Botánica en la escuela
Referencia: 9788493920890
Un maestro Waldorf acerca a los niños al mundo de la plantas.
Cómo se enseña la Botánica de una manera viva en la escuela Waldorf
Charles Kovacs fue durante muchos años profesor en la Escuela Waldorf-Steiner de Edimburgo. Durante ese período escribió extensas notas de sus clases, día tras día. Desde entonces esos textos han sido utilizados y apreciados por los maestros de Edimburgo y de otras muchas escuelas del mundo. "Botánica en la escuela" representa el modo en que un profesor enseñó botánica a un particular grupo de niños; otros profesores encontrarán su propia manera de presentar el material. Está recomendado para la clase de 5º o de 6º del currículo Waldorf, es decir para niños de 10 a 12 años.
«Siempre encuentro que es una alegría leer los libros de Charles Kovacs. Dan mucha información y siempre muestran una nueva manera de ver las cosas. Recomiendo este libro a los profesores y también a los padres, como una introducción sensible y muy pensada de la botánica para los niños». Rosemary Usselman, revista New View, primavera de 2006.
Charles Kovacs nace en Becs, Austria, el 8 de febrero de 1907. Abandona su país natal en 1938 en la época de la anexión de Austria por parte del Tercer Reich y se alista en el ejército británico en África Oriental. Después de la segunda Guerra Mundial, se establece en Gran Bretaña y en 1956 empieza su labor como profesor de Clase Principal en la Escuela Waldorf-Steiner de Edimburgo, donde permanece hasta su jubilación en 1976.
Durante ese período, Charles Kovacs escribe extensas notas de sus clases día tras día. Desde entonces esos textos han sido utilizados y apreciados durante muchos años por los maestros de Edimburgo y otras Escuelas Waldorf. Abarcan temas de historia, mitología y ciencias.
Fallece en Edimburgo en Septiembre de 2001.
- 144 páginas - Encuadernación en rústica mate.
- Traducción: Miguel López-Manresa
- Revisión: Francesc Fígols Giné.
- Diseño de la portada: Miquel Fígols Cuevas.
- En esta edición se han añadido 34 ilustraciones de las plantas estudiadas.
La botánica en quinto curso
Si hemos de considerar la etapa evolutiva en la que se hallan los niños de diez u once años, nos ayudará una analogía con la historia.
Sería un error asumir que los seres humanos siempre han pensado lógicamente, intelectualmente, como hacemos ahora. De hecho, existe un punto muy concreto en el tiempo de la historia humana en e que comienza el pensar lógico y aparece la interrogación científica tal como hoy los conocemos; es cuando aparece el pensar racional, la especulación y el análisis. El pensar racional y lógico emerge en la antigua Grecia, en la época de los filósofos presocráticos, que culmina luego con Sócrates, Platón y Aristóteles.
Civilizaciones más antiguas, como la hindú, la babilónica, la egipcia e incluso la misma Grecia anteriormente a la era de la filosofía, cultivaban una facultad distinta. En la India, Babilonia y Egipto el mito era la explicación válida del mundo y de los fenómenos naturales, exactamente como lo es hoy la explicación científica para nosotros. Sin embargo, para el pensamiento hoy predominante, cualquier mito o historia de dioses, héroes y monstruos es considerado como un desbordado deambular de la fantasía. Pero un verdadero mito de la antigüedad es algo que contiene imaginación poética y también su propia lógica. Podría decirse que en las antiguas civilizaciones, esas dos facultades, la imaginación y la lógica, no estaban todavía separadas, eran una unidad. Los filósofos griegos, los primeros pensadores racionales y
lógicos, aparecen en un determinado momento del tiempo, simplemente porque esa es la época en que la imaginación y la lógica se separan y se convierten en funciones independientes del alma humana. Es también la época en que emerge la poesía como un arte por sí mismo.
Ahora bien, lo interesante es que lo que tuvo lugar en la historia humana a gran escala tiene su contrapartida en el desarrollo del ser humano individual. En torno a los once o doce años se produce un comienzo de separación entre la imaginación y la lógica.
Ello se muestra, por ejemplo, como curiosidad. Algunos niños quedan fascinados por los hechos, cualquier tipo de hechos, ya sean de la ciencia, de la geografía o de la historia. Lo vemos de muchas maneras: por ejemplo, algunos niños empiezan a discutirlo todo. Les encanta discutir por discutir, pero en realidad no es otra cosa que acaban de descubrir un nuevo juguete y les gusta jugar con él.
Otra faceta de este desarrollo es un incrementado sentido de la propia personalidad. Un niño en esta etapa tiende a decir: "me gusta esto" o "no me gusta aquello" con gran énfasis personal, ya no son las simples simpatías o antipatías de los niños más pequeños.
Incluso las travesuras de los niños en esta edad son distintas. Los niños más pequeños pueden ser traviesos porque no pueden hacer otra cosa, siguen un impulso que son incapaces de controlar. Pero los niños de once o doce años son traviesos mucho más deliberadamente. Es como un experimento científico: "¿Hasta dónde puedo llegar?". Y todo eso está relacionado con un proceso de despertar. Esta separación en dos caminos que se produce entre la lógica y la imaginación, es un despertar. En las travesuras
deliberadas, en el discutirlo todo, en el intenso sentido de la importancia de la propia persona y en la curiosidad el niño experimenta un despertar, como si saliera de un sueño.
Pero hay algo que hemos de tener en cuenta. Esta etapa es solamente el inicio del proceso, todavía no se ha completado. Si a este nivel le damos a los niños simplemente hechos, los meros hechos de la ciencia o de la geografía, entonces no estaremos ayudando en la evolución que está teniendo lugar en el niño. Ellos necesitan los hechos, quieren los hechos, pero han de estar vinculados entre sí de un modo que todavía satisfaga en el niño el sentimiento, la imaginación, la poesía. Si les damos solamente los hechos aislados, su imaginación y capacidad creativa original se marchitarán o extinguirán.
Por eso la clase de botánica se expuso en la forma que aquí se ofrece. Las plantas se presentan en la secuencia del sistema evolutivo, comenzando por las formas vegetales inferiores, hongos, algas, que carecen de flores, polen o semillas y va ascendiendo hacia las plantas de flor.
Pero la idea de la evolución, desde plantas inferiores a superiores carecería de sentido para el niño. Hay que acercarla a ellos comparando las familias de las plantas con su propio desarrollo infantil. Comparando los hongos con los bebés más pequeños, las algas con los niños que empiezan a dar sus primeros pasos, las monocotiledóneas con los primeros años en el colegio. Con estas analogías se introduce a los niños al concepto de evolución (aunque nunca mencioné la palabra ante ellos) de un modo que los hace conscientes de su propia evolución, de su propio desarrollo, algo que ellos pueden sentir, no meramente saber. Naturalmente, esas analogías contienen un elemento
de imaginación, son analogías poéticas, pero eso es exactamente lo que todavía necesita el niño.
También he de decir algo sobre el lugar que ocupa la botánica en el currículum o plan de estudios de la escuela. En ciencia procedemos igual como en geografía, es decir, empezamos con lo más cercano y luego nos vamos alejando progresivamente. En geografía empezamos con la ciudad local, luego con el país local, luego con los países vecinos, el continente y luego los otros continentes. En ciencia empezamos con el reino más cercano al ser humano, el reino animal, a los nueve o diez años (cuarto curso). Luego abordamos el reino vegetal a los diez y once (quinto curso). El mundo mineral, es decir, la geología y los primeros pasos en la física llegan a los once o doce años (sexto curso). La física y la química se imparten entre los doce y los catorce años (séptimo y octavo cursos). La mecánica, que es lo más alejado de nuestro sentimiento, llega a los catorce años (octavo curso).
Charles Kovacs
Contenido
- Prólogo
- Biografía del autor
- Botánica en quinto curso
- Las familias de las plantas
- La planta entre el Sol y la Tierra
- El diente de león
- Los hongos
- Las algas
- Los líquenes
- El musgo
- Los helechos
- Las coníferas
- Los árboles y la tierra
- Plantas que producen flores
- Plantas florales inferiores y superiores
- La flor
- El polen
- Flores y mariposas
- Orugas y mariposas
- El tulipán
- Semillas y cotiledones
- La rosa
- La familia de las rosáceas
- La col
- La ortiga
- Las plantas que usamos
- El roble
- El abedul
- La palmera
- Té, azúcar y café
- Hierbas y cereales
- Hojas y flores
- Las abejas
- La vida en una colmena
- El espíritu de la abeja
- Bibliografía