del autor es que los educadores dispongan de una metodología que les ayude a aplicar la teoría de los sentidos en la escuela y en el hogar.
Willi Aeppli (1894-1972)
Nace en Ghana, y a los pocos años se traslada a Suiza de donde procedían sus padres. Tras el Bachillerato en Zofingen, estudia Magisterio y posteriormente Filología Germánica e Historia de la Literatura en Zurich. Y desde entonces ejerció de maestro. Tras la Primera Guerra Mundial pudo oír las conferencias de Rudolf Steiner y se dedicó al estudio intensivo de la Antroposofía. Willi Aeppli tomó parte en 1927 en la formación de la primera escuela Waldorf-Rudolf Steiner en Suiza, donde ejerció como maestro hasta 1955. Su estimulante libro Mis experiencias prácticas en la Escuela Waldorf da testimonio de ese período. Ayudó a la formación de nuevas escuelas Waldorf en Alemania, donde habían sido cerradas en 1938 por las autoridades nazis. Igualmente estuvo muy activo ayudando a la Escuela Rudolf Steiner de Brasil. A él le debemos también que se redescubriera la figura de Troxler como precursor de la Antroposofía.
- 200 páginas - Encuadernación en rústica mate
- Traducción: Juan Berlín y Miguel López-Manresa.
- Revisión: Francesc Fígols Giné
- Diseño de la portada: Miquel Fígols Cuevas.
1. - INTRODUCCIÓN
Aspectos generales sobre el significado
del organismo sensorial
Es fácil comprender que nuestra conciencia del yo o auto-conciencia se halla en estrecha relación con las percepciones sensorias. Por decirlo de algún modo, cerramos nuestros órganos sensorios cuando queremos perder nuestra conciencia diurna, es decir, cuando querernos dormir. Inversamente, este deseo de dormir puede aumentar cuando las impresiones sensoriales dejan de invadirnos. Por lo tanto, conquistamos la autoconciencia, concebida como conciencia ordinaria de vigilia, cuando los órganos sensorios entran en actividad con relación al mundo que nos rodea. "La conciencia del yo existe hasta donde alcanza el contenido de los sentidos y el contenido de los sentidos alcanza hasta donde existe la conciencia del yo, por lo menos en la vida ordinaria". (Steiner).
Tras la vivencia y la conciencia ordinaria del yo, alienta el "Yo" real y ontológico, el yo de naturaleza volitiva que se mueve "dentro del círculo de los doce sentidos, como lo hace el Sol dentro de la circunferencia de las doce constelaciones del zodíaco" (Steiner, Weltwesen und Ichheit, GA 169, conf. 2o-6-1916).
Es evidente que también el resto de nuestra vida anímica depende de las impresiones sensoriales e incontables experiencias personales nos lo atestiguan. Así, por ejemplo, la oscuridad puede producirnos un sentimiento de temor y de angustia, sentimiento que cambia instantáneamente cuando la luz ocupa el lugar de las tinieblas La fragancia de la rosa estimula nuestra sensibilidad mientras que los malos olores la estropean. Toda percepción suscita alguna sensación.
Aunque no hay duda de que las impresiones sensoriales influyen en nuestro organismo corporal tanto directamente
como por vía del sentimiento, no se ha reflexionado bastante sobre sus consecuencias, particularmente en lo que se refiere al quehacer educativo.
Cuando una impresión sensorial nos asusta, palidecemos y nuestra respiración se congestiona. Cuando nos produce una emoción gozosa, se acelera y nos sonrojamos. En ambos casos, la impresión ha afectado a nuestra circulación sanguínea y a nuestra respiración. Según la investigación científica, los ciegos requieren un aumento de vitaminas y de ciertos minerales, porque se supone que se hallan privados de los impulsos luminosos y cromáticos que, a través de la vista, participan intensamente en la regulación y el mantenimiento del metabolismo.
Y otro ejemplo todavía de los muchos que podríamos citar, entresacado de la prensa:
«El alcance del efecto que produce la correcta selección de colores, se puso de manifiesto en el reciente experimento llevado a cabo por una fábrica alemana de instrumentos de precisión. Se acondicionaron dos de sus grandes salas de montaje y para comparar el rendimiento del personal, una quedó diseñada, proyectada y decorada de acuerdo con las teorías y experiencias de la psicología industrial cromática. En cambio, la otra se mantuvo dentro de los tonos convencionales de blanco y gris claro. En ambas salas, idénticas excepto por el decorado mural, trabajaban 15o mujeres dedicadas a la soldadura, microtaladro, alambrado, armado, etc. A los tres meses, se comparó el rendimiento y el estado de salud de las integrantes de cada equipo y el resultado registró que las mujeres que ocuparon la sala decorada habían dado un rendimiento superior al 15% y una reducción en enfermedades del 3o% ».
No es exagerado afirmar que las impresiones sensoriales representan algo así como un alimento delicado y sutilísimo. No se trata, evidentemente, de sustancias ponderables como las de la nutrición corriente, sino de fuerzas formati vas imponderables, ca paces de vitalizar nuestro organismo por vía de las impresiones sensoriales, reconociendo a su vez que estas impresiones y las funciones que provocan pueden tener gran significado para nuestra salud y mantenimiento corporal. Aquí salta inmediatamente a la vista una importante cuestión pedagógica. Sabemos que existen unos alimentos de alta calidad, nutritivos y de fácil aprovechamiento, otros de baja calidad, sin valor e incluso en mal estado. ¿Existe algo similar en las impresiones sensoriales? ¿Habrá unas constructivas y de provecho y otras destructoras y perjudiciales? Terminemos este capítulo con una cita de Rudolf Steiner:
«Y eso sucede para que el ser humano pueda convertirse en el ser dotado de sentidos que es hoy en el mundo físico, para que pueda enriquecer su vida interior con las impresiones que recibe a través de sentidos como el olfato, el gusto, la vista, etc. Todo ello se incorpora en su interior, pasa a ser suyo y podrá aplicarlo más tarde a la evolución del cosmos»'.
No puede haber mejor enunciación del trascendente significado de nuestro organismo sensorio.
INDICE
1. INTRODUCCIÓN
Aspectos generales sobre el significado del organismo
sensorial. 5
Percepción y pensamiento. 8
La estructura ternaria del organismo humano 16
2. EL ORGANISMO SENSORIAL HUMANO
Origen de los órganos sensoriales. 21
Número y agrupamiento de los sentidos. 23
Los cuatro sentidos inferiores. 27
Los cuatro sentidos medianos. 37
Los cuatro sentidos superiores 43
Relación entre los sentidos inferiores y los superiores. 57
3. DESARROLLO DEL ORGANISMO SENSORIAL
Evolución filogenética 63
Evolución ontogénica. 72
La atrofia del organismo sensorial. 79
Posibilidades de vitalizar y reanimar el organismo
sensorio. 86
4. EL CULTIVO DE LOS SENTIDOS EN CLASE
Etapas de la enseñanza visual objetiva. 91
El cultivo del pensamiento vivo 106
El cultivo de los sentidos volitivos 107
El cultivo de los sentidos emotivos. 124
El cultivo de los sentidos cognitivos. 132
Apéndice 1. Diversas denominaciones de los doce
sentidos 149
Apéndice 2. Apuntes al prólogo de la edición alemana de 1996 151
Apéndice 3. Aclaración epistemológica . 159
Apéndice 4. Anotaciones del libro"Los doce sentidos
del hombre" de H.E. Lauer 163
Apéndice 5. Apuntes biográficos sobre Willi Aeppli 173
Bibliografía 177