La salud empieza en los intestinos, de Scarlett Weinstein-Loison. ISBN: 9788491110149

La salud empieza en los intestinos

Referencia: 9788491110149
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Causas, consecuencias y tratamientos naturales
de las enfermedades intestinales
en todas las etapas de la vida

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¿Cómo funcionan nuestro sistema digestivo y, en particular, nuestros intestinos? ¿Cómo comprender mejor las patologías intestinales? Y sobre todo: ¿cómo ponerles remedio de manera natural?
En esta obra encontrarás las claves para conocer el sistema digestivo y sus desequilibrios, así como los tratamientos naturales que pueden corregirlos: fitoterapia, prebióticos y probióticos. Entre los diferentes factores causantes de los desórdenes intestinales, la autora resalta las carencias enzimáticas propias de cada individuo y preconiza una alimentación adaptada a las diferentes capacidades digestivas. Esta obra te brinda multitud de consejos alimentarios y terapéuticos, recetas tradicionales y actuales, y menús tipo para que tus intestinos sean fuente inequívoca de buena salud.
 
SCARLETT WEINSTEIN-LOISON

Es una naturópata con más de veinte años de experiencia. Creció en los Alpes, entre arándanos y árnica, recibiendo de su madre, de origen tirolés, el conocimiento de las plantas medicinales. Tras estudiar Ciencias Humanísticas, da un giro definitivo hacia lo que siempre le ha apasionado: los métodos naturales, preventivos y curativos enfocados a la salud.

Prefacio

En materia de salud, no todos somos iguales. Existen disparidades entre individuos, entre familias y entre grupos étnicos; a menudo son resultado de nuestras propias capacidades para producir enzimas digestivas, diferentes de un individuo a otro o de un grupo a otro. Estas mismas producciones enzimáticas pueden ser variables entre un bebé y otro, según cómo haya sido el parto de cada cual, según cómo haya sido su período de lactancia, e incluso varían en un mismo individuo de una edad a otra, dependiendo del uso que dé a su sistema digestivo.
Quizás tú mismo seas víctima de estas disparidades, como si la mala suerte te hubiese señalado con el dedo o hubiese señalado a tu familia...
Cuando yo era niña, observaba estas desigualdades entre mis compañeros de escuela, algunos de los cuales coleccionaban ausencias por reiteradas dolencias infecciosas, otros tenían siempre mala cara, ojos hundidos, acusando numerosos problemas digestivos; otros no dejaban entrever sus problemas asmáticos en clase, pero todos sabíamos que sus vacaciones estaban perfectamente programadas en centros de salud... Al lado de éstos, los robustos y fuertotes parecían provocativamente sanos. Había un vocabulario específico para la infancia que marcaba con el sello de la fatalidad esos estados de mala salud: delicadito, debilucho, enclenque...
Hubo un tiempo aciago en que el biberón se presentaba como una manera supermoderna de alimentar a los bebés, mucho mejor que la leche materna, más completa y saludable, además de mucho
más cómoda para las mamás. Desde entonces, se viven auténticos dramas por culpa de la leche de vaca y lo pagamos todos, años, decenas de años después, la inadaptación de esa alimentación artificial para bebés. ¿Cuántos adultos son víctimas de lo que podríamos llamar «generación del biberón»?
Cuando llega la adolescencia, las consecuencias de esta mala alimentación artificial se manifiestan con reglas dolorosas, acné rebelde, articulaciones frágiles, anemias inexplicables, fatiga y un rosario de problemas ORL con sinusitis y rinofaringitis.
A la luz de mis conocimientos actuales, el 80 por 100 de estos estados de mala salud podrían haberse evitado si se hubiese tenido en cuenta la importancia de la función intestinal y si se hubiese normalizado.
En los adultos, se llega a instalar la idea de estar destinado a ser un enfermo perpetuo, como si se hubiera nacido con la mala salud a cuestas, como si esa desigual distribución de la salud fuera una inexorable ley natural, tan normal como que haya leones y gorriones en el mundo... Pero ¿alguien cree que en el mundo salvaje hay leones asmáticos, gorriones con hepatitis, ciervas bronquíticas o ardillas con acné? No. Eso no existe porque, en el mundo salvaje, cada cual sigue sus reglas de vida particulares para su especie, sin cambiar de categoría alimentaria.
En el caso de los mamíferos, los cachorros se alimentan exclusivamente de la leche de sus madres hasta que logran la madurez digestiva necesaria para pasar a la alimentación sólida. Pero los humanos nos salimos de nuestros límites constantemente. No todo lo que se puede comer se puede digerir automáticamente; y lo que no se digiere no permanece en estado neutro dentro del sistema digestivo, sino todo lo contrario: fermenta y se pudre, pudriendo el resto del bolo alimenticio y provocando, a la larga, un desequilibrio profundo del medio intestinal.
Las enfermedades que se desprenden se deben tanto a intoxicaciones repetitivas como a carencias por disfunción intestinal y la parcial capacidad para asimilar nutrientes.
La inadaptación alimentaria consiste en imponer al sistema digestivo unas moléculas alimentarias para las que no dispone de enzimas. Es decir, tijeras químicas capaces de fraccionar esas moléculas hasta hacerlas asimilables.
Otro ejemplo nos lo dan nuestras mascotas. En la actualidad les damos croquetas, galletas, dudosas carnes enlatadas desprovistas de ácidos grasos insaturados, de vitaminas y de enzimas. Así, en nuestros animales proliferan las enfermedades digestivas, cardíacas, inflamatorias, cancerosas y degenerativas...
En general, los seres humanos gastamos mucho tiempo y esfuerzo en cambiar el mundo sin aceptar las reglas de vida natural ¡aunque su necesidad esté científicamente demostrada! En el ámbito intestinal que aquí nos ocupa, la justa comprensión de nuestras necesidades alimentarias, los factores generadores de desequilibrio intestinal, así como los medios naturales para restaurar el ecosistema digestivo, nos autorizan a iniciar la vía correcta hacia la salud.
Esta obra se propone sensibilizar al lector de la necesidad de tratar la función intestinal con toda la atención que se merece... Restablecer los ecosistemas digestivos e intestinales cuando han sido desestabilizados... Y así deshacerse del abanico de dolencias intestinales, como el cáncer, con sus 16.000 muertos al año, y también las patologías secundarias a la porosidad intestinal como las enfermedades por intoxicación y las enfermedades autoinmunes.
Los tratamientos que preconizo tienen en cuenta las mejores aportaciones de la investigación actual, así como de los conocimientos ancestrales de los Alpes de mi infancia; éstos me fueron enseñados por mi madre, que los heredó de su cultura tirolesa.
Siempre he sentido un enorme respeto por la medicina popular, pacientemente elaborada en el laboratorio del tiempo y en la cual, actualmente, se interesan los científicos, confirmando su sabiduría ancestral. También hablaré del uso de los arándanos, de la raíz de angélica, de la melisa y del hipérico; hablaré de los lácteos, que desaconsejo vivamente aunque apruebe el moderado consumo de algunos derivados como el kéfir, algunos yogures, el suero o la leche de yegua y de burra, que pueden llegar a ser herramientas terapéuticas en el marco que nos ocupa.
Las soluciones naturopáticas son muy eficaces pero hay que entenderlas como un complemento a la medicina alopática, por ello aconsejo exámenes médicos que permitan una evaluación exacta del nivel de gravedad de cada patología.
Las cuestiones evocadas son, a menudo, muy complejas, y mi mayor problema en la redacción de este libro ha sido hacerlas comprensibles para las personas preocupadas por su salud o interesadas en métodos naturales en este ámbito.
Cada uno de nosotros es diferente, tanto por su personalidad como por sus reacciones físicas. Nuestras capacidades inmunitarias, hormonales, enzimáticas, varían de un individuo a otro y de una edad a otra. De este hecho, es absurdo aconsejar una sola terapia para todo el mundo que comparta una misma dolencia. Por ello me parece ajustado exponer, en primer lugar, mis análisis sobre las diferentes patologías intestinales para, en un segundo tiempo, ofrecer orientaciones terapéuticas. Mi objetivo no es escribir un libro de recetas generales, sino abrir un campo de posibilidades en materia dietética y de reparación del medio intestinal.

Índice

Agradecimientos 5
Prefacio 7
CApíTuLo 1. Comprender el sistema intestinal
para escoger el tratamiento adecuado 11
La absorción de nutrientes se sitúa en torno al
90 por 100 en el intestino delgado 18
La organización interna de los intestinos está,
sin embargo, maravillosamente constituida 20
CApíTuLo 2. Los problemas intestinales: sus etapas hasta
las enfermedades secundarias 23
Los problemas de la mucosa: la porosidad intestinal 24
La porosidad de la mucosa intestinal es el punto de partida para enfermedades tan graves
como diversas 24
Los problemas hepáticos son la etapa siguiente 26
La diseminación toxínica o infecciosa sigue al
agotamiento hepático 27
CApíTuLo 3. Intolerancias alimentarias, enfermedades autoinmunes, síndromes de mala absorción e
intoxicaciones severas 35
La naturopatía actúa a diversos niveles 38
Las intolerancias pueden concernir tanto a los
alimentos más comunes como a los más raros 39
CApíTuLo 4. Procesos terapéuticos en caso de reacción
autoinmune 49
CApÍTULo 5. Las enfermedades del intestino y sus
consecuencias sobre el estado general 51
El estreñimiento 51
La diarrea 55
La hinchazón por gases 57
Colon irritado 59
La rectocolitis 60
La enfermedad de Crohn 61
Los divertículos 64
Los pólipos 66
Los cánceres intestinales 67
Los parásitos intestinales 70
Las micosis o candidiasis 74
CApÍTULo 6. Las enfermedades consecutivas a los
desórdenes intestinales 81
CApÍTULo 7. Diferentes factores que inciden en los
desórdenes intestinales 87
En la infancia 87
Preparar el embarazo y cuidar el intestino 88
El modo de parto y la lactancia 89
La leche materna es un elemento imprescindible para
la estructuración de las mucosas digestivas del bebé 90
La alimentación del bebé debe estar en consonancia
con su madurez digestiva 92
La toma de antibióticos 94
El autismo y los intestinos del niño 95
Los niños y la alimentación 95
Factores psiconeurológicos de los desórdenes
intestinales en los adultos 96
El estrés 96
Algunas técnicas de relajación 98
Factores alimentarios: aliar razón y placer 100
La carencia de fibras 104
Una alimentación adaptada a nuestras
necesidades vitales 106
Ejemplos de menús 112
Los desastres del cloro, de los nitratos, del alcohol, del
café y de los medicamentos en los intestinos 113
Los buenos principios dietéticos 114
Los medicamentos y los desarreglos intestinales 116
El sedentarismo: otro factor de bloqueo digestivo . . . . 117
Estados de invalidez física: la parálisis 117
El sistema digestivo y el envejecimiento 119
CApÍTULo 8. Terapias naturales para los intestinos 123
La leche de yegua y la leche de burra 125
Los probióticos 127
Los omega 3 129
El aloe vera 129
El ficus cárica 130
Los arándanos (azules) 130
La melisa 131
El hipérico 131
Los antifermentantes 132
Los complejos enzimáticos 132
El própolis 133
Los aceites esenciales 133
El extracto de semillas de pomelo 134
El polen 134
Los alquilgliceroles 136
La cúrcuma 137
El lapacho 137
CApÍTULo 9. Conclusión 139
Glosario 141
Referencias bibliográficas 145

Obelisco
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