El método Food Babe, de  Vani Hari. ISBN: 9788441435568

El método Food Babe

Referencia: 9788441435568
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Libérate de las toxinas en los alimentos,
pierde peso y gana salud en solo 21 días

Prólogo de Mark Hyman, MD

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¿Sabías que las palomitas procesadas contienen un aditivo químico presente en cacerolas y sartenes con revestimiento de teflón o que un jugoso melocotón tratado con pesticidas puede alterar la reserva de grasas corporales?
En tan solo tres años Vani Hari, conocida también por el nombre de su blog sobre nutrición y salud, Food Babe, ha conseguido más de cuatro millones de seguidores en todo el mundo. Sus investigaciones sobre los ingredientes que la industria alimentaria nos ofrece ha puesto contra las cuerdas a grandes marcas y compañías de la talla de Kraft, Subway o Starbucks, denunciando el empleo de componentes nocivos en sus productos y reivindicando una mayor información por parte de las multinacionales para que el consumidor sepa cuáles son los ingredientes y componentes reales de los alimentos que encontramos en el supermercado y que consumimos cada día. Los alimentos puros y naturales son la base de una buena salud y resultan claves para perder peso y alcanzar el estado y el aspecto físico.
En El método Food Babe, Hari invita a seguir un sencillo plan para aprender a comer sano y eliminar toxinas, a perder peso sin tener que contar las calorías y a recuperar plenamente el bienestar en solo 21 días. Mediante una serie de rutinas de alimentación y deliciosas recetas, y con su propia experiencia personal de transformación, Hari nos enseña a adquirir y mantener una serie de hábitos saludables, imprescindibles para prevenir enfermedades, perder peso y ganar salud. Hari y su legión de seguidores han asumido el método Food Babe, sintiéndose bien, tanto física como mentalmente. Únete a ellos y al movimiento que está gestando una verdadera revolución en el modo de comer, pensar y vivir.

Sobre el autor:

Vani Hari, es una activista de la alimentación. Con su trabajo, Hari ha influido decisivamente en el modo en el que gigantes de la alimentación como Kraft, Subway y Starbucks elaboran sus productos, obligándolos a reorientar sus políticas empresariales hacia la consecución de objetivos más saludables. La autora vive en Carolina del Norte, desde donde viaja por todo el mundo para difundir sus ideas sobre salud y sobre la concienciación de la importancia de los alimentos. Actualmente está trabajando en su próxima campaña.

PRÓLOGO

EN CADA GENERACIÓN una o dos veces surge un valeroso científico o un aguerrido ciudadano de a pie que se enfrenta al sistema y nos hace ver una verdad que la mayoría ignoramos. Así se modifica nuestra perspectiva del mundo, de las opciones de las que disponemos y del modo de vivir la vida. En ocasiones es así como cambia toda nuestra visión del mundo. En cierta ocasión la antropóloga Margaret Mead dijo: «No dudes jamás de que un pequeño grupo de ciudadanos clarividentes y comprometidos puede cambiar el mundo. En realidad son los únicos que lo han logrado». Vani Hari, conocida como Food Babe, con su ordenador, su blog y la claridad de su voz, ha conseguido algo que políticos, madres, médicos, nutricionistas, escritores y grupos de opinión no habían logrado hasta el momento.
Rachel Carson fue la primera en alertar a la población estadounidense sobre los peligros de los pesticidas y los compuestos químicos en nuestro entorno, contribuyendo a dar impulso al movimiento de defensa del medio ambiente. Linus Pauling, arriesgando su carrera profesional, puso de relieve los peligros de la guerra y la radiación nuclear y contribuyó a la prohibición de las pruebas nucleares, lo que le hizo acreedor al Premio Nobel de la Paz. Martin Luther King hizo frente a la violencia y la cárcel y dio incluso su vida para abrirnos los ojos ante la inhumanidad del racismo y la violación de los derechos civiles. Y en todos los rincones del mundo ha habido otras muchas almas que han inspirado la revelación de la verdad, aun exponiéndose a grades riesgos, tanto ellas mismas como sus familias. La mayoría de estas personas son héroes anónimos que, silenciosamente, se han alzado en favor de lo que es justo y, gracias a ellos, todos nosotros vivimos mejor.
Vani Hari es una moderna evocación de David, enfrentada a la billonaria industria alimentaria que, con la excusa de producir alimentos atractivos, coloridos, con sabor intenso, fáciles y cómodos de consumir, está generando sufrimiento y enfermedad en todo el mundo.
La mayor parte de nosotros ignora por completo qué es lo que comemos y cuáles son los efectos que esos alimentos tienen sobre nuestra salud y sobre nuestro entorno. Es muy poco lo que sabemos sobre el modo en el que se desarrollan los productos de los que nos nutrimos, de cómo se manipulan las semillas, de cómo perjudican los métodos de cultivo a los suelos, el aire y el agua, y en la medida en la que todo ello repercute en el cambio climático y en la aparición de zonas muertas en los océanos. No somos conscientes del efecto de los compuestos químicos que se añaden a nuestros alimentos, ni del modo en el que las hormonas, los antibióticos, los plásticos y las toxinas que ingerimos a diario dañan a nuestro cuerpo. ¿Cómo podríamos saber que las patatas fritas precocinadas contienen las mismas siliconas que la masilla blanda con la que juegan los niños (Silly Putty), que los productos de panadería industrial contienen espumantes empleados también en las colchonetas de yoga o que en alimentación se utilizan conservantes cancerígenos, como el BHA y el BHT, prohibidos en la mayoría de los países, pero no en Estados Unidos? ¿Cómo ser conscientes de que los macarrones con queso precocinados contienen tintes y colorantes que causan hiperactividad y trastornos de conducta en los niños, que algunos saborizantes naturales se elaboran con restos animales triturados o que muchos alimentos contienen secreciones de las glándulas anales de los castores? ¿De qué modo sería posible imaginar que, con independencia de las calorías ingeridas, muchos de los aditivos químicos alimentarios son obesógenos y contribuyen en gran medida a la epidemia de obesidad que asola Estados Unidos y, cada vez en mayor medida, el resto del mundo, gracias a que la peor dieta posible se exporta a todos los países, excepto Cuba y Corea del Norte? ¿Cómo intuir que la mayoría de los diez mil aditivos utilizados en alimentación han sido aprobados por la Food and Drug Administration (FDA) sin ser sometidos a pruebas de seguridad?
Son miles las personas que se afanan por gestar una revolución en nuestro sistema alimentario. Yo me considero una de ellas. Pero muy pocos de nosotros hemos llegado a comprender el modo en el que se puede decir la verdad para combatir y abatir al gran Goliat, la industria alimentaria, o al menos conseguir que doble la rodilla. La belleza y el genio de la iniciativa de Food Babe no radica solo en que haga frente a nuestro tóxico sistema alimentario, o en que nos eduque sobre los peligros de los alimentos industriales en general. Ella busca el talón de Aquiles, la única fisura en la piel
del dragón, y dispara sus flechas de forma tan franca, directa y mortal que consigue postrar a gigantes que, de otro modo, simplemente se reirían de las críticas e ignorarían el creciente el clamor que se alza en favor de un cambio del sistema alimentario. En cambio, los directores generales y los altos ejecutivos de las principales compañías la invitan a sus sacrosantos santuarios y le piden consejo sobre cómo cambiar a mejor. Temen a la legión de seguidores del método Food Babe, a los millones de ciudadanos movilizados, enfermos y cansados de estar enfermos y cansados.
Pero Vani Hari no aplaca nuestro enojo, no se limita a salvarnos de los efectos de la azodicarbonamida (el espumante presente en colchonetas de yoga) en los bocadillos de la marca Subway. Analiza en profundidad cada aspecto de nuestro sistema alimentario y, con un trabajo de investigación incansable, decidido y admirable, consigue descubrir cada una de las toxinas presentes en nuestros alimentos. Nos invita a observar desde una perspectiva real esos alimentos, a leer las etiquetas como expertos. Ha conseguido desvelar todos los ingredientes peligrosos que hay en lo que comemos y nos enseña cómo evitar las hormonas del crecimiento en la carne, los antibióticos, los pesticidas, las harinas refinadas y enriquecidas, el bisfenol A (BPA), el jarabe de maíz de alta fructosa, las grasas trans, los edulcorantes artificiales, los conservantes, los saborizantes artificiales y naturales, los colorantes alimentarios, los acondicionadores de masa, la carragenina, el glutamato monosódico (GMS), así como los metales pesados y las neurotoxinas, entre tantos otros.
Vani no solo nos enseña la manera de evitarlos. No nos deja desamparados. Ha investigado a fondo todo lo que sí se puede comer, qué productos y alimentos son saludables y generadores de vida. Sus dotes de detective le han permitido crear un estilo de alimentación realmente libre de aditivos químicos y que todos podemos asumir. Su trabajo es el germen de una profunda revolución, asimilable a lo que el congresista Tim Ryan llama La revolución alimentaria real, una revolución que ataca la raíz del fenómeno en virtud del cual el sistema alimentario industrial destruye nuestro capital humano y natural, nuestra salud y nuestro entorno.
Me considero defensor de una nueva forma de medicina, la medicina funcional, que aborda la causa raíz de la enfermedad, que contempla el cuerpo como un ecosistema, no como un conjunto de partes, y que trata el organismo en su conjunto, no solo los órganos, el sistema global, no solo los síntomas. Una de las herramientas fundamentales para la curación es
el alimento. Si este no fuera más que un mero aporte de calorías, no importaría su procedencia: en la medida en la que nos proporcionase la suficiente energía para mantenernos y supiera bien, resultaría adecuado.
Sin embargo, la ciencia de la nutrición ha descubierto una forma radicalmente nueva de interpretar los alimentos. La comida no es solo energía. La comida es información. Contiene instrucciones que comunican mensajes a nuestros genes, hormonas, sistema inmunitario y flora intestinal, de hecho, a cada uno de los sistemas que integran el cuerpo. Este planteamiento modifica todo lo que sabemos sobre los alimentos. La salud depende de la calidad de la información que le aportamos a nuestro cuerpo. Y los «quince generadores de enfermedad» y los demás ingredientes ocultos y productos alimentarios modificados que conforman buena parte de nuestra dieta no hacen más que aportar información patológica.
Si todo el mundo adoptara el plan de alimentación del método Food Babe de 21 días, el sistema industrial alimentario, tal como lo conocemos, se vendría abajo, dando paso a una nueva era de innovación y creatividad. Las industrial y los sistemas alimentarios anticuados desaparecerían, abriendo una senda hacia nuevas estructuras de transformación de los alimentos. No solo nos sentiríamos más sanos, sino que invertiríamos las tendencias epidémicas de las enfermedades crónicas y la obesidad, que actualmente asolan a las personas, las economías y el entorno.
Y todo comienza con una sencilla pregunta que Food Babe nos ha enseñado a formular y que ella misma se ha planteado valerosamente una y otra vez: ¿Qué hay en lo que comemos?
¿Son realmente alimentos? ¿Son buenos o malos para nosotros? Si no se trata de alimentos, no hemos de tomarlos. Si lo son, debemos comerlos. Este es el principio orientador del método Food Babe, una forma de vida que nos conducirá a una nueva era saludable y que cambiará el mundo a partir de cada bocado, de cada persona. Lean este libro y no volverán a pensar de la misma manera en los alimentos, en su salud o en el mundo en general. Todos nos beneficiaremos de él.
Mark HYMAN, MD

ÍNDICE

PRÓLOGO, por Mark Hyman, MD     
NOTA PARA EL LECTOR     
EL MÉTODO FOOD BABE
INTRODUCCIÓN     
Parte I
ESOS ASTUTOS HIJOS DE...
CAPÍTULO 1. Nos han engañado     
CAPÍTULO 2. Somos los compuestos químicos que comemos: los
quince generadores de enfermedad     
CAPÍTULO 3. El fin de las calorías químicas     
Parte II
21 DÍAS DE BUENOS ALIMENTOS Y BUENOS HÁBITOS
CAPÍTULO 4. Semana 1: El valor de los líquidos en el método Food
Babe     
Día 1. Depuración diaria con el ritual matutino del agua de
limón     
Día 2. La máquina de las bebidas verdes     
Día 3. Sin bebida durante las comidas     
Día 4. El contenido del agua     
Día 5. Reducción de los lácteos     
Día 6. ¡No más refrescos comerciales!     
Día 7. Cuidar el hígado     
CAPÍTULO 5. Semana 2: Los hábitos de alimentación de los segui-
dores del método Food Babe     
Día 8. Acabar con la abominable comida rápida     
Día 9. Desintoxicarse de los azúcares añadidos     
Día 10. Consumo responsable de carne     
Día 11. Más de la mitad de los alimentos crudos     
Día 12. Mejor pan y mejores hidratos     
Día 13. Equilibrio de las grasas saludables     
Día 14. Diez superalimentos que complementan la dieta . .     
CAPÍTULO 6. Semana 3: La culminación del método Food Babe .     
Día 15. Aprender a reconocer los transgénicos     
    Día 16. Comer fuera de casa siguiendo el método Food Babe    
Día 17. Hacer limpieza» en la cocina     
    Día 18. Cambiar para escapar de la tienda de los horrores»    
Día 19. Cocinar alimentos naturales en casa     
Día 20. Unas horas de ayuno diario     
Día 21. Los alimentos orgánicos en los viajes     
Parte III
PLAN DE ALIMENTACIÓN DE 21 DÍAS Y RECETAS MÉTODO FOOD BABE
CAPÍTULO 7. Plan de alimentación de 21 días método Food Babe. CAPÍTULO 8. Recetas del plan de alimentación método Food Babe.
APÉNDICES
Apéndice A. La legión Food Babe: ¿Cómo cursar una petición?
Apéndice B. Lecturas y recursos recomendados     
Apéndice C. Empresas que financian la oposición al etiquetado de
transgénicos     
Apéndice D. Bibliografía     
AGRADECIMIENTOS     
ÍNDICE TEMÁTICO     
SOBRE LA AUTORA     
10    El método Food Babe

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