La clave está en la digestión
Referencia: 9788416449767
Alimentos y recetas para sentirse bien todos los días
¿Tu sistema digestivo se ha convertido en tu peor enemigo?
Este libro es la solución para hacer las paces con él.
Con explicaciones claras, consejos prácticos y 90 recetas para hacerte sentir bien y ayudarte a adquirir hábitos saludables de alimentación y reencontrar la serenidad de tu intestino.
A Lene Knudsen le llevó bastante tiempo llevarse bien con su cuerpo y su intestino. Después de años de difusas enfermedades y malestares, que redujeron paulatinamente su alegría de vivir, decidió tomar las riendas de su salud. Después de estudiar dietética, comprendió cuánto influye en nosotros lo que comemos. Y, lo que es más importante: ¿nuestro sistema digestivo absorbe correctamente los alimentos que ingerimos?
Lene descubrió el papel crucial que tiene el sistema digestivo en el desarrollo de enfermedades, alergias, patologías cutáneas, trastornos nerviosos así como en el mismo sistema inmunitario. Al intestino se le llama también «el segundo cerebro» y es apasionante comprobar hasta qué punto la alimentación influye en nuestro comportamiento.
En este libro, Lene describe su camino personal, desde el momento en que tomó consciencia de su problema hasta cómo consiguió reconstruir y reequilibrar su sistema digestivo. Además, brinda múltiples consejos alimentarios, explica cómo nuestro intestino intenta comunicarse con nosotros y propone recetas exquisitas para poder dar los primeros pasos hacia una vida más sana.
La clave está en la digestión incluye:
- Un test para averiguar qué tipo de intestino tienes.
- Casos prácticas ajustados a cada perfil.
- Soluciones de urgencia.
Lo importante es cambiar. Los primeros pasos nunca son fáciles, pero pronto obtendrás la recompensa: una recuperación que cambiará de manera radical tu día a día.
Come y sé feliz.
Lene Knudsen es danesa-coreana y residente en París. Desde 2002 se dedica a la dietética y a la cocina. Una salud frágil y numerosas intolerancias la llevaron a investigar qué tipo de alimentos debía tomar para aumentar la energía de su cuerpo y, en particular, su intestino. Desde entonces, ha buscado y probado numerosas recetas con alimentos que favorecen la flora intestinal, y ese cambio de alimentación y de estilo de vida supuso un verdadero renacimiento para ella.
- Formato, páginas: TAPA BLANDA, 256
- Medidas: 147 X 210 mm
Introducción
A mi salud y a mí nos costó llevarnos bien desde la infancia. Poco a poco conseguí manejarla, pero hicieron falta muchos años para que hiciésemos las paces. Cuando cumplí los treinta y cinco, volví a clase para estudiar dietética, y entonces nos reconciliamos y empecé a sentirme a gusto con mi cuerpo.
La escuela de dietética fue el detonante que tanto había esperado y me permitió comprender cuánto influye en nosotros lo que comemos. Y, lo que es más importante, nos plantea una pregunta fundamental: ¿nuestro sistema digestivo absorbe correctamente los alimentos que ingerimos? Plantearme estas cuestiones y descubrir cómo funciona mi cuerpo me supusieron una auténtica resurrección.
Mi madre me ha contado que, desde que llegué con tres meses a Dinamarca gracias a la cigüeña internacional, fui una niña enfermiza. Por más que me cuidaran y tomase medicamentos convencionales, mi mejoría no duraba mucho tiempo. Encadenaba penosos períodos de un eccema severo que me cubría todo el cuerpo: por la noche me rascaba hasta hacerme sangre y tenía unas dolorosas costras que se agrietaban y ardían bajo la ducha. Fue entonces cuando me confirmaron que era asmática, así como alérgica al polen y a los animales. Una dermatóloga-alergóloga me realizó varias pruebas y me diagnosticó una serie de alergias alimentarias cada vez más numerosas. En aquel momento, mi mundo se redujo muchísimo, y mi alegría interior también.
De niños, nos adaptamos enseguida a cualquier situacion. Mis padres siguieron los consejos de nuestro médico de familia sin cuestionarlos en ningún momento len los años ocheta y noventa no se tenía acceso a tanta información como ahora). En aquella época, el médico opinaba que todo se normalizaría al alcanzar la edad adulta, con la regularización hormonal. Durante dos décadas, me embadurné con cremas de cortisona y seguí incontables tratamientos antihistamínicos. Sin embargo, la adolescencia no vino acompañada de ninguna curación milagrosa: las continuas infecciones urinarias y los antibióticos constantes provocaron otras penosas patologías. Te ahorraré los detalles, pero aprovecho para darte un consejo: si quieres mantener intacta tu flora íntima e intestinal, toma probióticos o levadura Saccharomyces boulardii simultáneamente a un tratamiento con antibióticos. Debido a la ingesta excesiva de estos últimos desarrollé una resistencia a la mayoría de ellos, como a veces sucede. ¡Un auténtico círculo vicioso!
Mi peso cayó en picado y mi morfología sufrió las consecuencias. Mi entorno más cercano pensaba que sufría anorexia, pues comía muy poco y estaba extremadamente delgada; pero no era anoréxica ni bulímica (a este respecto, recientes estudios han demostrado que la deficiencia de zinc tiene un papel significativo en esta compleja patología). En retrospectiva, puedo afirmar que la pérdida de peso y los trastornos nerviosos se debían a una mala absorción de los nutrientes a través de las vellosidades del intestino delgado (volveré a ello más tarde), provocada por las intolerancias alimentarias y las diarreas.
Mi madre dice que, ya desde muy pequeña, yo me quejaba de mis digestiones pero no me acuerdo de ello. En cambio, sí que recuerdo que, tras las comidas familiares, mientras los demás seguían en la mesa, yo me refugiaba, exhausta, en el sofá por culpa de una digestión difícil. No se trataba de algo ocasional, sino de un comportamiento digno de Garfield (ese gato aletargado): durante años echada en el sofá después de comer. No tardaron en colgarme la etiqueta de «asocial».
Pasó el tiempo y llegué a París. Como trabajaba en la cocina de una Meca del bienestar, toda una institución de la comida ecológica, me deleitaba con platos saludables. Sin embargo, me sentía peor que nunca: dolor de espalda, de estómago, cansancio extremo, tristeza, artritis, pérdida de peso y psoriasis. En definitiva, no era para tirar cohetes, así que decidí tomar las riendas de mi salud. (Te lo aseguro, en aquella época tan complicada en cuanto a la salud, conseguí disfrutar de la vida a pesar de todo: divertirme, amar ¡e incluso ser madre!).
Sospechaba que sufría intolerancia al gluten y a los lácteos, por lo que decidí eliminarlos de mi alimentación. Senti una clara mejoría casi de inmediato y supe que iba por buen camino (en la mayoría de los casos, los médicos esperan unas tres semanas para que los efectos sean significativos). En la misma época, empecé a ira la escuela de dietética y descubrí el papel crucial que tiene el sistema digestivo en el desarrollo de enfermedades, alergias, patologías cutáneas, malnutrición, en el sistema inmunitario y en los trastornos nerviosos (mis enemigos durante mucho tiempo). La ciencia ha demostrado que las anomalías del sistema nervioso entérico (SNE, el cerebro de los intestinos, una especie de torre de control) son un elemento central de enfermedades graves, como la diabetes o la enfermedad de Parkinson, por ejemplo. Se habla mucho del intestino, al que también se llama «el segundo cerebro», y de su relación con la sustancia gris. Es apasionante, pero también absolutamente terrorífico, comprobar hasta qué punto la alimentación influye en nuestro comportamiento. Cuando la flora intestinal (o microbiota intestinal) padece disfunciones, altera
los neurotransmisores, lo que puede contribuir a sufrir problemas neurológicos como la depresión. Y, a la inversa, dichas alteraciones provocadas por causas ajenas al sistema digestivo pueden alterar la flora intestinal.
Hoy en día, mi hija presenta a su vez síntomas similares. Me dije que, pese a su mala suerte, se pueden hacer cosas para encontrar alivio y, a largo plazo, curarse. Sé que ahora existen pruebas para detectar alergias e intolerancias alimentarias, así como otros remedios para mejorar la digestión. Citaré en especial la aportación de las enzimas digestivas, la estimulación de los jugos gástricos al tomar alimentos ácidos y los remedios para restaurar la flora intestinal mediante probióticos, tras haber tomado antibióticos durante años.
He aprendido a conocer los alimentos que nutren y miman los intestinos, la importancia de tomar fibra y qué alimentos favorecen el aumento de las bacterias beneficiosas, llamadas prebióticas. Me he preocupado de aplicar esas nuevas reglas alimentarias, lo que ha generado un período de reconstrucción y reequilibrio de mi sistema digestivo.
Sin embargo, llevar este nuevo estilo de vida suele exigir esfuerzo y una gran determinación. Supone todo un desafío seguir dietas de eliminación para acorralar a los culpables (si sospechamos que hay intolerancias o alergias), curas de vitaminas, minerales y oligoelementos o adquirir buenos hábitos para que los platos sanos sean sabrosos todos los días; es fácil perderse por el camino... Algunos prefieren recorrer ese camino solos, pero otros se sentirán más a gusto acompañados. Ante todo, no dudes en preguntar, pues rodearse de un buen equipo médico es una gran ventaja, y también puede que sea necesario para tu salud.
Lo importante es atreverse a cambiar. Los primeros pasos nunca son perfectos, pero enseguida obtendrán su recompensa: una recuperación que cambiará de manera radical tu día a día.
¡Buen viaje!
Advertencia
Este libro no puede sustituir a una consulta médica. Si padeces fuertes dolores intestinales u otro síntoma que te preocupe y se describa en el libro, debes consultar a un médico de familia o a un especialista. Si estás embarazada o padeces alguna patología en particular (enfermedad cardiovascular, insuficiencia renal, etc.), pregunta a un profesional sanitario antes de tomar cualquier tipo de complemento alimenticio (vitaminas, minerales, oligoelementos) o planta medicinal para asegurarte de que no existen contraindicaciones.
Índice
Introducción 5
EL SISTEMA GASTROINTESTINAL 9
Un viaje exprés 10
Conocer nuestro «segundo cerebro»: los intestinos 16
Los ácidos y las enzimas digestivas son imprescindibles 18
LA FLORA INTESTINAL 31
Las vellosidades y su papel en la absorción intestinal 32
Los milagrosos probióticos 34
Los prebióticos 37
¡30 gramos de fibra pueden cambiarle la vida! 40
Come y sé feliz: requisitos para tener unos intestinos en plena forma 44
CASOS PRÁCTICOS 49
Lily: parece que esté embarazada después de comer 50
Antoine: un tipo duro que se convierte en un gatito dormilón después de comer 53
Lou: una niña que siempre tiene hambre a la media hora de comer 56
Lisa: tiene un aliento horroroso durante todo el día 59
Adam: ¡si hay un virus en al aire, se lo queda él! 62
BenoTt: maldice las especias y los platos demasiado ácidos que repiten. 65
Camille: sufre dolores de cabeza, problemas para concentrarse y brotes de eccema 68
Anee: nunca es feliz aunque todo le vaya bien 71
Benjamín: un día tiene estreñimiento, y al otro, diarrea 74
Mark: ¡nada le sienta bien! 77
LAS RECETAS 81
Antes de empezar, unos apuntes sobre la higiene y la esterilización de los recipientes 82
La alacena de hierbas, especias y condimentos básicos 83
LAS VERDURAS LACTOFERMENTADAS
Zanahorias lactofermentadas 86
Chirivías lactofermentadas con semillas de comino 88
Puerros ladofermentados 90
Kimchi de colchina 92
Remolachas lactofermentadas con eneldo 94
Piña fermentada con estragón y pimentón dulce 96
Jengibre encurtido al estilo japonés 98
Kéfir de higo y limón 100
Kéfir de higo, pepino y jengibre 102
BEBIDAS
Infusiones aromáticas digestivas (calientes o frías) 104
Tés verdes de sabores en tarro 106
Zumo matutino de manzana, limón e hinojo 108
Zumo de piña, plátano y jengibre 110
Batido de kiwi, plátano e hinojo 112
Batido de pina y menta fresca 114
Batido de naranja, limón y menta ... 116
Batido de fresas y jengibre con suero de mantequilla 118
Batido fermentado de plátano y avellanas con suero de mantequilla 120
DESAYUNO
Yogur probiótlco de plátano, arándanos y almendras 122
Gachas crudiveganas de manzana, avellana y jarabe de arce 124
Gachas de islas de piña, jengibre y cacao 126
REFRIGERIO
Crema de remolacha -.130
Hummus con brócoli, soja, ajo y jengibre 132
Crema de miso y tahini 134
Crema de yogur, eneldo, ajo y limón - ........136
SOPAS Y CREMAS
Crema de puerro, curri y leche de coco 138
Crema de puerros y champiñones 140
Crema de coliflor, curri y nata de coco 142
Sopa de cebolla y patata 144
Crema de salsifís, jengibre y maíz 146
Crema de chirivía, nata de coco y judías pintas 148
Crema de calabaza, castañas y tomillo 150
Fideos con zanahorias, puerros y espinacas 152
Sopa de tomate con pasta orzo, romero y albahaca 154
Crema de zanahoria 156
ENTRANTES, QUICHES Y ENSALADAS
Huevos revueltos con espárragos 160
Tortilla de remolacha cruda, pepino y cebolla 162
Tortilla de col kimchi 164
Tortilla de tomates cherry, queso feta y menta 166
Quiche de espárragos, cebolla y romero 170
Quiche de cebolla y tomates secos 172
Quiche de puerros y endivias con ajo 174
Quiche de chirivía lactofermentada, espinacas y tomates cherry 176
Quiche de salmón ahumado, zanahorias laptofermentadas У hierbas 178
Pissaladiere 480
Pizzettas de brotes de espinacas y cebolla .182
Pizza de tomate, cebolla y albahaca 184
Ensalada de col de invierno 186
Maki de remolacha, salmón y aguacate 188
Tosta escandinava de salmón ahumado, mayonesa de eneldo, alcaparras y pepinillos 190
Tosta de aguacate y zanahoria lactofermentada con salsa samurai... 192
Ensalada de pomelo, endivias y avellanas 194
Ensalada de trigo, remolacha, rábano negro, hierbas y huevo frito 196
Ensalada de zanahoria, chirivía y cilantro 198
Ensalada de manzana, hinojo y espárragos a la vinagreta con mantequilla de cacahuete 200
Cogollos rellenos de merlán, manzana v rábano 202
Ensalada de patatas, brócoli, huevo, pesto de cilantro y wasabi 204
Ensalada de garbanzos, hinojo y zanahorias con vinagreta de miel y limón 206
Tabulé de brócoli y coliflor con almendras y especias y con salsa de manzana, jengibre, soja y ajo 208
Fnsalnrln rio remolacha rallada, rhlrlvfa y aja 210
PLATOS CALIENTES
Puré de alcachofa, ajo y perejil 212
Puré de brócoli con salsa de soja 214
Puré de remolacha y cebollino 216
Puré de espárragos y avellanas 218
Puré de chirlvía y calabaza ..... ... 220
Puré de tupinambos con tomillo... .. 222
Fandi ie de ralnhnrín can n irri y coro 224
Ensalada de qulnoa con alcachofas, limón y rabanltos 226
Puerro con arroz salvaje y habas 228
Dal de puerro y tomates con especias 230
Patatas ron salmón, chirivín asado y eneldo 232
Coliflor gratinada con comino y nata de coco 234
Chirlvía gratinada con batata y remolacha 236
Pollo guisado (sopal 238
Berenjenas asadas con sémola ce trigo 240
Patatas asadas con crema de aguacate, caballa ahumada y vinagreta balsámica de sésamo 242
Pimientos rellenos de arroz salvaje y champiñones 244
Chirlvía salteada con pasta, miel y romero 246
Brlck de huevo, puerro lactofermentado, perejil y pimentón dulce 948
«Patatas fritas» de aplonabo, avellanas y salsa gremolata 250
Salmón al horno con ensalada de quinoa y hierbas . 252
Curri Indio con garbanzos, coliflor, especias y raita 254
Pisto de plátano 256
Pasta orzo con alcachofe, ceoolia y tomates cherry 258
Espaguefis Integrales con chirlvía y hummus verde 260
Espaguetis con salsa de tomate, salslfís y menta 262
Risotto de champiñones y tomillo 264
Risotto de calabacín, manzanilla y albahaca. 266
Espaguetis integrales con salsa boloñesa de pollo y verduras 268
Tallarines con crema de aguacate, calabaza asada y albahaca 270
ANEXOS
Divercuestionario 272
Páginas weh y lihros para profundizar en el tema . 277
Indice temático 281
Indice de ingredientes 283
Agradecimientos 288