La revolución del hara, por Laia Monserrat. Ed. Kairós

La revolución del hara

Referencia: 9788499885520
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Leibterapia y Técnicas de Centramiento

La Leibterapia es una psicoterapia de carácter psico-corporal, en la que se ve y se trata a la persona desde la unidad cuerpo-mente-espíritu.

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La verdadera revolución es aquella que nos lleva a ser quienes somos y facilita que despleguemos todo nuestro potencial. Para ello, es imprescindible sobrepasar las escisiones entre mente y cuerpo, y entre cuerpo y espíritu, en las que estamos sumidos. La Leibterapia y las Técnicas de Centramiento acompañan a la persona en un camino hacia el sí mismo, un camino hacia su propio centro: el Hara.
Laia Monserrat sigue la línea trazada por el psicólogo y maestro K.G. Dürckheim, pero a la vez amplía sus propuestas y las hace más comprensibles para el mundo actual. El resultado es una psicoterapia zen que, con estas técnicas de centramiento, alcanza un grado de eficacia y rigor muy necesarios en la sociedad actual, tan falta de centramiento interior, autenticidad y sentido. 

Laia Monserrat

es psicóloga, psicoterapeuta en Leibterapia y asesora de empresas y lleva 30 años practicando zen y 20 enseñándolo en la línea de K.G. Dürckheim.
Colabora en distintos medios en la difusión de la espiritualidad laica y su integración en la vida cotidiana. Además, ha desarrollado un programa basado en los principios activos del zen para directivos y equipos de empresa.

  • Páginas: 232
  • Tamaño: 13 X 20

 

Sumario

Prólogo     9
Introducción     11

1. ¡Céntrate! El mensaje de un sueño 15
2. Zen y psicoterapia. La búsqueda de lo esencial 27
3. Ser esencial y ser existencial. ¿Qué me impide serquién soy? 63
4. Leibterapia Personal 1. El saber de la intuición 75
5. Leibterapia Personal 2. Las técnicas 95
6. Leibterapia Personal y psicología. La mente crea universos 115
7. El Hara. La revolución interior 135
8. Los siete principios activos del Zen 161
9. Campos de aplicación. En la plaza del mercado 201
10. La actitud terapéutica. Poniendo el ego al servicio del Ser 215

Introducción

La vida es un viaje magnífico en el que todos estamos em­barcados. La psicoterapia, sea cual sea su orientación, tiene como misión ayudarnos a disfrutar de nuestro viaje.
Cuando conocí personalmente a Jacques Castermane, yo no gozaba de mi viaje. Sin embargo, desde el primer día del retiro de Zen, él se dio cuenta de algo y me dijo: «Se te ve feliz. Pareces un pez en el agua». Era exactamente eso, había encontrado mi lugar, mi medio natural. Ya no era una extraña en un mundo extraño. La meditación me devolvía a mi esencia. Al acabar el retiro me dio un libro que tenía un capítulo escrito por él. El libro era la transcripción de unas conferencias en un acto en honor a Karlfried Dürckheim. Su texto trataba sobre Leibterapia. Me dijo: «Léelo y ven a verme. Esta es tu vía». Y, una vez más, tenía razón.
Soy consciente de la gran suerte que tengo. Si en aquel en­tonces en lugar de haber participado en aquel retiro hubiese ido al psicólogo, seguramente habría obtenido un falso diag­nóstico de depresión. En realidad, yo solo necesitaba darme cuenta de quién era. Y lo vi.
Lo vi gracias a que alguien me vio. Ese alguien me pudo ver gracias a que anteriormente se había reconocido a sí mismo
y seguía haciendo un proceso de clarificación, de entrega y de don de sí. A su vez, a él alguien le vio antes, el propio Karlfried Dürckheim.
Estamos ciegos a la realidad. A nuestra realidad y a la rea­lidad del mundo y de la existencia. Nuestra mente nos engaña constantemente. Los sentidos nos permiten contactar con la vida y la existencia, y la mente interpreta los inputs recibidos. Es aquí donde muchas veces todo comienza a ser confuso. La interpretación que nuestra mente hace es la clave.
El camino para salir de la confusión es un camino de bús­queda interior, de conocimiento de quién soy y de dónde ven­go. Es una búsqueda de sentido. Muchos problemas detectados por los psicólogos son problemas existenciales. La persona no encuentra el sentido en su vida, no encuentra su lugar en el mundo ni conoce cuál es su misión en la vida. Esto se expresa en depresión, neurosis, obsesiones, ansiedad y tantas otras perturbaciones que recogen los manuales. Pero ¿se puede sa­nar al ser humano de su dolor existencial? Si llegamos a dar las verdaderas claves a la persona para abrirse a sí mismo y a su realidad, otra salud psíquica es posible. Una salud que es un camino de crecimiento y que lleva a integrar la dimensión espiritual.
El ser humano es espiritual por naturaleza. Más allá de las creencias en las que hemos sido educados, o que hemos adop­tado a lo largo de nuestra vida, hay la dimensión espiritual que nos pertenece a todos.
La espiritualidad, si queremos definirla como función psí­quica, sería aquella función que integra, da sentido y cohesión a la persona, uniéndola consigo mismo, con los demás y con el universo. Sin embargo, considerar la espiritualidad como una función psíquica es reduccionista. La espiritualidad está más allá de la propia psicología. La espiritualidad es la esencia del ser humano y del mundo. La espiritualidad es continente y contenido, materia y no materia, pensamiento y no pensa­miento, simplemente sobrepasa la razón. Por ello, la psicolo­gía no puede abarcarla, pero abre el camino para acceder de forma segura a su territorio, muchas veces salvaje y lleno de una fuerza inmensa.
La psicología y la psicoterapia nos deben dar las herramien­tas para que nuestro barco esté en las mejores condiciones de surcar el océano. Debemos poder anclarnos interiormente en un centro que es nuestro y que al mismo tiempo nos sobrepa­sa y nos une con un centro mucho más grande, el Hara. Mari­neros en un mundo desconocido, la belleza y la inmensidad nos esperan.
Otra de las trampas en las que suele caer la psicología es la de considerar la mente y la psique como realidades desencar­nadas. Karlfried Dürckheim, el genial psicólogo y maestro Zen, lo vio con mucha claridad. Su propuesta de Leibterapia es la respuesta a esto. Sin considerar el cuerpo en toda su realidad, la psicología está coja y el ser humano incomprendido.
Es necesario abrir la puerta a una nueva forma de compren­der la psicoterapia, es decir, a una nueva forma de comprender al ser humano, de entenderlo como una unidad real y concre­ta en la que el cuerpo es la máxima expresión de su misma esencia espiritual. Un cuerpo con un centro, un cuerpo con

Hara. Un cuerpo que es consciencia, un cuerpo que es esencia, un cuerpo que es.

La propuesta de este libro se basa en los temas que desde hace años me acompañan, el cuerpo que somos, la unidad de mente, cuerpo y espíritu, el Hara como centro personal y unión con el centro de la vida, el necesario pasaje por la sombra personal para reencontrar nuestras claves y el valor del silencio para sanar y para conectarse con lo esencial.
La Leibterapia y los ejercicios de centramiento en el Hara son un camino de realización personal que conduce al verda­dero sí mismo, que es esencial y pertenece a toda persona. Su misión es acompañar en la búsqueda personal, de forma seria y eficaz. La eficacia viene cuando aumenta la capacidad de la persona de disfrutar del viaje y de vivir desde un centro per­sonal pleno de sentido.
El centramiento en lo esencial desde el Hara es la revolu­ción interior que necesita nuestra sociedad.

 

 

 

 

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