La enseñanza de la música en la escuela Waldorf-Steiner
Referencia: 9788493920876
La educación del niño a través de la música adecuada a cada edad
En las escuelas Waldorf la música se enseña teniendo en cuenta la evolución corporal, anímica y espiritual del niño y del joven. La música sitúa al intérprete en la frontera entre lo intangible y lo sensible, y de una manera más o menos consciente le enlaza con su existencia espiritual originaria.
Wünsch fué profesor de música en la escuela Waldorf durante 28 años y para su actividad se inspiró en el ciclo de conferencias Das tonerlebnis im Menschen de Rudolf Steiner. En esta obra, con el ejemplo de numerosas canciones y piezas musicales adaptadas a la edad del niño, nos ilustra cómo se sigue la historia de la música, la cual refleja la evolución de la humanidad.
Wolfgang Wünsch
Nacido en 1926 en Halle /Saale, Alemania. En 1950 estudia de música eclesiástica en Berlín.
En 1957 inicia el estudio de ciencias naturales en Freiburg.
En 1963 ingresa como maestro Waldorf en la Escuela Libre Waldorf de Uhlandshöhe en Stuttgart.
Desde 1964 maestro en la Escuela Libre Waldorf de Marburgo.
En 1971 cofundador de la E.L.Waldorf en Bonn, donde ejerce como profesor de música y ciencias naturales.
Desde 1978, es docente sobre Pedagogía Waldorf en Witten-Annen, donde ejerce su actividad en el Seminario de maestros en Alemania, en el Norte y el Este de Europa.
- 158 páginas - Encuadernación en rústica mate
- Traducción: Miquel Angel Marigó.
- Revisión: Francesc Fígols Giné
PRÓLOGO
Durante todo el siglo XX muchos pedagogos y músicos llamaron la atención repetidamente sobre el papel central de la música en la educación. En primer lugar hay que nombrar a Zoltán Kodály, que en el año 1951 introdujo la ampliación de las clases de música en las escuelas húngaras (una hora de música diaria). Junto a su actividad como investigador de la canción popular y como compositor, Kodály desarrolló una pedagogía musical basada principalmente en el canto y que le ofrece a cada niño la posibilidad de una formación musical consolidada. Kodály expresa sus intenciones con las palabras siguientes:
"Este centenar de escuelas no son escuelas de música, sino escuelas del Ser humano. Sin música el Ser humano no está completo y es solamente un fragmento."
Este experimento escolar tuvo éxito. El rendimiento escolar fue en todas las asignaturas claramente superior que en las otras escuelas, sobre todo si se tiene en cuenta que para poder ampliar las horas de música se tuvieron que reducir las de las otras asignaturas.
Kodály ya había previsto este resultado: "A nuestros psicólogos eso empieza a interesarles y se preguntan las razones. Los que lo experimentamos en la práctica no necesitamos ninguna explicación. Sabemos que la ocupación diaria con la música refresca el espíritu, de tal modo que éste luego se muestra más sensible para todo lo demás. Parece que la música influye al Ser humano en general."
Estas influencias tienen ante todo una relación con la disciplina y la conducta social. Esta afirmación la sostienen muchos otros pedagogos que también han recogido experiencias en este campo.
Entre otros tendríamos que nombrar a Béla Bartók, Carl Orff, Heitar Villa-Lobos (Brasil) y muchos directores y compositores de música coral, así como musicopedagogos de la época del movimiento juvenil de la primera mitad del siglo XX.
Georg Picht en particular, nos recuerda el antiguo ideal griego de la educación y ve, como condición para una educación humana
efectiva, la necesidad de buenas clases de música. Su escrito "La catástrofe de la educación alemana"(1964)' hizo sensación en el mundo de la cultura.
En 1970, Félix Messerschmid vuelve ha hablar sobre este tema en "Dictámenes y estudios de la comisión para la educación, vol.17"' :
"Si se compara con otras naciones, la república alemana también está atrasada en el campo de la música y de la educación musical. Esto hay que tomarlo no solamente como una amenaza de que se pierda la gran tradición alemana, sino de que, como se ha demostrado en experimentos e investigaciones de diferentes países, la formación musical intensiva puede aumentar de manera considerable el rendimiento en otras asignaturas porque la música abre enormemente los órganos del intelecto."
En otro lugar comenta:
" ....la función de la didáctica es organizar de manera universal y mejor que en nuestros días la educación para la relación humana entre ciencia, arte, moral y religión. Es decir cultivar una "ocupación fundamental del espíritu". Con ello no me refiero a las ciencias fundamentales en formato escolar, sino a las experiencias espirituales elementales en las que se nos abre el mundo y que dejan su sello en cuerpo, alma y espíritu, es decir en el Ser humano entero. Si comprendemos la tarea de la enseñanza de este modo, entonces la formación musical pasará de la zona marginal al centro de la vida escolar...."
No queremos que la clase de música se tome como una asignatura en la que se enseñen contenidos peculiares, sino que sea una clase central, en la que se forme al Ser humano y se le dé la posibilidad de una "experiencia espiritual."
En Suiza se repitió el experimento de Kodály entre los años 1988 y 1991. El resultado de esos tres años quedó fijado en el libro Musik macht Schule (La música hace escuela) de Ernst Waldemar
Weber, Maria Spychinger y Jean-Luc Patry de la editorial "Die blaue Eule" (la lechuza azul). Aquí también se obtuvieron resultados positivos, aunque este experimento solamente duró tres años.
A pesar de todos estos esfuerzos comprometidos y de las verificaciones estadísticas, la política escolar en general apenas extrajo consecuencias de ello. Aunque los resultados salten a la vista, no es fácil reconocer lo que ocurre a través de la actividad musical del Ser humano y su relación con el mundo. El presente libro tampoco quiere dar una respuesta definitiva, sino más bien mostrar caminos y condiciones para una formación libre y creadora de la clase de música, de manera que pueda ser formadora del Ser humano del modo que hemos descrito.
Vamos a tratar principalmente de la actividad musical, y no tanto sobre consideraciones musicales. "Experiencias musicales reales" solo se pueden adquirir a través de la actividad propia, lo que incluye también el oír de manera activa, como dice Félix Messerschmid:
"...En las grandes creaciones artísticas encontramos al mundo reflejado en forma de Arte (se refiere a la belleza de un cuadro o a la construcción razonable de una Fuga, nota del autor) y aunque sea la obra de arte más pequeña, mientras sea perfecta, dará testimonio de la posibilidad de formar artísticamente el mundo, tendrá el poder de alejarnos de la estrechez de nuestro círculo de vida y nos hará visible las verdaderas proporciones de la existencia humana. El alumno sólo participará en una experiencia de este tipo, si es activo en el proceso creativo (en el campo de la música); la experiencia ha mostrado que el simple acto comprensivo no es suficiente."
En la intervención en pro y en contra de la pedagogía Waldorf "Sobre la teoría y la práctica de los procesos de educación artística en el caso de la formación musical en la pedagogía Waldorf" editada por Otto Hansmann (Discusión entre el profesor Thomas Ott y el autor), se habla sobre la experiencia activa y sobre el conocimiento activo. Este tema será corno una guía que nos conducirá a través del presente libro.
Es curioso constatar cómo en el siglo XX se amontonan los manifiestos que quieren llamar la atención sobre la importancia de la formación musical para la vida cultural en general. Si observamos con atención la situación actual, nos daremos cuenta fácilmente de que en el futuro todo va a depender en gran parte de la evolución interior del ser humano. Para poder comprender la relación entre el ser humano y la naturaleza, y entre los seres humanos mismos, para tratar a ambos con responsabilidad son necesarias facultades anímicas que no se poseen desde un principio, sino que hay que adquirirlas. El ser humano ha madurado en estesiglo para poder desplegar su libertad. Lo que haga con ella, dependerá de él mismo.
A mi parecer, hoy sólo se puede ver la música como orientadora para las tareas futuras de la humanidad. Así puede entenderse a Yehudi Menuhin que con sumo interés sigue de cerca la evolución de la educación musical en todos los países y que, en su introducción a su libro Musik macht Schule (La música hace escuela), escribe:
"Con la obra "La música hace escuela" se reconocerá finalmente que la música forma parte de la educación general y es una contribución a la salvación de la humanidad..."
Por supuesto, no hay que olvidar que la música también nos regocija, quizás porque al hacer música nos movemos en la frontera entre lo espiritual y lo sensible. y de una manera más o menos consciente experimentamos algo de nuestra existencia espiritual originaria.
Cuando somos activos musicalmente llevamos la consciencia a nuestro mundo de vivencias anímicas y espirituales, porque continuamente estamos observando cómo las fuerzas musicales actúan en nuestra vida anímica interior y cómo nuestra sensibilidad mantiene una relación con estas fuerzas. Con ello reaccionamos contra lo que Bernard Lievegoed llama la "invasión de fuerzas de
la vida anímica inconsciente"' a las que el ser humano se encuentra cada día más expuesto. Asimismo hay que estar presente en el interior del alma para no estar expuestos a fuerzas desconocidas que nos hagan perder nuestra libertad. Sobre ello habla Rüdiger Liedtke en su libro Die Vertreibung der Stille (La expulsión del silencio).
Vamos a describir este camino de forma que, basándonos en la antropología antroposófica y teniendo en cuenta la evolución corporal, anímica y espiritual del niño y del joven, lo relacionemos todo con una observación fenomenológica de los elementos musicales, ya sean de tipo melódico, armónico o rítmico. Al mismo tiempo experimentaremos una parte de la historia de la humanidad reflejada en la música. Por otra parte, cuando hablemos sobre los efectos de la música en lo anímico-espiritual del Ser humano, a lo largo de nuestras consideraciones veremos que la música expresa igualmente la relación del ser humano con el mundo. Todos estos pensamientos nos van a ser de utilidad si los dirigirnos hacia una práctica docente concreta, que es lo que se pretende con el presente escrito.
Todo lo que voy a exponer se basa en las tres conferencias de Rudolf Steiner Das tonerlebnis im Menschen4 que junto con otros escritos pedagógicos y ciclos de conferencias de Rudolf Steiner, durante 28 años me acompañaron en mi actividad como profesor de música en la escuela Waldorf y me proporcionaron siempre nuevas sugerencias y orientaciones. Asimismo quiero aprovechar la ocasión para agradecer a todos los alumnos con los que pude experimentar el mundo de la música tal como lo describo en este libro. En este lugar quisiera también expresar mi agradecimiento a mi antiguo colega Peter Michael Riehm por sus múltiples sugerencias y a todos aquellos con los que intercambié y sigo intercambiando experiencias, así como a mi esposa por su incansable ayuda a la hora de escribir el texto.
En este escrito se van a dar muchos ejemplos prácticos que no hay que entender como "recetas". Lo más importante para mí fue mostrar el camino que conduce hacia un concepto práctico de las clases, partiendo, por un lado, de las fuentes de la antropología y, por otro, de las observaciones fenomenológicas de la música. El resultado va a ser distinto para cada maestro. Aunque se quiera ser objetivo, cada proceso artístico - y el dar clases también lo es - será un proceso individual. Espero que este libro sea una sugerencia para ser creativo y para buscar todavía muchas más posibilidades de realización.
Contenido
- Prólogo.
- El niño en el primer año escolar.
- La vivencia de los intervalos.
- El sentimiento de la cuarta en el tercer grado escolar.
- El niño a partir del noveno año.
- El “Rubicón”.
- El quinto grado.
- Esbozos de una antropología musical.
- Algunas reflexiones sobre la vivencia musical.
- Los modos mayor y menor en el sexto grado.
- El aprendizaje de un instrumento.
- La pubertad.
- Las clases de música en el séptimo y octavo grado.
- Ejercicios de improvisación en los ocho primeros grados.
- Ejercicios rítmicos en los grados séptimo y octavo.
- Del noveno al duodécimo grado.
- Ejercicios de improvisación en los grados superiores.
- La improvisación libre.
- Epílogo.