Amar es liberarse del miedo (Gerald G. Jampolsky) Ed. Gaia, 2016  ISBN: 9788484456124

Amar es liberarse del miedo

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Más de 35 años después de su primera publicación, Amar es liberarse del miedo continúa siendo uno de los clásicos más leídos y queridos en el ámbito de la transformación personal. Esta pequeña joya ofrece doce útiles y esperanzadoras lecciones para ayudarnos a dejar de lado los miedos y a concentrarnos en amar el presente a medida que avanzamos con confianza hacia el futuro.
Gerald Jampolsky nos recuerda que los obstáculos para alcanzar la vida anhelada son meras limitaciones impuestas por nuestra propia mente. A fin de cuentas, el descubrimiento de nuestro ser, cuya esencia es amor, se basa en vaciarnos de esos pensamientos limitantes para así poder liberar la mente.
Amar es liberarse del miedo ha servido de guía a millones de lectores en el camino de la autosanación gracias a la profundidad, el poder y la sencillez de su mensaje. Abraza sus palabras con una mente abierta y un corazón decidido y permite que ellas te dirijan a una vida en la que la negatividad, la duda y el miedo se sustituyen por optimismo, alegría y amor.

«Un Curso de milagros afirma que solamente hay dos emociones: el amor y el miedo. La primera es nuestra herencia natural y la segunda es una fabricación de nuestra mente. El Curso postula que podemos aprender a liberarnos del miedo practicando el perdón y considerando inocente y libre de culpa a todo el mundo, incluyéndonos a nosotros mismos. A medida que comencé a poner en práctica los principios del Curso, tanto en mi vida privada como profesional, empecé a experimentar períodos de paz que jamás hubiera soñado que fuesen posibles».
JERRY JAMPOLSKY

Gerald G. Jampolsky

dirige en Sausalito, California, el Centro para la Sanación de la Actitud que fundó en 1975. A este Centro acuden niños y adultos con enfermedades potencialmente graves buscando paz de espíritu para ellos y para sus familias. En 1982 fundó el proyecto "Los niños como maestros de la paz", de ámbito internacional.
Tanto Jerry como su esposa, Diane Cirincione, han recibido numerosos galardones internacionales, como el Premio de la Paz Jehan Sadat por su trabajo en conseguir la unión de los niños del mundo entero, el Premio de los Ciudadanos Soviéticos y Americanos, por los esfuerzos realizados en la década de los 80 para eliminar las barreras entre la Unión Soviética y los Estados Unidos, y en 1989 fueron seleccionados entre más de 20.000 nominados en los Estados Unidos como diez de las personas que más se preocupan por los demás, por un instituto norteamericano con sede en Washington.

  • Encuadernación: Rústica
  • Dimensiones: 14,5 x 21 cm
  • Nº Pág.: 186

 

Indice

Prefacio 2011      17
Advertencia del autor      29
Prólogo      33
Introducción      37

PRIMERA PARTE

PREPARACIÓN PARA LA TRANSFORMACIÓN PERSONAL      55

SEGUNDA PARTE

INGREDIENTES DE LA TRANSFORMACIÓN PERSONAL      73

TERCERA PARTE

LECCIONES PARA LA TRANSFORMACIÓN PERSONAL      87
Lección 1
Todo lo que doy es a mí mismo
a quien se lo doy      91
Lección 2
El perdón es la llave de la felicidad      105
Lección 3
Nunca estoy disgustado por la razón que creo      113
Lección 4
Estoy decidido a ver las cosas de otra manera     119
Lección 5
Puedo escaparme del mundo que veo
renunciando a los pensamientos de ataque      129
Lección 6
No soy víctima del mundo que veo      135
Lección 7
Hoy no juzgaré nada de lo que ocurra      143
Lección 8
Este instante es el único tiempo que existe      153
Lección 9
El pasado ya pasó. No puede afectarme      159
Lección 10
Podría ver paz en lugar de esto      167
Lección 11
Puedo elegir cambiar todos los pensamientos
que me causan dolor      173 Lección 12
Soy responsable de lo que veo      179
Epílogo      183
Prefacio 2011

Prefacio 2011

CUANDO TENIA 54 AÑOS, me embarqué en un viaje milagroso que comenzó con la publicación de mi primer libro, Amar es liberarse del miedo. De hecho, en muchos aspectos, fue un verdadero milagro que ese libro llegara a escribirse. Al ser disléxico desde la infancia, entré en la Universidad de California en Berkeley en 1943 sabiendo que en mi futuro me aguardaba un curso de inglés para estúpidos. Me esforcé todo lo que pude y conseguí un mísero aprobado. El último día de clase, el profesor me dijo: «Jampolsky, no sé a lo que usted va a dedicar su vida, pero, por el amor de Dios, nunca trate de escribir un libro».
Cuando cumplí los 50 años, decidí no seguir concediendo poder a los juicios de otras personas sobre mis limitaciones y hacer lo que me habían dicho que era imposible: escribir un libro. Me sigue maravillando que se hayan vendido millones de ejemplares de este librito y que se haya traducido a docenas de idiomas. ¿Un milagro? ¡Desde luego que sí? Es más, a los 85 años continúan el viaje y los milagros.
Desde 1979 al libro le han crecido alas de amor que lo han conducido a las personas adecuadas en el momento de
sus vidas en que más lo necesitaban. Parece como si los ángeles hubieran estado velando desde lo alto, llevando en volandas el libro a quienes más necesitaban escuchar su sencillo mensaje. A lo largo de los años, he tenido la fortuna de escuchar a lectores que me expusieron que, gracias al libro, abrieron sus corazones y cambiaron sus vidas. Sus testimonios han sido para mí verdaderos milagros, y quisiera compartir algunos de ellos contigo, que acabas de cruzarte en mi camino.
La primera edición de Amar es liberarse del miedo llevaba unos meses en las librerías. El libro se estaba vendiendo bien, aunque modestamente. Entonces recibí un telegrama de una persona a la que no conocía. Se llamaba Orson Bean, y era un actor de talento y una personalidad en el mundo de la televisión. El texto del telegrama era muy escueto: «Vea el programa de Johnny Carson esta noche». Aunque no suelo trasnochar, esa noche me quedé a ver el programa. En un momento de la entrevista, el señor Bean sacó del bolsillo un ejemplar de mi libro y dijo que le había cambiado la vida. A partir del día siguiente, Amar es liberarse del miedo empezó su escalada en la lista de grandes éxitos.
Desde entonces, cuando alguien me pregunta quién es el encargado de mis relaciones públicas, suelo responder: «Dios».
Hace ya varios años, en un acto patrocinado por el Centro para la Sanación de la Actitud, se me acercó una señora que compartió conmigo la historia que viene a continuación. Muchos años antes, mi hijo Lee y su hijo habían sido muy amigos en el instituto. Lee organizó una fiesta una noche en mi despacho, cuando yo estaba fuera de la ciudad. Hubo música y alcohol, y la fiesta se desmadró un poco. En un momento dado, el hijo de esta mujer perdió el equilibrio, chocó con una librería y un libro cayó de uno de sus estantes golpeándole en la cabeza. Era Amar es liberarse del miedo. Le llamaron la atención las ilustraciones y decidió llevárselo a su casa.
Cuando su madre encontró el libro en su habitación un par de meses después, decidió leerlo. En esos momentos estaba pasando por algunos desafíos importantes, y me dijo que el libro le había cambiado la vida y que deseaba darme las gracias por haberlo escrito.
Un libro puede llegarle a alguien cuando está preparado para escuchar su mensaje, y con frecuencia lo hace de formas sorprendentes. También la verdad suele llegar a las personas —tanto si están listas como si no— de formas igualmente sorprendentes. Decidí entonces telefonear a mi hijo Lee para comunicarle que la verdad llega a manifestarse en un momento u otro, ¡aunque sea muchos años después del hecho!

***

También resulta gratificante saber que la influencia de Amar ha viajado por todo el mundo.
Hace varios años estuvimos dando unas charlas en Irán y nos encantó saber que Amar es liberarse del miedo y otros cinco libros nuestros habían sido traducidos al farsi y circulaban por todo el país. Aunque se trataba de ediciones piratas, decidimos no emprender ninguna acción al respecto. Para nosotros era más importante que el mensaje de Amar llegara a todos los que lo necesitaran.
Tras una conferencia en la Universidad de Teherán, un profesor iraní compartió su historia personal con nosotros. Él y su esposa estaban pasando por momentos difíciles en su
matrimonio, con constantes disputas, y él estaba considerando seriamente la posibilidad de divorciarse. Aunque amaba a su esposa, deseaba tener una existencia un poco más tranquila y no creía poder tener una relación más apacible con ella. Un día que estaba en una librería, se encontró con un ejemplar pirata de Amar es liberarse del miedo. Cuando hablaba con nosotros, abrió completamente sus brazos y nos dijo sonriendo que leer el libro fue el primer paso que dio hacia la salvación de su matrimonio.
Diane y yo hemos realizado muchos viajes a Rusia cuando todavía era la Unión Soviética. Durante una de nuestras visitas a Moscú, como era típico entonces, nos asignaron un traductor y un guía de la Oficina Soviética de Turismo. ¡Lo que ignorábamos es que se trataba en realidad de agentes del KGB!
Llevamos con nosotros bastantes ejemplares de las ediciones en ruso de Amar es liberarse del miedo y de Un minicurso para la vida. Cada día, nuestra traductora nos pedía algunos ejemplares, que nosotros le regalábamos encantados. A medida que fueron pasando los días, como seguía pidiendo más y más ejemplares, nuestras existencias empezaron a agotarse, así que le preguntamos qué hacía con los libros que le habíamos pasado. Entonces nos explicó que estaban empleando el libro para enseñar inglés a otros traductores (agentes), porque las ideas que tenía eran muy nuevas e interesantes para ellos.
Como es natural, estuvimos encantados de que el estudio del inglés fuera complementado por el estudio de principios espirituales tan prácticos que ponían el énfasis en el amor y el perdón.
Amar es liberarse del miedo se las ha arreglado para llegar a las manos de personas de todas las edades y de todas las formas de vida.
Tras una charla que dimos en Florida no hace mucho, una niña de 10 años se nos acercó. La decisión de divorciarse que habían tomado sus padres la confundía y desbordaba. Al buscar a alguien a quien echarle las culpas, no estaba segura de con cuál de los dos debía enfadarse más, así que decidió enfadarse con ambos. Una tarde en casa de una amiga, vio Amar es liberarse del miedo y pidió que se lo prestaran. El mensaje del libro la apaciguó, incluso aunque sus padres seguían amenazándose mutuamente con el divorcio.
Poco después les pasó el libro a ellos para que lo leyeran esperando que les ayudara a sanar su relación. Aquel día nos presentó a su padre y a su madre, que estaban por allí cerca y que seguían casados, y ellos corroboraron con entusiasmo la historia de su hija.
Un preso de una cárcel de Arizona me escribió una carta muy airada diciéndome que Amar es liberarse del miedo era el peor libro que había leído en su vida. Continuaba comentando que si yo hubiera estado en una celda de aislamiento y luego me hubieran apaleado los guardias, seguramente no sería capaz de perdonar. Finalizaba su carta acusándome de ser un loquero californiano un poco chiflado que seguramente no tenía la menor idea sobre de qué iba la vida. Le respondí con una carta abierta y nada a la defensiva. Y así empezamos una correspondencia frecuente y gratificante para ambos.
Con ocasión de un ciclo de conferencias que impartí en Arizona, me las arreglé para visitarle en la cárcel. Durante nuestro encuentro me dijo que tras haber vuelto a leer el libro comprendió que lo que le mantenía esclavizado no era la cárcel, sino el miedo que acarreaba en su mente y que le aprisionaba. Algún tiempo después, tras ser liberado, empezó el proceso de perdonar a algunas personas significativas de su vida. Esto le ayudó a poner en marcha una actividad profesional con personas que habían estado encarceladas y que se enfrentaban a la muerte por una enfermedad terminal.
Tras una charla que dimos hace poco en Maui, una mujer se acercó a nosotros llorando angustiosamente. Nos explicó que en 1980 su marido había tenido una relación adúltera. Su ira había sido como la lava fundida y se había comprado una pistola con el propósito de pegarle un tiro... lo que habría cambiado su vida de manera irremediable. Ese mismo día un amigo le regaló un ejemplar de Amar es liberarse del miedo. A pesar de su dolor, leyó el libro y abandonó su peligroso impulso... lo cual modificó el curso de su existencia en una dirección positiva.
Un asistente a un seminario organizado por el Centro para la Sanación de la Actitud compartió su historia con nosotros. En su edad adulta había descubierto que su padre había sido miembro del partido nacional socialista de Alemania y que había servido en las ss durante la Segunda Guerra Mundial. La lectura de Amar es liberarse del miedo le había ayudado a dar los pasos necesarios para dejar atrás la vergüenza y la angustia y perdonar a su padre por haber sido un participante activo en ese cruel periodo de la historia. Como resultado, decidió dar un giro radical a su vida y dejó sus negocios para dedicarse a una vocación totalmente diferente. Se hizo payaso, y nos explicó que creía que la mejor forma posible en la que podía sanar el mundo era dedicando su vida a que otras personas rieran y disfrutaran. Me describió su indumentaria, que incluía un par de zapatones. Cuando le pregunté el porqué de esos zapatones, me dijo: «De esta manera, mi padre puede caminar conmigo en mis zapatos y así sanamos al mundo juntos».
A lo largo de 2009 este libro, con sus potentes alas, tomó tierra en Mongolia, Camerún, Nigeria, Malí, Rumanía y otros muchos lugares. Una mujer de Mongolia estaba pasando por la experiencia del suicidio de su amado hermano. Era una situación devastadora, que hacía que se sintiera profundamente deprimida. Nos escribió para decirnos que, tras la lectura de Amar es liberarse del miedo, había encontrado las herramientas que necesitaba para sanarse a sí misma y que su vida había cambiado. Después de aquello, puso en marcha el Centro para la Sanación de la Actitud de Mongolia, y tiene el deseo de dedicar su vida a ayudar a los demás como forma de seguir sanándose a sí misma.
Un hombre de Camerún, país de África central, nos escribió para decirnos que había desarrollado tres negocios con los que tenía bastante éxito. Estaba casado y tenía dos hijos. Pero entonces se volvió adicto a las drogas; su esposa y sus hijos le abandonaron y sus negocios se vinieron abajo. En sus propias palabras, «era una ruina». Un domingo, mientras daba un paseo por el campo, se encontró con un anciano que empujaba un carrito de libros usados para venderlos. Vio el título de Amar es liberarse del miedo y con las últimas monedas que tenía se compró el libro, que se convirtió en una especie de biblia para él: lo leyó más de doce veces. Dejó de drogarse, y su mujer y sus hijos volvieron a su lado. Puso en marcha una clínica para ella y un nuevo negocio para él. Decía que se había sentido tan transformado por las ideas y la experiencia del libro que inició Grupos de Apoyo de Sanación de la Actitud y ahora está promoviendo la creación de un Centro para la Sanación de la Actitud en Camerún.
La anterior embajadora de Nigeria en México visitó CECURA en la capital federal. CECURA es el primer Centro para la Sanación de la Actitud de México (en la actualidad, más de veinte ciudades mexicanas tienen centros o grupos en activo). Allí vio el libro y le pareció que podía servirle de sustento espiritual. Conocida en su país por su trabajo contra la corrupción, se dio cuenta de que las ideas de los Principios para la Sanación de la Actitud eran un modo viable de producir un «cambio de actitud» en Nigeria. Fue a un programa de televisión para hablar de ello y generó una amplia respuesta en su país, lo que la animó a seguir adelante. Poco después, se incorporó al Centro para la Sanación de la Actitud de Nigeria y su trabajo sigue creciendo.

* * *

No escribí Amar es liberarse del miedo únicamente pensando en ti, sino también pensando en mí. Sigo esforzándome cuanto puedo para aplicar sus prácticos principios en mi propia vida. Siguen pareciéndome tan intemporales, válidos y útiles hoy en día como lo eran hace 32 años. Las lecciones de Amar es liberarse del miedo hunden sus raíces en los mismos principios a partir de los cuales se ha ido desarrollando la Sanación de la Actitud.
En 1975 ayudé a fundar el primer Centro para la Sanación de la Actitud en Marin County, California. En 1981 llegó a mi vida Diane Cirincione y posteriormente nos casamos. Diane ha sido tanto mi compañera espiritual corno mi maestra de amor, paz, paciencia, cariño y perdón. Después de 30 años nos siguen siendo indispensables los principios de Amar es liberarse del miedo tanto como pareja como individualmente. Seguimos cuidando y desarrollando nuestra relación sobre la base de la igualdad y el amor incondicional. La Sanación de la Actitud se ha convertido en el trabajo de nuestra vida en común y nos ha brindado la oportunidad de conocer a personas de más de 50 países de todo el mundo.
La Sanación de la Actitud se basa en el principio de que no son los demás ni las situaciones lo que provoca nuestro disgusto. Los causantes de nuestro estrés son nuestros pensamientos y actitudes, y lo que puede hacernos daño son las acciones que emprendemos como consecuencia de dichos pensamientos y actitudes. La sanación tiene lugar cuando nos dedicamos a cambiar nuestras propias actitudes en vez de tratar de cambiar las actitudes de los demás. Por tanto, el objetivo de la Sanación de la Actitud es que nos sanemos a nosotros mismos frente a cada desafío que nos presente la vida, sea cual sea su origen. La Sanación de la Actitud no es una religión ni sus principios son religiosos. Se trata de una
espiritualidad práctica que es compatible con todas las confesiones y sistemas de creencias, a los que apoya. Las perso-
nas de culturas y confesiones diversas, así como las que no profesan ninguna fe concreta, son bienvenidas y pueden usar los principios de la Sanación de la Actitud.
El primer Centro para la Sanación de la Actitud que fundamos en Marin County, en el norte de California, empezó dando apoyo a niños con enfermedades muy graves y a sus familias. Todos los servicios directos son gratuitos. Durante décadas, los Centros han crecido y han puesto en marcha grupos de apoyo para niños y adultos que se enfrentan a enfermedades, pérdidas y sentimientos de dolor, así como programas escolares dirigidos a la prevención de la violencia y programas de visita a domicilio y en hospitales para quienes los precisan. Siguen surgiendo grupos de apoyo para ayudar a quienes enviudan y a quienes se enfrentan a desafíos, crisis y cambios. También se realizan seminarios para empresas que desean aplicar los Principios de la Sanación de la Actitud en el entorno profesional.
En la esencia de estos principios está el perdón. Perdonar no significa condonar un acto horrendo o estar de acuerdo con él. Perdonar consiste en decidir no seguir atacándonos a nosotros mismos. Perdonar es, en resumen, tomar la decisión de dejar de sufrir. Perdonar es decidir ser feliz, abandonar los juicios, dejar de hacer daño a los demás y a nosotros mismos, y no seguir reciclando la ira y el miedo. El perdón es el puente a la compasión, a la paz interior y a un mundo apacible. Mi más profundo anhelo es que el perdón sea algo tan importante para nosotros como la respiración.
Para mi gran asombro, la Sanación de la Actitud se ha extendido por todo el mundo. En centenares de ciudades y pueblos de 30 países y los cinco continentes hay centros y grupos de apoyo. Amar es liberarse del miedo ha actuado, y sigue actuando, como piedra angular de nuestro trabajo.
Esperamos que este librito siga encontrando a sus lecto res, de uno en uno, cuando el momento sea propicio. Elevamos nuestras plegarias para que, a medida que vayamos sanando nuestras mentes y liberándonos del miedo y de la negatividad, el mundo que vemos sane también con nosotros.
Jerry JAMPOLSKY Sausalito, California 1 de enero de 2011

Advertencia del autor


ENSEÑAMOS LO QUE QUEREMOS APRENDER, y mi deseo es aprender a experimentar paz interior. A los ojos del mundo, en 1975 yo era un psiquiatra de renombre que aparentemente tenía todo cuanto deseaba. Sin embargo, mi mundo interno era caótico y vacío, y estaba lleno de infelicidad e hipocresía. Después de veinte años, mi matrimonio acababa de concluir en un doloroso divorcio. Bebía más de la cuenta y sufría de un dolor de espalda crónico que se estaba convirtiendo en un verdadero impedimento físico para poder manejar mejor mis sentimientos de culpabilidad.
Fue entonces cuando llegó a mis manos un escrito titulado Un curso de milagros1, que podría describirse como una especie de psicoterapia espiritual que uno se administra a sí mismo. Yo fui tal vez el más sorprendido cuando me vi inmerso en una ideología que utilizaba palabras tales como «Dios» y «Amor». Nunca me consideré una persona que pu-
diera interesarse por semejantes escritos, ya que siempre había criticado duramente a aquellos que estaban involucrados en disciplinas espirituales, considerándolos individuos llenos de miedo que no utilizaban debidamente sus capacidades intelectuales.
Poco después de comenzar a estudiar el Curso, tuve una experiencia que, a la vez que sorprendente, fue también altamente reconfortante. Oí una voz interior, o quizá sería más exacto decir que tuve la sensación de oír una voz que me dijo: «Doctor, cúrate a ti mismo, pues ese es el camino que te conducirá a tu verdadero hogar».
El Curso resultó ser esencial en mi lucha por lograr una transformación personal. Me ayudó a reconocer que en verdad yo podía escoger entre experimentar paz o experimentar conflicto, y que esta elección se circunscribía siempre a aceptar la verdad o la ilusión. La verdad subyacente a todos nosotros es que la esencia de nuestro ser es el amor.
El Curso afirma que solamente hay dos emociones: el amor y el miedo. La primera es nuestra herencia natural y la segunda es una fabricación de nuestra mente. El Curso postula que podemos aprender a liberarnos del miedo practicando el perdón y considerando inocente y libre de culpa a todo el mundo, incluyéndonos a nosotros mismos. A medida que comencé a poner en práctica los principios del Curso, tanto en mi vida privada como profesional, empecé a experimentar periodos de paz que jamás hubiera soñado que fuesen posibles.
Me gustaría añadir que todavía me deprimo y que de vez en cuando siento culpa, irritación y enfado. Pero esos estados de ánimo duran ahora muy poco, mientras que antes solían prolongarse durante lo que parecía ser una eternidad. Acos tumbraba a pensar que era una víctima del mundo que veía. Cuando algo me salía mal, culpaba de mis desgracias al mundo o a los que en él habitan, y siempre encontraba razones para justificar mi ira. Ahora comprendo que no soy víctima del mundo que veo y, por lo tanto, tiendo a asumir la responsabilidad de lo que percibo y de las emociones que siento.
Todos somos maestros los unos de los otros. He escrito este libro porque soy de la opinión de que, al enseñar lo que quiero aprender —paz interior—, yo mismo puedo llegar a experimentarla cada vez más. Este enfoque no es para los que desean tener un gurú, ya que parte de la base de que todos somos maestros y estudiantes por igual.
A medida que progresamos hacia nuestro único objetivo —la paz mental—, podemos también experimentar la unión de nuestras mentes, lo cual resulta de haber eliminado los obstáculos que nos impedían experimentar la presencia del amor.
Permitamos juntos que nuestras vidas sean un ejemplo de esta afirmación de Un curso de milagros:
Enseña solo amor, porque amor es lo que eres.
Jerry JAMPOLSKY Tiburón, California
 1 de mayo de 1979

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