Herramientas de coaching personal: Aplicación Práctica

Considero que muchos de los libros actuales de coaching carecen de las explicaciones necesarias para realizar coaching como profesión. Gran parte de la bibliografía divulgativa de la profesión está en ocasiones más orientada a dar a conocer al autor que al propio proceso de coaching. No hay bibliografía a nivel docente, no para enseñar coaching.
Este libro es el primero de tres volúmenes. Está distribuido en cuatro partes. La primera contiene la presentación y una introducción al coaching con las definiciones necesarias. La segunda y la tercera conforman el cuerpo docente, donde se encuentran las herramientas de aplicación. La cuarta, a modo de apéndice, recoge filmografía que puede ser útil como soporte para la comprensión de los contenidos.Aunque existen buenos libros de coaching, donde el autor nos cuenta su modelo, no conozco ninguno que pudiera competir con el presente, primero porque no lo pretende y segundo porque nace para ser referencia docente y, en consecuencia, complementario a los que ya están escritos.
Me gusta mi profesión, apoyar a las personas en la obtención de sus objetivos. Me gusta que los profesionales que nos dedicamos a ello lo hagamos de la mejor manera posible y que sea desde un enfoque hu­manista. En mi opinión, en coaching se pueden distinguir tres grandes escuelas: PNLista, Ontológica y Humanista. Desde fuera no hay di­ferencias aparentes, desde dentro las diferencias son fundamentales.
Cuando me formé en PNL noté que el interés estaba en la consecu­ción de la meta; pareciera que los coachees fuesen el objeto don­de se aplican las herramientas. La meta del coachee es el objetivo a cumplir. Noté que los coachs se sentían especiales, como si fuesen los artífices de los cambios que el coachee produce.
Cuando conocí el coaching Ontológico me gustó inmediatamente el enfoque: el poder de la palabra como base de los pensamientos. Sin perder el objetivo, la orientación va hacia la persona y esto lo hace especialmente atractivo para mí.
Para los humanistas, las personas poseen recursos propios suficientes, pero los problemas con los que conviven los ocultan. Como Miguel Ángel al eliminar el mármol sobrante y liberar a David, nuestra idea es desenterrar y permitir que estos recursos afloren. Nuestra orienta­ción es el fortalecimiento de la persona durante el proceso de coa­ching: dotarla de autonomía y que consiga su meta.

Francisco Yuste

se dedica en la actualidad a dar cursos, ponencias y coaching.
Colabora con diferentes centros de forma­ción en Coaching e Inteligencia Emocional como profesor. Es ponente habitual en di­ferentes organizaciones e imparte cursos a empresas y coaching a sus ejecutivos.
Coach Senior 060 por la Asociación Españo­la de Coaching y Consultoría de Procesos.
Coach Profesional Senior 10.109 por la Aso­ciación Española de Coaching.

• Páginas          396
• Encuadernación     Rústica con solapas
• Formato     14x21 cm

Indice

Introducción      11

1. Baltasar Gracián      15
2. Tela de araña       47
3. DAFO 1      119
4. Ventana de Johari      133
5. Ishikawa      173
6. Will Hunting       195
7. La Meta   263
8. La Última Fortaleza      269
9. Correlación de Herramientas       317

10. FB 360º      369

Anexos: Casos prácticos reales      413

Bibliografía      443

Introducción

Me gusta mi profesión, me gusta apoyar a las personas en la obtención de sus objetivos. Me gusta que los profesionales que nos dedicamos a ello lo hagamos de la mejor manera posible. Y me gusta que sea desde un enfoque humanista.
En mi opinión, en coaching se pueden distinguir tres grandes escuelas: PNLista, Ontológica y Humanista. Desde fuera no hay diferencias aparentes, desde dentro las diferencias son fundamentales.
Cuando me formé en PNL noté que el interés estaba en la consecución de la meta; pareciera que los coachees fuesen el objeto donde se aplican las herramientas. La meta del coachee es el objetivo a cumplir. Noté que los coachs se sentían especiales, como si fuesen los artífices de los cambios que el coachee produce.
Cuando conocí el coaching Ontológico, me gustó inmediatamente el enfoque: el poder de la palabra como base de los pensamientos. Sin perder el objetivo, la orientación va hacia la persona, y esto lo hace especialmente atractivo para mí.
Para los humanistas, las personas poseen recursos propios suficientes: los problemas con los que conviven ocultan estos recursos. Como Miguel Ángel al quitar el mármol sobrante y liberar a David, nuestra idea es desenterrar y permitir que afloren estos recursos. Nuestra orientación es el fortalecimiento de la persona durante el proceso de coaching: dotarles de autonomía y que ellos consigan la meta.
Aunque valoramos la obtención de la meta, para nosotros es secundaria; la persona es la prioridad, buscando sus capacidades, fomentándolas y dotándo­les de autonomía lo antes posible.
Este planteamiento en coaching personal permite obtener magníficos resul­tados. En coaching ejecutivo, la aplicación no siempre es fácil. En un entorno laboral competitivo, tener el foco en el coachee y no en el cliente (empresa) o el objetivo (¿meta que persigue la empresa cliente o meta que persigue el coachee?), en ocasiones cuando no hay alineación, genera conflictos de intereses.
Por ejemplo, cuando una empresa te contrata para que trabajes con uno de sus ejecutivos, se abren muchas posibilidades de acción que terminan, al final, en tres sabores. Uno sería procurar convencerle de que tiene una oportunidad de mejora. Se suele hacer enfrentándolo a los datos que nos proponen algunas herramientas muy utilizadas: el FB 360°, el análisis de clima laboral, la entre­vista de desempeño... Otro, por ejemplo, hacerle ver las ventajas de estar y los inconvenientes de no estar alineado con la organización. Un coach humanista le propondría un proyecto retador que lo enriquezca a él y que pueda ofrecer a su organización.
El humanismo dota al coach de un referente. Un faro que, permitiendo la flexibilidad que cada proceso requiere, deja la ruta clara. Se trata de ir más allá. Inspirarle a crecer y hacer crecer a su organización, que le permita estirarse sin que deje de ser él mismo.
El texto que ahora tiene en sus manos pretende dar algunas respuestas a las dudas que, tanto los alumnos de coaching en formación como aquellos profe­sionales más noveles, afrontan en el ejercicio de nuestra profesión. Me parece que es la forma en la que puedo contribuir al coaching.
Es habitual que los coachs recién titulados no sepan aplicar con claridad las herramientas de coaching y lo que de ellas se puede obtener. Cómo, cuándo y, sobre todo, en qué orden aplicarlas termina siendo la clave que marca la dife­rencia entre un buen coach y un técnico de coaching.
En este aspecto surge de forma contundente la correlación de herramientas, concepto que determina las implicaciones que surgen a la hora de proponer su aplicación en uno u otro orden y qué resultados previsibles se pueden obtener.
Este es el ánimo que inspira nuestro enfoque: la correlación de herramientas desde un punto de vista humanista.
El texto está dividido en dos partes. En la primera se presentan los capítulos destinados a cada herramienta en particular desde un punto de vista docente. En la segunda mostramos, ejemplos de procesos de coaching completos y reales con las herramientas aplicadas.
Desde un punto de vista docente partiremos en cada ocasión de un breve resumen de la herramienta abordada. A continuación, un esquema de trabajo que permita su desarrollo y puesta en práctica, considerando que el lector lo ha sido también de los títulos anteriormente publicados, donde las herramientas se explican extensamente. Por último, y es una tremenda satisfacción para mí, un trabajo meritorio de desarrollo práctico realizado por parte de uno de los alumnos que han participado en la formación que imparto.
Finalmente, añadir que la lectura y comprensión del presente trabajo se optimiza cuando se ha leído previamente los títulos anteriores: Herramientas de Coaching Personal y Herramientas de Coaching Ejecutivo, publicados en esta mis­ma editorial.
Queda cumplida la promesa hecha en el primer título y cerrado el círculo. Espero que le sea útil y que disfrute de su lectura tanto como yo de escribirlo.